Epílogo: En el penthouse
El olor a café recién hecho lo despertó, lentamente fue abriendo sus párpados e intentó enfocar su mirada, "¡puta madre! ¿En donde coño estoy?" susurró desorientado, intentó levantarse de la cama pero un dolor punzante en la cabeza lo hizo retroceder a su posición inicial, ¡Demonios! Su cabeza iba a partirse en dos.
Escuchó pasos y cosas que se movían, era algo así como el sonido de platos y ollas, espantado se levantó de un salto de la cama dispuesto a seguir el sonido y averiguar así en donde jodidos estaba; su cabeza seguía punzando cada segundo con más intensidad, su mente estaba embotada y no parecía coordinar bien, ¿qué pasó ayer? Esa era la pregunta más importante que cruzaba por su cabeza.
Los ruidos lo llevaron a la cocina como era de suponerse y es entonces cuando lo vio e instantáneamente los recuerdos de la noche anterior lo golpearon uno tras otro como en un bucle interminable.
Entonces no era una alucinación, estaba vivo, claro que lo estaba, el palpitar acelerado de su corazón, el hueco en el estómago y el hormigueo en la entrepierna, que sentía cada que lo veía eran prueba suficiente de ello.
Estaba vivo, y él llevaba semanas llorando un muerto vivo, y fue entonce que el Taehyung se dio la vuelta y le regaló una de sus hermosas sonrisas.
—Despertaste cone..... —un derechazo a su mandíbula no lo dejo continuar.
—A mi también me encanta verte conejito, tú siempre tan cariñoso —dijo sarcástico, pero por la cara de pocos amigos de Jungkook, supo que no era el momento para comentarios como ese.
—Tienes exactamente un minuto para que me expliques cómo coño es que sigues vivo antes de que de verdad te mate —sentenció, Taehyung suspiró profundamente, lo tomó de una mano y lo dirigió hasta una de las sillas del comedor que estaba cerca.
—Ok amor, no te enojes, ya te explico....
Flashback del día de la fuga de Konapus
Un sonido de pasos cerca los alarmó y Namjoon una vez más tiró del cuerpo de su hermano, esta vez logrando que avanzará y Jungkook en ningún momento se percató del otro recluso que se acercaba corriendo hasta donde estaba el rey.
Aquél reo llegó hasta donde yacía el cuerpo casi sin vida de Taehyung, lo arrastró para alejarlo del tiroteo que se había formado con la fuga de los presos, revisó sus signos vitales y se dio cuenta de que no tenía pulso, ya no quedaba tiempo y había muerto, improviso un torniquete en la herida para que dejara de sangrar y detener la hemorragia y comenzó a practicarle un masaje cardiopulmonar
—¡Vamoooos cabrón, vamos! No te vas a morir, me oyes hijo de puta, no te vas a ir, me importa un culo lo que digas, —masajeaba y cada tanto revisaba su pulso en busca de algún latido, hasta que luego de unos minutos que se sintieron eternos, su corazón latió de nuevo, su respiración era errática y pausada, pero seguía vivo. —Eso es amigo —dijo Yoongi entre lágrimas de felicidad pues lo pudo salvar.
Era pesado, pero como pudo lo cargó y avanzó con él hasta la enfermería, en donde habían varios médicos que se presentaron para atender a los guardias heridos en la fuga.
Rápidamente lo pusieron en una camilla y se lo llevaron en una ambulancia hasta el hospital más cercano, Yoongi aprovechó que estaba todo manchado por la sangre de Taehyung y fingiendo que también estaba herido, después de ser esposado se fue con él en la ambulancia.
Al llegar al hospital Taehyung fue ingresado al quirófano para ser operado pues Namjoon le había perforado un pulmón con la puñalada que le dio. Yoongi sobornó al guardia para que lo dejara quedarse aun a pesar de ser descubierto en la mentira de que no estaba herido.
Durante la cirugía el corazón de Taehyung volvió a detenerse y estuvo clínicamente muerto durante unos segundos hasta que una vez más lo revivieron.
Después de aquello permaneció internado en el hospital por 10 días hasta que se escapó de allí con la ayuda de una enfermera a quien prometió pagarle una fuerte suma de dinero.
Fin del Flasback
—¡Oh! Recuerdame hacerle un altar a Yoongi —fue lo primero que dijo Jungkook, quien estuvo llorando en todo el relato. ¿Desde cuando se había vuelto un marica llorón? Ah sí, culpa del amor. —¿Y que pasó con Yoongi después? Porque te conozco y si estas libre eso quiere decir que él también lo está, tú no lo dejarías en Konapus solo.
—Me conoces bien conejito.
—Digamos que convencí no muy amablemente al alcaide para que le consiguiera un perdón presidencial.
Jungkook entrecerró los ojos y lo miró de forma acusadora —¿Qué hiciste Kim Taehyung? —una sonora carcajada salió de sus labios.
—Hyung tenía razón, si parecemos un matrimonio de años.
Jungkook le dio una leve palmada en el antebrazo. —No te desvíes el tema ¿Qué hiciste?
—Ya, ya conejito! Mis hombres le hicieron creer que teníamos a su esposa secuestrada, y entonces no le quedó de otra que obedecer y me adjudicó la muerte de Hoseok a mi y luego por buena conducta le consiguió el perdón político.
—Mmm.... y ¿tú cómo hiciste para salir de Corea del Norte?
—Estas muy preguntón conejito.
—Taeee— gruño en advertencia.
Y— gruñón también.
—Le pague a un médico para que certificara que después de los segundos en los que estuve clínicamente muerto no me pudieron reanimar, así que efectivamente conejito hablas con un muerto, Kim Taehyung murió, después de salir del hospital conseguí documentos falsos y así me vine a Seúl.
Saco de su pantalón la billetera y extrajo de ella su identificación y se la tendió a Jungkook quien la tomó y leyó:
—Park Taemin.
-Es el apellido de mi madre, nadie lo sabe así que me pareció buena idea usarlo.
—Gran idea Taoki.
—No, Taoki no, —se acerco a Jungkook y lo sentó en su regazo dejándole un beso en la mejilla.
—Taehyung era Taoki y él murió, quien está aquí es otro y si tú me das una oportunidad quiero ser alguien mejor, alguien digno de ti.
—Tonto, tu eres más que digno para mi, eres mas de lo que merezco y no necesitas pedirlo, siempre estaré para ti, aunque aun sigo enojado por todo por lo que me hiciste llorar esas dos semanas.
—Puedo compensarte eso —dijo antes de afianzar el agarre en su cintura y darle un profundo beso.
Después de desayunar juntos entre besos y caricias y luego de tomar dos aspirinas para calmar el terrible dolor de cabeza que tenía por la resaca, Jungkook se dedicó a explorar los alrededores del edificio en donde estaba ubicado el penthouse, él solo había visto ese tipo de lugares en la tv, nunca frente a frente y jamás pensó que tendría la oportunidad de ver algo así.
—Y... ¿Acá es donde te estas quedando? —Preguntó sin dejar de ver el imponente edificio desde la entrada.
—Donde nos quedaremos. —Corrigió, —desde ahora te mudaras conmigo y no está a discusión —Jungkook parpadeó un par de veces al escucharlo y luego bajó la mirada lentamente, como si algo le preocupara, o eso es lo que le pareció a Taehyung, así que se acercó hasta él y lo tomó suavemente del mentón para subir su rostro levemente y mirarlo a los ojos.
—Conejito... Perdoname, es la costumbre pero no te quiero obligar a nada, así que te pregunto: ¿quieres o no estar conmigo? No me molestaré si me dices que no, al contrario, lo voy a entender. Solo que... Yo ya no se estar sin ti, pero....
—Claro que quiero estar contigo.—Le interrumpió. —Y lo digo en serio. Sé que contigo estaré bien, por extraño que eso parezca.
Jungkook, acercó sus labios a los de Taehyung y, de forma lenta, le dio un cálido beso que fue tornándose, conforme pasaban los segundos, en algo más apasionado. Taehyung sonreía para sus adentros, estaba tan feliz de escuchar esa respuesta que no veía la hora de poseer al ahora su futuro esposo, porque sí, vivir juntos era solo el primer paso, después seguía el matrimonio.
Se separaron después de un momento y sonrieron al verse a los ojos, Taehyung le acarició la mejilla suavemente con el dorso de la mano y luego ambos caminaron hasta dentro del edificio, se detuvieron en la entrada del elevador y tocó el botón que llamaba al mismo, pasaron unos segundos y las puertas de este se abrieron, ambos pasaron y nuevamente accionó otro botón para subir a el Penthouse.
En ese instante en que el elevador comenzó a subir, Jungkook lo sorprendió tomando la iniciativa de comenzar a devorarlo con besos, se posicionó frente a él y lo sujetó de forma posesiva del rostro y de la misma forma comenzó a besarlo.
Rozaba con deseo su lengua con la ajena y dejaba escapar leves suspiro mientras aquel lo sujetaba por la cintura y lo apegaba a él, ambos sabían lo que querían, sus cuerpos ya no resistían estar un segundo lejos de el otro, querían, necesitaban sentir el calor del cuerpo de cada uno en una larga sinfonía de placer y gemidos desenfrenados.
Cuando Jungkook posó una de sus manos en la entrepierna de Taehyung, pudo notar un pronunciado bulto que ya se formaba en sus pantalones, haciendo que él soltara un pequeño suspiro mientras sentía cómo lo acariciaba, y lo estaba haciendo perder la razón.
—¡Joder, conejito! —Susurró en el cuello del otro mientras lo besaba y le dejaba leves mordidas, Jungkook se mordió el labio inferior e iba a apartar su mano pero lo detuvo.
—No. Un poco más.. —Le dijo con la respiración un tanto acelerada para que no se detuviera, Jungkook se tomó el atrevimiento de desabrocharle el pantalón y luego meter su mano, acariciando así su pene por encima del bóxer.
—Así...
—¿Te gusta? —Preguntó en voz baja sin dejar de acariciarlo.
—¿Lo dudas? —Respondió soltando una leve risita. —Quiero hacértelo aquí mismo.
—Espera un poco. —Sonrío.
—He esperado mucho, demasiado diría yo.
—Un poco más no te hará daño.
Ambos sonrieron cuando sus miradas se encontraron y en ese instante las puertas del elevador se abrieron. Frente a este, estaba una enorme puerta, misma que Taehyung abrió activando un código de seguridad y deslizando la tarjeta que tenía guardada en su billetera.
La puerta se abrió y dejó a la vista de Jungkook el enorme y lujoso Penthouse, mismo que la noche anterior no pudo apreciar por su avanzado estado de ebriedad.
Se quedó casi boquiabierto al ver semejante lugar, sin embargo, lo que le importaba ahora era Taehyung.
Los dos entraron y él se quitó la camisa que llevaba, tirándola al suelo, necesitaba darse un buen baño refrescante y luego una buena dosis de sexo. Sí. Eso es lo que necesitaba.
—Me daré un baño, puedes venir conmigo si quieres o hacerlo en el piso de arriba, allá hay dos baños más.
—¿Ir arriba... Solo?
—Vaya —sonrió. —No me digas que el agresivo Jungkook tiene miedo de ir solo.
—¡Claro que no, idiota!
—Entonces, lo que quieres es bañarte conmigo. —Se cruzó de brazos y sonrió orgulloso. —Ya lo sabía, conejito.
—No seas imbécil.
—Ya, ya... Iré a preparar el baño.
—¡No! Yo iré a bañarme en otro lugar, tarado.
—Olvidaba lo amable que eras, mi amor, pero está bien, cuando termines esperame en la habitación principal. Puedes sacar del closet cualquier camisa y usarla, luego mandaré a alguien para que compre ropa de tu talla.
—No te preocupes... Y, está bien, nos vemos luego en la habitación.
Jungkook subió al otro piso por las escaleras en forma de caracol para ir a uno de los baños y ducharse, Taehyung por otra parte, se quedó en el piso principal y preparó el baño poniéndole sales naturales y aceites perfumados a la bañera, quería relajarse un poco. Cuando esta se llenó, cerró el grifo y al estar completamente desnudo entró en ella y se sumergió casi por completo, quedando solo su cabeza por fuera, se podría decir que se sentía en la gloria. El agua tibia le relajaba los músculos poco a poco y el olor a vainilla lo hacía sentir en otro mundo.
Pasado un largo rato, casi una hora, al fin salió de la bañera, estaba completamente limpio y listo para lo que venia.
Se secó el cuerpo con una toalla y se cambió las vendas del pecho que aun tenía que usar, pues estaban empapadas.
También se puso en la herida un poco de desinfectante que sacó de un botiquín de primeros auxilios que tenía en el baño, se amarró otra toalla a la cintura y con una más pequeña se quitó la humedad del cabello.
Salió del lugar y caminó hasta la habitación principal, allí lo esperaba Jungkook que estaba viendo un poco de televisión acostado en aquella enorme cama donde perfectamente podrían caber hasta cinco personas, cambiaba los canales y al percatarse de que Taehyung había entrado, volteó a verlo, casi se ahoga con su propia saliva al verlo semi desnudo parado frente a la puerta de la habitación, quiso controlar su nerviosismo mirando nuevamente la pantalla de la televisión pero Taehyung aprovechó para subirse a la cama y, al estar junto a él, le quitó el control de las manos y lo aventó a un lado.
—¿Qué haces? —preguntó un poco nervioso.
—¿Qué crees qué hago, mocoso tonto? —Le respondió acercandose a sus labios para comenzar a besarlo con gula, tumbándose luego encima de él.
—Oye —Interrumpió el beso alejándose tan solo un poco. —¿No prefieres descansar?
—¿Crees qué quiero descansar ahora? —Dijo mientras se quitaba la toalla que tenía amarrada a la cintura. —Ya habrá tiempo para eso.
Dicho esto, continuó con aquel fogoso beso que habían interrumpido, posó sus labios en el cuello de Jungkook y comenzó a morderlo muy despacio, llevó una de sus manos por debajo de la camisa de este para rozar con la yema de sus dedos la piel suave de su abdomen, logrando que él suspirara de gusto al sentir cómo esas grandes y fuertes manos subían entre caricias por todo su torso hasta llegar uno de pezones, donde se detuvo para apretarlo con delicadeza.
Jungkook dejó escapar un leve jadeo de gusto, Taehyung sonrio orgulloso, el ver a su chico haciendo ese tipo de expresiones estaba volviendo loco...
Dejó de apretarle el pezón para subirle la camisa hasta quitársela dejarlo solo en bóxer, prenda que inmediatamente quitó casi con desespero, lo tomó del brazo y le dio la vuelta, poniéndolo boca abajo y luego reflexionando sus piernas para tener su trasero a una altura adecuada.
Se le hacía agua la boca con semejante vista y solo pensar en lo mucho que iba disfrutar lamer con ganas todo ese culito.
Con ambas manos separó los cachetes traseros de Jungkook y acercó su boca a la entrada del agujero, moviendo en el la lengua de forma rápida, cada vez que de la boca de Jungkook salía algún sonido de placer le daba una nalgada y se las apretaba, la punta del pene de Jungkook comenzaba a verse lubricada gracias a las gotas de liquido preseminal que comenzaba a derramar sólo, sin siquiera haberse tocado. ¿Pero cómo no calentarse a millón si a cada cierto tiempo Taehyung, a parte de darle nalgadas, le escupía con fuerza la entrada, haciendo que cada una de las lamidas que le daba fuese más profunda que la anterior? ¿Qué más se puede pedir en el sexo?
La lengua de Taehyung hacía maravillas, entraba y salía del ano de Jungkook tantas veces que se volvían incontables, lo humedecía y dilataba una y otra vez cada que volvía a lamerlo con rapidez, dejándolo más que listo. Pero un momento, algo entró está vez y no era aquella húmeda lengua, no. Era uno de sus dedos largos y huesudos.
Se sentía como si cada falange de Taehyung fuese el relieve de algún tipo de dildo o consolador, cosa que lo hacía estremecerse del puro placer, después de un rato de repetir el proceso, introdujo un segundo dedo y esto hizo que Jungkook jadeara con fuerza sintiéndose al borde del placer mundano, ganándose así otra violenta nalgada. Ya no sabía si tenía dos, tres o cuatro dedos en su interior pues estaba nadando en un mar intergaláctico de placer en el que se sentía flotar cual nebulosa, cada vez que su anillo anal era rozado con la experta lengua de su amante. Se notaba que el hombre sabía muy bien lo que estaba haciendo, eso era seguro.
Con un movimiento rápido, sacó sus dedos y de la nada Jungkook sintió que volvían a su interior, o eso penso, pero no, no eran unos dedos.
Era la punta de su pene, el glande color semi rosa y de gran tamaño de Taehyung que intentaba abrirse paso hacia su interior.
—¡Detente! ¡Para...! —Gimió con un poco de dolor, ya había olvidado lo mucho que dolía que lo penetrara con ese pedazo de pene de caballo enorme.
—Tranquilo... Te vas a acostumbrar poco a poco, lo sabes. —Respondió mientras lo sujetaba por la cadera con una de sus manos. Y sí que tenía razón.
Un rato mas con solo el glande incrustado en la entrada de Jungkook y ya su interior se estaba adaptando al grosor de aquel miembro.
—¿Estás bien?
—Sí, ve despacio... Aún duele.
Dicho aquello, introdujo por completo todo su miembro en el interior de Jungkook que dio un profundo grito y sujetó con fuerza las sábanas, pequeñas gotas de sudor bajaban ya por su frente haciendo el cabello se le adhiera a la misma, sintió un ligero calambre recorrerlo por todo el cuerpo y cerró sus ojos.
Taehyung lo sujeto de las caderas con fuerza pero de forma delicada, lo que menos quería era hacerle daño, solo deseaba hacerle sentir el amor más puro con sus dedos y llevarlo a la cima del placer carnal.
Rodeó el cuerpo de Jungkook entre sus brazos y comenzó a besarle despacio tanto el cuello como la boca, al notar que el cuerpo de este reaccionaba ante sus besos, empezó a mover sus caderas muy, muy despacio; sacó su miembro poco a poco para luego volver a meterlo del mismo modo, estaba siendo muy gentil y suave y el dolor que antes sentía Jungkook se convirtió en ligeras cosquillas que eran como miles y miles de hormiguitas recorriendo su cuerpo y de inmediato lo llevaron a las puertas del placer. Todo un gusto fue sentirse transportado por aquellas hormiguitas al abismo.
Los movimientos se hacian cada vez más ritmicos, aquellas salidas y entradas de la virilidad de Taehyung, con el pasar de los minutos, empezaban a ser un poco fuertes. Cada una de las embestidas era mas salvaje que la anterior, sus testiculos chocaban obscenamente con la piel de los glúteos de su amado y esto los excitaba a ambos en demasía.
—¿Te gusta conejito? —Preguntó entre gemidos mientras continuaba embistiéndolo,
—Callate...
Taehyung sonrió ante esa respuesta, Jungkook era así brusco y de carácter fuerte, era perfecto para él.
—Dime que te gusta. Vamos... —insistió.
—Maldición Taehyung —Se mordió el labio inferior para intentar no gemir tan alto. —Callate de una puta vez y solo fóllame, fóllame...
—Dime que te gusta que te la meta, conejito. —Le ordenó sujetándolo con fuerza de las caderas.
—Me encanta que me folles. Lo adoro. ¿Feliz? —Gritó sumergido en el placer.
—¿Te gusta mucho que te folle? —volvió a insistir ¡Dios que alguien le cierre la boca!
—Si —Jungkook se rindió gimiendo al fin.
Taehyung, bastante sudoroso, sonrío victorioso, sacando su miembro del interior de Jungkook. Él volteó a verlo pues era obvio que no quería que este se detuviera ni que lo sacara, pero de pronto, acercó su pene al rostro del Jungkook cuando este se dio la vuelta.
Aquel pene estaba totalmente erecto y de su punta caliente, que ahora estaba roja y no color rosa, comenzó a brotar chorros de esperma que cayeron directamente a su cara. Aquel líquido no paraba de salir, a ratos era blanco y otros semitransparente, casi traslúcido, todo ese semen se derramaba por la cara de Jungkook, deslizándose por su frente, los labios y barbilla.
Taehyung pudo notar que él seguía con una potente erección, así que se escupió en la mano y luego posó la misma en el miembro de aquel para masturbarlo, aquella sensación fue sumamente intensa, así que al poco tiempo se corrió en su mano entre gemidos de placer.
Taehyung sonrió al verlo tan agitado y se mordió el labio al encontrarse con semejante escena que parecía sacada de alguna película porno, obviamente aún no se sentía satisfecho, quería seguir disfrutando del cuerpo de su conejito. Todos estos días había soñado con esto. así que aún faltaba...
Despacio acercó sus labios a los de Jungkook y le dio un profundo beso, rozándo cada centímetro de su cavidad bucal y jugueteando con su lengua.
Las respiraciones de ambos se aceleraban nuevamente y sin pensarlo dos veces Jungkook se aferró a Taehyung, rodeando con sus brazos el cuello de este y rasguñándole la espalda cada vez que sentía el nombre de este rozar con el suyo.
En aquel momento, Taehyung se dio la vuelta llevando consigo a Jungkook, para que este quedara encima de él.
Le había encantado tenerlo en cuatro, pero ahora quería sentir cómo lo cabalgaba; este se le sentó encima y abrió bien las piernas.
Con una mirada lasciva, le tomó el miembro y se penetró despacio, sentándose encima de su miembro, soltando un ligero jadeo de dolor.
El pene de Taehyung entró con más facilidad que la primera vez, sin embargo el ano de Jungkook seguía estrecho, se notaba que no había usado ese culito con otro hombre, cosa que hacía delirar de satisfacción a Taehyung al saberse único merecedor de ese privilegio.
Las miradas de ambos se encontraron y quedaron fijas el uno en el otro. Habían deseado tanto, tanto ese momento... Sentir el calor, el roce de sus pieles, los besos y caricias, ser uno solo... Y ahora estaba pasando, parecía un sueño del cual no querían despertar.
Jungkook comenzó con un ligero vaivén, subiendo y bajando de forma lenta, sin dejar de ver a los ojos a su amante, la expresión de placer que se le marcaba en el rostro era divina, una mano de Taehyung se posó en unos de sus pezones para rozarlo con suavidad, dejándolo erecto y rojo, suspiraba por ello y llevando su cabeza un poco hacia atrás. le encantabal Y eso se podía notar ya que los movimientos se volvían más rápidos y violentos. La verdad algo morbosos...
Cada vaivén producía un choque que sonaba como si alguien diese una leve palmada, aquel sonido los enloquecía, con su mano libre Taehyung, tomó el miembro de Jungkook y empezó a masturbarlo con algo de rapidez, él comenzó a gemir alto y su respiración se aceleraba cada vez más al igual que su galopar.
Sin poder evitarlo, dejó de hacer lo que hacía para tomar a Jungkook por la cintura y apegarlo hacia él, posó sus labios en su cuello y lo mordió con un poco de fuerza, dejándole así una marca.
Con las mismas ganas y sin apartar los brazos alrededor de su cintura, comenzó a follarlo con rapidez, haciendo más intenso el ruido del choque de sus testículos contra el trasero ajeno.
Jungkook gemía de puro placer y gritaba que estaba apunto de correrse, Taehyung estaba llegando también a su límite, así que se detuvo tan solo para cambiar de posición y ser ahora él, quien estuviera encima.
De nuevo y sin perder tiempo, tomó las piernas de Jungkook y las subió a sus hombros para nuevamente follarlo, enterraba su pene por completo con cada fuerte embestida.
Ambos estaban tan calientes y excitados... Tan llenos de deseo y amor; A pesar de llevar rato follándolo, aquel culo seguia estrecho y eso le fascinaba.
Jungkook no podía resistirse más, le estaba tocando con el glande ese punto dulce que lo volvía loco, así que después de un par de embestidas más se corrió en su propio pecho, por segunda vez. Aquellas contracciones anales fueron suficientes para que también Taehyung se corriera por completo dentro suyo entre ligeros gruñidos de placer.
Ambos cayeron exhaustos, sudorosos y satisfechos en la cama después de aquella ronda de sexo, Jungkook se acercó al pecho de Taehyung con la respiración exhausta y este lo rodeó con su brazo de una forma sobre protectora.
—Dios... Te amo tanto. —Susurró mientras le acariciaba el cabello
con la mano y cerraba sus ojos despacio.
Jungkook dijo algo pero Taehyung no alcanzó a oír, sin darse cuenta había caído en un profundo sueño al igual que su chico, ambos estaban agotados, habían pasado por muchas cosas desde que estaban en prisión y no habían tenido descanso. Ahora, les tocaba reponer fuerzas después de haber tenido una buena dosis de sexo.
A la mañana siguiente, nuevamente Taehyung fue el primero en despertar, se dio cuenta que su polla estaba dura y sonrio. ¿Cómo es qué la tenía tan dura después de haber pasado la noche follando a Jungkook?! Abrió sus ojos, bostezó y se dio un gran estirón, su mandíbula se abrió tanto como sus brazos y piernas lo hicieron.
La cama olía a sexo y las sabanas tenían pruebas de ello, una de las cosas que más le gustaba era eso. El olor a sexo. Le gustaba el aroma de las sábanas sudadas, el olor a semen; todo eso lo ponía tan cachondo...
Antes de levantarse, miró a un lado y se encontró con su querido conejito, este aún descansaba plácidamente, le entraron tantas ganas de volverlo a poseerlo pero si lo hacía, ¡terminaría follándolo hasta la noche otra vez! Así que se encargaría de esa erección en el baño, con el día anterior su cabeza tenía muy buenos recuerdos para trabajar en ello.
Apartó unos mechones de cabello del rostro de Jungkook y este se
estremeció un poco, mas no desperto. Se veía tan divino... Volvio a sonreír y al fin se puso de pie apartando las sábanas a un lado, estaba totalmente desnudo, así que se tocó un poco el miembro mientras iba camino al cuarto de baño; necesitaba una ducha, una larga ducha...
Cuando entró, abrió el grifo y suspiró al sentir el agua tibia caerle por todo el cuerpo, aún su pene seguía duro, así que recorrió su pecho con la mano, bajando por su abdomen hasta llegar a su erección.
Una de las cosas que le gustaba era no estar circuncidado, eso le
permitía juguetear un poco antes.
Al tener sus dedos húmedos, por el agua tibia, metió uno entre el glande y el prepucio, acariciándose el frenillo con suavidad, con el dedo se rodeó el glande quien seguía envuelto por ese pedacito de piel que parecia inservible pero que le ha regalado muchos ratos de placer... Con su mano libre cerró un poco el grifo del agua y de la regadera quedó saliendo solo un pequeño hilo de agua, continuó con su jugueteo previo hasta que notó que de su punta salió una gota transparente. Con su dedo la extendió y en ese momento sintió una ligera curiosidad. Quería saborearlo, saber a qué sabía. ¿Sería salado? ¿Un poco agridulce tal vez? Quién sabe... Jungkook es quien podría decirle eso.
Sonrío un poco al pensar en eso y también recordó breves momentos de lo que pasó la noche anterior, recordar cómo manchó el rostro de Jungkook con su semen hizo que se le pusiera más dura aún, así que se rodeó el miembro con la mano, sobresaliendo así un buen trozo, y comenzó con un lento pero placentero movimiento de vaivén, con la yema de su pulgar recorría las venitas hinchadas que parecían estar a punto de explotar si no hacía algo para aliviarlas.
Posó su otra mano en los testículos que estaban bastante grandes y redondos, muy firmes y señoriales se podría decir. Comenzó a tocarlos suavemente mientras continuaba con los movimientos de vaivén que se iban haciendo progresivamente rápidos.
Estaba llegando al éxtasis... Con la respiración acelerada hizo su cabeza un poco hacia atrás y cerró los ojos, se mordió el labio inferior y de un segundo a otro se corrió por completo, manchando la cerámica de la pared con su tibio semen que se deslizaba despacio hasta a tocar el suelo.
Soltó pequeños jadeos al correrse y, al calmar su respiración, abrió nuevamente el grifo y se limpió, al estar listo y más relajado, salió de la ducha y se secó con una toalla la cual amarró luego alrededor de su cintura, salió del baño y fue hasta la habitación que, para su sorpresa, se encontraba vacía. ¿A dónde se había ido Jungkook?
Buscó una camisa, pantalón y boxer dentro del closet y se vistió, también un par de calcetines y zapatos que hacían juego con su oscura vestimenta, notó que sus vendas estaban empapadas con agua, otra vez, más no les dio importancia.
Salio de la habitación para buscar a Jungkook y... ¿Que era eso? Olia muy, pero muy bien. Su estómago de inmediato hizo un sonido que simulaba él gruñido de un dragón.
Caminó hasta la cocina y allí estaba, preparando unos deliciosos waffles.
—¡Buen día! —Saludó con una enorme sonrisa, se le veía súper animado estando en la cocina.
—Buen día, conejito. —Respondió. —¿Qué... Estás haciendo?
—Unos waffles. Muero de hambre y supongo que tú igual, ¿no?
—Tienes toda la razón. Y se ven deliciosos, debo decir.
—Lo están. —Dijo orgulloso.
Taehyung fue hasta la nevera para sacar una jarra de agua, sirvió una buena cantidad en la licuadora y luego sacó de la alacena un envase, que en su interior tenía una especie de polvo, para prepararse una bebida energética. Esta le ayudaba a ganar masa muscular a la hora de hacer ejercicio, estando en prisión bajó bastante de peso así que tenía que empezar a reponerse, se bebió un vaso grande de aquella bebida y, al estar listos los waffles, ambos fueron a la mesa y tomaron el desayuno, se quedó con ganas de comer más así que se preparó una taza de cereal con leche, Jungkook se preguntaba cómo un ser humano podía comer tanto, ¡por Dios! Y asi continuo el primero de muchos desayunos que le prepararía en el resto de su vida juntos.
Tres años después.
—Date prisa amor.
—Ya... Ya voy.
—Cada mes es lo mismo contigo conejito, solo es una videollamada no un desfile de moda en Paris. —Se burló Taehyung de su ahora esposo, porque si, se había salido con la suya y lo había arrastrado en un viaje express a Las Vegas en dónde el gran rey Elvis los había casado en una ceremonia íntima a la que solo asistieron Namjoon, Jin y Yoongi.
—Me vas a perdonar pero antes muerto que sencillo y la belleza no se improvisa.
—Ven dámelo —le respondió a su esposo riendo.
Ambos se acomodaron en el sofá en frente de la computadora e iniciaron la videollamada con Namjoon y Jin quienes hace algún tiempo habían decidido mudarse a Busan. La llamada fue respondida y la pantalla reprodujo la imagen.
Jin se emocionaba y siempre terminaba llorando cuando veía al pequeño Taesol, el pequeño hijo de Taehyung y Jungkook, tenía un nombre horrible pero el bebe era hermoso y cuidado con decir algo malo de su nombre cerca de Jungkook sino querías recibir un putazo de su parte, ese nombre tenía un enorme significado para él.
—¡Oh, pero si cada vez es mas hermoso y grande.
—Hola para ti también Jin. —Reía Taehyung.
—Callate tu no eres el importante.
—No empiecen... —advirtió Jungkook. —Ustedes dos son los que parecen un par de bebes, Hola Nam.
—Vaya hasta que alguien noto mi presencia —dijo con fingida molestia
—¿Como estas Kook, como va todo?
—Todo va bien hermano, Solecito esta saludable, la semana pasada fue su revisión con el pediatra y dijo que todo estaba bien.
Eso es genial.
—¿Y ustedes para cuando? —¡Oh no! ¿Qué hiciste Taehyung?
De inmediato Jin comenzó un berrinche y le daba palmadas en el brazo a Namjoon, totalmente histérico.
—Ves, embarazame, haz algo productivo —se quejó, Namjoon estaba hastiado de la misma escena cada mes. —Mi amor, ya te lo he dicho, eres hombre y esta no es una novela M-preg.
—Puedo conseguirte uno, ya sabes en el mercado negro; no son baratos, Tae costo una fortuna pero tengo contactos, —siguió provocando Taehyung y
ahora fue su turno de recibir un manotazo de parte de Jungkook.
—Callate Taehyung, primero que todo es Sol, el sol de nuestras vidas después de tanta oscuridad, el resto del nombre solo es decoración ya te lo he dicho y segundo no digas esas cosas delante del bebé. No es cierto amor, tú naciste de una hermosa mujer que nos regalo uno de sus huevitos para que uno de los renacuajitos de tu papá Taehyung se metiera dentro y te formarán. —Le dijo dulcemente a su bebé quien solo lo miraba dando inocentes balbuceos sin entender nada de lo que le decían.
—Cada vez que le das esa explicación al bebé siento que mi testosterona cae al piso conejito, ¡Que perturbador!
—Mi culo y yo sabemos que eso no es cierto —respondió Jungkook y Namjoon se carcajeó hasta que Jin le pego de nuevo en el brazo.
—No te rías, aún quiero un bebe. Y así entre risas y quejas por parte de Jin quien eventualmente se calmo y dejo de lamentarse, hablaron de todo un poco y se pusieron al día en temas de negocios, Taehyung fue quien terminó siendo el segundo al mando y no Jungkook aunque este seguía teniendo una participación activa en todo, ni crean que él se iba a quedar en casa haciendo el papel de esposa sumisa ¡No señor!
Luego de un rato cuando el bebé empezó a inquietarse porque tenía hambre, terminaron la llamada, Jungkook se lo llevo a la planta alta del penthouse, el cual se negó a abandonar aun a pesar de que Taehyung le decía que le compararía la casa que el quisiera, pero la respuesta a esa
proposición siempre era negativa.
Minutos mas tarde Taehyung lo alcanzó justo cuando se inclinaba en la cuna para dejar al bebé quien ya se había quedado dormido, lo abrazo por la espalda y empezó a cantarle en el oído.
Jungkook sonrió y se dio la vuelta para estar frente a frente con su esposo. —Desperdicias tu voz amor, cantas precioso y deberías hacerlo profesionalmente —le dijo besando sus mejillas.
—No gracias conejito, ya sabes tengo pánico escénico, yo solo canto para mis dos amores y con eso es mas que suficiente para mi, no necesito mas público que ustedes dos, —respondió para luego darle un profundo y apasionado beso que después lo llevo a hacerle el amor otra vez y ¿por qué no hacerlo? Si tenían todo el tiempo del mundo para amarse una y otra vez.
Y si un año después fue el turno de Jungkook de llorar viendo fotos del hijo adoptivo de su hermano y Jin, pues nadie dijo nada, después de todo gran parte de su felicidad se la debían al hecho de haber estado encerrados en Konapus.
Ahora sí doy por terminada esta historia, muchas gracias a todas las hermosas personas que me acompañaron en cada actualización, muchas gracias por su paciencia y por dedicarle un poco de su valioso tiempo a leerla.
Por último les pido que me dejen un comentario acerca de que les pareció la historia, amaria leerles.
Nos vemos en mis otras historias, besos y abrazos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro