En la celda del Rey
Celda de Kim Taehyung y Jung Hoseok
—¡No pueden cambiarme de celda! ¡No, no y no! ¡No quiero! ¡Me niego, joder! —Gritó y se quejó al escuchar a uno de los dos guardias. Le habían ordenado retirase a la celda 0621.
—Jung obedece, son las ordenes del jefe —Contestó el guardia un tanto hastiado.
—Me importa una mierda
—¡Carajo, maldito imbécil. ¿Quieres que te llevemos a aislamiento por reusarte al cambio de celda? ¡No me hagas enojar!
—P-Pero... Joder ¡no! ¿Dónde está
Taehyung? —Dijo mirando desesperadamente a su alrededor esperando encontrar a Taoki a pesar de saber que este no se encontraba pues justo a las 7:00 am, cuando se abren las celdas, salió sin decir nada.
—Él les dirá que es un error ¡Búsquenlo!
—Escúchame bien, maldito idiota —el guardia lo sujetaba con fuerza del cuello de la camisa, empujándolo contra la pared mientras le hablaba.
—Tu no das las ordenes aqui, ¿quedó claro? Si en media hora no te has largado te llevaré a aislamiento y me voy a divertir en grande con tu culo. Así que deja de chillar y vete! —Sentenció el guardia soltandolo con brusquedad, le dio la espalda y salió de la celda junto al otro, dejando a un destrozado Hoseok en la celda quien cayó al suelo con lágrimas en los ojos. El... Taoki lo hizo... Lo sacó de la celda y no pudo hacer nada para evitarlo. Jungkook de ahora en adelante sería el amante del rey.
Celda de Jungkook
—¿Eh? ¿Por qué debo cambiarme de celda? —Preguntó frunciendo el ceño a un guardia de pie frente a su celda que lo miraba con cara de asco.
—Porque lo ordena el alcaide así que muevete y vete a la 0702, tienes media hora —ordenó segundos antes de darse la vuelta y retirarse del lugar.
¡A la mierda! ¿Por qué el maldito jefe le dijo justamente a él que se cambiara? ¿No había otro a quién molestar? Joder. A parte de todo, ¿quién sería ahora su compañero de celda? Maldita sea, cada día se estaba volviendo un puto fastidio estar en esa prisión. Y pensar que pasaría allí toda la vida..
Jungkook soltó un suspiro y rascó su cabeza un tanto hastiado, no le quedó de otra que recoger las pocas cosas que tenia allí y mudarse a la nueva celda, caminó con cara de pocos amigos por los largos pasillos de la prisión hasta llegar a la 0702, ubicada en el ala Este, encontrándose allí a un pelirrojo sentado en el suelo con las rodillas flexionadas y su cara entre ellas, se notaba que estaba llorando, cuando este subió la mirada, con sus ojos rojos y llorosos, lo reconoció, ese era el reo que fue a su celda el día anterior para amenazarle.
¿Entonces lo estaban cambiando a la celda junto con él o que coño? Oh, no... Esperen. Sí él es la perra del tal Taehyung, quiere decir que esa celda la comparten ambos; así que....
—Maldito —Musitó La pelirroja colocándose de pie y abalanzándose como fiera contra él, cayéndole por sorpresa encima.
—¡Te voy a matar, hijo de puta! —Gritó sujetandolo por el cuello de la camisa y dándole un golpe en la cara.
—Joder, ¿qué te pasa?! —Jungkook se lo quitó de encima con facilidad, tenía mucha fuerza, así que le era fácil dominarlo.
—¿Estas loco? —Lo tumbó hacia un lado, quitándoselo de encima para ponerse de pie.
—¡Callate! —Gritó levantandose del suelo.
—T-Tú quieres quitarme a Taehyung, ¡eres un maldito!
—¿Cuantas veces tengo que repetirte que ese idiota no me interesa para nada? Carajo
—¡Mientes con todos tus dientes! Ahora que estarás en su celda, te revolcarás como una maldita perra en sus brazos, ¡bastardo! ¡Me las vas a pagar! —Gruñó disponiéndose a darle otro golpe, sin embargo, un fuerte agarre en su brazo lo hizo detener y se giró a ver quién putas lo agarró, se encontró tras él a Taoki con una cara de asesino que lo hizo estremecerse. Esa jodida mirada hostil que se cargaba intimidaba a cualquiera, y La pelirroja no era la excepción.
—Taoki...
—Vete de aquí, pelirroja —Dijo con su peculiar voz firme sin cambiar su expresión seria y amenazante.
—P-Pero... Bebé
—No lo volveré a repetir, Hoseok —Le apretó con fuerza el brazo haciendo que este se quejara bajito del dolor, no pudo hacer otra cosa más que agachar su mirada en señal de obediencia, de modo que el rey lo dejó libre, después se adentró en la celda para buscar sus ropas y salió del lugar con la mirada gacha mientras lágrimas corrian por sus pequeñas mejillas.
El rey lo miró de reojo cuando este se retiraba y luego posó su mirada en aquellos ojos marrones de Jungkook, quien observaba todo el espectáculo entre confundido y hastiado.
—Bienvenido, Jungkookie —Dijo con media sonrisa en su rostro.
—Entonces esta es tu celda.
—Así es, conejito, ayer te dije que a partir de hoy serías mío.
—No, no, no, no. Espera. ¿El cambio de celda es para estar contigo? ¡¿Pretendes que me quede aquí?! —Gruñó enarcando una ceja, sacándole al mandamás una pequeña risa.
—Así es
—¡Qué te follen! ¡No me quedaré acá y menos contigo, hijo de puta! —Escupió aquellas palabras que no hicieron más que hacer suspirar a Taoki mientras se cruzaba de brazos.
Esto se iba a poner bueno.
—¿Y a dónde irás, conejito? ¿Vas a volver a tu celda para que los guardias vayan por ti y te lleven a el Hueco? —Preguntó con cierta sonrisa en su rostro.
—Allá te irá muy mal, pequeño, esos guardias no te tratarán con gentileza. Sin embargo... —le hablaba mientras se acercaba y lo miraba con los ojos llenos de deseo, pasando con suavidad el dorso de su mano por la mejilla de Jungkook.
—Yo puedo hacer una excepción y ser gentil —Guiñó su ojo derecho y le sonreía ladino, Jungkook chasqueo su lengua y le apartó la mano de su rostro de un manotazo, —Te vas a quedar con las ganas, puto imbécil —Dijo para luego darle la espalda e irse a otro lugar, sin embargo, el rey lo sujetó con fuerza de los cabellos halándolo hacia atrás y también del brazo para inmediatamente después aventarlo dentro de la celda, cerrando la misma para que este no escapara o alguien osara interrumpir.
—¡Oye! ¡¿Qué te pasa, idiota?! —Gruñó un furioso Jungkook que por poco cae de culo al piso.
—Te dije que te enseñaré a respetarme, conejito grosero —le hablaba mientras se subía la camisa hasta quitársela y tirarla al suelo, Jungkook tragó grueso al ver ese endemoniado cuerpo de infarto que se cargaba el rey. Esos pectorales y abdomen se le veían realmente exquisitos, y ese pequeño hilo de vellos oscuros que iniciaba desde un poco más abajo de su ombligo hasta esconderse en la entrada de su pantalón, indicándole el camino hacia la perdición era endemoniadamente provocativo.
El mandamás dio unos cuantos pasos hacia Jungkook y este retrocedió, mordiendo el interior de su mejilla y maldiciendo hacia sus adentros pues era la primera vez que retrocedia ante alguien.
—¿Tienes miedo, conejito? —Preguntó esbozando una sonrisa.
—Claro que no —aseguró con firmeza, en realidad no le tenía miedo, a pesar de ser un hombre intimidante y con unos músculos que con un mínimo golpe le podrían partir el alma, ni él mismo entendió por qué se hizo para atrás cuando el mandamás se le acercó. Esa jodida mirada y esos divinos ojos sin lugar a dudas lo hacían desconcentrase.
—Entonces, ¿por qué retrocedes?
—No lo hice —Mintió y esto hizo que Taoki soltara una pequeña risa.
—¿Te pone nervioso ver el cuerpo semi desnudo de un hombre?
—¡C-Claro que no! — sus mejillas comenzaban a tornarse rojas con un leve rubor.
—Conejito mentiroso —susurró extendiendo su brazo para sujetarlo de la muñeca y empujarlo hacia la cama, posicionándose encima de él. Jungkook al ver a ese hombre encima parpadeo varias veces por el asombro y una pequeña gota de sudor bajo desde su sien hasta el menton.
—Debo enseñarte más que solo a respetarme, debes aprender que decir mentiras es malo —Sonrió al ver la expresión del más joven.
—Quitate de encima, jodido idiota —Se quejó empujandolo para intentar apartarlo pero era inútil, el rey no tardó mucho en sujetarle las muñecas y subirlas arriba de su cabeza.
—¿Qué haces?
Taoki sonrió luego de escucharle, sin pronunciar palabra alguna, lo vio fijamente alrededor de unos dos minutos, observando cada detalle en sus expresiones y deleitándose con el sonido que hacía su respiración un tanto agitada. Jungkook no pudo evitar quedar embobado ante esos hermosos ojos del mandamás de la prisión, en verdad son divinos, luego de esos minutos que se vieron fijamente, Taehyung posó sus labios en los de Jungkook dándole un demandante beso, este abrió sus ojos de par en par e intento forcejear al sentir el contacto de los labios de ese hombre, sin embargo, Taoki lo sujetó con más fuerza de las muñecas e hizo que el beso fuera aún más profundo y húmedo, introduciendo su lengua en la cavidad bucal de Jungkook, rozando con gula su lengua y explorando cada milímetro de su interior, pequeñas mordidas en el labio inferior le propinaba, haciendo que la respiración de este se acelerara; cosa que estaba excitando a Taehyung.
Después de unos minutos se separó por la falta de oxigeno, y observó las pequeñas mejillas ruborizadas de Jungkook, quien no podía creer lo bien que besaba ese hombre.
—Ya suéltame, Taoki —Dijo en un hilo de voz mientras intentaba calmar su respiración.
—Ya vas aprendiendo, conejito, me gusta que me llames así —Respondió con su voz profunda y ronca por la excitación, mientras soltaba el agarre en sus muñecas.
—Ve a desayunar, niño tonto —se levantó de la cama, sentándose
en el borde de esta. Jungkook no tardó en salir de un salto y correr hacia la salida, no sin antes detenerse ya que el mandamás le dirigió unas palabras.
—Oye, al medio día almorzarás conmigo, así que búscame en el
comedor.
Jungkook chasqueó su lengua y salió de la celda después de oír la estúpida orden del rey, iba a ser una tortura tener que vivir ahora junto a ese idiota...
Llegadas las 8:00 am los reos fueron al comedor para el desayuno, Hyung Sik se encontró con Jungkook y se sorprendió cuando este le dijo que lo habían cambiado de celda, ¡y con el rey!
—¿No hay algo qué pueda hacer para volver a mi celda? ¿Hablar con el alcaide o algo así? —Dijo soltando un suspiro.
—En serio, no quiero pasar los días en la celda con ese imbécil, le voy a cortar las bolas si vuelve a tocarme.
—Sí podrías hablar con el jefe pero... ¿Qué tienes para ofrecerle? Él no solo accederá a tu petición porque te llames Jeon Jungkook, pedirá algo a cambio y debe ser grande.
—Pues no tengo nada. A menos que...
—¿A menos qué?
—Puedo llamar a alguien para que me entregue una gran suma de dinero, droga o lo que sea.
—¿Llamarás a algún integrante de la mafia, no?
—Exactamente
—Si te soy sincero, deberías dejar pasar un tiempo razonable hasta que las cosas allá afuera estén más calmadas —dijo mientras cogían su bandeja de comida para luego ir hasta una mesa desocupada.
—Recuerda que tu hermano mató a Sergei y la mayoría debe andar buscándolo y a ti también para asesinarlos, espera a que Nam salga de el hueco y trata de convencerlo en llamar a alguien de confianza para que pueda avisar toda la situación y quizá hasta logren sacarlos de aquí
—¿Sacarnos de aquí? —Preguntó frunciendo el ceño.
—¡Claro! Escucha, hace unos días hablé con tu hermano y me contó que él fue quien asesinó a líder de la mafia Ctzu, o sea a Sergei, la cosa es que al morir este, prácticamente quedo como líder de la mafia. ¿Sabes lo que eso significa? ¡Tiene el poder absoluto de casi todo! Solo tiene que hablar con la persona correcta para que los saquen de aquí.
—Vaya, ¡eso es una gran noticia!
—Si, pero hay un problema
—¿Cuál?
—Que tu hermano se rehúsa a volver a la mafia, no quiere saber absolutamente nada de eso, prefiere pudrirse acá en la cárcel y no llamar a nadie.
—¡¿Qué?!
—Como lo oyes, por eso te digo que esperes a que salga de el hueco para que lo convenzas de hacer la llamada, pero eso sí, deben esperar un tiempo, hacer eso ahora no sería para nada una buena idea.
—Entiendo.
—Joder, pero eso significa que debo estar con...
—Es un pequeño sacrificio que debes hacer —Le interrumpió.
—Y trata en lo posible de no provocar al rey, no es por nada pero, si ya te eligió para que seas su amante no podrás hacer nada. Déjate follar y listo.
—Ni de coña —Gritó exaltado al escuchar esas horribles palabras.
—Yo no voy a dejar que ese idiota cara de ogro me toque un solo cabello, que se folle a su estúpida pelirroja ¡no a mí!
—Kook... Estarás de ahora en adelante en su celda. ¿Crees que no te va a follar? ¿A caso tú puedes contra ese hombre?
—¡Cállate!
¿A quién engañaba?
Tarde o temprano el rey se lo follaría quiera o no. —Joder, qué puto dolor de cabeza es ese sujeto.
—Es el rey de esta prisión, no lo olvides.
Ambos reos continuaron con su desayuno hasta terminarlo, serían ya pasadas las 9:30 de la mañana hasta que se fueron al patio de la prisión, sentándose en las gradas mientras se fumaban un cigarrillo y continuaban con la charla.
Mientras tanto en la celda de Taehyung
El rey después de haber dejado ir a Jungkook, recogió su camisa del suelo y se la volvió a colocar para luego sentarse en la cama por unos minutos, sacó una cajetilla de cigarros del bolsillo del pantalón y colocó uno en su boca, posteriormente lo encendió con un mechero y le dio una profunda calada, se levantó de la cama y caminó hasta salir de la celda, iba a la de Yoongi para hablar de ciertos asuntos con el reo, al llegar, este estaba a punto de salir a buscar justamente a Taoki para ir a desayunar.
—Pedazo de mierda, iba a buscarte.
—Pues ya estoy aquí. Entra, debemos hablar —Ordenó.
—¿Ahora qué? —Dijo hastiado mientras entraba de nuevo a la celda.
—Tengo hambre.
—Deja de quejarte, idiota. Al rato comes, mañana viene mercancía, así que debemos preparar todo para las entregas y nuevos cambios.
—¿Nuevos cambios? —Preguntó confundido
—¿Otros cambios de celda o qué?
unidad.
—No —respondió rodando sus ojos.
—Dime, ¿no te gustaría comer algo mejor qué esa basura que dan como desayuno, almuerzo y cena?
—Obvio
—Pues sobornaré a unos guardias, que son nuevos al igual que el idiota que llegó a la cocina, para que nos den comida de verdad.
—¿En serio?! Joder, ¡quiero papas fritas!
—Sí, sí. Ahora cállate y escucha. Mañana...
—¡Yoongi! —Interrumpió un animado rubio al llegar a la celda sin percatarse que allí se encontraba el rey, quien lo fulminó con la mirada por la intromisión.
—Oh... Lo siento, rey —se disculpó haciendo una reverencia.
—Dime, Minnie.
—Esto... Venia para que fuéramos a comer pero veo que estás ocupado.
—Ah, sí. Mejor, más tarde te busco.
—Vale. Nos vemos —Se despidió con una cálida sonrisa en su rostro. Taoki volteó a ver castaño y soltó una pequeña risa.
—¿De qué te ríes?
—Para la próxima también te buscaré para que vayamos a desayunar juntos, mi amor — se burló, haciendo que Yoongi le diera un golpe en el brazo.
—Si serás idiota —Gruñó Yoongi y el mandamás soltó una carcajada.
Los reos continuaron finiquitando los asuntos y preparativos para el día de mañana pues la llegada de la mercancía era muy importante y
delicada. La dichosa "mercancía" no era más que drogas, dinero e información de trabajos sucios que mandaba a realizar el rey fuera de la cárcel, a pesar de estar en prisión, seguía cometiendo crímenes fuera de esta.
Al terminar, por fin fueron al comedor por el desayuno. Yoongi estaba ansioso para que Taoki sobornara al nuevo cocinero y que este les preparara comida de verdad y no esa basura que tenían ya por costumbre comer, moría por probar papas fritas con kétchup, una divina hamburguesa o un exquisito pedazo de pizza con pepperoni, ese castaño añoraba la comida chatarra... Antes de estar en prisión, solía comer siempre esas cosas y lo mejor era que no engordaba pues quemaba esas calorías en el gimnasio.
Taoki, por su parte, era muy quisquilloso al comer, le gustaba la buena comida, sobre todo la italiana, su debilidad siempre fueron los batidos de mora, melocotón o chocolate, en fin, ambos esperaban comer mucho mejor a partir de mañana.
El rubio había salido del comedor minutos antes y se dirigió al patio para buscar a Hyun Sik, pues era el que siempre tenía cigarrillos, al verlo en las gradas, se acerco a este esperando no interrumpir pues estaba con otro reo.
—Hey, Hyun Sik —Saludó el rubio, acercándose con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón.
—¿Qué hay rubia?
—Solo venía para pedirte un cigarrillo. ¿Tienes?
—Claro —Respondió mientras sacaba de su bolsillo la cajetillas de cigarros y luego extendía su brazo hasta él. —Toma uno.
—Gracias —llevó un cigarrillo a su boca para encenderlo con el mechero que llevaba consigo.
—¿Conoces a Kook? —Preguntó mientras le daba un pequeño empujón con su codo para que este se presentara.
—Pues, solo de lejos. ¿Eres el nuevo, no?
—Ah, sí —Contestó sin ánimos.
—Me llamo Jimin, Park Jimin —Se presentó extendiendo su mano para estrechar la del otro con una cálida sonrisa en su rostro, Jungkook solo lo vio con indiferencia pero al final también extendió su mano y estrechó la del rubio.
—Jeon Jungkook.
—¿Y qué tal te ha parecido estar en prisión, Jungkook? —preguntó soltando una pequeña risa, sentándose a un lado de este.
—Una mierda —Espetó, haciendo que los otros dos reos se rieran.
—Bienvenido a Konapus —Comentó sarcásticamente Jimin mientras le daba una pequeña palmada en el hombro.
Jungkook rodó sus ojos y rió para sus adentros, es verdad que estos primeros días en prisión han sido una mierda total, sin embargo, al parecer habían reos que intentaban ser amables, a él se le hacía un poco difícil actuar de la misma manera pero tal vez, durante la convivencia en prisión, su actitud cambie un poco, o empeore.
Los tres reos hablaron por un largo rato y poco a poco se iban conociendo mejor, Jimin tenía esa particularidad o mejor dicho el "don" de inspirar confianza y de ser alguien con el que puedes contar en momentos buenos o malos, Hyun Sik por su parte, al ser un hombre mayor que los otros dos reos tiene más experiencia en la vida y sabe bien cuándo callar o hablar, también dar un buen consejo o simplemente escuchar cuando alguien quiera desahogarse, Jungkook por otro lado, es desconfiado, obstinado y cruel cuando se lo propone, pero a pesar de eso, en el fondo tiene buenos sentimientos solo que no está dispuesto a mostrarlos.
Comenzaba a aburrirse de tanta charla, ese par de reos se conocian de hace tiempo y el a penas estaba llegando así que no
entendía mucho de qué coño hablaban cuando trataban ciertos temas, así que se levanto de las gradas y dio unos cuantos pasos abajo.
—¿A dónde vas, Kook?
—Levantaré pesas, será mejor eso que estar perdiendo el tiempo con ustedes —Respondió, el rubio se giró a mirar a Hyun Sik y enarcó una ceja, este rodó sus ojos y soltó un suspiro, no era ninguna sorpresa que dijera algo así.
Jungkook se adentró en la prisión y fue camino hasta el lugar donde los reos hacen ejercicios, le dicen el gimnasio pero esa palabra le queda más que grande pues solo hay unas cuantas pesas de distintos tamaños y kilos y bolsas de boxeo, al llegar, aprovechó de ir hasta una de las bolsas, no había casi nadie ya que los reos suelen ir en la tarde, así que pudo estar solo tranquilamente, se quitó la camisa para no sudarla, colocándola a un lado de la pared, camino alrededor de la
bolsa, inhalando grandes bocanadas de aire y concentrándose; después de estar listo, comenzó a golpear la misma con mucha precision y
fuerza, se veia tan concentrado y se notaba que estaba disfrutando el momento, prácticamente desechaba todo el estrés que cargaba encima desde hace semanas, cada golpe que le propinaba a aquella bolsa le daba una sensación de satisfacción, continuó en su faena sin detenerse, solo paraba para inhalar un poco de aire y continuar, sus músculos se tensaban cada vez que este hacía
con fuerza un movimiento, marcando así su cuerpo tan provocativo, una fina capa de sudor envolvía su piel, los cabellos se pegaban en su frente a la vez que pequeñas gotas se deslizaban por esta como también desde su sien hasta llegar a su mentón, después de un rato, cierto reo quien llevaba unos cuantos minutos observándolo se acercó de brazos cruzados hasta el.
Este hombre de aspecto un tanto desaliñado, piel canela y con una altura de unos 1,80 desnudaba con la mirada a Jungkook en la bolsa de boxeo, una vez que se detuvo a un metro de distancia le habló.
—Te ves aún más divino sin camisa, chico nuevo —le habló con cierta sonrisa pervertida en sus labios, Jungkook detuvo los golpes e intentaba calmar su respiración, se sentía un tanto exhausto y no es para menos... Después de escuchar a aquel reo imbécil lo miró con cierto asco y chasqueó su lengua. ¿Para eso le interrumpía?.
—Saca tu culo de aquí, idiota —respondió pasando el dorso de su brazo por su frente para secar el sudor y el reo soltó una pequeña risa sin apartar la mirada de este.
—Será mejor que cuides esa lengua, pequeño, o te enseñaré a respetar —Dijo mientras se acercaba a él hasta sujetarlo por la muñeca, halándolo hacia él, gruñó y, con brusquedad, se zafó de inmediato de su agarre, sin tardar mucho le propinó un fuerte golpe en la mejilla haciendo a este tambalear, ese tremendo impacto no se lo esperaba.
—Maldito, mocoso —Se quejó el reo.
—Te vas a arrepentir.
Jungkook se río, estaba más que seguro que ese idiota no era rival para Jeon Jungkook, ¡era un imbécil!
Una vez que ese reo se abalanzó contra él, este lo esquivó sin problema, podría no tener los mejores y más enormes músculos, pero poseía una agilidad increíble. ¡Era un jodido lince a la hora de esquivar algún golpe! El sujeto se sentía un tanto frustrado al no poder darle siquiera una bofetada, ¡era imposible, joder! Jungkook sabía muy bien qué puntos específicos del cuerpo tocar para causar un dolor agudo e inaguantable, así que aprovechaba esos momentos, donde el reo fallaba en los golpes, para atacarlo; haciéndolo gemir de dolor, se reía cada vez que este se quejaba, estaba disfrutando jugar con ese jodido idiota pero no se esperó caer de culo al piso por un tropiezo.
Cuando el reo se abalanzó contra él como un toro, Jungkook retrocedió unos pasos sin percatarse que tras él, en el suelo, habían unas pequeñas
pesas de modo que pisó una de ellas y está rodó haciéndolo perder el equilibrio y caerse, justo lo que el reo estaba esperando.
—Eres mío, chico nuevo —Dijo con una sonrisa victoriosa en su rostro a la vez que avanzaba con pasos rápidos hacía Jungkook quien se hallaba en el suelo, este chasqueó su lengua e iba a incorporarse pero se quedó inmóvil cuando un amenazante y muy enojado Taehyung apareció, sujetando con fuerza el cabello del reo que se disponía a golpearlo, de un solo movimiento, el rey aventó a este hacia las pesas, haciendo un estruendoso ruido y dándose este un buen golpe.
Taoki se acercó hasta él tronando sus nudillos mientras le daba una mirada llena de maldad y enojo, no iba a permitir que ese idiota, ni nadie más, se atreviera a tocarle un solo cabello a Jungkook, ¡asesinaría a quien sea! Una vez que estuvo frente a él, lo sujetó por el cuello de la camisa y de inmediato comenzó a propinarle con violencia innumerables golpes en el rostro, el reo sintió cómo el tabique de su nariz se fracturaba en varios pedazos a la vez que empezaba a brotar sangre por ella, varios dientes se le aflojaron y salieron de su boca, haciendo peor aquel desastre de sangre. Ese demonio tenía una fuerza tremenda y al parecer estaba más enojado que nunca.
—Si vuelves a tocarlo te mataré, maldito imbécil —Le amenazó en un susurro al oído mientras lo sujetaba con fuerza por el cuello, apretando el agarre hasta casi asfixiarlo, el reo se quejaba por la falta de oxígeno sintiendo que se ahogaba con su propia sangre que salía a chorros de sus fosas nasales, el rey esperaba que le quedara bien claro la advertencia, y una vez que este asintió débilmente Taoki aflojó el agarre y terminó empujándolo hacia atrás de modo que este volvió a caer contra las pesas.
El mandamás le dio una patada en las piernas y le escupió segundos antes de dirigirse a Jungkook quien ya se había puesto de pie, observando toda la escena.
—Que bueno que estaba cerca para defenderte conejito o ese reo te habria hecho pedazos.
—¡Claro que no! Ese hijo de puta no logró ponerme un dedo encima.
—¿Y cómo es que terminaste en el piso? —Preguntó enarcando una ceja.
—Me tropecé —Dijo entre dientes. Joder, ¿ese idiota de Taoki no se cansaba molestar?.
—Claro —Rodó sus ojos.
—Vete a la mierda y déjame en paz, ¿quieres? Sé defenderme solo.
—Sí, sí. Lo que tu digas —siguió burlándose mientras veía a Jungkook alejándose del lugar.
—Oye —Se giró levemente y lo miró de reojo.
—No olvides lo que te dije sobre el almuerzo.
Definitivamente no tendria un minuto de paz con ese maldito infeliz en prisión. ¿Por qué coño el mandamás tuvo que echarle el ojo? !Carajo! Habían tantos reos allí y justo se tuvo que fijar en él. ¡A la mierda!
Queria darse un baño pero eso significaba encontrar otro
problema en las duchas y la verdad no estaba de ánimos para más, queria estar solo y que la jodida pesadilla, que solo empezaba, terminara rápido o iba a enloquecer.
Fue hasta su nueva celda y subió hasta la cama de arriba para recostarse un rato, habían cosas que debía pensar, una de ellas era lo que Hyun Sik le comentó sobre convencer a Namjoon para que contacte a alguien de la mafia y estos planeen un escape, si es que eso llegara a pasar. Y hablando de Nam... ¿Cómo la estará pasando? Ya es el segundo día en el hueco y aún faltan cinco. ¿Será que su hermano aguanta todo ese tiempo allá? Por lo que se rumoraba, ese sitio es lo peor de lo peor. Asi que, es de suponerse que la debe estar pasando horrible. Pero, ¿qué tan mal? Quién sabe...
Jungkook soltó un suspiro al pensar en aquello, de cierta forma le intrigaba el hecho de que su hermano se encontraba en aquél lugar pero a la vez le daba igual, en fin... Otra de las cosas en las que pensaba era sobre la ahora convivencia con el rey, le repugnaba la idea de convertirse en la zorra de ese sujeto y es que, joder, él no se dejaria dominar por nadie y mucho menos por ese idiota, no señor.
Al llegar el medio día, sonó la alarma para que todos fueran al comedor, los reos fueron caminando hasta el lugar, incluyendo a Jungkook, quien se
encontró a Hyun Sik en la larga fila.
La fila era enorme y él tenía
hambre, no es que iba a degustar un exquisito menú, pero algo es algo.
Envidiaba el hecho de que el rey pasara de primero sin problema alguno, cómo le gustaría en ese momento hacer lo mismo. Una vez que Jungkook y Hyun Sik cogieron sus bandejas, fueron hasta una mesa desocupada, el mandamás se hallaba sentado en su lugar de siempre junto con Yoongi, esta vez no estaba La pelirroja.
Por cierto, ¿dónde estara?, desde la mañana no ha dado ninguna señal de vida, ya era la hora del almuerzo y tampoco ha aparecido.
Taoki no tenía mucho apetito, al ver al castaño pasar de largo y no sentarse a la mesa como le había ordenado lo había hecho enojar un poco.
Yoongi quería, desde ayer, decirle algo a Taehyung pero le daba algo de ¿pena? O tal vez temor de no escuchar una respuesta agradable.
—Oye, Taoki quería comentarte algo.
—¿Qué cosa? —Preguntó sin apartar la mirada de Jungkook.
—Ya que Jimin es mi pareja... ¿Puede él almorzar con nosotros?
—¿Eh?
¿La rubia, comer con ellos? Eso nunca.
—Por supuesto que no.
—¡Joder! ¿por qué no?
Porque no y punto. Será un fastidio.
—No exageres, Tae.
—No lo hago, ¿Qué crees que pasaría si dejo comer en la mesa a cualquier pareja que tengas? Creerán que tienen poder y protección por sentarse acá y las cosas no son así. Olvídalo.
—Jimin no quiere protección tuya ni mucho menos, para eso
estoy yo, infeliz. Y... Solo quiero estar con él cuando comamos, es todo —Dijo esquivandole la mirada pues se sentía un tanto cohibido, Taehyung rodó sus ojos y soltó un suspiro. ¿Sería buena idea cambiar de opinión? Conocía a la rubia de hace tiempo, incluso intentó follarselo un par de veces sin embargo no lo hacía por quién sabe qué razón, tal vez porque sabía que a Yoongi le atraía ese reo o simplemente perdía el interés cuando llegaba la hora de buscarlo para follar y terminaba haciéndolo con la pelirroja. Por cierto, ¿dónde putas se escondió?.
—Haz lo que quieras, pedazo de mierda —Espetó el rey. ¿Tomaría eso como un Sí? Yoongi sonrió para sus adentros y continuó su almuerzo sin decir más, mientras que Taoki aún seguía pensando en donde estaba metido La pelirroja.
—¿No has visto a Hoseok?
—No. Pero ha de estar en su celda sin ánimos de nada, ya sabes —Respondió, sin embargo Taehyung ni le escuchó una palabra pues había fijado su mirada nuevamente en el tonto de Jungkook quien no movía el culo de la puta silla para ir hasta su mesa.
—Este imbécil —Se levantó hastiado de la mesa y se dirigió hasta la del desobediente de Jungkook, una vez que llegó hasta él, interrumpió la "conversación" que tenía este con Hyun Sik, sujetándolo de la muñeca y devolviéndose nuevamente de camino arrastrando a un confundido y cabreado Jungkook quien gritaba mil y un insultos para que lo soltara, más sin embargo el rey ni se molestaba en si quiera mirarlo, cuando llegó hasta su mesa, Yoongi frunció el ceño confundido al ver a Taehyung de pie y sujetando a un furioso Jungkook.
¿Ahora qué puta locura iba a hacer Taoki?
—Escuchen todos, malditas mierdas —Habló con voz fuerte, firme y amenazante; sin duda, su forma de hablar demostraba que solo él mandaba en esa putrida prisión.
—Si veo que alguien toca, mira o intenta alguna estupidez con esta zorra —Dijo mientras alzaba la mano de Jungkook quien abrió sus ojos de par en par al escuchar que le dijo zorra. —No solo les voy a cortar las bolas sino que se las haré tragar, espero haber sido lo suficientemente claro. Jungkook a partir de hoy es mío y nadie toca lo que me pertenece.
¡¿Quedó claro?! —terminó alzando más la voz, escuchándose un sonoro eco dentro de ese comedor, todos los reos hicieron un silencio absoluto mientras Taoki hablaba, sin contar a Jungkook pues este gruñía y le insultaba mientras trataba inútilmente de zafarse de su agarre.
Una vez que terminó de hablar, aventó a Jungkook en la silla, este iba a levantarse pero Yoongi lo detuvo. —Será mejor que te quedes donde estás, no lo hagas enojar más.
—¿Qué mierda les pasa a ustedes dos?! ¡Hijos de puta! —Gruñó furioso, y es que ¿cómo se le ocurría al rey llamarlo zorra y decir que era suyo?
¡Eso ni de chiste. —Que te quede claro una cosa, Taehyung —le habló apuntándole con el dedo.
—No te pertenezco y no soy tu maldita zorra ¿entiendes? Así que puedes irte muy a la mierda —se puso de pie dispuesto a largarse, no quería verle más la cara a ese idiota.
—Si te vas, juro que perderé la poca maldita paciencia que me queda —amenazo un tanto hastiado, pero claro, Jungkook no iba a hacerle caso ¿verdad? Le importó un bledo su estúpida amenaza así que se levantó del lugar, molesto obviamente, y caminó lejos de allí.
Taoki rodo sus ojos y suspiro profundo, ¿Ese chico era muy osado o simplemente era un idiota? Si ese tonto no aprendía a obedecer por las buenas entonces lo haría por las malas, se levantó de la silla para ir tras él y no tardó mucho en alcanzarlo y sujetarlo del brazo para luego subirlo a su hombro sin problema alguno, salió del comedor y caminó por el largo pasillo de la prisión hasta llegar a su celda.
Jungkook maldecía a horrores por estar encima de ese idiota de Taehyung y no puder hacer nada para evitarlo. Al entrar en la celda, lo tumbó en la cama, posándose de inmediato encima de él.
—¡Quítate, jodido idiota! —Se quejó empujandolo con brusquedad pero este no retrocedía ni un centímetro.
—Conejito, te he dicho que cuides tu maldita lengua cuando me hables —le habló de forma intimidante sin apartar sus ojos de él.
—No me obedeces, me insultas y aún no entiendes quién manda en esta prisión, ya es hora de que te lo enseñe.
Una vez dicho eso, el rey lo sujeto de las muñecas y subió ambas por encima de su cabeza, inmovilizándolo y apretando estas con fuerza; incluso se quejó un poco del dolor pues sentía que se las iba a dislocar, al tenerlo dominado, Taoki posó sus labios en los él y le dio un profundo y demandante beso, donde su lengua se introdujo sin permiso alguno en la cavidad oral de Jungkook y comenzó a juguetear.
El mandamás frotaba su cuerpo, y más su entrepierna en la de Jungkook y este podía sentir sobre las telas aquél pronunciado bulto que poseía, intentaba alejarse de los labios de Taoki pero este lo impedía y hacia el beso aún más húmedo, sus respiraciones eran desesperadas y ambos luchaban por obtener lo que querían; uno por su parte quería huir y el otro dominar. Taoki, con su mano izquierda, sostuvo las muñecas de Jungkook con fuerza y posó la otra dentro del pantalón del reo, sujetándole el miembro con su mano y comenzando a masturbarlo, con lentos movimientos de vaivén.
Jungkook tuvo la sensación de que una fuerte corriente eléctrica recorrió toda su espina dorsal al sentir la gran mano del rey tocar su pene, aprovechó que este no había separado sus labios de los suyos para morderle con fuerza el inferior, haciéndole daño. Taoki se apartó al sentir la mordida, más sin embargo no se quejó pues cosas así lo excitaban más. Lo miró fijamente a los ojos, observando a un enojado y no pudo evitar relamerse los labios y sonreir ladino. Ese condenado se veía demasiado divino cuando se enojaba, o eso le parecía a Taehyung.
El mandamás comenzó a aumentar la velocidad de la masturbación y sonreía para sus adentros al sentir el miembro de Jungkook endurecerse a la vez que aquél soltaba jadeos muy leves y colocaba una expresión de estar sumamente molesto.
—Ya suéltame —pidió con la respiración un tanto entrecortada, el tiempo que llevaba el mandamás tocándolo estaba haciendo su efecto. Taoki mostró medía sonrisa y, sin dejar de masturbarlo, posó sus labios en el cuello del menor; propinándole una profunda mordida y por ende dejando una notoria marca.
Jungkook soltó un suspiro y maldecía para sus adentros al sentir su cuerpo estremecerse, la respiración cálida de Taehyung en su cuello le producía cierto cosquilleo y lo peor era que no le desagradaba.
¿Qué pasa Kookie, dejarás que el mandamás de la prisión se salga con la suya?.
—¿Te gusta que te muerda, conejito? —le dijo mientras pasaba la lengua por su fino cuello.
—Deja de llamarme... conejito. Ahh... —Soltó un jadeo al sentir la mano del mandamás masturbarlo entre movimientos lentos y rápidos, de inmediato mordió la parte interna de su mejilla y su corazón se aceleró de uno a mil, en segundos al escucharse.
¿Qué coño fue eso? ¿Gimió debido a la atención que el rey le estaba dando? Carajo, ¡eso ni hablar! ¿Dónde quedó el chico obstinado?
—No te contengas. Quiero oírte gemir-—posó nuevamente sus labios en el cuello de Jungkook y dejó otra mordida, haciéndolo suspirar, sin detener esos movimientos de vaivén con su mano que estaban por enloquecerlo.
—C-Carajo... Para —Dijo mientras apretaba sus puños, si ese idiota no se detenía iba a pasar lo que menos quería, se iba a correr.
—No eres quién para decirme qué hacer, conejito. El rey soy yo.
—Taehyung... No puedo... Ahhh —Dijo segundos antes de morder su labio inferior para ahogar un poco sus jadeos.
—¿No puedes qué? —preguntó mientras lo miraba a los ojos y sonreía ladino al escuchar y ver las reacciones de este, ese tonto estaba respondiendo mejor de lo que esperaba.
—No puedo aguantar por más tiempo, imbécil.
Taoki aprovechó el momento para apretar levemente el glande de Jungkook mientras lo masturbaba, de modo que arrancó de su garganta un gemido de placer mientras este arqueaba un poco su cuerpo, sin duda, ya iba a llegar al orgasmo.
—Córrete, tonto —el rey aumentó la velocidad del vaivén, Jungkook entre jadeos, no pudo aguantar y se corrió en la mano del rey, manchándolo y también manchándose con su cálido fluido, Taoki soltó un pequeña risa al ver las mejillas ruborizadas de Jungkook mientras este intentaba calmar su respiración, soltó su miembro y llevó su mano a la altura de sus labios para luego lamer con gula toda la esencia de este, degustando su sabor particular.
—Maldito pervertido.
—Me gusta cómo sabes y no soy el único pervertido aqui, conejito. Se ve que te gusto —soltó el agarre de sus muñecas y se movió hacía atrás, levantándose de la cama.
—Cállate, idiota, eso no es cierto.
—Claro, como digas.
Taoki caminó unos cuantos pasos a la salida y se detuvo justo antes de salir de la celda, girándose un tanto para hablarle a Jungkook.
—Con esto no creas que te he castigado —Jungkook no entendió a qué se refería.
—¿De qué hablas? —Gritó para que Taoki le escuchara cuando este ya estaba caminando fuera de la celda, sin embargo, ni volteo.
—¡Oye! ¡¿De qué coño hablas?
Jungkook se cruzó de brazos y soltó un bufido al ver a Taehyung alejarse. ¡Ese maldito imbécil es imposible! ¿A qué se refería conque no lo ha castigado? ¿No era suficiente con tenerlo en su celda y toquetearlo? Joder...
Ahora debe estar alerta con ese estúpido, pues quién sabe qué clase de "castigo" querrá aplicarle y lo más importante, ¡¿Cuándo?!
Continuará...
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