Se encontraban perdidos, ya no podían perder más, su victoria, la chispa de la vida y su alegría, todo se había esfumado en un efímero segundo, el panorama era desalentador para nuestros héroes .
-Esto es terrible! - se quejó con pesar el pato marinero- ya no tengo una sola oportunidad de regresar con Daisy, el espejo se quedó roto y lo más importante, ya no estamos vivos...

-lo lamento tanto amigos, debí ser más cuidadoso para no romper las reglas, de no haber sido por mí debilidad... - respondió el gallo mexicano decepcionado de sí mismo y con la voz quebrada. Era difícil imaginar que alguien tan alegre y activo como Panchito ahora pareciera tan decaído.
-Saben? Creo que no está tan mal después de todo, al menos nos tenemos los unos a los otros y aunque ahora estemos muertos quiero que sepan que viví al máximo mis últimos días a su lado, sólo junto a ustedes pude sentirme tan vivo- soltó José en un suspiro de nostalgia, lo decía de corazón, había vivido bastantes experiencias, pero ninguna se comparaba a todas aquellas aventuras que vivió al lado de sus amigos.
- Panchito, no es tu culpa. Añadió con dulzura intentando animar a su compañero.
- Claro que lo es!- Respondió-  sí no hubiera tenido miedo de dar fin a la vida de Sheldgoose seguro ya estaríamos en la cabaña comiendo pizza o algo por el estilo, pero no , ahí voy yo  de buen samaritano y lo arruiné todo- se lamentó, cada palabra parecia herirlo más.
- Panchito, no todo es tu culpa, sabemos que tu eres compasivo por naturaleza y no hay nada de malo en eso- continuó el brasileño mientras posaba su mano en el hombro de aquel que derrotado respondería
- Qué acaso no lo ves?... Ya no podemos hacer nada para remediarlo.
Panchito iba de mal en peor y si había algo que irritara a José era que no atendieran a sus palabras cuando estas eran auténticas, así que un poco molesto dijo
-bueno, lamentándose tampoco se arreglará nada, vamos - ahora su voz denotaba preocupación- debemos encontrar la forma de regresar!
-Si, me preocupa lo que sucede allá arriba- comentó Donald mientras miraba su entorno.
- allá arriba? - preguntaron los latinoamericanos al unísono mientras levantaban la mirada, para toparse con un peculiar ¿cielo?... Al momento que recordaban las palabras de aquel extraño tipo con sombrero que se habían topado antes de subir la pirámide del Sol.

-" El templo del sol tiene dos salidas, vida o muerte [...] Buena suerte, los estaremos observando..."
Y después aquel escrito del mágico atlas dorado que Xandra algo confusa citó
" La jornada continua, donde todo parece haber terminado, pero va más allá, impulsada por el astro dorado".
...
Lo meditaron un segundo más y una idea vino a la mente de Panchito.

-Eso es chicos!! Siganme -Exclamó Panchito en aire triunfante, la alegría había iluminado su rostro una vez más.
Donald y José se emocionaron al escucharlo, sus ojos brillaron y pusieron atención a lo que estaba a punto de decir, mientras caminaban por un obscuro túnel.

-El templo del Sol representa los trece niveles del cielo y los nueve niveles del inframundo azteca, sí nosotros subimos hasta el sol cuando el espejo mágico lanzó el reflejo de luz quiere decir que estamos dentro de la pirámide, en los túneles subterráneos! El inframundo!! Muchas veces mi madrecita adorada me contaba historias así cuando era pequeño, es algo que siempre atesoraré, cuando era un polluelo, siempre creí que era cierto, mí infantil ilusión se ha mantenido hasta hoy que soy un gallo hecho y derecho.

- Sin duda alguna amigo mío esa escencia te caracteriza, creo que por eso me caes bien.
-por eso somos compadres, Xandra no se equivocó al decir que juntos seríamos los tres Caballeros!
-Xandra!!
Exclamó Donald, quien no había dicho casi nada durante el trayecto por estar sumido en pensamientos acerca de lo que había hecho de su vida y de lo que pasaría con Daisy, April, May y June, también pensó en sus sobrinos, el tío rico y en su hermana Della, acaso se reencontraria con ella en ése extraño lugar?, Deseaba que así fuera y al mismo tiempo que no, también se preguntaba por su bisabuelo Clinton Coot, por quién había empezado esta loca aventura, pero todo eso se esfumó cuando recordó a la diosa de la aventura.
-Xandra!! Dónde estás?!
-Ella es una diosa inmortal, supongo que no puede venir aquí-Argumentó José, analizado- pero si se supone que ningún inmortal puede estar aquí, el dios de la muerte es mortal?, Nah tonterías - acabó sentenciando a sí mismo-
Habían caminado bastante en aquel túnel sombrío, pero no del todo obscuro, eran cuidadosos con lo que estuviera a su paso, todos dirigidos por Panchito, quien a pesar de no haber estado ahí nunca antes sabía que rumbo debían tomar, después de un rato, salieron de aquel túnel dirigidos por una luz turquesa y quedaron maravillados ante el espectáculo que se ofrecía frente a ellos.
-Llegamos, el corazón del Mictlán
- Sinceramente nunca me lo imaginé tan...

-Colorido? Ésa es la magia de México Donal', a veces yo mismo me sorprendo con las maravillas de mi propio país. Por eso mismo lo amo tanto, es enigmático y alegre.

Todo tenía tanta vida y tanto fulgor que parecía un sueño, había muchas creaturas coloridas y extravagantes, algunas les recordaron a Leopold, el burro, rata murciélago, como decía Panchito, que habría sido de Sheldgoose y Felldrake?