011
El ambiente estaba cargado de emoción mientras las luces parpadeaban, marcando el inicio del número principal de la competencia de final de temporada. Los aplausos llenaban el espacio, acompañados de los gritos y vítores de los espectadores que esperaban con ansias a los próximos participantes: el equipo principal del Jam and Roller.
Las luces se apagaron brevemente, dejando el escenario en completa oscuridad. De pronto, un resplandor brillante iluminó una luna gigante que comenzaba a descender lentamente. Encima de ella estaban Luna y Ámbar, ambas luciendo sus mejores trajes, llenos de brillo y detalles que relucían con la luz. La luna flotante era el centro de atención mientras descendía al ritmo de la música inicial.
Detrás de ellas, aparecían Matteo, Ramiro, Simón, y Jim, patinando con movimientos precisos y llenos de energía. Cada paso y giro que ejecutaban iba sincronizado con el ritmo de "Alas", la canción principal de su presentación. Sus movimientos fluían con la música, mostrando la preparación y dedicación que habían puesto en la rutina.
Rose, que estaba en las gradas junto a Gastón, observaba la coreografía con atención, cautivada por la mezcla de talento y pasión. Cada giro acrobático y salto perfecto hacía que el público estallara en aplausos.
Gaston, sin embargo, no podía concentrarse completamente en la presentación. Cada vez que los aplausos disminuían, desviaba su mirada hacia Rose. Notaba cómo sus ojos se iluminaban con cada giro complicado o transición inesperada en la rutina. Ella lucía fascinada por el espectáculo, pero parecía también sumergida en pensamientos lejanos.
Cuando la música llegó a su último acorde, Luna extendió los brazos con una gran sonrisa, y Ámbar, a su lado, levantó su rostro con actitud triunfante.
El público se puso de pie, ovacionando la rutina con aplausos ensordecedores. Gastón volvió a mirar a Rose, y esta vez ella lo notó. Por un instante, sus miradas se cruzaron, y aunque ninguno dijo nada, había algo en sus ojos que quedaba en el aire, como un entendimiento sin palabras.
Mientras el equipo se unía en un abrazo grupal en el centro del escenario, Rose aplaudió con una sonrisa discreta, intentando esconder su emoción. Gastón, sin quitarle la mirada de encima, se prometió a sí mismo que encontraría la forma de demostrarle cuánto la valoraba.
El presentador volvió a tomar el micrófono para anunciar los resultados finales, pero para todos en el Jam and Roller, ese momento ya había sido perfecto.
La tensión en el aire crecía a medida que el presentador subía al escenario, sosteniendo el micrófono con una mano mientras con la otra hacía una señal para callar a la multitud. El ambiente estaba lleno de emoción y expectación, con la música suavizándose en un murmullo que anticipaba el desenlace.
- ¡Y ahora, ha llegado el momento que todos estábamos esperando! Los ganadores de la competencia de este año en Jam and Roller... - El presentador hizo una pausa dramática. -¡El equipo ganador es... Jam and Roller!
La multitud rompió en aplausos y vítores, levantándose de sus asientos en una ovación ruidosa. Los competidores se abrazaron, se felicitaron y saltaron de emoción. El equipo que había trabajado tan duro, con su esfuerzo colectivo, había logrado llevarse la victoria.
En el centro del escenario, Luna, Ámbar,Jim, Ramiro, Simón y Matteo se abrazaban entre sí, los rostros iluminados de felicidad. Sabían que habían dado lo mejor de sí mismos, y el reconocimiento del público y los jueces solo lo confirmaba.
No era solo una victoria, sino una celebración de la dedicación, el esfuerzo y la amistad que los había unido a lo largo de la competencia.
El ambiente seguía cargado de energía luego de la competencia, con todos aplaudiendo y disfrutando del triunfo del Jam and Roller. Mientras tanto, Gastón y Rose se encontraban apartados, en una esquina tranquila del lugar. Se miraban con tensión en el aire, como si la competencia hubiera sido solo un preámbulo para lo que en verdad necesitaban resolver.
Gastón tomaba un aire profundo, sus palabras llenas de arrepentimiento y sincera preocupación por lo que había sucedido entre ellos.
-Rose, sé que no ha sido fácil, pero lo que quiero decir es que... desde que todo pasó, todo ha cambiado para mí. Es más que solo palabras. Lo que tuvimos siempre fue real, y estoy dispuesto a demostrar que puedo hacer lo correcto por ti, por nosotros.
Rose lo miró, pensativa, sus ojos aún tensos, aunque su rostro mostraba algo de suavidad ante sus palabras.
-Gastón, lo que pasó no se puede borrar con promesas. Yo... no puedo quedarme pensando todo el tiempo en lo que no ocurrió entre nosotros. Quiero, pero no es tan fácil,- dijo ella con voz suave, mirando hacia un lado, sin poder mantener la mirada fija en él.
El sonido de un teléfono interrumpió la conversación, llamando la atención de ambos. Rose miró su móvil, notando que la llamada era de Nico. Su expresión cambió al instante, y se levantó rápidamente de su lugar.
-Un momento, necesito atender esto... - murmuró Rose, levantándose antes de que Gastón pudiera decir más.
Se alejó unos pasos y descolgó la llamada, tensándose un poco más cuando escuchó la voz de Nico del otro lado.
-¿Hola?- dijo Rose, alzando una ceja, desconcertada.
Nico, sin rodeos, comenzó a hablar con urgencia.
-Rose, necesito un favor urgente, algo que no puede esperar... - La expresión de Rose se endureció al instante, sus ojos fijos en el suelo mientras escuchaba con atención.
Gastón los observaba desde lejos, sin comprender lo que estaba pasando, ni el motivo de la llamada repentina de Nico.
Mientras ella hablaba, Gastón no podía evitar fijarse en ella. Mientras la veía, algo en su mente se encendió, un deja-vu repentino.
Recordó el primer día que se conocieron, exactamente dos años atrás, justo aquí en el Jam and Roller. El bullicio de la pista de patinaje, el sonido de las ruedas deslizándose sobre el suelo y un ambiente lleno de gente disfrutando.
En ese entonces, Rose caminaba distraída por el lugar, mirando su teléfono, sin percatarse de que iba en la misma dirección de Gastón. Sin previo aviso, ambos chocaron.
La sorpresa de ese momento se reflejó en las caras de ambos, pero fue Rose quien habló primero, algo avergonzada.
- "I'm sorry!" - dijo, buscando sus palabras en inglés, aún en su primer mes en Argentina.
Gastón la miró, confundido por el idioma, antes de sonreír y responder:
- "No te preocupes, está todo bien."
Ella, al darse cuenta de que él no hablaba inglés, cambió rápidamente al español, con una tímida sonrisa:
- "Perdón, no te vi."
A partir de ahí, las palabras entre ellos empezaron a fluir de una manera tan natural, como si todo hubiera sido un giro del destino.
Y ahora, dos años después, ella no solo era alguien con quien él había compartido tantas experiencias. Rose había pasado de ser una chica que apenas conocía, a ser su novia, y la mujer con la que había soñado construir algo profundo, algo real.
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