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006

Cuando Rose llegó a su casa, el nerviosismo comenzó a invadirla. Sabía que el Open del Jam & Roller era un evento importante, y, aunque no estaba segura de querer enfrentarse a Gastón, algo en su interior le decía que debía ir. Tal vez para cerrar un ciclo o por algo más.

Después de darse una ducha rápida, escogió un atuendo sencillo pero elegante, algo que la hiciera sentir cómoda. Una falda negra, una blusa blanca con detalles en encaje y sus inseparables botas. Miró su reflejo en el espejo y respiró hondo antes de salir de casa.

Al llegar al Jam & Roller, el lugar ya estaba lleno de energía. Las luces, la música y las voces de las personas se mezclaban, creando un ambiente vibrante. Mientras atravesaba el lugar, buscando dónde sentarse, se encontró con Nico, quien estaba detrás de la barra.

-Rose, ¡vaya! -dijo Nico, deteniéndose un momento para mirarla-. Te ves increíble esta noche.

Rose sonrió, algo apenada.

-Gracias, Nico. Tú también estás muy bien -respondió, con una leve risa.

-¿Lista para el Open? -preguntó él, apoyándose en la barra con una expresión amistosa.

Rose abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera decir algo, una voz conocida interrumpió el momento.

-Rose -dijo Gastón, apareciendo detrás de ella. Su tono era amable, pero había una firmeza subyacente en su mirada cuando sus ojos se encontraron con los de Nico-. ¿Podemos ir a sentarnos?

Rose giró para mirarlo, notando la ligera tensión en su postura. Sus palabras eran educadas, pero la mirada que le lanzó a Nico hablaba por sí sola. Era una advertencia silenciosa, un recordatorio de que Rose estaba allí con él.

Ella suspiró, sintiendo el peso del momento. No quería un enfrentamiento entre ellos, y sabía que la única forma de evitarlo era acceder.

-Claro -dijo finalmente, lanzándole a Nico una pequeña sonrisa antes de seguir a Gastón hacia una de las mesas más apartadas del lugar.

Gastón la dejó caminar primero, siguiéndola de cerca mientras las luces y el bullicio del Jam & Roller parecían desvanecerse en un segundo plano. Cuando llegaron a la mesa, Gastón tiró de una silla para que ella se sentara. Rose lo miró con una mezcla de desconfianza y curiosidad antes de acomodarse.

Él se sentó frente a ella, apoyando los codos en la mesa y mirándola directamente a los ojos.

-Gracias por venir -dijo con sinceridad, su voz más suave ahora.

Rose se quedó en silencio por un momento, observándolo. No podía negar que, a pesar de todo, había algo en su mirada que la hacía dudar de sus propias decisiones.

-No estoy aquí para escucharte pedir disculpas otra vez, Gastón -respondió finalmente, cruzando los brazos-. Así que, si eso es lo que planeas, ahórratelo.

Gastón inclinó la cabeza, como si estuviera estudiándola, antes de responder:

-No vine a disculparme, Rose. Vine porque quiero arreglar las cosas, porque aún me importas.

El ambiente entre ellos estaba cargado de emociones no dichas. Rose podía sentir cómo su corazón comenzaba a latir con fuerza, pero no estaba dispuesta a dejar que Gastón lo notara tan fácilmente.

El escenario del Jam & Roller se iluminó, y una mujer tomó el micrófono en medio del bullicio de la audiencia.

-¡Buenas noches, todos! Espero que estén disfrutando del Open. Ahora, quiero presentarles a un dúo increíble que ha preparado algo muy especial para esta noche. Ellos ya se han presentado antes, pero esta vez traen una canción que escribieron juntos. Démosle un fuerte aplauso a... ¡Luna y Matteo!

El lugar se llenó de aplausos y gritos emocionados mientras Luna y Matteo subían al escenario. Rose, distraída por la presentación, miró hacia ellos, intentando alejar su mente de la tensión que tenía frente a ella. Gastón, sin embargo, aprovechó ese instante para volver a hablar.

-Rose, por favor, escúchame. Lo que viste aquella noche no es lo que piensas -dijo con urgencia, inclinándose un poco hacia ella.

Rose desvió la mirada del escenario para enfrentarlo. Había una mezcla de dolor y enfado en sus ojos que no podía ocultar.

-¿No es lo que pienso? -repitió, incrédula, cruzando los brazos-. Gastón, viajé desde Inglaterra para verte. Después de años sin verte, pensando que esto... que nosotros, aún tenía una oportunidad.

Su voz comenzó a quebrarse, pero rápidamente se recompuso, determinada a no mostrar debilidad.

-Y cuando por fin llegué, lista para darte la sorpresa, lo primero que vi fue a ti, bailando con los ojos vendados con otra chica.

Gastón frunció el ceño, negando con la cabeza.

-No fue lo que parecía.

-¿Ah, no? -lo interrumpió Rose, sarcástica-. Porque lo que parecía era que estabas divirtiéndote mucho. Lo suficiente como para que ni siquiera te dieras cuenta de que estaba ahí.

Gastón suspiró, claramente frustrado, pero no molesto con ella, sino consigo mismo.

-Rose, esa chica... no significó nada.

-Para ti no lo tuvo, pero para mí sí, Gastón -replicó ella, su voz firme-. Porque todo lo que vi me hizo darme cuenta de que ya no tenía un lugar en tu vida.

Gastón intentó tomar su mano sobre la mesa, pero ella se retiró antes de que pudiera alcanzarla.

-Eso no es cierto -dijo, mirándola con una intensidad que casi la hizo dudar-. Tú siempre has sido mi prioridad, siempre lo serás. Cometí errores, pero nunca dejaste de importarme.

Rose lo miró fijamente, tratando de descifrar si debía creerle. Antes de que pudiera responder, los acordes de una guitarra comenzaron a llenar el lugar. Luna y Matteo habían comenzado su presentación, y los murmullos en la sala se desvanecieron para dar paso a la música.

Aunque la canción era hermosa, Rose apenas podía concentrarse en ella. Su mente estaba atrapada en el torbellino de emociones que Gastón había provocado en tan solo unos minutos.

-Gastón... -empezó, su voz más baja esta vez, como si ya no supiera qué decir-. No sé si puedo confiar en ti otra vez.

Gastón asintió, aceptando el golpe con dignidad.

-No te voy a pedir que me perdones ahora. Solo quiero que sepas que no pienso rendirme, Rose. Eres demasiado importante para mí como para dejarte ir sin luchar.

Rose no respondió, mirando hacia el escenario, aunque no realmente viendo lo que pasaba. Su mente estaba dividida entre el pasado, el presente y un futuro que aún no podía imaginar.

El ambiente en el Jam & Roller estaba lleno de energía mientras las presentaciones pasaban una tras otra. Cuando llegó el turno de la banda de Nico, Rose se inclinó ligeramente hacia adelante, concentrada en la actuación. Observaba cada movimiento con atención, apreciando la pasión que él y su banda transmitían en el escenario.

Desde su lugar, Gastón no pudo evitar notar cómo ella lo miraba, lo que lo hizo apretar la mandíbula con cierta incomodidad. Decidido a desviar su atención, deslizó su mano sobre la de Rose. Aunque ella lo miró por un breve momento, no apartó su mano, lo que le dio a Gastón un destello de esperanza.

Cuando la actuación de Nico terminó, los aplausos resonaron por todo el lugar, pero antes de que pudiera decir algo, las luces se atenuaron nuevamente.

La mujer del micrófono regresó al escenario, con una sonrisa que prometía algo especial.

-Y ahora, ha llegado el momento que muchos han estado esperando. Ella es un misterio, una estrella en ascenso, y esta noche, por primera vez, Felicity For Now se presenta ante ustedes.

Los aplausos llenaron el lugar mientras una figura emergía en el escenario. Con una peluca brillante y un atuendo lleno de estilo, Felicity tomó el micrófono.

El primer acorde de la canción resonó, y Rose, que inicialmente estaba distraída, se encontró atrapada por la letra.

-Tengo un corazón en mi corazón
Tengo tanto, tanto para darte...

Mientras Felicity cantaba, Rose comenzó a darse cuenta de algo. Durante toda la canción, no importaba lo que estuviera haciendo o mirando, sus ojos siempre volvían a Gastón. Y él, aunque intentara disimularlo, no había dejado de mirarla tampoco.

La canción avanzaba, y cada palabra parecía resonar en su interior.

-Si me dejas, si te atreves
Si me aceptas, si me crees...

Al final de la canción, la multitud estalló en aplausos. Fue entonces cuando Felicity se llevó las manos a la cabeza y, con un movimiento dramático, se quitó la peluca.

El silencio cayó sobre el lugar como una ola. Allí, frente a todos, estaba Nina.

Un segundo después, el Jam & Roller se llenó de vítores y aplausos aún más fuertes. La sorpresa rápidamente se convirtió en admiración, y la gente celebraba el momento.

Rose, sin embargo, no podía concentrarse en lo que sucedía en el escenario. Miró a Gastón, pero él no parecía estar allí, al menos no emocionalmente. Estaba inmóvil, con una expresión que Rose no pudo descifrar del todo.

-Gastón... -murmuró ella, intentando obtener una respuesta.

Pero él no contestó. Su mirada estaba fija en el escenario, aunque claramente no veía nada.

Sintiéndose frustrada y abrumada, Rose tomó su bolso y se levantó.

-Si no vas a hablar, yo tampoco tengo nada más que decir -dijo con firmeza, aunque su voz temblaba ligeramente.

Se giró y comenzó a caminar hacia la salida.

-¡Rose! -llamó una voz detrás de ella, pero no era la de Gastón.

Cuando llegó a la puerta, Nico apareció, alcanzándola antes de que pudiera salir del todo.

-Rose, espera. ¿Qué pasó?

Ella se detuvo, girando para enfrentarlo.

-Nada. Absolutamente nada. Ese es el problema -respondió, cruzando los brazos.

Nico frunció el ceño, tratando de entender.

-¿Es por Gastón?

Rose suspiró, su mirada ahora llena de tristeza.

-Viajé hasta aquí para encontrar algo que ni siquiera sé si existe ya. Y ahora... siento que estoy perdiendo mi tiempo.

Nico la miró con preocupación, pero antes de que pudiera responder, Rose continuó:

-Gracias por intentar detenerme, Nico, pero necesito un poco de aire.

Con eso, salió al exterior, dejando a Nico mirándola mientras la puerta se cerraba detrás de ella.

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