×Diez×
Cuando Hoseok le dijo que sería el más afectado sinceramente no pensó que el karma llegaría tan rápido.
Pudo ver no tan lejos a Jeon y este ni siquiera le regresó la mirada, al contrario, estaba hablando con un bonito Omega de ojos gatunos y rizos platinados. ¿Porqué dolía tanto?
Quería saber la razón de su pesar, pero solamente podía quedarse observando cada cosa que pasaba entre ellos. Obviamente JungKook descaradamente lo estaba cortejando frente a sus ojos.
-¿Te molesta? Tú mismo creaste esto.
Últimamente escuchar a su lobo se volvia más doloroso que fastidioso, bueno, tenía razón, él se buscó eso y se odiaba ¿Porqué no podía olvidarlo de una vez? ¿Porqué no podía simplemente seguir su vida solo y borrar sus recuerdos?
Desearía poder hacerlo, quizás así no dolería tanto ver cómo ese alfa pálido tomaba la mano ajena y entrelazaban sus dedos.
Cuestión de una semana, solo eso le había tomado al castaño conseguirse una nueva aventura, y mientras él estaba en esos planes, el de cabello azul a penas había podido seguir con normalidad su trabajo.
Tenía envidia, más que todo era eso, increíblemente, quien profesaba al viento siempre que quería estar con Kim era Jeon. Pero en ese momento no le costaba nada salir con otras personas, eso hería bastante el ego de TaeHyung, ver qué era reemplazado tan fácilmente.
Había sido estúpido ir a esa exposición de artes cuando él mismo sabía que tanto él como JungKook no habían quedado en los mejores términos la última vez que hablaron.
Pero lo más impresionante fue ver que los cuadros que casi siempre parecían ser de tonalidades frías, ahora eran de muchos colores, podía decir que aquello era un paisaje abstracto, pero no sabe porqué sentía que el alfa trató de cualquier manera posible de eliminar el azul, pues veía en cada uno colores bastante frescos pero ni siquiera una vaga señal de alguna tonalidad como el cielo y el mar.
Por alguna extraña razón eso le dolió, lo ofendido hasta cierto punto, lo cual era estúpido porque no había una razón válida para sentirse así.
Había visto antes obras del menor, debía admitirlo, tenía talento y era fascinante ver lo emocionado que podía estar cuando tomaba un lienzo en blanco y lo llenaba de pigmentos.
Pero justo en ese momento los colores que alguna vez parecieron ser sus favoritos solo se esfumaron en el aire de manera abrupta hasta hacer caer en una dura realidad.
No solo el azul hacía falta, sino el rojo. Fácilmente podías ver aquel lienzo y decir a ciencia cierta que ambos colores nunca existieron, puesto que incluso la mención de estos frente a la exposición parecía incluso una falta de respeto.
Todo era blanco, amarillo, verde, malva, magenta, onix, pardo y beige. Extraña elección, pero parecía suficientemente interesante para haber atrapado al castaño.
-Es una buena exposición ¿No?
Pudo reconocer la voz, era el dueño de aquella sala de artes, la vez del modelaje se había perdido su autorización para utilizar el lugar. Así que podría decir a ciencia cierta que se conocen.
-Lo es, aunque... Siento que le falta algo.
Tuvo la osadía de reclamar indirectamente eso. Era normal al ver los cuadros en las paredes que Kim podía fácilmente identificarse con ellos. Pero estos no, parecían ajenos a su presencia y eso lo estresaba de más. Se sentía como el sobrante que se cortaba siempre por no tener un uso.
-¿Sí? Yo las veo bien -Asegura encogiéndose de hombros en una actitud bastante desinteresada al respecto- Aunque en algo haz acertado, estas pinturas se ven desoladas, tan melancólicamente hermoso ¿No crees? Nunca hubiese imaginado que colores tan adversos y brillantes podrían recrear el mismísimo desierto, pero vaya, solamente mi artista estrella lo lograría después de todo.
Kim mordió su labio evitando sacar una Maldición cuando llegaron a reconocer al castaño en vez de descubrir qué es lo que había pasado. Quería saberlo o ese era su pensar, pero en menos de lo que hubiese deseado ya estaba de frente ante Jeon. ¿Cómo? Pues JunMyeon, el dueño de la sala, lo había llamado para que ambos hablen y el modelo pueda expresar su pensar ante el pintor.
Aunque sus ojos no se encontraron en ningún momento, porque los brillante orbes del menor estaban demasiado desinteresados para que eso anime al omega a tratar de levantar la vista.
-¿Se te acabó el color azul para hacer estos cuadros?
No perdió el tiempo, iría directo al grano en ese momento. Por fin sus miradas se encontraron cargadas de cosas que no ellos mismo entendían.
Solo saben que sus labios se secaron y fue casi mecánico el cómo sus lengua salieron para hidratar la sensible piel rojiza.
-No, de hecho, ese tono ha sobrado por años en mi hogar. -Comienza a relatar mientras él mismo rompe el contacto visual para observar sus obras- Solía ser un color importante para mí. Me encanta sinceramente usarlo, pero en esta temporada no se verá más al frío azul, sino al neutro gris y el cálido amarillo. También estuve pensando en esmeralda para reemplazar el rojo.
El mayor mordió su labio tratando de no mirar al menor, sabe que de hacerlo, su salud mental estaría en juego, porque su lobo estaba en una esquina sin querer intervenir.
-¿Hay algo de malo con esas tonalidades? A mi me gustaba verlas en Tus lienzos.
Todo fue silencio por unos momento, Jeon tomó aire de manera silenciosa y trató de mirar su obra de arte sin sentirla vacía y demasiado desértica.
-Digamos que ya no son parte de mi vida. -Relata tocando el lienzo en frente con delicadeza- Siempre hay que mirar hacia el futuro, es lo que decía mi maestro de artes en mi último semestre. -Su mirada fue ahora al Omega de ojos rasgados que le sonreía desde la lejanía y agitaba su mano de manera dulce cuando vio a Jeon- Creo que también el azul glacial debería sentir calidez y continuar con el rodar de su vida ¿Sabes? Quizás debería dejar que el rojo lo convierta en un perfecto morado, equilibrado. Y que no reine en él solo el frío sino también el calor.
Kim quería decir algo, pero inmediatamente el castaño volvió a interrumpir de manera educada con un ademán para que no hable.
-Cuando el azul aprenda a ser cálido como el agua en la orilla de una playa o el cielo acogedor de la primavera, cuando acepte al rojo más que solo para pequeños detalles, entonces quizás, volveré a hacer mis lienzos acompañados de él. Pero si continúa con su impenetrable nevada no tendré otra opción más que despedirme de su presencia.
Dejó el toque que mantenía con la pintura ya seca en el plano lienzo, ni siquiera miró a los ojos que buscaban alguna respuesta más directa. Solo se fue con su acompañante para no dejarlo solo. Mientras Kim y su lobo solamente querían hacerse un punto, desaparecer. Bueno, eso había sido una manera indirecta de decirle varias cosas, que sus pinturas eran así por él y que lo más posible es que eso sí había sido el fin de todo. No, de hecho, supone que fue aquella vez en casa de Hoseok.
Apretó una de las mangas de su camisa, no se iba a rebajar a llorar en un lugar público. No lo haría, porque merecía más que eso, o es él pensaba, necesitaba seguir adelante como JungKook había insinuado pero... ¿Porqué dolía tanto pensar en siquiera intentar aquello?
-Porque no es nuestro nadie más-
Abandonó el lugar con su corazón pesando más que nunca, no solo se había tirado un espectáculo completo de Jeon siendo caballeroso y atento con el lindo Omega que había llevado. Sino que los vio irse juntos bastante apresurados así que sobraba decir lo que quizás harían al llegar a la casa de cualquiera.
Debería seguir con su vida, como si nada hubiese pasado.
Debería, sí. Pero no es tan fácil hacerlo, aunque finja mil veces que no le había llamado la atención aquel niño desde que se vieron la primera vez por JiMin, la verdad es que lo que sintió no fue asco sino miedo porque su lado animal había movido tanto la cola que se mareó con su presencia.
Bueno, se merecía lo que le estaba sucediendo, de hecho, merecía que JungKook lo olvide por completo, que marque a aquel Omega y a él lo deje hundirse solo en su miseria. Sabe que lo merece, pero se sentía tan triste con la idea, casi traicionado.
Quería ser un estúpido, como aquellos en las novelas que leía, aplicar "Ojo por ojo y diente por diente", pero sabe que no podría conseguir a alguien no cuando él solo tacto de un alfa desconocido lo hacía temblar de miedo e ira. Nunca podría porque aunque lo niegue, no había sentido dolor tan grande como el de ver el desinteresado rostro que solía brillar ante su presencia.
Tomó rápidamente su celular al llegar a su habitación, se acomodó entre sus sábanas y las apretó bajo su tacto.
-Hobi... Tenías razón. Creo... -Se cortó su discurso para poder tomar aire y ordenar su cabello que parecía más bien un nido- Creo que sí fuí el más afectado.
Al final soltó una risa amarga, esa noche, Hoseok trató de consolarlo, pero no había mucho que hacer, no cuando sabe que Kim realmente se había buscado eso, era complicado lidiar con el destino, y más cuando un Omega estaba más hormonal de lo normal por su próximo celo.
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