×Dieciocho×
JiMin y YoonGi solían hablar mucho del despertar al lado del otro.
Cree que esa fue una de las primeras cosas que escuchó de la pareja cuando estos a penas comenzaron a vivir juntos.
Había escuchado al lindo rubio de mejillas grandes exclamar que su alfa era demasiado lindo en las mañanas, que sus ojos rasgados se veían aún más pequeños por su cara levemente hinchada y que su boca se mantenía algo abierta y solía respirar por ahí.
También sobraron comentarios del contrario hacia su Omega, donde resaltaba lo hermoso que era, con el dorado de su cabello a la luz del sol que lo hacía brillar más intensamente, como su nariz se arrugaba de vez en cuando al soñar, y la manera tan única en la que estrujaba sus ojos queriendo quitar todo rastro de sueño de su sistema.
Sí, le habían hablado tanto sobre lo hermoso que es ver el amanecer junto a esa persona indicada, pero él cree que el anochecer es aún mejor.
Porque en ese mismo momento, JungKook estaba acostado luego de pasarse todo el tiempo molestando de un lugar a otro con preguntas extrañas y no desaprovechaba la oportunidad de acercarse a su mayor.
TaeHyung podía verlo tan rendido, su piel pálida bajo la luna era algo de otro mundo, trazaría una constelación en cada lunar de su cuerpo. Porque aquellos puntos oscuros solo obligaban a prestar más atención a aquel artista que fácilmente podría ser una obra de arte.
Mientras su dedo índice recorrida con devoción uno de los brazos desnudos del castaño, Kim pensaba que había sido muy estúpido de su parte no haber dejado que JungKook tenga su oportunidad de conquistarlo, porque si bien el chico era un maldito mocoso aveces, también era alguien muy responsable cuando se ameritaba hacerlo, de hecho, cree que Jeon solamente sabía aprovechar las situaciones en su debido momento. Lo había contemplado con sus propios ojos cuando el menor estaba en su trabajo y era tan malditamente profesional que el de cabello azul poseía fácilmente desarrollar una filia solo con verlo.
Estaba perdido, más aún cuando su lobo se apoderaba de su consciencia y era tan abrumador pero extasiante dejarlo tomar el control, porque él podría decir lo que pasaba por la cabeza de ambos sin sentir remordimiento, si lo sentía solo lo decía y así su pareja podía enterarse de cómo se encontraban sentimentalmente.
Su índice viajó nuevamente, emprendió un nuevo camino hacia las facciones varoniles que aquel niño no solía tener tan marcadas. Su mentón era afilado y joder, podría derretir el maldito polo norte con solo una de esas calientes miradas que tenía.
En definitiva, el de ojos zafiro estaba perdido, además no pudo evitar acercarse más cuando las ganas picaron en todo su tiempo. ¿Cuando aprendería a no dejar pasar las oportunidades?
Quizás sea hora de hacerlo.
Por ello, aprovecho la posición del lobo menor, quien reposaba con su espalda completamente contra la cama, vaya delicia poder dormir sobre sus fuertes pectorales. Pero no quería ser demasiado goloso, no aún cuando necesitaba más que palabras y un lazo de nacimiento que le aseguraran que genuinamente, aquel ser le pertenecía.
Para no dar muchas vueltas en el asunto, su cuerpo se levantó hasta dar suaves pisadas por el colchón de la acogedora cama, su cama, donde ambos estaban descansando tras ser brutalmente echados de la casa de los Min.
Su pierna derecha se colocó del lado izquierdo de la cintura del menor, mientras que la izquierda hizo todo lo contrario. Quedando así sentado sobre el vientre bajo de JungKook, casi sobre la pelvis de este, no le molestaba en absoluto, se creía con el suficiente derecho de hacer aquello y siendo sinceros, ¿Quién se lo iba a negar?
Sus dos manos traviesas ahora estaban sobre el pecho de Jeon, delineado cada parte como si aquello le diera vida, su lobo movía la cola en aprobación por la pequeña travesura que estaban llevando a cabo, sinceramente, era una suerte que el lado humano colabore, así que el lado espiritual y animal no iba a quejarse en absoluto. Solo se mantuvo viendo lo que sucedía.
Pronto eso no bastaba. Por lo que sus dedos subieron hasta el cuello trazando círculos sobre la piel tersa y nívea que poseía su adverso, hacía contraste con la suya, que era de un color acaramelado y se veía definitivamente mejor en el sol que bajo la luna, cosa en la que ambos diferían, pero no molestaba en lo absoluto.
Cuello, clavículas, mentón, pómulos, nada podía quedar sin ser vilmente acariciado en esa noche por los dedos de TaeHyung, quería tener una imagen más táctil que mental, no podía solamente recorrerlo con los ojos, no bastaba, quería más, algo en su interior pedía más, se había estado aguantando tantos años a cualquier tipo de relación y ahora estaba cegado, era un calumniador, recordaba haber visto lo felices que eran las parejas, pero negar querer algo así. Oh, claro que deseaba algo así, pero que sea sólido, algo en lo que pueda apoyarse en momentos difíciles. Necesitaba algo eterno y esperaba que JungKook sea ese algo.
Porque se estaba abriendo ante él, le estaba mostrando su lado más sensible, y esperaba que el menor sepa apreciar eso, que lo cuide como él juraba hacerlo. Esperaba mucho y quizás sus espectativas sean muy altas, demasiado si se ponía a pensar en lo irreal que sonaba en su cabeza. Pero ya vivió en carne lo que fue él solo pensar en perder todo y sentir como absolutamente todo su mundo se desmoronaba. No iba a permitir que pase de nuevo, no si podía evitarlo.
El dedo corazón se dejó guiar, llegó al tono cereza en el rostro de Jeon y ahí se detuvo, aquellos labios se veían tan suaves por la noche, la luna lo estaba tentando, sabe que su diosa solía ser juguetona, pero aquel no era el momento ni el lugar para dejarse ofuscar por el deseo. No, debía ser fuerte y cuidadoso en cada movimiento.
Pero todo su mundo mental cayó, cuando una fuerte mano se posó sobre su muñeca haciéndolo volver a ponerse en guardia para cualquier situación.
—Si vas a acariciarme, al menos hazlo cuando pueda verte. Me encantaría tener un buen recuerdo de eso.
Ahí estaba la vergüenza, pero ya era tarde para negar las cosas. Solo bastaba tomar el poco de orgullo que le quedaba y guardarlo para otra ocasión, era de noche y la luna estaba hermosa, su cuerpo yacía sobre el de su alfa y lo habían atrapado en pleno juego ¿Qué más daba?
—Se supone que no debías verlo. Sino, hubiese aprovechado cuando estabas despierto, ¿No crees? —Soltó el agarre en su muñeca y acunó el rostro ajeno en sus manos— Solo... Cierra la boca por una vez. No quiero escucharte ser sarcástico o tus bromas, solo quiero que me mantengas con las ganas de quedarme aquí contigo ¿Entiendes?
El castaño sonrió en respuesta, aún estaba algo adormilado, pero podría dejarse dominar más seguido, sinceramente le gustaba mucho la manera en la que TaeHyung lo hacía ver las cosas desde sus oceánicos ojos, le gustaba escucharlo demandar, porque él amaba obedecerlo si de esa manera lograba saciar el hambre de atención que parecía poseer el mayor. Adoraba a ese Omega, desde que lo había visto con JiMin, había llamado su atención de manera inmediata. De ahí venía su frustración con aquel hermosamente inhumano hombre.
Cuando sus labios se unieron, el de ojos azules tomó el mando el beso de inmediato, jeon no se oponía, solo mantenía sus brazos acariciando los firmes muslos desnudos del contrario, llegaba hasta donde podía y era debido llegar, luego volvía abajo y repetía la acción con ambas manos.
El beso superficial no era suficiente para saciar la necesidad entre ellos, así que fue el mismo Kim quien abrió su boca dándole acceso total al contrario, al diablo lo que estaba bien, en ese momento solo necesitaba sentirse abrumadoramente deseado y amado. Quería saber exactamente porqué tantos ansiaban más y más de su querido castaño. Lo necesitaba en ese momento tanto como el oxígeno en sus pulmones que comenzaba a extinguirse.
Sin embrago, eso no lo detuvo, menos cuando la lengua ajena invadió así cavidad hasta encontrarse con la propia, no cuando sus manos tomaron fuerte el cabello castaño hasta hacer algo más salvaje y profundo el contacto entre ellos. Definitivamente no mientras siguiera sintiéndose como un Dios todo poderoso que reposaba gustoso sobre el cuerpo de su querido adulador.
Su pecho quemó y sentía lo abrumador que era la necesidad de respirar, así que mordió el labio inferior color cereza antes de separarse y respirar casi erráticamente, acariciando al mismo tiempo los mechones oscuros que ahora estaban más desordenados que ambos.
No hubo diálogo alguno, solo sus intensas miradas ansiando más pero sabiendo que debían mantener el control, por eso TaeHyung fue avaricioso y se acomodó en el pecho ajeno, sintiéndose ser rodeado por los brazos de JungKook mientras este dejaba un beso en su cabellera.
Así cerró los ojos para dormir y confirmó su teoría.
YoonGi y JiMin podrían gozar de presumir sus amaneceres juntos, pero nada nunca superaría un anochecer al lado de su pareja.
Menos cuando la luna brillaba afirmando sin duda alguna.
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