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Epílogo

Ocho años más tarde.

Lauren's POV

Así de rápido pasaban los días y los años más bien dicho. Todo había cambiado, todo lo que hacía era diferente a lo que yo hacía antes, ya era una mujer madura y sabia lo que quería hacer de mi vida, a esta altura yo ya tenía mi local donde vendía mis pinturas y mis dibujos, amaba mi oficio, hace seis años que había terminado mi carrera de bellas artes. Ahora vivía en Nueva York, en un pequeño lugar que era mi hogar, antes acá era una fábrica o eso me habían dicho, no era la gran cosa pero si que tenía demasiado espacio para mis cosas. Tenía una habitación donde coloque millones de libros y tenía otra habitación donde era mi oficina, donde hacía mis pinturas y mis dibujos.

A mis 28 años de edad vivía mi vida al máximo, como anteriormente lo había echo. Vine acá a Nueva York a tratar de comenzar desde cero, quería olvidar todo lo de mi vida anterior. Aún sigo viendo a Ally y también sigo en contacto con mi padre, mamá... Pues mi madre murió de cáncer, no estoy feliz ni triste, solo no puedo alegrarme de tal cosa sabia que a pesar de que ella me trató mal aprendí a perdonarla. Taylor vive con papá en Miami. Amo mi vy, aunque aún hay recuerdos que no me dejan en paz, recuerdos que ahora me estan rondando y me están atormentando, esos recuerdos tienen nombre y apellido. Camila Cabello. Aún pensaba en ella en esa morena que me había enamorado locamente, la morena que ayudó a ver la vida de una manera diferente. Ally me había dicho que Camila a causa del accidente había perdido la memoria, pero solo era una pérdida de memoria a corto plazo, osea que ella podía recuperarla en algún momento. No quise saber más ya que me estaba doliendo saber eso, fue mi culpa que ella perdiera de memoria, una parte de lo vivió.

Salí de la ducha y entre a mi habitación, busqué entre los cajones un poco de ropa, este día debía ir a el local y ver como iban las ventas, tenían a dos personas trabajando para mi, ellos ayudaban a vender en ese local, no se vendía mucho pero salía para vivir y para mis cosas. Me coloque un pantalón de cuero negro y una camisa negra con un estampado de una buena banda, era Nirvana, amaba esa banda. Luego me senté en la cama y me coloque las botas, luego sentí unas manos pasar por mi abdomen y estas subiendo hasta mis pechos.

-¿Ta te vas? - Con sutileza quite las manos y me levante. Mire hacia la cama.

-Si, Lucy te dije que debo ir al local... - Ella hizo un puchero. Se levantó un poco y se sentó en la cama, ella estaba completamente desnuda.

-Pero... Quería que siguiéramos divirtiendonos.

-No, no puedo... Y sabes bien que debes irte.

Me acerque al espejo y me puse un poco de maquillaje. Se que dirán, pues si me acuesto con todas las chicas que se me ponen en frente, esa era mi vida. No sentía nada por ninguna de ellas, solo había una chica que me había robado el corazón y eso ya se imaginan quien es. Me peine un poco y deje suelto mi cabello. Tome mi chaqueta y mis llaves. Lucy aún seguía en mi cama, ella estaba con su teléfono odiaba que después de tener algo con una chica esta se quedara en mi cama. Me acerque a ella.

-Debes irte, ya sabes como funcionan las cosas conmigo... - Ella de mala gana se levanto y busco su ropa.

-Eres muy cruel sabes... Me gustas y...

-Ya, ya, no me vengas con eso... Solo vete.

Ella se termino de vestir y salió de mi casa, odiaba eso, ella siempre me decía que le gustaba y todo eso, no me importaba nada serio en estos momentos. Con cuidado tome las sábanas de la cama y las lleve a la lavadora, siempre lo hacía, lavaba las sábanas, simplemente no me gustaba el olor que quedaba. Las deje en la maquina y tome unas limpias y secas. Me acerque a la cama y las coloque en esta. Mi vida se basaba en serio ordenada, amaba el orden. Luego de terminar con la cama, camine y salí de mi habitación.

-Señor gato, ¿donde estas? - el estaba encima del sofá. Esta estaba muy gordo.

Sonreí y fui a la cocina donde le deje un poco de comida. Luego de eso salí de mi casa, fui directo a mi auto. En las calles de Nueva York no había demasiadas personas y eso no era nuevo. Me subí a mi auto y me puse en marcha a mi local. Podría decir que todo era perfecto en mi vida pero había algo que siempre me faltaría y eso era una morena de ojos morrones. Estacione en espera de que el semáforo cambiará, puse un poco de música, luego de unos minutos pude avanzar. Al cabo de un rato llegué al pequeño local, estacion mi auto y salí, en la entrada se podía apreciar un cartel con el nombre "Artes Jauregui", no tenía otro nombre más ingenioso así que este quedó. Al entrar todos me saludaban, llegué a una oficina donde estaba yo y ahí hacía las reuniones.

Me senté y deje mi mochila a un lado. Mi vida era así, levantarme llegar acá y esperar a recibir los resultados de las ventas, no eran mucho de las ventas que obteniamos pero ya era algo. Golpearon la puerta y les dije que pasara, al abrirse entro mi asistente que me ayuda a llevar las cuentas y eso.

-Buenos días, Lauren... - Ella se sentó en la silla que estaba frente a mi escritorio.

-Buenos días, Samantha... ¿Como estamos por acá?. - Ella sacó una agenda.

-Pues nos ha ido muy bien... Hemos vendido más que la semana pasada - Me sorprendió eso, ya que la semana pasada solo fueron unos cien cuadros vendidos.

-Bueno, me alegra saber eso... - Ella sonrió.

-Si lo se, yo más... ¿Y tu como vas? - Ella sabe de mi vida, solo de mis vicios nada más.

-Ahí tratando de dejarlo pero bien...

Ella solo movió su cabeza en forma positiva, sabia que se preocupaba por mi. Luego ella se despidió y salió de mi oficina, me quedé ordenando un poco mis archivos, teníamos algunos pedidos de pinturas para una exposición.

A las dos horas debía regresar a mi casa, así que salí y me despedí de todos. Me subí a mi auto y me hice camino hacia mi casa, pero primero pasaría por un poco de café. Mientras conducía por mi cabeza pasaba la idea de que estaría haciendo la morena en este tiempo, que habrá sido de su vida eso quisiera saber. Cuando llegue a esta ciudad la mamá de Camila se puso en contacto conmigo, asegurándose que de verdad me había ido de Miami.

Me quedé esperando a que un semáforo cambiará, luego de que cambiará seguí y doble a una esquina y luego a otra. Ally me había dicho que Camila seguía escribiendo y que siempre llegaba a su editorial, pero solo eso era lo que yo sabía no había nada más, eso creo yo. Luego de llegar al local, estaciono y salgo de mi auto, camino hacia la entrada y entro, el local estaba vacío, así me gustaba que estuviera, pedí mi café y me fui a sentar, no me iba a quedar pero viendo que estoy un poco cansada me quedaré. Me senté en una mesa cerca de la ventana. Mientras me tomaba mi café observaba por la ventana, me di cuenta que por esta parte de la ciudad había demasiadas personas, en la esquina había un local este estaba repleto de personas, notaba que estaban esperando algo o no se bien. Me quedé observando unos momentos más pero eso me llamaba demasiado la atención, no se por que. Una chica se acerco a la mesa y limpio un poco esta.

-Oye... Disculpa ¿que pasa en el local de la esquina? - Ella observó a la tienda de la esquina y luego me dio una mirada.

-Oh, es una biblioteca, se supone que este día llegaría una escritora famosa a regalar firmas.

Le agradecí y luego aparte mi mirada de ella y mi atención estaba en aquel local, pero debía de ser muy famosa para que eso esté lleno de personas. Termine mi café y salí del local, al salir aun estaban las personas ahí. Decidí acercarme un poco a ver quien era. Camine y cruce la calle, al llegar al otro lado, camine y llegué al local. De ninguna forma se podía pasar las personas estaban tapando la entrada, por los grandes ventanales podía ver más personas, solo miraba la espalda de la escritora, su cabello era ondulado y de color negro, no podía ver nada más. Decidí entrar como sea posible, no sabía el porque de mi curiosidad pero quería entrar. Con cuidado me adentro entre las personas y logró entrar, si era una biblioteca habían cientos de libros, camine y entre a un pasillo a buscar libros y así esperaría a que las personas se fueran.

Luego de un largo tiempo las personas se había ido, solo habían como seis personas dentro del local, me acerque a la estantería cerca de la escritora y me llamó la atención un libro en específico, era el mismo que tenía en mi casa, era el mismo que Camila había escrito, lo tomé y observe la portada, si era ese. Lo observe por mucho tiempo que no me di cuenta que ya no habían personas, luego una voz me dejó helada.

-Hola... ¿Te doy una firma? - No, no podía ser posible, esa voz. - Hola... Llamando al planeta de ojos verdes.

Sentía que me desmayaria en estos momentos, me di la vuelta lentamente y cuando ya estaba frente a ella levante mi mirada y ahí estaba, ella como siempre de hermosa, pero esta vez estaba más hermosa que nunca, sus ojos más marrones, todo en ella había cambiado se notaba más madura, ella tenía una sonrisa muy hermosa. Camila Cabello estaba frente mío.

-Yo... - No podía ser más idiota en estos momentos. Su risa, Dios fue lo mejor de todo, su risa era un canto de los mismísimos ángeles.

-¿Te comió la lengua los ratones? - Estaba quedando como una idiota frente a ella.

-No, nada de eso... Es que tu belleza me deja tonta - Ella se sonrojo con una sonrisa en su rostro. Si, bien Lauren coquetea con ella, tonta, me dije para mis adentros.

-Vaya... Gracias, tú también eres hermosa - Sonreí y la observe, aquí me doy cuenta que aun estaba tonta por esta chica. - Venga te firmare el libro.

Observe que ella me señalaba mi mano, baje mi mirada y tenía su libro, con un asentimiento me acerque a la mesa donde ella estaba, se sento y yo me puse frente a ella, era cierto lo que decía Ally ella no me recordaba, eso me lleno de tristeza. Me pidió el libro y ella lo abrió.

-Bien... ¿Cual es tu nombre? - Definitivamente no me recordaba. Debía contener las ganas de llorar ahí mismo.

-Lauren, Lauren Jauregui... - Ella dejó de escribir y levantó la mirada y se quedó viéndome, una luz de esperanza se iluminó en mi interior, tal vez se acuerde de mi.

-Tú... Tú eres la artista de arte más famosa, eres dueña de Artes Jauregui ¿verdad? - Ahí se bajo mis esperanzas, ella me conocía solo por mis pinturas.

-Si, soy yo... Pero no soy tan famosa.

-Claro que si lo eres, tus obras me encantan, más la exposición que hubo en Miami de tus pinturas, la exposición se llamaba "Ojos marrones" - Era cierto, lo había hecho, pero eran los dibujos que había hecho anteriormente. Eran los ojos de ella y su rostro.

-Si, lo recuerdo. Es un honor saber que a una gran escritora con tú le guste mis pinturas - Ella dio una risita muy hermosa.

-No soy tan famosa, soy solo una simple mortal que aprecie el arte y la belleza humana - Se mordió el labio y no quitaba su mirada de mis ojos. Ella estaba coqueteando conmigo, esto era nuevo de ella. Me sonroje.

-Bueno... Si, yo igual aprecio la belleza humana, más la belleza de las chicas, más las chicas de ojos marrones - Sonreí al verla sonrojarse. Me encantaba ver como mis simples palabras ella se sonrojaba.

-Toma... - Me entrego el libro. Si era cierto que tenía este libro en mi casa pero no me importaba tener otro.

-Bien... Yo debo irme.

-Si, yo igual... Bueno cuidate y espero te guste este libro.

-Creeme que me encantará - Le sonreí. Ella miro y se mordió el labio, cuando hacía eso me mataba. -Bueno Adiós... Cuidate.

Le dije y me di la vuelta. Me dolía dejarla así, pero no podía hacer más nada ella no me recordaba, camine hacia mi auto y me subí, al estar dentro lágrimas salieron de mis ojos, ella estaba tan cerca y a la vez tan lejos pero igual no podía hacer nada. Me sentía imponente y muy triste. Levante mirada y observe que ella salía del local con un chico, este le ayudaba con sus cosas, la vi meterse en su auto y se fue. Decidí irme, encendí mi auto y me fui. No lloraré más, solo me consuela saber que ella esta bien, eso me consuela. Saber que ella ya es famosa con sus libros y la note muy feliz con todos esos fanáticos de sus libros de esas obras de arte que escribía. Llegué a mi casa, de mi auto saqué mi mochila y mis cosas. Al entrar me dirigí a mi sofá donde me senté y saque el libro y leí lo que había escrito ella en este decía mi nombre y una dedicatoria sonreí al leerla. "Para la chica más hermosa de ojos verdes... Espero te guste", aun la amaba lo sabia bien. Me recoste en el sofá y coloque el libro en mi pecho y suspire. Haber que me prepara la vida ahora en adelante.

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