Capítulo 25
Lauren's POV
Todo hasta ahora estaba yendo bien, tenía a mi padre que me apoyaba con mi sueño y con lo que había decidido, él era el único que me ayudaba con mis necesidades que pasaba estando en la cabaña sola. Él me comentó que mamá no preguntaba por mí solo lo hacía Taylor mi hermosa hermanita.
La verdad, no, no estaba yendo bien mi vida, no tan bien. ¿No haz llegado al punto de tu vida que estás cansada de todo?, pies eso me estaba pasando en estos momentos, mamá me llamó la noche anterior diciendo que yo la había abandonado, que era la peor hija que pudo tener que esta decepcionada de mi y todas esas mierdas, me dolió, mentiría si dijera que no.
Llegue a tal punto de fumar una caja de cigarrillos enteros estaba volviendo a mis malos pasos, pero sentía que eso no me sacaba de mis problemas. Al día siguiente me encontré con la hermosa morena, esa chica que alegra mis días la que roba mis suspiros, ella me vuelve loca con solo un beso, pero como toda una tonta que soy lo arruine, arruine el hermoso momento que podía pasar con ella, sabía que ella estaba molesta, sentí que todo se había ido a la mierda. Después de que Camila se fue me encamine a mi aula, en el camino me encontré a Verónica, me decía que haría una fiesta en su casa y que podía ir, también me mostró una bolsita donde había mariguana, solo la ignore y llegue a mi aula, ya no podía seguir con esa vida de libertinaje.
Cuando entré observe a Camila, le sonreí pero ella solo me ignoro, ¿no podía ir peor mi día?, me pregunte y me senté, la hora termino y salí no quería hablar con nadie me sentía muy mal por todo esto. Camine y me quedé en las gradas de la cancha, se sentó Verónica otra vez y llevaba un cigarrillo en sus labios me ofreció y no se porque fui tan estúpida en aceptarlo, el di dos caladas, a la tercera me di cuenta que era mariguana, Verónica solo reía como una idiota, luego se fue, dejando en la grada una bolsita con mariguana lo guarde rápidamente, no quería que la encontrarán y me acusarán. Me sentía mareada, no podía entrar así. Le mandé un mensaje a Camila, esa tarde casi me aprovecho de ella, Dios, todo por la estupidez que hice, estaba drogada y por eso actúe así.
Y ahora estoy acá esperando a que salga la tonta de Vero para darle la maldita bolsita. Pues por ningún motivo me lo quedaré eso sería como volver a mis andadas y no quiero eso ya no. Vi a lo lejos que ella se acercaba y cuando estaba cerca la detuve.
--Vaya, ¿Decidiste ir a mi fiesta? --
Dijo con una estúpida sonrisa.
--No, Vero, quiero entregarte esto -- se lo di y me estaba marchando cuando sentí que me tomó el brazo.
--Si ibas a mi fiesta te divertirás como los viejos tiempos, ¿recuerdas? --
--No, no quiero recordar, ya tengo que irme --
--Lastima, llegarán demasiadas chicas hermosa --
La ignore y camine, aún estaba un poco mareada aun no pasaba el efecto, esto no está bien no debí aceptar nada de ella pero necesitaba también fumar un poco, todo es tan confuso, me quedé un momento en el estacionamiento, me senté arriba de mi auto y encendí un cigarrillo, estaba mal si que lo estaba, Camila me odiaba lo sabía bien, quizá no debí besarla, si tan solo hubiera pensado las cosas muy a fondo antes de besarla hubiera sido diferente, mientras me terminaba mi cigarrillo observaba a los pocos alumnos que salían del colegio, unos se subían a sus autos otros se quedaban en los jardines a besarse con sus novios y yo acá dañando más mi salud, más de lo que estaba.
Tiré el cigarrillo al suelo y lo pise, me subí a mi auto y conduje hacia mi cabaña, quería descansar un poco y tratar de olvidar todo esto. Mientras conducía puse un poco de música de the 1975, me encantaba sus canciones eran únicas. Me quedé esperando a que el semáforo cambiará, sentí mi celular vibrar, lo cogí y note que tenía un mensaje de mi padre, lo abrí y lo leí. "Hija estoy tan ocupado en la empresa, necesito tu ayuda, quiero que vengas a la empresa acá te diré lo que necesito". Cerré el mensaje y deje a un lado mi celular, mi padre trabajaba en un empresa de muebles y electrodomésticos, no era de él pero era el gerente de la empresa. Di la vuelta y tome camino hacía la empresa, no quedaba tan lejos sino unos pocos metros de él colegio. Cambió la canción a Chocolat del mismo grupo.
Estacione el auto frente al edificio, entre y mientras caminaba por el pasillo saludaba a las personas, algunas ya me conocían, mientras que otras no lo hacían. Subí dentro del ascensor que me llevaría hasta la parte de arriba donde estaba la oficina que le había asignado a mi padre. Al llegar salí y camine hacia el final del pasillo, llegué a la puerta gris y llamé a la puerta, escuche la voz de mi padre decir 'pase', entre y lo note muy agitado, de verdad estaba ocupado.
—Hija, necesito tu ayuda... Verás el señor, George necesita una computadora nueva, quiero que se la lleves —él escribía algo en un trozo de papel luego me lo entregó. —esa es la dirección del hotel y el número de la habitación, te pagaré hija.
—No es necesario papá, lo haré.
—Toma, son diez dolares por ayudar. En la entrada te ayudarán a colocar la caja con la computadora dentro.
—Bien, hasta luego.
Salí de la oficina y nuevamente camine hacia el ascensor, mi padre siempre me decía que yo podía trabajar en esa empresa pero la verdad no me llamaba la atención o quizá era por pena que no lo hacía. Llegué a bajo, salí y camine hacia la entrada un chico casi de mi edad me dijo que llevaría la caja a mi auto, salimos del edifico, le abrí la puerta y metió la gran caja dentro. Luego se despidió y se fue. Entre a el auto y mire la dirección, el hotel estaba a una tres calles de acá, encendí el auto y conduje hacia mi destino. Era segunda vez que ayudaba a llevar cosas, mi padre siempre pedía mi ayuda para algo. Doble un esquina luego a otro y a otra, no me sentía tan de amino para andar dando vueltas pero era para ayudar a mi padre.
Estacione el auto afuera del gran hotel, era más grande que el edificio de la empresa donde trabajaba papá. Salí del auto, saqué la caja y camine hacia dentro del edificio, llegué a la chica que era la recepcionista, le dije que debía llevar el paquete a el señor George López, ella solo me dijo que si, subí en el ascensor y mire el número de la habitación, era el 43 vi el ascensor, presione los botones para llegar a el piso. La caja no pesaba tanto como parecía, al llegar salí y busque la habitación, la encontré y llame a la puerta, un señor algo calvo salió de esta, me dio cinco dolores de propina y luego volvió a entrar a la habitación, ¿que le pasa?, bueno lo bueno que tengo otros cinco dolares, me los eche a la bolsa de mi chaqueta y me di la vuelta, pero cuando comenzaba a caminar me di cuanta que de la habitación 40 salió Shawn, subiéndose la bragueta de sus pantalones él me miro con una sonrisa, pero lo que me mato más fue ver a Camila salir atrás de él, no podía creer, ellos estaban en ese hotel... Ni quiero pensar en esa posibilidad, camine hacia el ascensor ignorando a esos estúpidos, Camila se dio cuenta de mi presencia y me gritaba por mi nombre ella quería hablar pero yo no, no quería me sentía la peor basura del mundo, el ascensor se cerro a tiempo antes de que la morena pudiera entrar, me quiebre ahí mismo en el ascensor, lloraba con tanto dolor, todo era una mierda.
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