Flashback

Todo a mi alrededor pasaba muy lentamente, no podía entender que hacía en un lugar como este, todo era de color blanco, no podía recordar lo que hace minutos había pasado, solo pasan recuerdos vagos, recuerdo que iba con mamá y papá en el auto, íbamos cantando a todo pulmón, luego todo se volvió oscuro y a los minutos u horas, no se bien, desperté acá en una cama, que sabía bien no era de mamá ni mucho menos mía. La habitación donde me encontraba estaba totalmente pintada de color blanca, lo único de color diferente eran las sábanas, miré mi mano y en dedo tenía una cosa rara, era como un tubo, pero me dolía si lo tocaba.

A los minutos de estar divagando y tratando de recordar una chica vestía con una camisa de estampe de muchos gatitos y un pantalón celeste, entró y en su mano llevaba una especie de carpeta, era gris, al ver que yo la observaba ella me sonrió y se acercó a mí, tocó mi frente.

-Veo que ya no tienes fiebre, eso de es bueno... -- Yo quería saber que pasaba, por que estaba acá.

--Oye... Usted sabe, ¿donde esta mis padres? -- ella me observo y su cara se torno un poco triste.

--Camila... Ustedes tuvieron un accidente, así que por eso están acá... Tu mamá está bien, ella dijo que vendrá pronto... Ya regreso --

Tomo su carpeta y salio, no podía entender, como habías tenido un accidente, si todo iba bien, esto es una locura. Me quedé con los ojos cerrados unos momentos, necesitaba recordar, necesitaba saber con exactitud cómo fue el accidente. Me quedé hacia un buen rato, a los pocos minutos escuché que la puerta se abrió nuevamente, suspire, supuse que era la doctora, así que no abrí mis ojos.

Sentí como alguien me tocaba la frente y me acariciaba, estas caricias eran muy familiar, con cuidado abrí mis ojos y frente mío estaba mi madre, su mirada era de tristeza y de mucho dolor, no comprendía todo esto, era entendible, apenas tenía 6 años, mamá se sentó en la silla que estaba al lado de la cama y se quedó un momento en silencio, yo solo me concentre en observar el techo, era de igual color que la habitación. Por un momento pensé en lo que mi padre decía "Hija acá, en el mundo venimos para luego irnos", supe en ese momento que algo andaba mal, algo me decía que algo andaba mal con papá, era extraño que yo recordará tal cosa triste.

Observa de reojo a mamá, tenía sus manos en su rostro, estaba sollozando, se escuchaban, no era tan notorios pero yo si los escuchaba, ella levantó su mirada y con ferocidad limpio sus mejillas, yo le sonreí, por que leí en un libro que no hay mejor medicina para una persona triste que un sonrisa, lo que obtuve de ella solo fue una mirada, sin ninguna expresión.

--Tu papá está en la habitación de la par, quieres que lo vayas a ver -- no había observado que mamá andaba con una bata celeste, tenía algunos rasguños en su cara y los brazos, pero no se mirando tan graves, asintiendo me levante, me dolía un poco la espalda, pero debía ver a papá, salimos de la habitación y nos encaminamos a donde se encontraba papá, entre yo sola, mamá se quedó afuera, era extraño, pero lo ignore y cuando entré, mis mejillas se llenaron de lágrimas, frente a mí estaba papá, con una mascarilla, tenía demasiadas heridas tanto en su rostro como en sus brazos, me acerque débilmente, pues mis ojos estaban nublados, mis lágrimas salían sin control.

--Papá... Papi... -- me acerque y toque su mano, él abrió sus ojos y sonrió.

--Princesa... Mi hermosa hija... -- hablaba con dificultad, eso me partió más el alma.

--Papi, ¿que paso...? --

--Tuvimos un accidente... -- dijo y tosió un poco. -- Quería que... Quería hablar contigo, sabes que te amo mucho... Necesito que cuides a tu madre y al bebé que esta por nacer, se que es pronto para enterarse pero debes, prometerme eso --

--Lo haré papá, lo prometo... Pero tu también nos cuidarás, estaremos juntos -- limpie mi lágrimas y acaricie su mano.

--¿Recuerdas que te dije que uno esta acá por un tiempo? -- esto no podía ser cierto, esto era una simple tontería.

--Si... Lo recuerdo -- mis sollozos se escuchaban por toda la habitación.

--Pues creo que llego mi momento... Te amo... No llores amor --

Me tire y lo abrazo, sentía que mi alma se destruía, pues no podía ser cierto esto, no podía dejar ir a papá, esto es un mal sueño, debo despertar, papá no se debe de ir. Quizá fui una mala hija y por eso debía irse, lloraba y lloraba, mientras lo abrazaba, luego de unos minutos la máquina de a lado comenzó a hacer unos ruidos extraños.

No me dio tiempo de reaccionar cuando ya me llevaban a la fuerza fuera de la habitación, miraba como el doctor y otras personas entraban, mi papá estaba moviéndose desesperadamente en la cama, yo no dejaba de llorar.

Fin del Flashback

Sentí como las lágrimas invadían mis mejillas, al recordar todo eso vivido, se me volvía a partí el alma, lo extrañaba, con toda mi alma. Sentí como Lauren pasaba su dedo por mi mejilla limpiando mis lágrimas con delicadeza, ella aún me tenía en sus brazos, escondí mi rostro en su cuello, pues me sentía muy mal, quería consuelo quien mejor que la hermosa ojiverde.

Podía escuchar como de sus labios salían suspiros, acariciaba mi espalda no me preguntaba nada, y eso era genial, no estaba bien, no lista para contarle lo que me pasó, esto no aun, aun sentía que me dolía demasiado, pero debía hacerlo, pero no hoy. En toda la habitación se escuchaba solo mis sollozos, pues me dolía el alma demasiado, él era mi ángel, el único que me entendía en todo, mamá desde ese día no fue la misma, se comportaba, bueno se comporta muy mal con nosotras, ella cambió para mal.

--Tranquila... Todo esta bien -- seguía acariciando mi espalda.

--Te debo contar algo más... Algo muy difícil de mi vida... --

--Si es difícil para ti no lo hagas, lo entenderé... --

--No, debo hacerlo Lauren -- Le di una sonrisa a dudas penas. -- Yo tenía un ángel... Papá era todo para mi, él me enseñó lo bueno y lo malo de la vida... --

Nos acomodamos mejor y continúe comentándole sobre mi padre, él era un hombre maravilloso, me encantaba estar a su lado, ya que el me enseñó a distinguir las personas malas y las buenas, gracias a él supe elegir muy bien a mis amigos, el sabía que mi mejor amiga, Dinah, era lesbiana, a papá no le molestaba eso, al contrario de mamá, para mamá ella no debía estar sola conmigo en mi habitación ya que no confiaba en ella. Bueno hablamos de mi padre no de mi madre, él trabajaba desde casa, él era el mejor escritor de todo el mundo, bueno para mi gusto lo era, amaba sus escritos, él me enseñó lo básico que es poder escribir, pero el no escribía por hobby sino por pasión, amaba leer tanto como escribir.

Para mis cumpleaños siempre me regalaba su primer ejemplar de su libro nuevo eso me encataba de ser su hija, él escribía de todos los géneros, amaba como me hablaba de algunas teorías, algunas que salían de sus experiencias y también algunas no tanto lógicas, como que en el mundo había demasiadas preguntas y muy pocas respuestas, yo siempre le decía que para las respuestas se encontraba Google, él siempre se sentía ofendido con ese comentario. Lauren me observaba atenta a todo lo que salía de mi boca, su mirada estaba llena de curiosidad y de ternura, en serio estaba perdiéndome en ese mundo de los ojos verdes.

Ella sonreía cada que le comentaba como papá evadía lo que mamá mandaba o como nos escondíamos el para escribir yo para poder leer y observar sus expresiones al escribir, era gracioso como fruncía el ceño cuando se da cuenta que no había escrito bien una palabra, para él era necesario que todos sus escritos llevara una ortografía pulcra y muy bien escrita, yo siempre lo molestaba con algunas palabras mal dichas.

--Por eso decidiste hacerte una escritora, ¿cierto? -- la mire y sonrei.

--Si, él me enseñó ese hermoso mundo de la escritura y lectura... --

--Se escucha que fue un excelente hombre... Como su hija -- sonrei y la abrace más fuerte y ella beso mi cabeza.

--Mamá nunca lo apoyo en eso... Decía que no tendría futuro... Pero ahora veras todos sus libros por todas las librerías de el mundo --

Era cierto, una amiga de él me dijo eso, sabía que no mentía, porque ella era su mejor amiga, gracias a ella pudieron conocer los escritos de papá, mamá no sabía pero él y yo teníamos demasiados secretos como que me había dejado todas las colecciones de libros, eran sus colección favorita.

Él me apoyo, siempre me apoyo en mi sueño de convertirme como él, una gran escritora, muy famosa y mostrarle a mamá y a toda mi familia que si seré alguien en la vida con mis libros, ya tenía uno en la editorial, no era uno de demasiadas páginas, apenas tenía sus 45 páginas. Papá siempre fue un hombre muy inteligente, él no se complicaba con lo que dirán los demás, en cambio mamá no, a ella le importa más eso que el saber nuestra salud. Lo que mamá no podía aún aceptar era que gracias a papá ella tiene sus pastelerías, él tenía un contacto de un pastelero profesional, en su tiempo mamá se lo agradeció pero después de perderlo ya no quería que habláramos de eso.

--Siempre hablas en pasado... ¿Por qué? -- ahí iba la pregunta, suspire y la mire.

--Papá murió... Murió a causa de un accidente de auto... -- le comente que los tres íbamos en el auto, pero que solo él sufrió más el impacto.

--Lo siento mucho, Camila -- me abrazo y respire profundamente, prometí no llorar más.

--Sabes lo que me duele más... Los familiares de papá no nos dijeron del funeral, solo nos dijeron donde, en que cementerio... --

Si, algo en mi interior me decía que mamá tenía algo que ver, ya que mi abuela nunca aprobó la relación con mi papá, ya que ella no apoyaba los sueños de su hijo. La abuela no nos dijo nada del funeral, pero al siguiente día fui a verlo, lo necesitaba, quería hablar con él. Me eche a llorar en el pecho de Lauren, ella me abrazo y acariciaba mi espalda, sabía como había sido mi pasado, lo sabía muy bien. Abuela luego de llegar a la habitación de papá nos dijo que ella se encargaría, mamá sólo acepto y nos fuimos, ese día fue el último día que lo vi.

Recordar todo sobre ese hombre, mi padre me sentía orgullosa de él, sabía que había llegado a cumplir su mayor sueño que era convertirse en el mejor escritor del mundo y lo es, lo se, y yo debía seguir su sueño, porque se lo prometí y ese era mi mayor sueño, conocer ese mundo.