Desperté, estaba en el mismo lugar donde estaba cuando cogí el collar, estaba sentada afuera de la casa, cuando de repente el coche se detuve frente a ésta, me levante, y camine hacía la persona que salió del coche, como lo suponía era una chica, era Lauren, ella se notaba muy mal, estaba llorando y sus ojos estaban rojos.

—Puedo explicarlo...

—¿Explicar que, Camila?.

Comenzamos a discutir de una cosa que no lograba entender el porqué, ella me tomó del brazo y me lastimaba, luego me dijo algo que me dolió mucho ella se alejaba poco a poco y yo corría atrás de ella lloraba y lloraba demasiado mientras corría hacia ella pero no podía alcanzarla...

Me desperté de golpe, estaba vez era la realidad, estaba en una habitación blanca, seguramente estaba en un hospital ya que estaba una máquina a mi lado, luego me di cuenta que la puerta se abrió mostrando así a una chica que era la enfermera.

—Veo que ya despertó —ella salió nuevamente y indicó que entrará alguien. Era Lauren la que entró a la habitación ella estaba muy asustada cuando me vio. —, iré por el doctor.

La chica salió y Lauren camino hacia mi, aún no podía dejar de pensar en esos flashback que me pasan y ahora sabía que eran algo relacionado con Lauren ¿por qué estábamos discutiendo?, esa pregunta estaba rondando mi cabeza. Ella se sentó en una silla que estaba cerca de la camilla, no decía nada solo me miraba con preocupación y también con curiosidad.

—Le dije a Matt —me dijo ella y se tocó la cien con su dedo pulgar. —, él vendrá en unas horas.

—¿Que pasó?. —solo recordaba que estaba en el baño vomitando y luego todo se volvió oscuro.

—Te desmayaste y te traje acá.

Nuevamente surgió el silencio incomodo en el que estábamos al inicio, no sabía si preguntarle o no, tenía esa curiosidad por saber más sobre lo que pasó ese día entre las dos, por que lloraba ella y yo por que me sentía enojada con lo que no logré escuchar de su parte. A los minutos el doctor entró con una carpeta en sus manos, se acerco a mi y me examinó un poco luego revisó la carpeta.

—Como lo suponía —dijo el mientras dejaba la carpeta en la mesa de a lado.
—Usted sufrió unos mareos y malestares, le hicimos unos estudios.

—¿Que me pasa? —él se quito los lentes y miro a Lauren y luego a mi, me estaba preocupando.

—Usted está embarazada, señorita Cabello. —dijo y me tumbe nuevamente en la camilla y me quedé en shock al escuchar eso. —. Usted tiene dos semanas de embarazo, felicidades.

¿Pero cómo?, si últimamente Matt y yo no teníamos relaciones, era imposible esto, Lauren no decía nada solo se sentó nuevamente y se tocó la frente. Esta noticia a ella la impresionó como a mi. Aún teníamos praneado tener hijos con Matt, esto es algo que me llegó de sorpresa, que pensará mamá, ella que siempre me decía que primero me debería de casar antes de tener hijos.

—Serán unas bellas madres —nos dijo, Lauren lo miro muy sorprendida y luego yo lo vi.

—Yo... —dijo Lauren —, lo siento, compromiso. —se levantó de la silla y salió rápidamente de la habitación, note sus ojos, ella estaba a punto de llorar.

—Lo siento... —dijo el doctor mientras se ponía los lentes.

—Ella es una amiga, el verdadero papá está por llegar.

Se disculpo y luego salió de la habitación, un bebé, cómo era posible que tendría un bebé, era genial pero no aún, aún debía ordenar mis ideas, seguramente a Matt le encantaría esta noticia de un bebé, me sentía frustrada y nerviosa, lágrimas salían de mis ojos, toque mi estómago y lo acaricie un poco, era genial si, pero no creo que esté preparada para un bebé. Luego de un rato de tanto llorar la puerta de habitación se abrió nuevamente mostrando a un Matt muy sonriente y con lágrimas en sus ojos, se acerco a la camilla y me lleno de besos todo el rostro.

—Un bebé, Cami —comenzó a decir mientras lloraba, él tenía su frente junto a la mía. —. Seremos padres por fin amor, es genial, te amo mucho.

Él me dio un beso en mis labios y me abrazo, no podía creer esto, cómo pudo pasar si apenas él me podía tocar ya que no teníamos tiempo de nada, era absurdo. Matt me acaricio mi estómago y dejó un beso en éste.

Habían pasado alrededor de dos horas, Matt estaba por llevarme a su casa, la cual ya sería de los dos, él no en el camino me comentaba que le pediría ayuda a alguien para que pasará mis cosas a su casa, yo solo le sonreía, pues la verdad no podía atención a lo que él decía, aún estaba en shock por todo esto. El rostro de Lauren era de tristeza, lo pude notar en el minuto que se levantó y se fue, no entendía por que me dolía verla así, si no eramos nada solo habías estado juntas dos noches nada más, pero a mi me dolía verla así. Salimos del coche, Matt me ayudó a subir a la habitación y me dejó descansar un poco ahí, el médico dijo que debía hacerme chequeos mínimo tres veces por semana. Era lo que quería no, un bebé, un bebé que sería hijo de Matt y mío, pero no me sentía felwcon eso, si que estaba feliz por que tenía un ser humano dentro de mi, pero no me sentía bien en saber que era de Matt, era confuso lo que pasaba en mi mente, me tumbe en la cama y me quedé dormida.

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Me desperté con un el sonido de la puerta principal abrirse, abrí mis ojos y recordé que estaba en la habitación y en la casa de Matt. Salí de la cama y me asome a la puerta, desde arriba podía escuchar algunas voces que venían de abajo, era Matt con algunas otras personas más. Me aleje de la puerta pues escuche que subían las escaleras, me tumbé en la cama y me hice la dormida, la puerta se abrió y sentí que alguien se sentaba a mi lado.

—Camila, mi hermosa hija —era mi madre, me dio un beso en mi frente y abrí los ojos lentamente. —. Matt me comentó lo que pasó.

—Estoy muy sorprendida, más que tú seguramente. —me incorporé y me recoste en la cabecera de la cama y mi mano colocó su mano encima de la mía.

—Cuando quedé embarazada de ti estaba igual —dijo mientras dejaba suaves caricias en mi mano. —, un bebé es una bendición hija, debes saberlo.

—Lo sé mamá —le dije mientras dejaba caer mi cabeza en su hombro, mi madre podía dejar a un lado su egocentrismo y ser un poco cariñosa a veces. —, pero es un bebé, yo apenas se cuidarme a mi misma.

—Deberás aprender hija, no es fácil te lo dijo —me regalo una sonrisa. —, pero cuando llegue la hora, Matt y tú deberán aprender a cómo sobrellevar esto.

Mi madre tenía sus ratos malos y sus ratos buenos, ella no había sido la mejor madre del mundo pero ella sola nos mantuvo a mi hermana y a mi. Aunque ella a veces fue mala conmigo pero ella lo estaba arreglando poco a poco. Me dejó un beso en la frente y acariciaba mi estómago, comenzó a hablarle a él bebé, lo que el doctor había dicho era que apenas el bebé se estaba formado y mi madre le comenzó a hablar, me reír de ella, pues no entendía por qué lo hacía.

Luego ella salió de la habitación, luego me levante y salí yo igual, llegué hacía la sala donde ella estaba y Sofi, mi hermana al verme corrió hacia mis brazos, la abrace muy fuerte, amaba a mi hermana y ella lo sabía. Nos sentamos en la mesa y mi madre había preparó un poco de café para todos, mientras hablábamos de cosas que debíamos saber para cuidar al bebé yo podía notar la alegría de Matt al hablar de éste, él eso era lo que más añoraba en esta vida poder tener un hijo y si era mío mucho que mejor para él. Me quedé con un sonrisa viéndolo mientras hablaba con mi madre muy alegre debía vivir con esto.

A las pocas horas mi madre y Sofi se fueron y nos quedamos solos en nuestra casa, ya podía decir nuestra, pues Matt mañana traería mis cosas con ayuda de alguien más. Nos sentamos en el sofá, el me abrazo y yo igual, me sentía feliz tenerlo cerca y saber que ahora lo tendría cada día a mi lado.

—Por fin seremos una familia, amor—me dijo y beso mi cabeza.

—Si lo sé amor.

—Te amo —él me beso en los labios y luego se retractó. —, mejor dicho, los amo a los dos.

Matt era de los pocos hombres que conozco que son cariñosos y se alegran al saber que serán padres, lo amo demasiado nunca me alejaría de él, así como él no me dejo en esos momentos de mi vida que estaba pasando por algo feo, ese momento del accidente y los momentos que estaba en el hospital él nunca me dejó. Nunca se mostró cobarde y dejarme sola. Él siempre iba conmigo a ver a el doctor para hacerme exámenes y ver que tal estaba mi memoria y si mis dolores de cabeza se estaban alejando.

Luego de un rato él se fue a su estudio a seguir escribiendo su libro que publicaría la semana siguiente, él me había comentado que ya había hecho el trato con el señor Marcus y que con él se asociará para poder vender muchos ejemplares de sus libros por todo el mundo, me alegraba por él, todo en su vida le estaba yendo muy bien, eso era bueno. Me recoste en el sofá mientras miraba el techo, todo estaba yendo muy bien en mi vida, era excelente todo. Pero aún estaba aquella espina que no me dejaba en paz, lo del recuerdo que tuve en el hospital con Lauren y la forma de actuar de ella cuando supo que yo estaba embarazada de Matt, no podía adivinar que le pasaba en esos momentos, quizá más adelante lo pueda entender.