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Rescate

Siguiendo con Milo y Kiki.

Milo: bueno, a las tres - dijo sonriendo - 1... - contó mientras se preparaba - dos... - Kiki se preparo también - 3 - termino para después comenzar a correr, llamando la atención de la diosa de la discordia - ¡Hey! ¡vieja decrépita! - le gritó.

Eris: ¿Cómo me llamaste? ¿y de donde saliste tú? - preguntó la diosa de la discordia mientras veía a la peliazul.

Milo: vamos vieja decrépita ¿no piensa seguirme para darme mi castigo definito? Aunque más que insulto estoy segura que le estoy diciendo la verdad - le dijo, mientras la diosa molesta tomó su tridente y lo arrojo contra Milo, que rápidamente lo esquivo y riendo manera jocosa dijo - jaja vamos ¿es todo lo que tiene enserió? - gritó, para después irse corriendo, con la diosa detrás suyo.

Esto lo aprovecho Kiki para salir de su escondite, rápidamente se acerco a la diosa del amor que se encontraba encerrada y dijo.

Kiki: bien, ahora que la bruja está distraida la sacaremos de aquí - dijo el pequeño peli naranja mientras encendía su cosmos.

Afrodita únicamente veía de forma preocupada los rayos de luz que se veían a la lejanía bastante preocupada, si Milo no tenia cuidado, podría hacerse daño tanto ella como su bebé.

Milo por su parte dando saltos y esquivando reía de los patéticos intentos de la diosa de la discordia por atraparlo, hasta que un punto noto que se había quedado sin espacio.

Milo: ¡oh, oh ¿Que paso? - preguntó sonriendo, para después palpar una pared a sus espaldas - mierda... - susurró al momento que se dio cuenta que estaba atrapada.

Eris: parece que se te acabó el juego pequeña perra - le dijo sonriendo mientras alzó su tridente con intención de atravesarselo, aunque para sorpresa tanto para Milo cómo para ella, rápidamente su cuerpo comenzó a ser congelado desde los pies hasta la cintura y antes de quedar congelada completamente intento golpear a Milo, aunque grande fue su sorpresa al ver únicamente una cabellera roja pasar rápidamente frente a ellos y cuando vio, el caballero ya no estaba - ¡Maldición! - gritó colérica.

Milo por su parte sorprendida vio cómo el caballero de acuario de aquella dimensión la puso suavemente sobre el suelo, para después girarse a ver a la diosa, que intentaba soltarse.

Camus: el hielo no aguantara mucho - susurró preocupado, para después encender su cosmos, alertando al resto del santuario junto con su diosa.

Milo sonriendo se puso de pie y le dijo.

Milo: no tenias porque preocuparte, lo tenía todo perfectamente controlado - aseguró sonriendo, mientras se cruzaba de brazos.

Camus: si por controlado quieres decir que estabas a poco de que te mataran pues si... lo tenias muy controlado - hablo sarcásticamente, mientras Milo únicamente río al recordar que si su Camus estuviera ahí, le hubiera dicho exactamente lo mismo.

Aunque ya no tuvo más tiempo para seguir bromeando, la diosa se había soltado y había enviado a volar al pelirrojo utilizando su cosmos, estaba enojadisima y podía sentirlo, pero antes de pudiera acercarsele a ella, un portal a sus espaldas se abrió y de él salió una persona, sus ojos se iluminaron al ver de quien se trataba.

Milo: Cam... - susurró.

Eris no tuvo tiempo de reaccionar, cuando menos se lo espero, fue golpeada por una ejecución de Aurora que la mando a volar a ella también lejos de ahí, Camus al ver a Milo rápidamente corrió hasta donde ella estaba y la abrazo.

Camus: ¿estas bien mon petit? Perdón se que debí haber venido antes - le dijo mientras la abrazaba, Milo por su parte sonriendo respondió el abrazo.

Milo: Si, lo estoy Cam, muchas gracias - le agradeció.

Él pelirrojo se terminaba de levantar, sacudió un poco su cabeza para quitar el mareo, aunque grande fue su sorpresa al ver una cabellera de color cerceta y larga cómo la suya frente a él, esa persona se encontraba abrazando a Milo, cosa que le confundió, aunque por el portal rápidamente se dio cuenta que posiblemente se tratara de su yo de la dimensión de la que Milo venía, el verdadero padre de aquel bebé, al ver que él hombre se dio la vuelta, vio que efectivamente no se equivoco, era él.

Camus: ¡Hey tú! ¡maldita bruja! - gritó el de cabellos verdes azulados, haciendo que una furiosa Eris lo comenzará a atacar.

Tomo entre sus brazos a Milo y la cargo, para después comenzar a correr hacia el portal donde ambos entraron, Eris los siguió ante la mirada estupefacta del pelirrojo, que vio que antes de que este se cerrara, la pequeña niña de cabellos naranjas que venía con Milo entró, viendo cómo el portal se cerró segundos después.

Camus: ¿se la llevaron a su dimensión? La señorita Athena tiene que saber esto - aseguró, para después irse corriendo, de camino al santuario.

Continuará...

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