Charla
Con Milo.
6:00 AM del día siguiente.
La bichita se encontraba dormida, al igual que Isaac y Hyoga, Camus por su parte había despertado desde muy temprano y se había quedado viendo a Milo, aún le era difícil creer todo lo que la peliazul le había contado de ellos dos en la otra dimensión. Aunque sentía curiosidad por él bebé que se estaba formando en su vientre en esos momentos.
Camus: ¿Cómo será? ¿Acaso se parecerá a alguno de los dos en lo físico o por lo menos en caracter? ¿Será niño o niña? - suspiró pesadamente - me encantaría tocarlo - pensó tratando de retener se.
Milo: ¿me vas a explicar que ocurre o por que estas viéndome así? - preguntó adormilada, asustando al otro que con la cara completamente roja se dio la vuelta.
Camus: no te estaba viendo - respondió rápido.
Milo: ay Camus... ¿cuantas veces voy a tener que repetirte que no sabes mentir? Mucho menos disimular algo obvio - comentó mientras se desperezaba.
Camus: ay... realmente soy patético - susurró triste.
Milo: no lo eres Cam, pero dime ¿que ocurre por que me veías así? - preguntó.
Camus: yo quería tocarlo - respondió en un susurró inaudible.
Milo: ¿Que dijiste? - volvió a preguntar.
Camus: que yo quería tocarlo, pero no lo hice porque no quiero incomodarte - le respondió en un tono de voz un poco más alto.
Milo lo vio confundida, para después ponerse a reír, seguidamente de eso negó moviendo la cabeza de un lado a otro en silencio, para después hablar.
Milo: ¿te refieres al bebé? - preguntó mientras el otro, aún dándole la espalda solo asintió - aún está muy pequeño como para que puedas sentir algo, pero... si eso quieres ven - le pidió mientras él otro negó - ¿por qué no? ¿tocarlo es lo que quieres no?
Camus: pero no puedo, no creo que sea correcto no tenemos nada que ver.
Milo; ¿y que hay con eso? Todo el mundo los toca por alguna extraña razón. Además que de donde sacaste que no tienen nada que ver, además si nos ponemos a pensar mejor las cosas esencialmente fuiste tú quien lo engendraste. Ya deja de comportarte como un bebé y ven - ordenó mientras que lo jalo del brazo hasta a ella y cuando lo tuvo cerca colocó su mano sobre su pancita - ¿ves? No pasa nada.
Camus: ¿no crees que el otro Camus se molestará? - preguntó mientras la veía.
Milo: ¿Cómo crees? ¿No es como si me estuvieras besando o algo? - le contesto sonriendo - no se si tú lo eres pero mi Camus no es celoso. Bueno no tanto.
En la otra dimensión.
Camus quién se encontraba viendo todo lo que Afrodita y Akira le mostraban, hasta que de la nada estornudo haciendo que los otros dos lo voltearan a ver sorprendidos.
Afrodita: parece que alguien se va a enfermar.
Akira: no... simplemente alguien debe estar hablando mal de él - comentó mientras ambos caballeros lo voltearon a ver.
Volviendo con Milo.
Milo: ¿ya estas feliz? - preguntó para cuando vio que el muchacho retiro suavemente su mano de su pancita.
Camus: - asintió - oye si no es tanta la indiscreción, ¿cuanto tiempo tienes?
Milo: un mes y dos semanas supongo, la noticia literalmente a sido un poco reciente, y se que al regresar me espera un gran escarmiento por parte de Shion.
Camus: ¿y no tienes miedo?
Milo: ¿hm? ¿Por qué?
Camus: después de lo que te hice pasar aquella noche, ¿no tienes miedo de que vuelva a ocurrir?
Milo: dime algo Camus, ¿realmente estás enamorado de mi o solo me quieres para pasar la noche?
Camus: no ¿cómo crees? Realmente quiero algo serio contigo.
Milo: entonces no tengo nada de que preocuparme, yo confío en ti Camus, confío en tus sentimientos y en todo lo que me dijiste esa noche en la que todo ocurrió - dijo mientras ponía una de sus manos sobre su pancita para acariciarla levemente - la mayoría en el Santuario me decía que estaba loco al creerte pero. Athena dijo que solo confiara en mí y bueno, aquí me tienes.
Camus: perdón...
Milo: ¿y ahora por que te disculpas?
Camus: Por todo, no se si el otro Camus lo hizo, pero si no lo hizo yo te pido perdón a ti y a los otros Milos de todo el multiverso.
Milo: bien... de parte de todos los Milos del multiverso aceptamos las disculpas de los Camus del multiverso también - bromeó ella mientras reía.
Camus por su parte también solo río por lo bajo, ambos guardaron silencio por unos instantes para después decidir que ya era hora de partir, tenían que seguir con su caminó, por lo cual después de ponerse de pie despertaron a los menores.
Mientras tanto.
En el Edén oscuro.
Desde el interior de la manzana dorada, Eris, veia de forma curiosa a esos caballeros, vaya que enserió tenían química.
Eris: realmente es emocionante ¿no lo crees querida? - preguntó sonriendo - solo imagínate el desastre dimensional que podría provocar el hecho de que alguien no regresará a casa - aseguró - es que aún no entiendo como a Athena se le ocurre - le dijo a la mujer que estaba encerrada en una jaula que estaba debajo del suelo.
Afrodita: eres una diosa despiadada Eris - grito la diosa del amor notablemente molesta.
Eris: hay Afrodita... atraparte fue lo más fácil que pude haber logrado - afirmó la diosa de la discordia.
Afrodita: hm... - expresó molesta.
Eris: no, no me mires con esos ojos, no te preocupes Afrodita, no estarás aquí para siempre, solo me encargare de destruir a Athena y todo su séquito y todo terminará - afirmó ella.
Afrodita: estamos perdidos... - lloró.
Eris: que mocosa tan irritante - aseguró ella molesta, para después voltear a ver a los otros a través de la manzana dorada - ¿que les parece si comenzamos a jugar niños? - preguntó sonriendo de forma macabra, para después extender su mano en dirección hacia donde se encontraban los otros y después solo la cerró de un solo.
Afrodita vio esto confundida, para después ver en dirección hacia donde se encontraban los otros, dándose cuenta de lo que se les acercaba por la espalda.
Afrodita: hay no... - susurro preocupada.
Continuará...
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