Con Milo.

Kiki: realmente este lugar es curioso ¿no? - preguntó mientras veía todo el lugar, mientras seguía en la espalda de Milo.

Milo: Supongo que sí, aunque me pregunto si los caminos cambian aquí, siento que llevamos tiempo caminando sin rumbo fijo - dijo ella mientras para de caminar, el más pequeño se bajo y camino tres pasos adelanté.

Kiki: pues si... parece que estamos en el inició de todo - dijo él, Camus por su parte solo suspiró, tampoco era como si pudiera hacer mucho, realmente no recordaba el camino que lo llevara al castillo, a pesar se ya a haber conocido el caminó.

Camus: esto es extraño - susurro el, mientras que Milo por su parte se acerco aún árbol secó, lo vio detenidamente y siguió con su mirada una de las ramas, para después seguir el camino indicado por esta.

Kiki: ¿a dónde vas? - preguntó mientras comenzaba a seguirla.

Milo: este árbol se me hace familiar, por lo cuál algo me dice que debo seguirlo, ellos ya deben de saber que estoy aquí - indico mientras los otros dos la vieron confundidos, para después seguirle el paso de cerca.

Llegaron a una parte limpia de todo el terreno, donde se podía ver el castillo de Hades bastante cerca, por lo cual Kiki dijo.

Kiki: bien... ya estamos cerca del castillo.

Milo: no creo que sea necesario que vayamos hasta ahí.

Camus: ¿Por?

Milo: él ya está aquí - fue lo único que respondió, para momentos después ver como Kiki y Camus caían inconscientes en el suelo y ella se volteó - ¿así que ya sabías que estaba aquí? - preguntó sonriendo. El juez por su parte se dejó ver, mientras su rostro reflejaba bastante molestia.

Aiacos: Pandora, Radamanthys y Minos no saben que estas aquí, logre esconderte sin embargo no lo haré por mucho tiempo, así que dime ¿que quieres? ¿Que diablos estas haciendo en este lugar?

Milo: Athena me envió a una misión, parece que la diosa Afrodita esta desaparecida y como aparte del dios del sol, los únicos que saben el movimiento de cada criatura que vive en la tierra son ustedes, quería preguntar si de casualidad ustedes sabían algo.

Aiacos: ¿la diosa Afrodita dices? - preguntó confundido - pues no, no sabía que estaba desaparecida en este lugar, como casi nunca desciende a la tierra y todo lo maneja en el olímpo, pero bueno a lo que yo recuerde, la última vez que sentí su presencia, estaba en el jardín del Edén, pero esa fue su última ubicación de ahí no recuerdo nada más - dijo él.

Milo: ¿el jardín de Edén? No quería ir otra vez a ese lugar pero bueno. No puedo hacer nada más... muchas gracias por tú ayuda.

Aiacos: Si, si claro, haré como si no te hubiera visto pero lárgate ya - ordenó para después irse del lugar.

Milo: bien... ya es algo - dijo ella para después voltearse a ver a los durmientes, para después ver a Isaac y Hyoga aparecer - ¿nos estuvieron siguiendo? - preguntó al estar aún lado de ellos.

Isaac: el maestro Camus nos ordenó regresar la armadura y alcanzarlo - explicó el.

Milo: ¿por qué rayos le siguen el juego? Son niños y deberían estar divirtiéndose por ahí, por lo menos a las versiones de ustedes en mi dimensión eh logrado liberarlos de todas las obligaciones que este malvado les ponía - dijo señalando a Camus.

Hyoga: en este lugar, el señor Milo y nuestro maestro no se llevan bien, pareciese que Milo lo odia por algún motivó

Milo: ¿a si?

Hyoga: todo es culpa de un solo hombre, Surt, el viejo amigo de nuestro maestro y el porque el señor Milo esta enojado.

Milo: hay... así que también aquí la Zanahoria tiene pesadez en la historia ¿verdad? - preguntó estresada.

Isaac: ¿Zanahoria? - preguntó aguantando su risa.

Milo: ese es el apodo que decidí ponerle, debo admitir que no nos llevamos bien. Pero cada vez que va de visita al santuario hacemos lo posible por llevarnos bien por Camus.

Hyoga: bueno eso es algo, aquí ni siquiera pueden verse sin pelear - afirmó haciendo que Milo suspirara, realmente. ¿Podia llegar a ser tan infantil? Eso fue lo que se preguntó.

Milo: bien vámonos, entre más rápido nos vayamos más rápido podremos resolver este problema - dijo mientras los otros dos asintieron - pero primero hay que despertarlos a ellos - dijo sonriendo.

Mientras los otros pasaron a ver el otro asunto, por lo cual quedaron confundidos. Sin darse cuenta de ya había alguien más observándolos entre las sombras.

Continuará...