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—¡Hermanos! — exclamó.
Soid volteó hacia Gabriel y Uriel sonriendo porque traían a Osdi y todo volvería a cómo antes. Pero ambos arcángeles estaban con los ojos encriptados en lágrimas. Junto al resto...
Soid borró su sonrisa y un pesar cayó sobre él.
No quería darse vuelta, no podía, su corazón desbocado y un sentimiento no lo dejaban.
Pero se dio vuelta y mirando el bulto entre los brazos de Miguel sollozó.
Sangre...
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