—Y así fue como me convencí que tenía que tomar mis propias decisiones y no dejar que mi madre elija lo que debo hacer— Dijo seria mientras veía las nuebes

—Tomaste una decisión y fuiste firme con lo que querías, a veces es difícil comprender lo que realmente queremos, eres muy fuerte Serena— Le sonrió

—Gracias Ash— Soltó una pequeña risita nerviosa —Me agrada convivir con los Rhyhorns pero realmente no era mi vocación—

—¿Y ser artista sí lo es?—

—Pues— Hizo una pausa para pensar —Estoy explorando, y aprendiendo a reconocer lo que me gusta, aún me falta mejorar, pero cuando lo logré, estaré orgullosa de mi misma— Dijo entusiasta

—Que bueno que pienses tan positivo, verás que encontrarás lo que realmente te fascine— Giró su cuerpo hacia la chica y se quedó observandola —Y cuando lo encuentres, yo también estaré orgulloso de ti—

—¿En serio Ash?— También giro su cuerpo hacia el chico, su ojos brillaban fuertemente y su rostro se ponía rojo

—Claro, que mejor que apoyar a un amigo en sus metas—

La chica solo soltó un suspiro decepcionado

—Claro, que mejor— El brillo de sus ojos se desvaneció y su cara volvía a su color original y un fuerte dolor atormentaba su pecho

Ella sabia que estaba enamorada de este chico, y sentía que podía ser un sentimiento correspondido por él, pero...

Ambos se querían mucho... como amigos

Se cuidaban... como amigos

Se apoyaban... como amigos

Eran eso, amigos, solamente eso, y eso mismo les había funcionado bien todo el tiempo por eso es que tenían miedo

Ambos tenían miedo, porque había funcionado tan bien como amigos, que tenían miedo de fallar siendo algo más íntimo

Ambos eran novatos en relaciones, ninguno había tenido pareja, seguro la arruinarían al querer ese algo más serio, por eso mejor simplemente no tomaban el riesgo

Eso pensaba ella, y realmente también lo pensaba él

Sin hablar se entendían; Sin mirarse, ambos veían el mismo fracaso futuro que cometerían arriesgándose; Sin intentar, ya funcionaban, pero les daba tanto miedo

La mañana se hizo tarde y la tarde se fue oscureciendo mientras ellos solo charlaban trivialidades y divagaban sobre su vida

La chica amaba hablar de las aventuras que tendría, el chico amaba escucharla tan motivada

El chico amaba contarle todas las aventuras que había tenido, la chica se sobrecalentaba al escuchar su voz

El pasatiempo favorito de ambos, era sin duda, escuchar la vida del otro

Que triste era para ellos imaginar una vida juntos y recordar que realmente eran unos cobardes

"Somos amigos, solamente eso" se decían a si mismos, pero la frase ya no les gustaba.