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Capítulo 20

Ya era el primer día de agosto, es decir que el Sano oficialmente cumplió sus veintitrés años de vida y digamos que lo "celebró" de una manera muy cansadora el día de ayer.

- Me arde la espalda –soltó.

- No te quejes –me escondí en su cuello sonrojada- Tú me mordiste por todos lados.

Nos encontrábamos desnudos, mi cuerpo se mantenía sobre su pecho y su mano derecha acariciaba mi tatuaje a lo largo de mi espalda mientras que su izquierda se me quedaba quieta en mis glúteos, además de la fina sábana azul que nos cubría.

- No puedo creer que Takeomi haya previsto esta situación –rió frotando su nariz con la mía.

- ¿Es por eso que tenías condones contigo?

- Sip, él dijo "al fin has conocido a una chica linda, los necesitarás" y me dio una caja.

- Fue muy sabio de su parte –reímos juntos.

Estaba completamente feliz a su lado, mi corazón saltaba de alegría al sentir su cercanía y mi mente no paraba de decir que había tomado la decisión correcta.

- Lele –me acarició la espalda- ¿Qué dices sobre regalarle mi motocicleta a Manjiro?

- Mala idea –lo miré un poco asustada.

- ¿Qué? ¿Por qué? –no se esperaba esa respuesta- Tiene su pandilla y su antigua moto se rompió, además será su regalo de cumpleaños. No te preocupes, él sabe manejarla asique no hay problemas, de todos modos, le enseñaré.

Mi mirada incrédula se mantenía sobre el pelinegro mientras intento procesar la información que me soltó hace unos momentos.

- Déjame ver si entendí –me froté la frente con mi mano y cerré los ojos- ¿Quieres regalarle una motocicleta a un niño de doce años?

- Técnicamente cuando se la regale tendría trece –murmuró rascándose la mejilla- Además tú a esa edad ya manejabas motocicletas.

- ¡Yo lo practicaba en un campo con seguridad! –mi ceño se frunció- Es diferente para Manjiro-kun, no es lo mismo manejar con médicos cerca a que en la calle, es un niño todavía.

- Enséñale –me sonrió.

- ¿Qué?

- A pesar de que ya no practicas más motociclismo, tu nivel es igual al de un profesional –me besó la mejilla- Yo soy genial pero no tanto como tú, puedes enseñarle a Manjiro.

Mis mejillas se sonrojaron, me encantaba la idea de poder transmitirle mis conocimientos a otros.

- ¡Si! –lo besé- ¡Izana-kun también!

Me abrazó fuertemente y nos quedamos en silencio un largo rato. No tenía noción del tiempo pero sé que no deben pasar las nueve de la mañana.

- ¡Me olvidé darte algo! –me levanté del lugar.

- Agh –se quejó cuando me separé.

Me coloqué su camiseta sin mangas roja, era de esas de baloncesto, y mi pantalón de nueves, obvio, con mis bragas ya puestas. Me acerqué al sofá donde posaba mi mochila y la abrí para sacar su regalo de cumpleaños para luego entregárselo.

La pequeña caja tenía el tamaño de la palma de mi mano, era negra con un moño azul eléctrico.

Recibió el presente y comenzó a deslizar suavemente el listón para luego abrirla, al sacar la tapa su cara se pintó de sorpresa.

- Felices veintitrés vueltas al sol, doll –le di un beso en la frente.

Dentro de la caja hay una tarjeta blanca y debajo de esta hay un collar de cadena plateada con un colgante de motocicleta, este estaba incrustado en una almohadilla negra.

- Vale por un viaje a Filipinas (cinco personas) –leyó de la tarjeta y tomó entre sus manos el collar- ¿Esto es para mí?

- Si –me senté entre sus piernas ya que se había sentado apoyando su espalda en la cabecera- En una de nuestras llamadas me dijiste que te gustó mucho Filipinas y que te gustaría viajar con tu familia. Además, el collar era muy lindo y no pude evitar comprarlo.

- P-pero es mucho –amaba ver su cara sonrojada- Son cinco boletos de avión, sin contar la estadía y-

- No importa –lo interrumpí tomándolo de los cachetes- Todo irá por mi cuenta, los boletos, la estadía por dos semanas, también como el dinero. Todo Shinichiro, no te preocupes.

- ¡Es demasiado dinero! –se quejó.

- No para mí –le besé la frente para tranquilizarlo- Mi sueldo es grande, además no lo gasto en nada ya que vivo con mis padres, en lo único que lo utilizo es para el mantenimiento de mi auto y algunos caprichos de vez en cuando. Tengo una cuenta de ahorro con bastante dinero –reí- Aparte, es un regalo, es de mala educación rechazarlo.

- Dios, te amo tanto –me abrazó y rodamos quedando él encima mío.

- Ve con tus hermanitos y abuelo, disfrútalo –me dio muchos piquitos en la cara- Velo como una oportunidad de integrar a Izana a la familia.

Estaba por responderme pero un portazo lo interrumpieron, seguido de varios gritos

- ¡Feliz cumpleaños! –gritaron personitas de cabellera rubia.

- ¡Mierda! –empujé a Shinichiro de la cama, logrando que cayera al suelo.

El lugar quedó en silencio, el pelinegro se sobaba la cabeza y las otras tres personas que estaban en la puerta miraban la escena sorprendidos, mientras que yo estaba hecha un tomate y los evitaba mirar.

- ¿Pasaste la noche aquí, Lexa-chan? –preguntó su abuelo con una sonrisa amable pero tono era juguetón.

- S-si, señor Sano –estaba muy avergonzada- Discúlpeme por no haber saludado antes.

- S-si, señor Sano –estaba muy avergonzada- Discúlpeme por no haber saludado antes.

- ¡Lexa-san! –me saludó la pequeña Emma saltando a la cama del ojinegro para abrazarme.

- ¡Yo también! –se unió el joven rubio.

- ¡Oigan! –ignoramos a Shinichiro- ¿Y yo? –el pelinegro ya se había cambiado de ropa y estaba sentado en el sofá junto al Sano mayor.

- Tus hermanitos me caen mejor que tú –le saqué la lengua.

Los tres nos acomodamos en la cama, un rubio a cada lado conmigo en medio y mis manos les acariciaba el cabello dorado. Estos pequeños eran hermosos, sus brazitos me rodeaban el cuerpo y el calor que emanaban me reconfortaba.

- Feliz cumpleaños, hermano mayor –le sonrió Emma- Con el abuelo y Mikey te trajimos esto –señaló con su cabeza una bolsa en el suelo.

- Gracias, de verdad, es hermoso –de la bolsa sacó un overol de color gris que servirá para su taller.

El momento era perfecto, y me sentía muy bien que ellos me integraran de esta manera. Las sonrisas y abrazos no tardaron como así los saludos.

Ellos se retiraron luego de un rato y con Shinichiro nos arreglamos para ir a buscar al ojivioleta, todos en la casa estaban al pendiente de su visita y están impacientes por conocer a al nuevo miembro. Asimismo, los Sano me invitaron almorzar y yo gustosa acepté. 

El camino en mi auto fue agradable, Shinichiro me indicando el camino hacia el lugar donde sería el punto de encuentro. Me encontraba nerviosa, por las cosas que me comentó mi ahora pareja, me pude dar cuenta que Izana era muy celoso con él.

Pero no me importaba, estaba determinada a caerle bien y hacerle sentir que no somos enemigos ni rivales. Él ha tenido una infancia dura, en soledad, y es momento para hacerle saber que no está solo y tiene una hermosa familia esperándolo con un delicioso almuerzo.

- Aquí es –me indicó el lugar.

Frené en un sitio vació y nos bajamos, el pelinegro no tardó mucho para entrelazar nuestras manos, sonreí por instinto. A lo lejos se veía un chico de unos dieciséis años de pelo blanco, estaba sentado en un columpio y se balanceaba con sus pies lentamente.

- ¡Izana! –lo llamó Shin.

- Shinichiro... -susurró levantándose.

El Kurokawa era quizás unos cinco centímetros más alto que yo, sus ojos violetas eran hermosos y su piel morena demostraba que tenía descendencia extranjera, Filipinas, según me comentó el pelinegro.

- Pelo azul con rulos y ojos como el sol –dijo mirándome detalladamente y yo solo le sonreí- Tú debes ser Lewis ¿no?

- Es un gusto por fin conocerte, Kurowaka-kun –me solté del agarre de Shnichiro y le tendí la mano en modo de saludo mientras le sonreía- Me llamo Lewis Lexa, por favor, cuida bien de mí.

- Ella es de quien te hablé, Izana –habló el ojinegro- Mi pareja.

Que bien se siente eso salir de su boca –pensé sonrojada.

El peliblanco me miró sonrío tomando mi mano gustosamente, no mostraba ningún signo de maldad o algún sentimiento negativo haca mí y eso me alivió. Debo darle créditos al Sano de haber hablado bien de mi, no defraudaré a Izana y lo haré sentir bien.

- El gusto es mío Lewis –me sonrió- Me sorprende que Shinichiro haya logrado conquistar a una chica, espero que todo vaya bien y no lo lastimes.

Me tensé un poco por el tono de amenaza que empleó, pero me relaje rápidamente al saber de su intención, no dejaré que me intimide y le demostraré con acciones que amo a mi novio.

- No te preocupes, Kurokawa-kun, juro por mi vida que tengo las mejores intenciones con tu hermano.

- Muy bien –aplaudió el aludido- ¿Qué dices si vamos a casa? Los chicos y el abuelo te esperan.

Asintió no muy convencido y el mecánico lo abrazó por los hombros para comenzar a caminar hacia el auto. Entre risas de los dos hermanos y felicitaciones por el cumpleaños, llegamos al vehículo.

- ¿Es tuyo? –me preguntó.

- Sip –le sonreí orgullosa- ¿Sabes conducir?

- Si... –se rascó la mejilla sonrojada.

- ¿Quieres conducirlo? –le pregunté tomándole las manos, me emocionaba saber que entre los Sano hay alguien que sabe conducir un auto.

- ¿Puedo? –miró a Shinichiro esperando aprobación, y cuando la obtuvo me miró con una leve sonrisa y sus ojos brillando.

Le tendí las llaves y me fui a sentar en el lugar de copiloto, el peliblanco igual de emocionado se posicionó en el de piloto y el restante en los asientos de atrás.

Todo el viaje me la pasé hablando con el Kurokawa, era un chico agradable y siempre me trató con respeto, nunca sentí hostilidad o algo negativo en sus palabras, congeniábamos muy bien y me alegraba eso. Le comenté la historia del auto, de mis hermanos y mi carrera, mientras que él me conversaba sobre un niño llamado Kakucho y su linda amistad con él, también me dijo que le gustan las motocicletas y que es probable que herede el puesto de líder de los Black Dragons, de lo cual él estaba muy orgulloso.

- Me siento fuera de lugar –susurró el pelinegro para sí mismo.

- ¡Conduces asombroso Izana-kun! –ignoramos al Sano y nos bajamos del auto una vez llegamos.

- Gracias –me sonrió.

En la puerta nos encontramos a los tres familiares restantes esperando nuestra llegada. De pronto el ojivioleta se detuvo al verlos y yo solo me limité a acariciarle la espalda y sonreírle.

- Ellos te han estado esperando, Izana-kun –le hablé para tranquilizarlo- Tu familia te espera con los brazos abiertos ¿vamos?

Sus ojos se cristalizaron y asintió. Caminamos hacia ellos y la primera en abrazarlo fue la pequeña Emma.

- Te extrañé, hermano.

- Perdón por hacerte esperar Emma –correspondió la muestra de afecto- Tu hermano ya está aquí.

Shinichiro me abrazó por detrás dejando sus manos en mi abdomen y su cabeza en la coronilla de la mía, no hacía falta palabras para saber que el pelinegro estaba muy feliz de ver a todos los que ama juntos.

El siguiente en saludarlo fue el rubio menor, este estaba comiendo una paleta y cuando se miraron a los ojos Manjiro se la sacó de la boca y extendió su puño.

- Hola –sonrió- Hermano mayor.

Izana se sorprendió al escucharlo y dudó unos segundos en chocar su puño con el del contrario.

- Hola –sonrió levemente, sin embargo, se notaba que le estaba costando acostumbrarse a la presencia del rubio.

Y por último, el abuelo.

- Hola, pequeño Izana –le sonrió y le hizo una seña con la cabeza para que se agachara a su altura. Este lo hizo extrañada y el Sano mayor posó su mano en la cabeza de cabellos blancos para acariciarla- Es hora de almorzar ¿qué esperan?

- ¡Chicos! –los llamé tomando de la mano a los dos varones- Shinichiro me dijo que ustedes aman las motocicletas, y como saben, yo practique por unos añitos motociclismo ¿qué opinan sobre si un día vamos al campo de entrenamiento para que yo les enseñe?

- ¡Ja! ¡Seré mejor que Izana-nii! –dijo presumido el rubio menor.

- ¡Ya lo veremos enano! –rebatió.

- ¡Lexa nee-san! –me abrazó las piernas Emma- ¿Y yo?

- Iremos de compras, he visto unos vestidos y joyas geniales –le sonreí- ¿Qué dices?

- ¡Si!

El lindo momento me hizo soltar unas lágrimas, y sin ver a mi novio, sabía que estaba igual o peor que yo.

El mejor cumpleaños –pensó el pelinegro.






Nota: el capítulo más lindo que he escrito. Ahora me pregunto ¿qué te costaba Wakui darles un final feliz a los Sano? 

Les dejo estas hermosas fotos, créditos a sus maravillosos autores <3

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