Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

Atardeciendo. Lloviendo. Y solo a mí me pasan estas cosas.

Pensando que nada me podría salir mal en un día como este, en donde mi práctica en la pista de carrera me salió estupendo y logré hacer todas las curvas a la perfección; además de que en el almuerzo logré que mi padre autorizara mi participación en el Super GT Japonés, la carrera más importante de Japón con respecto al automovilismo, a parte de la Fórmula 1.

Esta carrera le ha traído muchas pesadillas a mi familia, y entendía los motivos de mi padre, sin embargo, con el apoyo de mi madre y unas cuantas lloriqueadas mías y de mi sobrina pude conseguir lo que deseaba.

En septiembre de este año competiré por el título de campeona nacional.

Pero ahora todos los logros de mi día se vieron opacados por la asquerosa lluvia y yo no traía ni paraguas ni mi auto ya que como toda ciudadana que prefiere apoyar la economía del país, decidí tomar el autobús hacia la pista de entrenamiento. Bueno. En realidad, no fue por buena ciudadana, sino que de la emoción me olvidé ir en mi auto y a mitad del camino me di cuenta de que estaba caminando y tomé el autobús.

Y aquí estoy, sentada en cuclillas bajo un pequeño techo de lo que parece un taller de motocicletas. Estoy a unas diez calles de mi casa, podría seguir a pie ya que no me tardaría mucho, soy de caminar rápido, pero no quiero seguir mojándome y prefiero estas quietecita en mi lugar, demasiada agua hay en mi cuerpo como para querer más.

- Oye.

- ¡Mierda! –grité del susto mientras me ponía de pie rápidamente.

Y oh ¡sorpresa! Era el chico motocicleta que casi me atropellas.

- Lo siento, no era mi intención asustarte –se disculpó- ¿Te encuentras bien?

- Define "bien".

- Por favor, no me hagas esto de nuevo –se quejó como un niño pequeño- Sé lo que significa "bien" pero no sé explicarlo ¿se entiende?

- Perdón, es como un tic. Cada vez que me hacen esa pregunta digo define bien –expliqué mientras movía mis manos nerviosamente.

- Ah –dijo simplemente.

- ¿Qué haces aquí con la lluvia?

Le pregunté eso cuando me di cuenta de la situación. Él no estaba mojado mientras yo desprendía litros de agua por mi conjunto deportivo azul.

Joder y ahora me he enojado porque mi outfit estaba jodidamente bien y la maldita lluvia lo ha arruinado.

- Este es mi taller –explicó de manera calmada y señaló detrás suya- Estaba arreglando una motocicleta y no me di cuenta que estaba lloviendo, cuando terminé miré hacia el ventanal y te vi.

- Eso explica muchas cosas.

- ¿Qué haces tu aquí? ¿Necesitas que repare tu moto?

- Oh no –suspiré cansada- Iba hacia mi casa cuando me tomó desprevenida el chaparrón.

Miramos hacia el frente, apreciando las pequeñas gotas de agua caer en gran cantidad y de manera rápida. La lluvia es hermosa ¡Pero solo cuando la ves desde tu ventana con una taza de té! ¡Refugiada en un techo!

- Te veo enojada –comentó de pronto- ¿Mal día?

¿Qué clase de pregunta es esa cuando me ve como un perrito en medio de la tormenta? Aunque la razón de mi enojo sea mi ropa arruinada.

- ¿Quieres la verdad o la mentira? –pregunté mirándolo con diversión.

- Pues la verdad, si no te importa.

- ¡Mi ropa! –lloriqueé- Estaba en la cúspide de lo lindo y esta lluvia destrozó todo.

Se quedó en silencio mirándome incrédulo mientras pestañeaba muchas veces. Suspiró a la vez que negaba con la cabeza en tono divertido y sacó una cajetilla de cigarros extendiéndome uno.

- No gracias –rechacé- La primera y última vez que probé me ahogué.

- No te preocupes, me ocurrió también –sonrió con el cigarro en la boca, y pareció darse cuenta de algo porque pegó un salto- ¡Demonios! Por favor entremos, estás mojada y seguro con frío. De verdad lo siento, no me di cuenta.

Asentí y me acompañó adentro. El taller era espacioso, había dos hileras de motocicletas a los lados, dejando un pasillo que finalizaba con una moto en el centro sin una rueda, además de un pequeño banco con herramientas esparcidas en el suelo, por lo que supuse que era la que me comentó anteriormente.

- Ten, puedes tomar asiento y secarte con esto –me extendió lo que parecía una pequeña sábana limpia.

La tomé entre mis manos y comencé con mi cabello que era lo más difícil, luego fui hacia mis brazos y piernas ya que vestía un short y una camiseta de mangas cortas ajustada al cuerpo.

Y aprovechando de que el chico desapareció, me sequé por dentro de mis prendas, incluyendo dentro de mi ropa interior, menos la parte de mis bragas, sería muy antihigiénico darle la sábana con olor a chucha.

Reí por mis pensamientos y justo el pelinegro llegó.

- Lo siento, no tengo otra muda de ropa para prestarte –dijo apenado y con una sonrisa.

- No te preocupes, estoy bien, muchas gracias.

Dicho esto, envolví mi cabeza y cabello con el pedazo de tela pareciendo un turbante de esos sultanes.

- Es gracioso verte sin tus rulos, Lele.

- ¿Lele? –pregunté confundida.

- Oh sí –rió- Tu nombre no me salía bien en pronunciación, entonces inventé ese apodo, espero no te moleste.

- No, claro que no –aclaré- En realidad, me parece ingenioso y lindo.

Y... me quedé callada. ¡No me acuerdo su nombre ni apellido! Mayormente tiendo a olvidarme de cosas sin importancia, no pensé que me volvería a encontrar con él.

- No te acuerdas de mi nombre ¿verdad?

- No.

Silencio.

Mierda, la cagué. Que vergüenza. Él hasta pensó en un apodo y yo no soy capaz ni de recordar su apellido.

Y comenzó a reír, una risa hermosa y tranquilizante resonó dentro del taller, provocando que lo vea.

- Lo siento, me causó gracias tu cara cuando dijiste que no –se calmó y siguió hablando- Estabas tan seria y arrepentida. Me presento nuevamente, Shinichiro Sano, un gusto.

- ¡En mi defensa, no pensé que nos reencontraríamos!

Solo sonrió en respuesta y se dio vuelta a buscar no sé que cosa. Y a la vez que veía la espalda, mi teléfono comenzó a sonar, siendo una llamada de Ava.

- Aquí Lexa –atendí.

- ¿Dónde estás? –preguntó sin rodeos.

- Lejos de ti –otro tic mío de responder eso cuando me hacen esa pregunta.

Y si, tengo muchos tics del habla, son más bien una costumbre y respuestas automáticas.

- Respóndeme bien, idiota.

- Que carácter –susurré- Me bajé del autobús y comencé a caminar hacia casa cuando me agarró la lluvia. Ahora estoy con un conocido que me dio asilo.

- Mamá pasará por ti en unos minutos, mándame la dirección –dicho esto cortó.

Miré la pantalla de mi celular e hice una mueca. Nunca un "adiós hermanita querida" "¿cómo te encuentras?" Suspiré y mandé mi ubicación en tiempo real.

- Ten –me extendió una lata de soda de cola- Podemos matar el tiempo hasta que termine la lluvia.

- Me gustaría quedarme más tiempo –sonreí, agarré la soda y la abrí- Pero mi madre ya viene en camino.

Asintió y comenzamos a tomar la bebida. No teníamos nada de que hablar, no somos amigos ni cercanos como para conversar sobre algo.

Pero aun así, su compañía era relajante de sobremanera y para nada incómoda. Su presencia te calma sin esfuerzo, su voz es tranquila y calmada. Parece un anciano sabio.

Reí internamente.

Lo miré para decirle algo, nuestros ojos se conectaron, dorado contra negro, y eso me dio a entender que él ya me estaba mirando con anterioridad. Pero antes de decirle algo, el claxon del auto mi madre resonó desde afuera.

Hice una seña desde el ventanal para que me esperara y asintió.

- De verdad, muchas gracias por todo, Sano –dije sonriendo- Espero que nos encontremos otra vez, supongo que nuestros encuentros serán inusuales, como este y el anterior.

- Ya lo creo, y por favor, si necesitas algo estaré aquí todas las tardes –sonrió.

- Hasta la próxima, morocho -me despedí con una reverencia y reí.

- ¿Qué? ¡Espera! –me detuvo antes de cruzar la puerta- ¿Qué significa eso? ¿Es otro idioma?

- Averígualo, se pronuncia mo ro cho –guiñé mi ojo y salí.

Lo escuché refunfuñar detrás de mí, ocasionando una risa de mi parte. Es raro, porque en solo unos segundos puede pasar de ser un anciano a un niño pequeño.

Subí al automóvil junto a mi madre, y sin decir alguna palabra emprendimos viaje hacia mi casa. Y ahora que me doy cuenta, sigo con el trapo en mi cabello.

Suspiré y miré hacia atrás. Tendré que devolvérselo, no sé si es importante para Shinichiro o no.

S · S MOTORS ¿eh?

Supongo que nos veremos pronto, morocho.


Nota: hola que tal <3 Les tiro un dato así nomás: Lexa tiene la misma personalidad que yo, básicamente toda ella es igual a mi, todas sus decisiones, manera de hablar y expresarse es lo mismo que yo haría ajajjsajas.

Feliz Navidad atrasada, espero la hayan pasado muy bien <3333

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro