Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

37 || Abeja reina

—¡Aquí estabas! —Escuché la voz de Chase y tocó mi hombro. Todavía me encontraba junto a Dom en la cafetería pensando cuál era la forma más educada de despedirme e irme de ahí.

—¡Te estábamos buscando! Sabíamos que estarías aquí —dijo Nick también, colocándose en medio.

Los miré con una sonrisa y mi mejor amigo me guiñó el ojo.

—¿Qué hacen aquí? —cuestioné.

—Nos enteramos que vendrías a hablar con Dominic, y queríamos asegurarnos que todo estuviera bien. ¿Está todo bien? —Nick palmeó la espalda de Dom con un poco más de fuerza de la necesaria.

—Chicos, está todo bien —contesté relajada—. De hecho, ya me iba. Y tranquilos, Dominic y yo hemos aclarado las cosas.

—Qué bueno, qué bueno. No nos queremos meter en tus asuntos, Bee. Pero dado que estás mucho mejor que antes, no nos gustaría que ciertas personas lo arruinen. Que no es tu caso, ¿verdad, Dom? —añadió Chase sin quitarla la vista de Dom ni un solo segundo. Dominic solo sonrió de lado y yo me reí bajito.

Entendía la situación, pero ver a mis amigos protegerme me provocaba ternura y risa a la vez.

—No, chicos. Bee y yo hemos solucionado nuestros asuntos. Y ahora que lo dicen, yo también debo volver a casa. Le prometí a Renée que veríamos una película. Todavía no me ha dicho cuál quiere ver.

—¿Se llama Renée? Qué bonito nombre. —Sonreí feliz.

—Mi hermano quiso continuar el legado francés en la familia y le enseñaron el idioma. Ella lo habla mejor que yo, definitivamente. De hecho, creo que veremos una película en francés. No lo sé. —Dom suspiró y se puso de pie—. Gracias por escucharme, Bee. Adiós, chicos. Nos vemos... Digo, si pasa —soltó otra risilla nerviosa.

Se dio la vuelta y nos dedicó una sonrisa antes de irse. Chase y Nick esperaron a que Dominic desapareciera de su radio visual, y justo después de no verlo más, giraron al mismo tiempo como si fuesen la niña del exorcista para sentarse frente a mí. Yo alcé las cejas y tomé lo que quedaba de mi té.

—Desconfío de él.

Rodé los ojos y me reí dejando la taza sobre el plato.

—Lo sé, Chase. Vine con un poco de desconfianza, por eso llamé a Kevin. Y, por cierto, imagino que fue él quien les dijo. Qué chismoso es. —Suspiré—. Pero hemos solucionado las cosas. Él también fue víctima de Finnegan de algún modo. No hizo bien algunas cosas, pero ya lo perdoné. La clave para sanar, es perdonar. —Alcé un dedo, repitiendo lo que Diana me decía. Chase bufó.

—Ese es el problema, ¿ven? Que ustedes dos hayan ido a terapia, no les puedo hablar de venganza ni de hacerle daño a la gente, siempre tienen que decir algo positivo —se quejó. Nick y yo nos echamos a reír. Chase solía hacer esos chistes, pero sabíamos que estaba feliz con que sus amigos por fin buscamos la ayuda que necesitábamos.

No todo era siempre color de rosa, pero siempre podía volver con Diana si las cosas se ponían oscuras.

—Bueno, bueno, bueno. —Aplaudió—. Nosotros no solo veníamos a interrumpir tu conversación. También te buscábamos porque hoy tenemos una fiesta en Bucket & Hanks. Te recuerdo que hoy es el lanzamiento de la canción de Oliver Howl. Es importante porque es el primer cantante de nuestra firma, y además de eso, me recuerda mucho a mí cuando llegué a Counterville. Es hora de hacer las cosas bien.

Miré mi reloj, no era tan tarde para ir a mi casa y cambiarme.

—Bueno, supongo que Chase ya invitó a Sam, así que, ¿me acompañan a mi casa a ver qué atuendo me pondré para hoy?

Chase se sonrojó un poco y fingió que yo no había dicho eso.

De hecho, se adelantó y salió de la cafetería para subirse de copiloto junto a Kevin en mi propio auto.

—Le encanta Sam —le dije a Nick. Mi mejor amigo frunció los labios mientras asentía.

—Estoy de acuerdo. Lo escuché meses quejándose porque extrañaba a Valentina, y de pronto todo cambió. Por alguna razón, ambos insisten en que solo son amigos. Ya me ha dicho un par de veces que lo deje en paz. —Nick encogió los hombros y me abrió la puerta justo después de agradecerle a la camarera por atendernos.

—¡A mí Sam me dijo lo mismo! ¿Qué les pasa? —cuestioné pasando por la puerta. —¿Por qué le están ocultando sus sentimientos a sus mejores amigos?

—¿Y si solo son amigos? —preguntó Nick, inocente. Yo rodé los ojos antes de entrar a mi auto.

—No seas bobo, Nicholas. Algo está pasando ahí y me lo están ocultando. Me parece una falta de respeto.

—¡Déjenme en paz! —chilló Chase, escuchando lo que decíamos justo cuando Nick entró al auto también.

El camino a mi casa no fue tan largo, llegamos en breves minutos y justo antes de entrar, le toqué la puerta a Sam en mi habitación. Le avisé que saldríamos en veinte minutos, así que debía estar lista para entonces. Los chicos me ayudaron a elegir mi atuendo. Un pantalón negro, botas con tacones y un top dorado con brillos. Añadí brillos a mi maquillaje también, y cambié el labial rosa por uno rojo.

Me sentía bonita y feliz.

Al salir, mis tres amigos me esperaban en la sala. Entre silbidos, fotos y un baile de mi parte mientras «posaba», salimos a la fiesta que Nick había organizado.

Nick organizando fiestas y yo queriendo ir. Las cosas en definitiva habían cambiado.

—Vamos, amigos. Es hora de relajarse. Mañana es sábado, y no tengo que trabajar. ¡La vida es hermosa! —dije entre risas mientras salíamos hacia el estacionamiento.

Saludamos a Kevin, que nos esperaba en el auto para llevarnos al lugar. Siempre que salía con mis amigos, sabía que no necesitaba manejar mi auto.

Aquella noche, mis amigos y yo nos divertimos mucho. Howl, como se hacía llamar, nos hizo un concierto privado con covers, ya que solo tenía una nueva canción. Pero la pasamos increíble. En algún momento, Bianca, Quinn y Billy aparecieron también y bailamos hasta que tuve que quitarme los tacones.

—Antes de que termine esta noche, ¿me pueden decir, por el amor de Dios, qué está pasando con la supuesta banda? —cuestioné cruzando los brazos, harta de que nunca me dijeran nada.

—No tenemos un nombre —anunció Nick por fin. —Pero hace unos días tuvimos una reunión seria.

—Sí, yo los encerré en una habitación y los obligué a hablar —comentó Bianca, bebiendo de su copa de vino como si nada.

Me eché a reír y di un par de saltos de felicidad.

—¡¿Entonces sí tendrán la banda?!

—Así es, seremos Chase y sus coristas. Decidimos dejar de ser una banda de investigación de criminales y dedicarnos a hacer pop, rap, rock, lo que venga, ¿sabes? —interrumpió Chase.

Giré a verlo con una ceja alzada y Nick negó con la cabeza.

—Sí, resulta que después de años de amistad, descubrimos que Chase canta. No tan bien como yo, pero bueno. Fue todo un drama, creo que nunca te lo contamos.

—Me gusta más el rap, pero sí, tengo un talento innato para todo lo que hago —Chase encogió los hombros. Yo tenía la boca abierta y giré a ver a los demás.

—Quinn y yo seríamos las voces principales, Billy tocará la guitarra y/o el bajo y estamos en proceso de buscar a un baterista, Chase hará los coros y podrá tener alguna canción si se porta bien —bromeó Nick.

—No me voy a portar bien —respondió Chase, negando despacio con una sonrisilla en la cara. Una sonrisa que advertía que Nick estaba tomando una mala decisión al integrarlo a la banda. —Ah, pero a mí de asistente de Nick, nadie me saca. Esa fue mi condición.

Nick giró a mirarme y suspiró.

—No sé cómo pretende hacer todo eso.

—Chase es como Barbie, amigos. Él puede hacer todo —añadió Bianca, agitando la mano con desdén.

Todo aquello sonaba a problemas, pero eso era otra historia que contar. Una en donde las luces, la música y la acción seguirían siendo las protagonistas...

¡Ey! Todavía falta una cosa más.

Último lunes de octubre, dos días después del lanzamiento de Oliver Howl.

View, mi trabajo de siempre.

La propuesta de Ophelia.

—Pasa, Bee —pidió mi jefa.

Había pasado ya cuatro meses desde el día en que volví a trabajar, y aunque Ophelia se veía un poco más tranquila que antes, seguía siendo aquel huracán lleno de proyectos que hacer. Aún nos reunía de forma sorpresiva, y todavía nos daba esos pequeños sustos en donde teníamos proyectos grandes en los cuales participar.

Esa mujer necesitaba unas vacaciones.

—Aquí estoy —comenté, sentándome justo frente a ella. Siempre prolija y con un escritorio lleno de papeles.

—Bee, cuando llegaste a View, sentí que serías un gran complemento para el equipo, pero sinceramente, superaste mis expectativas. Tienes potencial para hacer cosas más grandes, y por eso, quiero no solo darte un aumento, sino mi puesto de trabajo. El señor Monet me ofreció un puesto como directora en la sede de Altagracia, por lo tanto, quiero que seas tú la persona que dirija el proyecto aquí. Sé que no te puedo dar mucho tiempo para pensarlo, pero tienes hasta mañana para darme una respuesta.

Yo pestañeé un poco sin decir nada. Ophelia alzó las cejas, e incluso agitó la mano cerca de mi rostro para que dijese algo.

—No necesito pensarlo, Ophelia. Acepto el puesto —reí tapándome la boca. Era todo lo que había querido desde que decidí qué estudiar. No pensé que llegaría a ese puesto tan rápido, y mucho menos con mi accidental inicio en The Orb.

Antes de todo lo que pasó, probablemente hubiese pensado que no me lo merecía, que ese puesto podía ser para alguien mejor que yo. Me castigaba a diario sin aceptar todo lo bueno que podía llegar a mi vida.

Pero no más.

Lo merecía. Había trabajado mucho por conseguir mi trabajo, y si la misma directora de mi área pensaba que lo merecía, maldita sea, claro que lo merecía. Yo también lo pensaba.

Ophelia me dijo que volviera al día siguiente para firmar mi nuevo contrato, y mis amigos preguntaron qué pasó cuando salí, pero preferí contarles al día siguiente.

Y así pasó, un martes, el último de octubre de ese año, me convertí en la jefa del área periodística de View. La directora.

Sara, Adam y Veronica me esperaban afuera, intuían qué podía ser, pero de todos modos no dijeron nada hasta que fue confirmado por mí.

—Amigos, me complace anunciar que me ascendieron. Ahora soy su jefa. Pueden llamarme su majestad —bromeé estirando los brazos en una reverencia.

Los tres chillaron, incluso Veronica, que no solía mostrar cómo se sentía. Saltaron a abrazarme y felicitarme.

—¡¡Lo sabía!! ¡Lo sabía! Eres literalmente la abeja reina de esta empresa —gritó Sara mientras saltaba. Yo solté una carcajada.

—Felicidades, Bee, lo merecías. Todos sabíamos que este momento iba a llegar —me dijo Veronica tocando mi hombro.

Adam me abrazó de nuevo.

—Estamos muy orgullosos de ti, jefa. ¿Me das un aumento?

—No —respondí alzando una ceja. Él cerró los ojos.

—Valía la pena intentarlo. Esto lo tenemos que celebrar, ¿no?

—¡Fiesta en casa de Nick! —chilló Sara alzando los brazos.

No se estaba invitando a su casa, pero era algo terminaba pasando. Siempre que celebrábamos algo, sucedía en casa de Nick.

Y así fue.

Ese mismo martes por la noche, Nick nos invitó a su casa, una reunión pequeña con mis amigos más cercanos. Dom y Tyler fueron también. Al inicio fue todo un poco incómodo, pero con el paso de la noche, Chase y Nick accedieron a ser más amables con Dominic.

Lo intentaron, al menos.

Esa fue una de las primeras noches que pasamos todos juntos. Algo que se volvería una costumbre. Al menos una o dos veces al mes, nos reuníamos todo para jugar algún juego de mesa, o ver una película.

Las cosas no siempre eran tan felices, lo seguía extrañando cada día al despertar, y esperaba un mensaje del comandante contándome que lo habían encontrado, pero Finnegan Armwood desapareció junto a su hijo, y con él mi corazón.

Un día me encontré con la copia de Entre mis recuerdos que Finn me prestó. Limpiando, me di cuenta que nunca se la devolví. Leí el libro de nuevo, con un nuevo pensamiento y las ideas más claras. Esa vez sonreí cuando terminó. No podía tener rencor contra mis abuelos. Hicieron daño a dos personas que no lo merecían, por supuesto que eso no estuvo bien. Pero vivieron situaciones complicadas en donde solo querían amarse sin ataduras. Tampoco podría guardarles algún mal sentimiento, porque su unión trajo a la mejor persona de este mundo. Y esa fue mi mamá.

También releí el final que Peter le envió a Margaret. Me hice muchas preguntas que jamás obtendrían respuesta, pero una de ellas seguía ahí.

¿Dónde estaba Finn?

¿Vería la misma estrella que yo por la noche?

¿Pensaría en mí? ¿Me extrañaría también?

«Querida mamá,

Ayer vi la luna y pensé en ti. No puedo decir que no duele que no estés aquí, pero intento cada día recordar los buenos momentos, justo como tú lo pediste.

Han pasado muchas cosas desde el día en que me senté sobre esa piedra en Rupaq, me prometí que te escribiría cuando estuviera bien. Y creo que hoy es el momento.

Te extraño cada día. No me gusta hablar con Alice y no poder preguntarle cómo estás. Pero me gusta que ahora mi padre, Max y yo somos más unidos. He ido a visitar a Max a Nueva York un par de veces junto a Sam. Hablando de Sam, tengo una teoría, creo que le gusta Chase, pero alguna razón, no hace nada. Eso es muy extraño, ¡es Sam! Esa no es la Sam que yo conozco. Solo dice que son amigos, pero yo no les creo. En fin, las cosas están mejor en general. Me hubiera gustado que conocieras a Diana, mi psicóloga, sé que se supone que las leyes (o algo así) dicen que no puedes ser amiga de tu psicóloga, pero yo la quiero mucho. Ella siempre me dice las cosas en la cara, justo como tú solías hacerlo. Me gusta pensar que fuiste tú quien me la envió. ¡Es que realmente se parece mucho a ti!

¡Oh! Y me ascendieron, ahora soy jefa, ¿cómo la ves? ¿Eh? Tu hija es la jefa. Así es. Soy la abeja reina, como dice Sara.

Hablando de cosas no tan felices, ya estamos noviembre, Finn no ha aparecido. Se acerca Navidad, Nick dijo que luego de su cumpleaños, podríamos ir de viaje a Canadá, le gustaría que cumpla tu sueño de ver una aurora boreal. Le he dicho que sí. Me hubiese encantado ir con Finn, pero, ¿qué podemos hacer? El comandante Williams y Rob no se cansan de buscarlo. Han seguido haciendo investigaciones, pero no dan con ellos.

Es difícil.

Y te extraño, pero también me alegra de algún modo que no sufras. Ojalá estuvieras aquí para ver lo bien que estamos. Estarías contenta.

Te amo mucho, mamá. Gracias por hacerme vivir esta aventura. Pasaron muchas cosas, pero crecí, conocí a mucha gente, me liberé de otras cosas. Reí, lloré, luché y, sobre todo, viví entre tus recuerdos.

¿Viste lo que hice? ¡Sí! Como el libro. Vi lo que hiciste también, me estabas dando otra pista y no lo noté. Solo para que sepas, ya no leo tantos libros de misterio como antes, supongo que perdí la práctica...

Ahora me voy. Como te dije, es cumpleaños de Nick. Celebraremos en su casa porque sus padres vienen en un par de días.

Adiós, má. Hasta siempre.

Creo que... ¿este es el fin?»


FIN.

Bueno... Se acabó el libro.

En finn :)

Baaaai <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro