Introducción:
El profesor entró a clases, detrás de este una chica bajita, con el cabello oscuro, largo y liso. Muy delgada y unas caderas llamativas sosteniendo a su trasero. Aún no le había visto el rostro y ya estaba fantaseando con ello y si, ahorita suena un poco pervertido, pero es que yo ya la conocía desde más atrás, de hecho, desde hace muchos años atrás, Brea Dancel, la niña que robó mi corazón con una sonrisa.
Por lo que alcancé a mirar, estaba llegando tarde a clase, como las otras tres veces anteriores en la que había alcanzado a mirarla. La situación se me hacía bastante divertida, su cabello no venía exactamente ordenado, en realidad, su cola se enredó entre los cabellos, estaba teniendo una batalla de vida o muerte, la chica en frente de mi soltó un chillido de dolor, cuando luego de varios jalonazos alcanzó a desprender la cola de su cabello, algunos de la clase voltearon a mirar, yo contuve la risa. Ella quien no estaba teniendo mucha suerte, abrió su mochila, buscó y buscó algo con la mirada, mas no lo encontró. Frustrada miró a todos los lados, por suerte yo era el rarito con la cartuchera de dibujitos sobre Disney. Miró su objetivo con mucho determinismo y poco después elevó su mirada justo en donde iniciaba la mía. Nuestras miradas colisionaron igual que la primera vez, ella por inercia rió un poco incomoda.
—¿Me prestas tu bolígrafo? Es que he olvidado mi cartuchera —Tan educada como siempre. Al menos ella no perdió su carisma.
—¿Eh? —balbucee— Si, claro.
Tomé mi cartuchera y se la pasé. La chica sacó un bolígrafo con cabeza de unicornio, me miró confundida y después volvió a reír.
—Me gustan los unicornios...
—Le voy más a las hadas, son reales ¿lo sabías?
—¡Vaya, no! —Y cambió rápidamente de tema, algunas cosas simplemente no cambiaban— ¿Vas en segundo año, cierto? Eres el nuevo rompecorazones del campus —bromeó. Yo no reí, solo evité la pregunta.
—Cara, mi mejor amiga, lo puso ahí. Es de ella —señalé el bolígrafo.
—¿Será que se molesta si me lo dejo por el resto de la semana, al menos hasta que encuentre mi cartuchera? —Frunció el rostro y rió incomoda.
—Puedes quedártelo, tranquila.
—Bueno, por cierto ¿cómo te llamas? —preguntó y los pelos se me pusieron de punta.
—Tobías.
—¡Oh, bueno! Muchas gracias.
La desilusión iba plasmada en mi rostro, ella no me había reconocido como yo a ella, pero no me desanimaría tan fácilmente. Después de todo ella era la razón de mi regreso.
______
Y bueno, juzguen usted mismos. Yo en lo personal ya estoy enamorada. :)
Que les parece :3 ?
Ahorasi gusnais.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro