CAPÍTULO 78
CAPÍTULO 78:
AMY.
Un par de meses después de que Eve regresara y me hablara acerca de la madre de Kevin quedé muy pensativa y mientras teníamos un almuerzo familiar, que incluía a Jeremy por invitación de mi padre, decidieron tocar el tema.
—¿Lo pensaste? —me preguntó mi madre con tranquilidad.
—Eso creo... —moví levemente la cabeza.
—¿Pero?
—No lo sé —fruncí levemente el ceño.
—Cariño, no te obligáremos a hacer absolutamente nada que no quieras. Pero, si existe una mínima posibilidad... —habló mi padre. —Además, será solo una consulta. No tienes que decir nada. Solo despejar dudas.
Asentí desviando la mirada hacia mi novio que me observaba con seriedad pero cambió a un semblante más relajado en cuanto me sonrió.
—¿Me acompañarás? —pregunté, devolviéndole el gesto.
—No lo dudes —confirmó.
—¿Eve? Estoy segura de que ansias ver a tu prometido —la miré y sonrió como tonta enamorada mientras llevaba un bocado a su boca.
—Claramente, una semana no hará mal a nadie —confirmó en cuanto terminó y sonreí.
—Vaya, Tom. Nadie nos invitó —escuché a mi madre y la miré.
—Mamá, papá... —les sonreí. —ya crecimos, se ocuparon de nosotros, cuidandonos siempre y con amor pero hoy somos adultas. Quizá no tanto y tampoco con tanta experiencia en la vida, pero con la suficiente para ocuparnos de nuestras cosas. Desde ahora quiero que se relajen un poco y disfruten de su matrimonio, nosotras estaremos bien. —dije con tranquilidad para que comprendieran.
—Definitivamente mis princesas crecieron —respondió. —una de ellas se casará pronto, aunque ese chico aún no ha hablado conmigo.
—Él hablará contigo en cuanto viaje, no te preocupes y tampoco te pongas así. Papá, no me casaré mañana o el próximo año. Pensamos en casarnos cuando nos graduemos —sonrió.
—Eso quiere decir que tendrás a Eve un par de años más —agregué con una leve risa.
—Estoy totalmente orgullosa de mis hijas, están dando rumbo a sus vidas con responsabilidad, aunque hubo tropezones pero de eso se trata la vida. De los tropezones se aprende y se camina hacia adelante, gracias Amy por invertir los papeles y ser quien se preocupa por nosotros aunque nuestro matrimonio esté en perfecto estado. —miró a mi padre, dedicándole una sonrisa. —se parecen mucho a ti, maduraron a edad temprana.
Nos miramos con mi hermana, sintiendo alivio por ver a nuestros padres de aquel modo, pacífico y armonioso.
—¿Y donde quedo? —interrumpió Ryan con evidente molestia.
—Tú eres mi bebé, siempre serás el bebé de mamá —respondió mi madre en un tono muy particular, simulando hablar con un bebé.
—Las cuidas —pidió mi padre a Jeremy.
—No se preocupe.
Dos semanas después descendimos en tierra norteamericana, caminábamos tranquilamente hasta la salida del aeropuerto cuando Eve corrió repentinamente hacia un chico en particular y abrazarlo.
—Vaya, que demostrativa —susurré a Jeremy que sonrió. —¿es Kevin?
—Si, es él —tomó mi mano mientras nos acercábamos a ellos.
—Hola cuñado —interrumpí intencionalmente el momento, provocando que ambos me miraran. —antes de que lo olvide, mi padre te envío un recado. Dijo, dile al chico Cooper que espero verlo pronto para hablar sobre su compromiso con Eve o puede olvidarse de mi aprobación. —repetí sus palabras para luego sonreír
—Hola Amy... —me devolvió el gesto. —tranquila, tu padre no tendrá que esperar mucho. Iré con ustedes cuando regresen —miró a Eve.
—Ya quiero ver como lo recibe tu padre, ¿zapato o tennis? —susurró mi novio cerca de mi.
—Quiza con ambos o nada, parece un chico suertudo —respondí del mismo modo.
—No sería justo, hasta hoy me llama mini-Adam —se quejó.
—¿De que hablan tanto? —cuestionó Eve.
—Nada, solo imaginamos las numerosas posibilidades como podría recibir nuestro padre a tu prometido —sonreí por su expresión.
Fuimos a un hotel para mayor comodidad, donde claramente compartiría habitación con Jeremy. En cuanto a Eve, se fue con Kevin a su departamento.
—Kevin dijo que arregló una cita con su madre para mañana... —llamó mi atención ya que estaba perdida en la vista que brindaba nuestra habitación.
—Lo sé —lo miré.
—¿Nerviosa por eso? —acarició mi mejilla.
—Un poco, aunque haya aceptado mi condición y vivir con ella, pensar en una cirugía experimental es... —dudé, moviendo levemente la cabeza. —no sé que pensar.
—Está bien que dudes al respecto pero calma, mañana disiparemos esas dudas para que sepas todo de ello. Ahora quiero que no pienses en nada. —sonrió.
—Ayudame. —lo halé para besarlo.
—¿Quieres unos masajes?
—Me vendrían excelentes, el avión nunca será cómodo para dormir sin importar lo que digan —me quejé.
—Mira lo adorable que eres —pellizcó mis mejillas colocándose a mis espaldas para brindarme un placentero masaje que tanto necesitaba.
—Eres mi novio, deberías dejar de tratarme como niña —mumuré.
—Imposible, eres muy adorable Amy
—Basta —reí.
Ese día lo disfrutamos sin salir del hotel, entre bromas y risas muy características en nosotros.
Al día siguiente fuimos buscados por Kevin y Eve para que nos llevaran al consultorio de la madre del primero.
—Los esperaremos aquí, suerte —nos deseo mi hermana antes de entrar.
Asentí abriendo la puerta con lentitud y poder ver una mujer del otro lado de su escritorio.
—Buenos días, permiso. —llamé su atención para que me mirara.
—Buenos días, adelante —me sonrió frunciendo levemente el ceño, como si presentara alguna confusión al verme.
—Gracias, vine con mi novio —avisé señalándolo mientras nos sentábamos.
—Está bien. —continuó mirándome. —disculpa, es que son casi idénticas y no son gemelas —expresó finalmente.
—Era eso... —reí. —lo sé, eso dicen —miré a Jeremy que me asintió.
—Bien, me presento. Soy la doctora Cooper, neurocirujana. Tu hermana me ha hablado acerca de tu condición en particular.
—Lo sé... —asentí. —¿puede hablarme acerca de lo que mencionó? —pregunté con calma.
—Claro —se acomodó, colocando los codos sobre el escritorio para mirarme con atención. —claramente conozco tu padecimiento y como se caracteriza, se refiere al daño inminente en las membranas cerebrales que reciben la información y que te permite reconocer a las personas. Supongo que sabes qué, se produce por una golpe grave en la cabeza o simplemente nacer así.
—Lo sé —confirmé.
—Pero tu caso es particular ya que se pudo presentar desde tu niñez pero no, se presentó luego de un golpe que lo desencadenó aunque ese golpe no fue el causante. —suspiró levemente. —¿ese es tu historial médico?
—Exactamente.
—Perfecto, ahora te hablaré del procedimiento en cuestión. —tocó algunas teclas de su computadora para luego volver a mirarme. —escucha, como sabes la condición no tiene una cura y pensamos que pasaran muchos años antes de dar ese paso de componer “el daño” con una cirugía, aunque se ha desarrollado un procedimiento experimental. En caso de funcionar sería totalmente revolucionario, y digo en caso de, porque hasta el momento nadie se animó a probarla. El cerebro es una parte vital y sensible para la vida, y no podemos invadirlo solo así. Como todo hay riesgos.
—Soy consciente de lo que representa esto y las zonas afectadas, por favor hableme de los riesgos —suspiré levemente.
—Seré directa, porque como profesional debo decirlo... —asintió. —el principal riesgo es perder todos tus recuerdos
Me sorprendí por ello y Jeremy tomó mi mano.
—Al ser una membrana tan delgada se puede causar ese efecto y no solo eso, sino perder los recuerdos permanentemente. Es una cirugía experimental en la qué se podría tener éxito pero no quiere decir que sea segura, me refiero a que en caso de fallar es muy posible que las cosas no queden como estaban y causar esa amnesia. —no respondí. —soy de las mejores neurocirujanas y claramente estaría a cargo y te cuidaría como si fueses mi propia hija, pero no la recomiendo en lo absoluto. Aunque está bien que sepas un poco al respecto, así tener la esperanza de que en un futuro se puede conseguir una solución segura.
Explicó con suavidad, como una profesional capaz y persuasiva al momento de hablar de temas sensibles.
—Sabía eso... —desvié la mirada. —y puedo vivir con esto, pero no sin recordar nada. En el centro de entrenamiento que estuve había alguien que no recordaba su vida, la vi sufrir y sinceramente no me gustaría experimentar eso —volví a mirarla. —gracias por su tiempo y explicación —sonreí.
—Fue un placer —se levantó devolviéndome el gesto. —aunque tu novio no habló, su acompañamiento es lo que importa y saber que siempre lo tendrás al lado. —lo miró.
Al salir de allí nos encontramos con Eve para contarle lo sucedido, parecía decepcionada por aquello pero la animé diciendo que estaba bien. Lo mismo sucedió con nuestros padres al regresar, a los que les dije lo mismo y por fortuna se distrajeron al recibir a Kevin.
—¿A donde vamos? —miré a mi novio mientras conducía.
—Es sorpresa —sonrió con la mirada al frente.
La calles estaban cubiertas por la oscuridad de la noche y siendo iluminadas por la ciudad. Sonreí al reconocer aquel trayecto, directo al parque de diversiones y para mi sorpresa mi hermana y su novio llegaban al mismo tiempo.
—¿Cita doble? —preguntó ella con una sonrisa.
—Dijiste que lo querías y así será —respondió su novio del mismo modo.
—¿Que dices hermana? —se acercó.
—Me parece excelente —confirmé. —solo espero que hayan trabajado lo suficiente porque nos gustan absolutamente todos los juegos —aplaudí como niña.
—Cariño, para eso están ustedes —respondió Jeremy con una sonrisa. —lleva su apellido así que serán nuestros pases libres.
—En efecto, ustedes nos hacen pasar y como retribución disfrutarán de buena compañía —agregó Kevin.
—Que avaros —dijimos con mi hermana al mismo tiempo, cruzando los brazos.
La noche marchó mejor de lo que podía imaginar, entre risas, juegos y compartiendo los mejores momentos con mi hermana, mi novio y Kevin, qué estaba segura de que con el tiempo se convertiría en un integrante valioso para la familia.
Era mejor no arriesgarse a una cirugía experimental, ¿no?
Y...
Cita doble (◕‿◕)♡
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