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CAPÍTULO 68

CAPÍTULO 68


Al día siguiente nos preparábamos para asistir la exposición de arte de mi amiga, todos asistiríamos al igual que mi tío y los amigos de mis padres debido a una invitación especial del organizaron qué, resultó ser alguien muy importante.  Ellos se adelantaron mientras esperaba a Jeremy en la puerta. En cuanto llegó bajó para quedar mirándome con una expresión sorprendida y sin poder articular palabra alguna.

—¿Me veo mal? —me incomodé.

—Te ves perfecta —tomó mi mano para hacerme girar en mi lugar, llevaba un vestido negro y él una camisa a juego que lo hacia ver mucho más atractivo.

—Y tú, muy guapo —sonreí abrazándolo.

Al llegar a la exposición lo primero que hice fue saludar a mis amigos notando la gran cantidad de personas.

—¿Te incómoda tanta concurrencia? —preguntó en tono bajo.

—No, está bien. Ésta es tu noche, no te preocupes por mi. —sonreí. —y tu la cuidas —señalé a Steve.

—Si señora —acató como soldado y reí.

Toda la noche estuve con Jeremy observando las pinturas, en muchas de ellas eran en lugares del centro que conocía muy bien pero una en partícular llamó mi atención.

—Compraré esta pintura, sin importar lo que valga —dijo Jeremy totalmente convencido.

En ella estaba mi retrato tocando el piano, recordaba muy bien aquel día y mi sonrisa estaba reflejada en aquella pintura.

—¿Cuando lo hizo? —pregunté en tono bajo.

La miré a la distancia levantando una copa hacia mi dirección con una sonrisa que devolví.

—¿Cual es el precio? La compraré —escuché a mi padre.

—Me disculpa pero esa pintura es mía —contradijo mi novio.

—Ya lo veremos niño... —se dirigió a Min-seo con chequera en mano.

—Eso no... —Jeremy lo siguió con la misma acción.

—Mamá, dile algo —me quejé.

—¿Que puedo hacer? Dijo que la comprará y lo hará, además es muy hermosa. La colocaremos en la sala o en el estudio —sonrió.

Rodé los ojos para seguir a los dos hombres y notar que comenzaban a discutir por quien se llevaría la pintura, ofreciendo precios como si fuera una subasta.

—Para terminar con esta discusión... —habló Min-seo. —se la venderé al señor... —mi padre sonrió triunfal. —Anderson —señaló a mi tío.

—¿Que? —cuestionaron ambos.

—Lo siento, pero fui quien enseñó a Amy y quien mejor para tener su primera pintura y en ese acto —habló mi tia Natalie.

—Exacto —mi tío sacó su chequera para burlarse de los otros dos mientras firmaba.

—Que injusticia —se quejó mi novio.

—Estoy totalmente de acuerdo —respondió mi padre para irse con mi madre.

La noche pasó tranquila y muy exitosa para mi amiga cuando un hombre compró varios cuadros.  Miré a mi padre quien asintió y pude comprender la referencia, esperaba que todo saliera bien para Min-seo y que luego me contara los detalles.

—¿Quieres ir a tu casa? —me preguntó mientras nos retirábamos antes que los demás.

—No, es un poco temprano pero tampoco podemos dar un paseo por el vestido —lo miré.

—Entonces te mostraré algo.

—Sorprendeme... —sonreí subiendo al automóvil.

El camino fue animado con algunas risas hasta llegar al edificio de días atrás.

—¿Ya lo compraste? —pregunté mientras subíamos al elevador.

—Así es, y ya comencé con la mudanza.

—¿Tan rápido?

—Si, me es más cómodo. —abrió la puerta dejando ver un sillón y televisión.

—¿Solo esto? —señalé totalmente incrédula.

—Esto y algo en la habitación, lo demás será poco a poco. —sonrió.

—Entonces muestrame la habitación. —me miró sorprendido.

—Claro —señaló el pasillo.

Antes de llegar a la puerta se adelantó para abrirla. La habitación era lo suficientemente espaciosa aunque solo había una cama y una cómoda al lado.

—Que acogedor —pasé para observar mejor.

—Aunque aún faltan cosas, como el closet... —se paró donde iría el mueble.  —y tu —murmuró.

—¿Yo? —sonreí. —¿soy un mueble?

—Claro que no, quise decir que tendrás un lugar aquí —desvió la mirada.

—Gracias —me acerqué a él para tomarlo del rostro y besarlo lento.

Correspondió al instante y del mismo modo, al separarnos nos miramos un momento y no sabría decir que sucedió pero nuevamente nos encontramos en un beso más expresivo e intenso, provocando cosas nuevas en mi interior.
Mordí levemente su labio inferior al sentir su mano en mi cintura mientras desviaba el beso hasta mi cuello. Sin poder controlarme solté un suspiró cerca de su oído haciendo que besara con fuerza.

—Jeremy... —coloqué las manos en su pecho para que se detuviera.

—Lo siento —frunció el ceño desordenando su cabello.

—No es eso. —sonreí. —espero que no quede una marca.

—No lo creo... —me devolvió el gesto observando mi cuello. —de todos modos no era mi intención

—Está bien y creo que es bueno ir conociéndonos de ese modo... —me miró extrañado. —poco a poco.  —jugué con el cuello de su camisa.

—¿Quieres conti... —lo detuve colocando un dedo sobre sus labios.

—Es menos vergonzoso cuando no lo dices... —deslicé mis manos por su pecho.

—No estas actuando normal —frunció el ceño.

—Quizá sea la copa que bebí —eché a reír. —ahora soy muy sensible al alcohol porque bebí cuando te fuiste sin decir nada —lo besé con un poco de fuerza.

—Amy, no quiero hacer algo que luego te arrepientas —me detuvo.

—¿Porque lo haría? Somos novios y mayores —intenté besarlo de nuevo. —solo un poco.

—No, mejor te llevaré a casa. —se alejó.

—Jeremy —me quejé.

—Te amo demasiado como para hacerte esto, no puedo —tomó mi mano para literalmente halarme hasta fuera del edificio.

Subí al automóvil con una mueca de disgusto, como una niña regañada sin asimilar lo último que dijo, solo quería experimentar un poco y claramente era por el efecto del alcohol aunque fuese muy poco.

El camino de regreso fue silencioso e incómodo y al llegar intenté bajarme.

—Espera... —me detuvo. —¿te enfadaste? 

—No —negué sin mirarlo.

—Entonces, ¿porque actúas así? —no respondí. —Amy, sólo quiero que entiendas que jamás te haría daño.

—Lo entiendo perfectamente, no dije otra cosa. Mejor hablamos mañana, ¿si?

—Está bien —se acercó para besar mi frente y pellizcar mi mejilla. —eres tan tierna.

No pude evitar sonreír para bajarme y saludar con la mano desde la puerta. Estando en mi habitación encontré un mensaje de amiga.

Min-seo: te fuiste sin avisar? 🙄🙄

                    Bueno, sólo espero que sea una buena razón. 😏

Por otro lado, vendí muchos cuadros y un hombre dijo conocerme y conocer a mi padre 😮



Yo: solo me fui con Jeremy 😅

           Los conoce? Hablaron? 👀


Min-seo: Aún no, mañana nos reuniremos para almorzar y te contaré los detalles 😃 Dime, sucedió algo? 😏



Yo: de acuerdo 😃 y algo como queee? 🙄


Min-seo: no lo sé, tú dime 😃


Yo: no sucedió nada pero casi, por la copa que bebí 😃 y Jeremy fue respetuoso 🙃

Min-seo: pero?

Yo: no hay peros 😒

Min-seo: segura? 😃

Yo: si, ahora me iré a dormir 🙄 buenas noches 😌

Dejé el móvil a un lado recordando lo que le pedí a mi padre al día siguiente de haber regresado.

—¿Papá? —abrí levemente la puerta del estudio observando que estaba firmando algunos papeles.

—Dime —respondió sin apartar la vista de lo que hacia.

—¿Podemos hablar un momento? No te quitaré mucho tiempo. —cerré la puerta.

—Si. —me miró. —¿sobre qué?

—Es sobre mi amiga, ¿podemos ayudarla? —me senté.

—¿Como podríamos? Solo dime lo que quieres y me haré cargo.

—Bueno... —dudé. —ella tiene una condición que le impide recordar su vida, al menos antes del accidente que tuvo. Es decir, no recuerda su vida ni quien es así que entiendo lo frustrante que es.

—Entiendo, cuentame los detalles y su nombre completo —me prestó total atención.

Le conté lo mejor que pude y todo lo que sabía, sin exceptuar nada, tampoco a Steve esperando que mi padre pudiera hacer algo.

—¿Park? —asentí. —es curioso, en unos días llegará un empresario asiático con el que podríamos tener un convenio importante y su apellido es Park.

—¿Podría ser? —quedé pensativa.

—Sería demasiada suerte... —sonrió. —pero, no te preocupes. Me haré cargo, encontraremos información sobre tu amiga.

—Gracias, gracias —lo abracé.

—¿Hay algo más que necesites?

—No, creo que solo era eso —sonreí.

—De acuerdo. Ahora continuaré con mi trabajo, te haré saber cualquier cosa.

Sin más salí de allí para que continuara trabajando tranquilamente. Sinceramente jamás había molestado a mi padre por nada en especial, tampoco mientras trabajaba ya que sabía perfectamente que era muy dedicado a su trabajo al igual que mi madre cuando se lo proponía. Sin embargo, tuve que hacerlo por Min-seo, no quería que viviera sin saber de su vida, aún cuando fue un poco difícil pero merecía recordar algo aunque las posibilidades fuesen mínimas.


—Buena suerte Min-seo —susurré para mi misma, esperando que todo saliera bien.

Poco a poco mis párpados comenzaban a cerrarse por la invasión del sueño, pero los abrí de nuevo al escuchar la llegada de un mensaje.

Jeremy: Dulces sueños 😍

Yo: Igual para ti ❤

Sonreí como tonta dejándolo de lado y cubriéndome con las cobijas para intentar dormir.



Como que subió la temperatura *cofcof* (●´∀`●)

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