CAPÍTULO 49
CAPÍTULO 49
Pasaron un par de días desde mi pedido a tío Daniel y su viaje sería al día siguiente. Pensaba en ello mientras hacía unas compras con Ryan y mi estómago se revolvía por algo que estaba comiendo.
—¿Quieres? —me extendió un dulce.
—Sabes que no me gustan ni el aroma Ryan, ¿como puedes comer esos dulces ácidos y picantes? Son una aberración —negué mientras cargaba algunas cosas de la lista que nos había dado nuestra madre.
—Gustos son gustos Eve... —encogió los hombros. —mira allí está Lily con su madre, vamos al otro pasillos para que no nos vean —en un principio sigiloso me haló para luego arrastrarme.
—Ryan —me quejé. —¿porque huyes de Lily? —lo miré con el ceño fruncido.
—Ya la conoces, es como un insecto en un jardín que aunque quieras ahuyentarlo siempre aparece —explicó moviendo las manos con fastidio.
—Vaya forma de expresarte hermanito —reí. —pero, con un “me gusta” estaría bien.
—Claro que no me gusta, es la última chica en este mundo en la que me fijaría —se molestó.
—Mi hermanito el rompecorazones —pellizqué su mejilla. —cuando regresemos le pediremos consejos a papá y a mamá, porque aun eres el bebito de mami —dije lo último como si hablara con un bebé.
—Eve nos están mirando, te comportas rara —se alejó.
—¿Quien es rara?
Y como lo dijo, allí apareció Lily, tan impredecible como siempre y reí por el susto de mi hermano. Para ser honesta no me disgustaba que pudieran tener alguna relación en el futuro ya que Lily me agradaba mucho y también se le notaba mucho que gustaba de Ryan. Sin embargo, mi hermano era muy frío con ella y sabía que era sincero al decir que no tenía ese tipo de sentimientos por la menor de los Walker, aunque eso podía cambiar en el futuro.
—Te lo dije... —se dirigió a mi con fastidio.
—Hola Lily —llamé su atención. —¿viniste sola?
—Hola Eve... —me sonrió. —no, mi madre está en el otro pasillo recogiendo algunas cosas, ¿ustedes? —nos señaló.
—Solo jugamos fútbol, ¿no lo ves? —respondió Ryan con sarcasmo.
—Tan amable como siempre —hizo una mueca.
—Chicos, chicos... Por favor, no comiencen. —los detuve. —que bueno verte Lily pero ya nos íbamos. Saluda a tus padres de nuestra parte
—Claro, nos vemos luego —se fue brincando como una niña pequeña.
—Es tan tonta —murmuró Ryan.
—No es tonta, solo es inocente. Dejala ser como quiera —nos fuimos a la caja.
—Y ahora eres Eve, Eve la compresiva. Como cambiaste hermana, me pregunto si realmente recapacitaste o es por cierto chico que escuché por ahí... —hizo una mueca.
—Por favor, ¿tú también? —entregué la tarjeta para pagar. —¿quien habla sobre esos rumores? O peor, ¿quien habla de mi vida privada?
—¿Vida privada? Quiere decir que es cierto —me señaló y el cobrador nos miró con cansancio en sus ojos.
—Lo siento... —me disculpé para tomar las cosas —ayudame —miré a mi hermano.
—Lo sé...
Llevamos las cosas al automóvil mientras tomaba un chocolate y observé una farmacia al cruzar la calle.
—Sube, iré a comprar algo y regreso —lo miré.
—¿Porque comes mi chocolate? —miró el dulce.
—No es tuyo, además ya comiste tus dulces horribles —me quejé.
—Y Eve ha regresado —suspiró subiendo al carro.
—¿Quien lo entiende? —murmuré mientras me encaminaba al local para comprar algo que necesitaba y regresar en breve.
Ryan conectó su móvil para escuchar su música y aunque me gustaba me produjo dolor de cabeza pero como él la disfrutaba no dije nada hasta llegar a la casa.
Al entrar nuestros padres platicaban muy animados de algo y por lo que dijeron era sobre el gran progreso que estaba consiguiendo mi hermana, no solo con su memoria sino como pianista y eso me emocionaba.
Por la noche estaba sentada en las escaleras escuchando su plática sobre mi posible viaje con mi tío pero ninguno estaba de acuerdo. Los entendía pero debía hacer aquello por una buena razón, y aunque mis piernas temblaban por algo que no tenía retorno, bajé para hablar con ellos.
—Eve, ¿estabas escuchando? —ambos se sorprendieron.
—Por favor, solo será el fin de semana y sé que no podríamos visitar a Amy pero estaríamos un poco más cerca. Les prometo que ayudaré a tío Daniel en todo lo que necesite, así como lo hago contigo papá. Solo será un fin de semana —pedí casi en suplicio ya que aquello era muy importante.
—Eres muy eficiente como asistente pero no lo sé... —respondió mirando a mi madre.
—Confío en Daniel pero... Tengo una sensación extraña —frunció levemente el ceño.
—Por favor —volví a pedir.
Al día siguiente estaba en el avión con mi tío, iríamos en el privado de la empresa y al ser de negocios iba trabajando en lo que podía.
—No pierdas de vista esos papeles, son muy importante. —señaló unos. —y aquellos, son las condiciones para una posible inversión —señaló otros.
Pensaba que mi padre era un poco obsesivo con el trabajo pero tío Daniel lo era más, sumado con un poco de humor al estar un poco acelerado.
—Definitivamente necesito a Sam de regreso en la empresa, ella lograba lidiar con las inversiones con tanta facilidad... —confesó casi rendido.
—Pero ahora tu eres el gran CEO Anderson —sonreí.
—Así es mi querida Eve, y ahí que demostrarlo —suspiró.
Luego de registrarnos en el hotel me fui a mi habitación para tumbarme en la cama mientras escribía un mensaje.
Yo: estoy en la ciudad. Necesitamos hablar
Kevin: hola Eve, estoy muy bien. Gracias por preguntar, ¿tu también? Que bueno saberlo 😐
Yo: Kevin... 🙄🙄
Kevin: estoy ocupado, hoy trabajaré hasta tarde 😐
Yo: sé que vendrás a buscarme.
En ese momento tocaron la puerta por lo que abrí de inmediato.
—¿Necesitas algo? —miré a mi tío de traje.
—Vinimos por trabajo, tenemos una reunión en media hora, apresurate —miró su reloj.
—¿Porqué no lo dijiste antes? —me alteré cerrando la puerta para tomar una ducha rápida y cambiarme lo más rápido posible. —listo
Salí después de unos minutos.
—Muy bien señorita, ¿tiene mi agenda? —comenzó a caminar.
—En orden y lista —lo seguí.
—Entonces, ¿porque estaba tan relajada? —bajamos para tomar un automóvil que nos esperaba.
—No es eso, sólo no creí que sería de inmediato.
—Asi es la vida de un Anderson, Eve acostumbrate —me miró con una leve sonrisa.
—Claro —devolví el gesto.
No reconocí el trayecto que hicimos hasta llegar a una empresa haciendo que me lamentara mentalmente ya que presentía lo que me encontraría.
—Sean bienvenidos como siempre —saludó quien nos esperaba.
—Frederick —saludó mi tío. —comencemos con los negocios
—Claro...
Subimos hasta la sala de reuniones mientras mi corazón comenzaba a inquietarse al ver a ciertas personas a la distancia.
—¿Quien buscó a quién? —preguntó Kevin en tono bajo mientras ingresábamos al lugar.
No respondí, solo mantuve la postura y aunque quería hablar con él en ese momento no podía.
La reunión se llevó a cabo como debía, escuchaba atentamente a lo que decían pero también desviaba la mirada al chico que tenía en frente. Por su parte solo me dedicó una mirada penetrante y luego toda su atención fue hacía la reunión, su aspecto era tan atractivo y su seriedad era característica de un futuro empresario; inevitablemente pensé que su futuro sería muy bueno.
—Eve... —llamó mi atención mi tío en el elevador.
Si. La reunión había acabado más rápido de lo previsto o eso pensé al perderme en mis propios conflictos.
—¿Si? —lo miré.
—Hablaré con tus padres, por lo de la estadía prolongada
—¿Que? —me confundí.
—Veo que no prestaste la atención necesaria, nos quedaremos una semana para llevar a cabo el contrato
—Está bien —fue lo único que dije, aún sin asimilar sus palabras.
—¿Te sientes bien? Te ves pálida
—Si, creo que fue el viaje. No viajamos muy seguido en avión —sonreí levemente frotándome la frente para quitarme el leve sudor.
—Es cierto, ahora mismo iremos al hotel y descansarás. Lo que menos quiero es que te enfermes, ¿entendido? Realmente necesitaré de tu ayuda en estos días
—Lo sé, vine para eso. No te preocupes por mi —suspiré
Por la noche observaba la ciudad por la ventana mientras pensaba en lo que haría en los siguientes días haciendo que mi mirada comenzara a divagar entre la ciudad y el móvil.
—Inevitablemente nos cruzaremos y trabajaremos juntos... —murmuré para mi misma mientras me sentaba en la cama. —vine aquí solo para hablar con él pero de pronto no estoy segura de nada.
Liberé otro suspiro observando su nombre en el móvil para finalmente dejarlo a un lado y disponerme a descansar como debía.
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