CAPÍTULO 45
CAPÍTULO 45
Terminaba de tocar una melodía en la sesión de Steve mientras pensaba en mi familia y el echo de que ya había pasado tiempo sin verlos. No recordaba sus rostros pero si momentos que habíamos compartido, aquello hacía que sonriera levemente mientras liberaba un suspiro inaudible.
—¿En que piensa la intérprete favorita? —preguntó mi especialista haciendo que lo mirara y se le dibujara una leve sonrisa.
—En nada... —negué cubriendo las teclas del instrumento y acto seguido levantarme del lugar.
—Sea lo que sea, tus ojos decían que era algo muy bueno y en caso de ser...
—Doctor —lo interrumpió Amelia provocándome alivio ya que por un momento sentí una leve incomodidad.
—¿Si? —la miró.
—Me retiro —intenté dirigirme hacia la puerta.
—Amy espera... —me detuvo Amelia mientras pasaba algunas hojas de los expedientes al doctor Marcus. —¿lo nota? —se dirigió a él.
—Si, realmente funciona —asintió mirándola.
—Entonces podemos practicarlo con el resto, ¿cierto?
—Sería un buen método, hablaré con la doctora Morgan —sonrió con cierta emoción para luego mirarme. —Amy, ¿sabes de quienes son estos expedientes? —me señaló con ellos.
—¿Debería? —murmuré para mi misma y luego negué con la cabeza.
—Son de Steve y Min-seo —respondió Amelia. —desde que llegué aquí los observé con atención, tanto sus expedientes anteriores como los actuales y mucho más cuando comenzaste a acompañarlos con las melodías.
Divagué un momento con la mirada sin comprender el porqué lo decía.
—¿Alguna mejoría? —dudé.
—¡Por supuesto! —exclamó con una sonrisa haciendo que me sorprendiera. —las melodías en las sesiones sirvieron como una fuente de estimulación natural y la vez creativa... —miró al otro presente.
—Lo que Amelia quiere decir... —tomó la palabra —que es un método muy factible en las sesiones ya que el subconsciente se sumerge en las melodías provocando tranquilidad en el paciente y más predisposición en el trabajo cognitivo. No provoca distracción, por el contrario, los mantiene en calma y sin presión haciendo que el entrenamiento avance con dinamismo. —me sonrió. —se lo había mencionado a la doctora Morgan y esto estaba en observación, ahora mismo iremos a informar esto y si lo acepta podremos aplicarlo.
Ambos se dirigieron a la puerta y se fueron antes de que pudiera decir algo o asimilar lo dicho.
—Pero... Nadie me preguntó si podría tocar tantas melodías —murmuré por lo bajo.
Me gustaba ayudar a Min-seo y Steve porque eran mis amigos, mi pensamiento no era egoísta con respecto a los demás sólo qué era diferente. Con mis amigos tenía la motivación suficiente para acompañarlos y era por eso mismo, la amistad que habíamos desarrollado pero sería un poco diferente con los demás e incluso me sentiría presionada.
Suspiré con cansancio mientras caminaba por el pasillo hasta que me detuve por el sonar de mi móvil.
—¿Hola? —respondí sin mirar de quien se trataba.
“Hola, ¿es un mal momento?”
Respondió seguido de su característica risa.
—Jeremy... —sonreí. —no, solo... Nada, te lo contaré luego
“¿Debo preocuparme?”
—No, bobo. Te lo contaré luego pero al no preocuparme yo, tú tampoco beberías hacerlo —mentí en lo último.
“Eso es suficiente para preocuparme”.
Aquello fue suficiente para que liberara una ruidosa risa.
“¿Que es lo gracioso?”
—Recordé viejos tiempos... Dices eso pero eres quien se involucra en problemas y haces que me preocupe. Tonto
“No es cierto, y ¿que fue eso? Te escuchaste como una abuelita”
Fue quien rió con ganas.
—¿Porqué? —cuestioné confundida.
“Recordé viejos tiempos, vamos abuela Amy.”
Continuó riendo.
—¿Abuela? ¡Jeremy! —lo nombré casi en un regaño susurrante ya que crucé a algunas personas.
“De acuerdo, no eres una abuela.”
Asentí para mi misma.
“Eres una viejita solitaria”
Continuó riendo.
—Si yo quedo sola, tu también. Tonto —me ofendí un poco
“¿Porqué? No pretendo quedarme solo”
—Es cierto, tienes una novia —suspiré yendo a una banca alejada para sentarme y continuar con la plática.
“Ya dije que no es mi novia. Te lo explicaré, ¿de acuerdo? Mientras tanto no digas eso.”
—¿Y cuanto tiempo esperaré por esa explicación? Porque recuerdo que dijiste que vendrías hasta aquí y por el momento no te veo —encogí los hombros.
“Lo haré, huiré de aquí para ir a verte pronto. Lo prometo”
—¿Huirás? —reí —¿eres un rehen?
“Si, mis calificaciones bajaron debido a ti y debo recuperarlas”
—¿Por mi? —desvié la mirada a un lado para observar a mis amigos a una distancia prudente perdidos en su plática. O eso reconocí por su andar tan peculiar cuando estaban juntos y bromeando.
“Si, pensé tanto en ti que no pude concentrarme”
No supe que decir, sólo llevé una mano a mi mejilla para frotarla levemente para reaccionar.
—Jeremy yo...
—Dijo Jeremy... —Min-seo llegó en un parpadeo. —debe ser el chico, ¿es él? —se acercó totalmente curiosa.
—Min-seo... —me quejé un poco para luego reír por su actitud.
“¿Que sucede?”
Parecía confundido.
—Nada solo... Oye
Mi amiga me quitó el móvil para ponerlo en alta voz y tomar la palabra luego de aclarar la garganta.
—Hola tú, yo soy Min-seo la nueva mejor amiga de Amy y él es Steve, nuestro buen amigo —lo señaló como si Jeremy lo fuera a ver.
“Hola a ambos, soy Jeremy y aclaro que yo soy el mejor amigo de Amy”.
—¿Por eso la hiciste sufrir sin responder sus llamadas?
—Oye... —me quejé intentado tomar el móvil de nuevo.
“¿Quien eres para hablarme así?”
—Jeremy, calma... Min-seo devuelve eso —le quité con ayuda de Steve.
—Nos veremos un día Jeremy y pagarás el sufrimiento de mi amiga con sangre...
—No exageres —la interrumpió Steve conteniendo la risa.
—Por favor, en ninguna momento lloré —reí.
—Solo es un aviso. Vamos Steve, por cierto Amy. Marcus te estaba buscando.
Fruncí el ceño por como lo había dicho y luego retirarse sin más.
—Esos dos... —murmuré.
“¿Amy?”
Llamó mi atención por lo que quité el alta voz para colocarlo en mi oído nuevamente.
—Lo siento, ellos son los amigos que hice aquí. Lamento el momento pero ella es así, seguramente se llevaran bien en cuanto se conozcan —intenté explicar.
“Es lo que menos me preocupa en éste momento”
Suspiró un poco cansado y cuando hacía eso llevaba una mano a su cabello para desordenarlo. Lo conocía tan bien y sonreí como tonta.
“¿Quien es Marcus?”
Preguntó directamente y con cierta seriedad en su voz.
—¿Marcus? —sinceranente no quería decírselo pero de todos modos no lo conocía. —es nuestro especialista. Min-seo lo llama por su nombre porque lleva más tiempo aquí pero yo lo llamo doctor Marcus... —expliqué rápidamente.
“¿Que edad tiene?”
—Por favor Jeremy... —reí un poco nerviosa. —es mayor, no sé su edad es nuestro especialista no nuestro amigo
“¿Que tan mayor?”
—Por favor Jeremy... —repetí con el mismo tono que el anterior. —para celosos y protectores ya están mi padre y Ryan, lo sabes
“Tienes razón, pero la diferencia es que ellos son tu familia. Son celos razonables.”
—Tu también eres mi familia —dije en tono bajo.
“No quiero serlo de ese modo. Amy, tenemos más de una cosa que aclarar y lo sabes. También me debes una respuesta, no aceptaré la última.”
Entonces recordé su pregunta y lo que había dicho la última vez que lo vi.
—Lo siento, ahora yo...
Me vi interrumpida por una presencia a la distancia. Allí estaba mi especialista con una pose autoritaria como si estuviese esperando por mi.
—Ahora me tengo que ir... —aclaré. —lo siento, hablaremos luego
“Está bien. Cuidate”
—Tu también. —colgué.
En cuanto guardé el móvil caminé hasta aquella persona que parecía un poco fastidiado.
—Realmente espero que sea muy agradable y te ayude a progresar en el entrenamiento —señaló el móvil.
—Estoy segura de que si —sonreí. —¿que necesita?
—Hablamos con la doctora Morgan y aceptó aplicar el nuevo método para ayudar a los demás.
—Realmente me halaga esto pero... —dudé. —no creo que pueda tocar tantas melodías.
—¿Crees que tocarás para cada uno? —asentí. —nadie podría. —sonrió. —te lo explicaré...
Nos sentamos en una banca.
—Claro que sería demasiado tocar para cada persona una melodía... Por eso lo que harás es tocar por las noches luego de la cena para que tengan un buen descanso luego de una maravillosa melodía, es lo que esperamos. Así el cerebro estará relajado para el día siguiente.
—Pero creí que era más factible en el momento de la sesión —me confundí un poco.
—Exactamente, por eso mismo también tocarás luego del desayuno, así estarán estimulados hasta la sesión.
Quedé en silencio, perdida en mis pensamientos. ¿Quería ayudar? Claro que quería pero, aún así tenía mis dudas.
—Amy... —Colocó una mano en mi hombro. —será sólo si tu quieres, claro.
—Nunca toqué para otras personas, siempre fue entre mi familia y amigos —lo miré.
—Sólo dejate llevar, es lo que hacen los artistas —me sonrió.
—Pero yo no soy una artista, sólo toco el piano por gusto. Porque me encanta hacerlo
—Y es por eso que tiene un efecto tan positivo. Tanto así que en caso de tener un problema de memoria a ti sería la primera que llamaría —liberó una leve sonrisa.
—No diga eso, espero que jamás experimente algo parecido a esto... —señalé por completo el lugar para hacer saber a qué me refería.
—De acuerdo, entonces comienzas mañana ¿está bien?
Asentí en afirmación y esperar a que se fuera para poder suspirar con cierta pesadez. Sentía que comenzaba a cargar no sólo con mis problemas sino también con los de los demás, aunque no fuese así pero el peso estaba ahí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro