Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 41

CAPÍTULO 41:
EVE



Habían pasado varios meses y con él muchas cosas en los cuales hice caso al consejo de mi hermano y así comenzar a trabajar con nuestro padre, con el cual llegábamos a un hotel de New York.

—Me pregunto porque no fuimos a un departamento —dije mientras subíamos al elevador.

—Porque solo serán 3 días y un hotel es más cómodo cuando tenemos mucho trabajo, lo entenderás más adelante hija. —sonrió levemente llegando a nuestro piso. —esa es tu habitación y la mía está justo al lado, descansaremos por una hora pero ten preparada mi agenda. No te retrases —miró su reloj.

—Como ordene señor Rogers —asentí.

—Sabes qué, como mi asistente trabajas como tal y no será diferente aquí —me señaló.

—Claro que lo sé, por favor descanse mientras preparo su agenda —evité reír.

Asintió y cada uno entró a su habitacion la cual era lo suficientemente grande y acogedora. Dejé la agenda para después y corrí para saltar en la cama como si fuese una niña.

—La agenda de papá es importante pero también tengo que organizarme para hacer todo lo que tengo pensado. Es muy importante y... —el sonido de una llamada interrumpió mi plática solitaria. —¿si? —respondí con amabilidad sin mirar de quien se trataba, ya se había convertido en costumbre responder de aquel como desde que era la asistente de mi padre.

“Hola niña mimada, ¿llegaste a la ciudad?”

Aquel tono característico para molestarme no era de otro más que de Kevin.

—Hola, ¿como es que lo sabes todo? —fruncí el ceño. —¿estás vigilandome?

“Puede ser, yo lo veo todo”

—¿Que demonios quieres Kevin? —rodé los ojos.

“¿Llegaste a la ciudad?”

Lo escuché reír levemente.

—Sabes que si, ¿para qué preguntas? —bufé. —¡ya sé! Quieres verme, ¿cierto?

“Puede ser, pero no creo que podamos. En un rato acompañaré a mi padre en una reunión y creo que estaré ocupado los siguientes días, para tu mala suerte.”

—Como dice mi hermana, mala suerte mi pie. Como si quisiera verte, idiota —comencé a buscar entre mi ropa lo que me pondría.

“Además de mimada, grosera. Bien, debo dejarte niña grosera.”

Colgó antes de que pudiera responder.

—¿Que demonios? —miré el móvil. —la agenda...

Me apresuré para tomarla y verificar los horarios de las reuniones que tendríamos aquel día, porque si, me incluía en ellas y recordaba algunas cosas mientras me dirigía a tomar una ducha.




Después de unos cuantos meses de llevar las clases desde la casa y que mi madre haya regresado, no me sentía con tanto peso aunque se había hecho un hábito llevar y recoger a Ryan del colegio; y así tener tiempo como hermanos ya que había notado que él sentía mucho más la ausencia de nuestra hermana.

Aquel día lo esperaba fuera del colegio cuando observé pasar un automóvil color negro por las cercanías, uno muy similar al que había visto tiempo atrás en la universidad.

¿Coincidencia?

Posiblemente, o quizá no.

—Eve... —la voz de mi hermano me sacó de mis pensamientos.

—Ya saliste —le sonreí. —vamos.

Ryan subió y observé a Lily subir al automóvil de su madre pero Benjamín se retiraba a pie.

—¿Benjamin? —lo llamé para qué me escuchara.

—Hola Eve... —me saludó desde la distancia, casi gritando con una actitud muy similar al de tío Austin.

—Ven aquí —reí un poco. —¿no vendrán a buscarte? —pregunté cuando estaba cerca.

—No, mis padres trabajarán y Selena tiene examen —sonrió.

—Entiendo, entonces ven con nosotros. Te llevaré.

—De acuerdo —prácticamente se abalanzó para entrar y pude llamar a Alexia.

“Hola Eve”

Respondió del otro lado.

—Hola, solo llamaba para decirte que llevaré a Benjamín

“¿Si? Te lo agradezco tanto, intentaba terminar rápido para poder recogerlo pero el trabajo es así. Llevalo a tu casa, luego iré por él”

Se escuchaba un poco agotada.

—Claro, no te preocupes. No te estreses tanto tía Alexia —sonreí.

“Estoy bien, estoy bien”

Rió un poco.

“Nos vemos luego”

Colgué para subir al automóvil y emprender marcha hacía la casa. Afortunadamente no vi al automóvil de momentos antes pero, debía decírselo a alguien por precaución.

—Muy bien señoritos, vamos a casa. Benjamín luego te buscarán pero creo que mi mamá estará muy feliz de verte —lo miré por el espejo retrovisor.

—No hay problema, también quiero ver a tía Sam siempre hace comida deliciosa —miró a Ryan que asintió en confirmación.

Al llegar a la casa fue recibido muy cálidamente por mi madre y luego subió a la habitación junto a Ryan.

—Mamá... —me senté para poder hablar con ella, aunque tenía cierta duda.

—Dime —me miró con atención.

—¿Crees que podría trabajar con papá? —decidí no mencionar sobre el automóvil. No a ella.

—¿Que? —se sorprendió. —¿quieres trabajar en la empresa?

—Si, ¿porqué no? —sonreí. —ustedes comenzaron jóvenes a trabajar, creo que sería buena idea para adaptarme y poner en práctica lo que estoy estudiando.

—Me parece bien pero, sólo Daniel y tu padre comenzaron desde jóvenes. Desde los 18 años, en mi caso hice mi primer trabajo en la empresa a los 20 años, o eso me adjudicó mi padre —hizo una mueca por lo último.

—Mamá... —reí levemente.

—Es así —me imitó. —y no quiero que tengas un peso tan grande tan pronto, pero si quieres hacerlo para familirizarte con el trabajo está bien. Tomarás la practica antes de la teoría, como yo —tomó mi mano. —luego hablaremos con tu padre.

Días después en medio de la cena miré a mi madre y ésta me asintió para que hablara con mi padre.

—Papá, ¿puedo trabajar contigo? —dije directamente haciendo que ambos mayores comenzaran a toser por la impresión.

—Eve, creí que tenías tacto en esto. Lo habíamos platicado —mi madre me miró recuperándose. —Tom, ¿estas bien?

—Lo estoy —bebió un poco de jugo. —aclaremos esto, ¿que dijiste Eve?

—Creo que no lo dije bien, verás...

—Eve quiere comenzar a trabajar contigo en la empresa, al tomar las clases en casa y solo presentarse para los exámenes tiene el tiempo suficiente y así podrá familiarizarse y poner en práctica lo que está aprendiendo. —me interrumpió Ryan para explicar tranquilamente.

Los tres lo miramos un momento, un poco sorprendidos.

—Era eso... —sonrió nuestro padre. —gracias hijo —asintió. —no tengo problema con ello, de hecho también lo he pensado. Claramente no te daré un trabajo demasiado importante aún, y estarás muy cerca para que pueda observarte o de alguien de suma confianza para que te guíe. Si estás de acuerdo, lo haremos así.

—¿He? —me confundí un poco. —claro, me parece bien.

—¿Algún consejo para tu hija? —miró a mi madre.

Ellos comenzaban a hablar en el idioma empresarial y ya me sentía un poco presionada.

—Nada es fácil, aunque seas la hija del CEO —le sonrió a mi padre. —y lo importante es reconocer esa diferencia para que los empleados te vean como una más y no como una niña mimada que irá a mandonear o tu imagen quedará por los suelos...

—¿Tu también con lo de niña mimada? —me quejé.

—¿Que?

—Nada, continua por favor —sonreí levemente.

—Y dentro de las empresa y horas de trabajo, o reuniones importantes no será tu padre... —lo señaló. —es el señor Rogers, ¿entendido?

—Perfectamente —asentí.

—Recuerdo cuando lo llamaba señor Anderson a mi padre —rió levemente. —y otra cosa más... —me señaló como si recordara algo de vida o muerte.  —la vestimenta es fundamental y mañana mismo iremos de compras, eso dejamelo a mi. Tu primera impresión debe ser imponente y digna —expresó como si fuese una competencia.

—Cariño, ¿aún no superas tu primer día? —rió mi padre

—No me lo recuerdes —bufó molesta.

Y así comencé a trabajar con mi padre, al comienzo pensé que sería fácil ya que me habían asignado tareas fáciles pero a medida que fui aprendiendo todo se volvió más atareado y pude ver como era la realidad dentro de la empresa, como así también del trabajo y solo estaba allí como “asistente”.








Suspiré saliendo de la ducha para ponerme una vestimenta acorde ya que estarían otros empresarios importantes de los cuales no tenía información pero qué mi padre conocía muy bien.

—Rayos —miré la hora para apresurarme y salir. Mi padre estaba allí, en el pasillo observando su reloj.

—Señorita Rogers, está retrasada y eso se descontará de su salario —me miró.

—Papá, no es justo. Aún no estamos en horario de trabajo —lo señalé.

—Te equívocas, vinimos aquí por trabajo y en resumen es lo que haremos estos tres días. No lo olvides —se dirigió al elevador y lo seguí.

—¿Con quien nos reuniremos? —pregunté curiosa. —esa información no me la dieron.

—Con algunos empresarios que son viejos conocidos, entre ellos Frederick Watson —salimos del edificio.

—¿Es el socio de tío Adam?

—Exactamente.

Así nos dirigimos a un edificio bajo el nombre de “W&W Association”.

—Es más grande de lo que pensé... —murmuré para mi misma y apresuré el paso al ver que mi padre se había adelantado.

Al llegar fuimos recibidos por un hombre que aparentaba la misma edad de mi padre, aunque con algunas canas.

—Thomas Rogers, CEO de la imponente Rogers Empire. Sea bienvenido a nuestra empresa, luego de tanto tiempo —estrecharon las manos.

—Se lo agradezco Watson —asintió.

—Me gusta la formalidad en los horarios de trabajos pero creo que es demasiado luego de tantos años y la amistad con Samantha —sonrió.

—Prefiero reconocer el lugar de cada uno con la formalidad requerida en este momento. —respondió con seriedad. —y mi esposa no está aquí, tampoco hará negocios, de ese modo no hay necesidad de mencionarla.

—Eres Thomas Rogers después de todos —rió levemente para luego mirarme. —señorita —asintió y devolví el gesto. —me hubiese gustado que mis hijos estuviesen aquí pero ahora mismo están en Rusia para disfrutar el fin de semana.

—Hijos, hoy en día son más libres —suspiró mi padre.

—Tú lo dijiste...

Luego de un breve momento nos dirigimos al piso superior del edificio para tomar lugar en la sala de reuniones donde estaban diversos empresarios que saludaron a mi padre. Solo había un par de asientos vacíos los cuales fueron ocupados en breve por dos personas que me sorprendieron.

—Lamento la demora —se disculpó el mayor. —hoy el tráfico es inoportuno.

—No se preocupe Cooper, ahora nos conectaremos con mi socio para dar inicio a la reunión. —respondió Watson encendiendo la pantalla para conectarse con Adam.

La reunión marchó de manera satisfactoria para todos que concordaron llegar a un acuerdo para un nuevo producto mientras hacía algunas anotaciones a pedido de mi padre, aún así no pude evitar mirar a quien habia llegado con “Cooper”. Bebí un poco de agua mientras lo miraba e hizo lo mismo guiñándome un ojo rápidamente y así hacer que me ahogara interrumpiendo la reunión.

—Eve, ¿estas bien? —me preguntó mi padre un poco preocupado.

—Lo estoy, lo siento. Lo siento —repetí refiriéndome a los presentes.

—Tenga más cuidado —dijo el causante prestándome un pañuelo.

—Se lo agradezco —respondí lo más calmada posible.

Por resto de la reunión evité mirarlo pero su presencia gritaba “atencion” con ese aspecto empresarial y aquel traje color negro que le quedaba increíblemente bien, marcando su aspecto atlético.

—Ahora quiero presentar formalmente a mi hija Eve ante ustedes... —escuché decir a mi padre y reaccioné para mirarlo.

—¿He? —dije impulsivamente.

—Ahora mismo es mi asistente pero un día será quien tomará mi lugar, así qué hoy decidí presentarla ante ustedes.

—Sin dudas será alguien con ideas revolucionarias que se verán reflejadas en la nueva generación... —dijo en señor Watson con una sonrisa. —como lo hicieron sus padres.

—Definitivamente, y claramente tendrá nuestro apoyo y de nuestros hijos —continuó  Cooper.

Así se dió por finalizada la reunión y pudimos salir de aquel lugar o eso quería hacer.

—Tom

Mi padre se detuvo ante el llamado.

—Liam —lo miró y con él venía Kevin.

—¿Almorzamos juntos? Ha pasado tiempo, una comida entre amigo con nuestros hijos —propuso.

—Claro, ¿porque no? —sonrió.

Fuimos a un restaurante discreto y en ningún momento dije nada, aunque retenía algunas preguntas hacia Kevin.

—Ver a nuestros hijos hace que razone sobre el tiempo que ha pasado... —comenzó a hablar el mayor ante la confirmación de mi padre. —Eve al parecer no nos recuerda —me miró.

—¿Disculpe? —me sorprendí y sonrió mirando a su hijo.

—Eve, Liam Cooper es un viejo amigo de tu madre y Daniel, con el tiempo también nos hicimos amigos. Si bien vive aquí en América, un par de veces viajó a Londres en las vacaciones con su familia.

—¿Es cierto? —miré a Kevin.

—Así es —confirmó.

—De hecho, recuerdo que eras muy unida a Kevin. Eran amigos cercanos cada vez que estábamos en Londres —agregó su padre.

—¿Por eso decías esas cosas? —cuestioné al nombrado. —era eso... Idiota —le tiré con una servilleta y comenzó a reír.

—Solo debías recordar niña mimada.

—Era más fácil decir, “Hola, soy Kevin Cooper. Nos conocemos desde niños, ¿me recuerdas?” preferiste ser un cretino arrogante... —comencé a reclamar pero me detuve ante la mirada de mi padre. —papá, él fue mi compañero cuando estuve de intercambio aquí, hasta nos hicimos “amigos”

—Eso es algo característico en mi hijo, pero es un buen chico —respondió su padre.

—Entonces, ¿se conocen? Quiero decir, ¿de nuevo? —cuestionó el mio.

—Así es señor Rogers, su hija fue grosera desde el primer momento —me acusó y no pude evitar bufar.

—Quisiera regañarla pero es mejor así, ya tengo suficiente con mini Adam, no quiero lidiar con un mini Liam —continuó comiendo y lo miré orgullosa para luego burlarme de Kevin.

—Entonces debería saber... —me miró desafiante.

—¡Es cierto! —lo detuve señalando. —la última vez olvidé algo aquí —dije lo primero que se me vino a la mente...





*****


Caminaba con prisa por la calle mientras frotaba mi cabeza con arrepentimiento.

—Eve, no te vayas así... —me tomó del brazo.

—Solo olvidalo —me solté. —ahora mismo  quiero hacer algo, acompañame si quieres o iré sola. —continué con mi camino.

—Está bien, no diré nada al respecto. Y claro que te acompañaré. —tomó mi mano para señalar su automóvil.

Con resignación subí para ir a la dirección que Lily me había enviado.

—Allí está —señalé a Jeremy que Salía del edificio. —detente —apresuré y bajé del mismo modo.

Corrí hasta él que parecía perdido en sus pensamientos, tanto que se asustó al verme.

—¿Eve? —frunció el ceño observando en dirección a la calle. —¿que demonios haces aquí? Ya sé, ¿viniste a decir más mentiras?

—¿Que? —me confundí.

—Sé todo lo que hiciste, jamás creí que caerías tan bajo al perjudicar tanto a tu propia hermana... —se molestó. —¿sabes cuanto sufrirá Amy? Eso me dijiste la última vez, cuando tú ya habías realizado tu plan perfecto sin importarte nada...

—Eve, ¿todo bien? —Kevin se acercó con prisa al notar que Jeremy comenzaba a levantar la voz y algunas miradas de los transeúntes.

—Si, solo platicaba con él —respondí bajo.

—No estamos platicando Eve, solo te estoy diciendo tus verdades. ¿Como pudiste mentirle a Amy y luego a mi para separarnos?, ¿porque tanta envidia hacia tu hermana? Aún cuando ya tenía un padecimiento grave, algo que pudiste habérmelo dicho sin problemas pero solo qusiste dañar sin importarte los demás —negó.

—¿De que habla Eve? —Kevin me tomó del brazo para que lo mirara.

—Yo... Dañé mucho a mi hermana, esa fue la razón por la que me llevaron de regreso a Londres —respondí con lentitud y con la misma lentitud soltó el agarre un poco sorprendido.

—Así es, por primera vez estás siendo sincera —agregó Jeremy.

—Espera, vine a recomponer mi error. Lo siento, siento todo lo que hice, estoy muy arrepentida. Solo quiero a mi hermana... —mis lágrimas comenzaron a deslizarse por mi mejilla.

—¿Y crees que con una disculpa y lágrimas se resuelven las cosas? —desvió la mirada.

—No, pero sé que tú eres el mejor remedio para ella y nadie lo supo ver. —tomé un papel para entregárselo.

—¿Que es esto?

—Es donde está, buscala y ayudala por favor. Realmente lo siento —me limpié el rostro. —aún tenemos cosas que aclarar como hermanas pero no era excusa para tal cosa, cambié Jeremy. Puedes creerlo.

No respondió.

—Esto es lo que quería hacer hace tiempo, de ahora en adelante te toca a ti...

Le di la espalda para irme y un momento después Kevin tomó mi mano para llevarme al automóvil.

—No negaré que me sorprendió aquello, tuviste graves problemas Eve. Espero que realmente los resuelvas, porque debes comenzar contigo misma —emprendió marcha.

—Al menos tú no me regañes, no en este momento. Por favor... —suspliqué sintiendo el peso de mis acciones.

—Está bien, lo siento —suspiró.

Me llevó de nuevo al hotel para poder preparar mis maletas y regresar con mi padre, porque si. Ya habían pasado 5 días, muestra estadía se había alargado un par de días más pero era momento de regresar con cierto pesar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro