Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 31

CAPÍTULO 31:
AMY

El vuelo descendió en tierra canadiense, el clima frío no ayudaba a mi ánimo que estaba por los suelos al igual que mi estabilidad mental. A pesar de ir con mi madre debía mirarla repetidas veces para no olvidar su rostro tan repentinamente, y creo que fue debido al último episodio causado por Eve. Eso si podía decir que era su culpa y esperaba que en algún momento se diera cuenta de lo que hizo.

—¿Amy? —me llamó, así sacándome de mis pensamientos.

—¿Si? —la miré con los ojos húmedos al notar que su rostro se había esfumado de mi mente con tanta rapidez.

—Te sentirás mejor, ¿si? —me abrazó y solo allí noté que ya íbamos en un taxi a algún lugar que no tenía idea.

Llegamos a un hotel para que nuestras maletas fueran llevadas a una habitación doble que tenía vista a la cuidad, aquella que estaba vestida de blanca, cubierta por la nieve. Una vista maravillosa pero no me producía absolutamente nada, ya no podía apreciar aquello. Solo me importaba mi recuperación.

—¿Cuando iré a ese centro? —me senté en la cama para después mirarla.

—Alexia está ahora mismo en el conversatorio pero se hospeda en este mismo hotel. Posiblemente mañana nos acompañe —se sentó a mi lado.

—Quiero ir lo antes posible, no me interesa que no haya cura. Solo quiero mejorar mamá, y no quiero que tu cargues con éste peso

—¿Porque dices eso? No es un peso para mi, eres mi hija —me abrazó.

—Pero no quiero que te alejes de papá —suspiré.

—¿Alejarme?  Claro que no, o si como toda pareja pero jamás separarnos. Así que no te preocupes por nosotros —acarició mi cabello. —hablemos de lo sucedido con Eve... —agregó en tono bajo.

—No hay nada que hablar, ella hizo lo que quiso. Habló con Jeremy diciendo que estaba en una relación... —me miró con pena. —y ahora él lo está en una, ¿tienes idea de como me siento? Él no era un simple amigo para mi —confesé.

—Eve tendrá que hablar con tu padre y luego conmigo, las cosas entre ustedes deberán arreglarse y no estoy culpando a ninguna solo que algo entre ustedes se fracturó y por ese silencio de parte de ambas no pudieron resolverlo. —desvié la mirada. —por otro lado, claro que sé como te sientes. Sientes que las cosas no serán iguales, que él se alejará, que te reemplazará, que no podrán ser más que amigos pero a la vez tampoco como antes...

Volví a mirarla y en sus palabras expresaba nostalgia acompañada de algunos recuerdos que pude identificar por su expresión.

—Siempre nos comprendiste en todo, incluso en esto, ahora mismo... —tomé su mano. —¿que tanto tuviste que soportar en tu juventud? Eso es algo que me pregunto hace tiempo.

—Y te he dicho que no pensaras en mi pasado, solo en tu presente y futuro que es importante tu recuperación. Eres lo único que me importa ahora Amy —besó mi frente al igual que cuando era una niña. —¿está bien?

—Está bien —respondí para brindarle tranquilidad.

Estaba demasiado tensa como para llenar del mismo sentimiento a mi madre o que se preocupara más de lo que ya estaba pero no mentía al sentir curiosidad por su juventud y cada vez sentía más seguridad para decir que tuvo que transitar un periodo oscuro.

El día pasó y no tomé el móvil ni un momento,  no me importaba en lo absoluto y a la vez sentía que sería lo mismo de siempre, sin mensajes de él.

Al día siguiente mi madre habló con mi padre para después bajar y encontrarnos con Alexia, mis ánimos no eran los mejores pero me sentía un poco más tranquila.

—Buenos días —pude reconocer su voz. —¿como se siente? —le preguntó a mi madre para no invadir mi espacio como lo dijo tiempo atrás.

—Ahora más tranquila pero me preocupa... —respondió en tono bajo e igualmente la escuché ya que últimamente había aprendido a utilizar más el oído.

—Bien, desayunemos primero y luego iremos al centro cognitivo —la vi sonreír levemente hacia mi pero no pude devolver el gesto solo seguirlas a una mesa para desayunar.

—Alexia, ¿como es ese centro? —pregunté sin mirarla, solo concentrada en mi desayuno aunque solo hacía un bocado casi por obligación.

—Es un lugar muy grande y espacioso...

—Entonces es un internado —la interrumpí mirándola.

—No, claro que no. Ayer luego del conversatorio fui a verlo por seguridad y te aseguro que en caso de no agradarme lo habría descartado pero es fascinante como hacen su trabajo, el apoyo que dan pero... —hizo una breve pausa haciendo que mi madre frunciera un poco el ceño. —es cierto que tendrás que alojarte allí para un mejor resultado, Sam podrá estar un tiempo hasta que te adaptes pero luego tendrás que hacerlo sola y así conseguirás enfrentar al mundo ¿comprendes?

—No sé si estaré de acuerdo en eso o Tom... —suspiró por lo bajo.

—Quiero hacerlo —cerré levemente los ojos para que no notara mi nervisismo y así poder parecer lo más natural.

—De todos modos se les explicará mejor en el lugar —agregó Alexia.

Luego de esa breve plática ellas continuaron con algunas cosas mientras qué por mi lado dejé de escuchar, dirigiendo mi mirada al enorme ventanal con la vista afuera para observar la nieve en las calles.

Momentos después buscamos abrigos adecuados para poder salir del lugar y sinceramente no pensé que aquel sitio sería tan frío. En Londres teníamos climas fríos y similares pero el cambio de continente lo hacía sentir diferente.
Tomamos un automóvil que nos esperaba y según lo que pude oír, se lo dieron a Alexia para poder movilizarse con conductor incluido.

Llegamos a las puertas de un enorme establecimiento con seguridad externa que en lo alto denotaba su nombre: “Neurofit Cognitive Training Center” (Neurofit, Centro de Entrenamiento Cognitivo)

Debajo sus siglas predominantes como cualquier establecimiento, N.C.T.C. Al menos  el nombre y pronunciación se veían prometedores, y esperaba que ayudaran del mismo modo.

Mi madre colocó una mano en mi hombro para darme apoyo y pude liberar un suspiro un poco agotador, solo pensando “Ya estoy aquí, ¿que más da intentarlo?”
Al menos con eso podía tener una mínima esperanza para superar lo que me había tocado vivir.

Alexia fue delante y solo me dediqué a seguirlas, aunque intenté mirar delante para centrarme en el camino no pude. Observé con curiosidad los alrededores y las personas que los componían, quizá eran pacientes pero vestían casualmente normales, solo los especialistas hacían diferencia por su vestimenta.

Llegamos hasta una puerta donde había una placa con el nombre de la directora del lugar: Isabella Morgan.
Alexia tocó una vez para recibir la aprobación del otro lado, al abrir pudimos ver a una mujer un poco mayor, con algunas canas, con lentes puestos analizando algunos expedientes que al vernos se quitó el accesorio para prestarnos total atención.

—Buenos días, sean bienvenidas. —sonrió levantándose de su escritorio y acercarse a nosotras. —Alexia veo que trajiste compañía.

—Buenos días Isabella, si. Ella es Samantha Rogers —señaló a mi madre quien asintió en saludo. —y su hija, Amy Rogers. Ayer te platiqué un poco de su condición y dijiste que podrían ayudarla.

—Es un gusto conocerla a ambas, Samantha usted es muy reconocida en diferentes ámbitos y tiene mi completa admiración.

—Se lo agradezco, es un gusto conocerla Doctora Morgan —sonrió levemente.

—Pero entiendo que en realidad no es un buen momento para ustedes debido a lo que están viviendo. Sin embargo, podemos ayudar a la joven... —me miró. —por favor, tomen asiento para platicar y explicar un poco de como trabajamos aquí.

Nos sentamos las tres en un extenso sillón para poder escuchar su argumento convincente.

—Primero que nada, sé que la prosopagnosia es una condición realmente difícil que aún desconcierta a muchos, tanto a los que la padecen como a los que rodean a la persona... —se acomodó en su asiento —pero para eso existe este centro para ayudar a tal cosa y muchas más.

—¿Puede hablarnos de su trabajo y como lo realizan para ayudar? —preguntó mi madre con tranquilidad pero imponente, la misma imponencia que utilizaba en su trabajo.

—Claro, el entrenamiento cognitivo que brindamos es sumamente útil para mejor la calidad de vida. Una estrategia que utilizamos es la terapia de exposición... —tomó algunos papeles para mostrar un poco de lo que hablaba. —comenzamos con imágenes de rostros y, a medida que el paciente se sienta más cómodo, avanzamos hacia interacciones en persona.

Las tres préstamos suma atención mientras continuaba hablando y mostrando más cosas.

—También trabajamos en técnicas de atención y enfoque. Enseñamos a prestar atención a características específicas de los rostros, como los ojos o la nariz. Esto le ayudará a identificar detalles distintivos. ¿Has intentado esto antes? —me preguntó mirándome.

—Si... —dudé mirando a mi madre y luego a Alexia. —en un Comienzo funcionó pero luego la sitúacion me sobrepasó. Actualmente me resulta difícil centrarme en los detalles faciales.

—Entiendo. No te preocupes, es normal. Realizaremos ejercicios de escaneo visual para entrenar tu atención en las partes clave de los rostros. También exploraremos otras características no faciales, como la altura, la voz y la forma de caminar, para ayudarte a reconocer a las personas. —sonrió con amabilidad —así te sentirás más segura a la hora de interactuar.

—Su explicacion es satisfactoria pero digame con exactitud, ¿cual es la diferencia de su centro? —preguntó mi madre.

—Señora Rogers, la diferencia es que nuestro centro es de entrenamiento cognitivo como lo dice el nombre y no es lo mismo que un establecimiento psiquiátrico. Si tenemos pacientes con cuestiones de memoria pero ninguno con problemas mentales, así mantenemos la seguridad del lugar y los pacientes... —suspiró levemente. —está bien que presente duda pero le aseguramos que ésta es la mejor opción para su hija, quien se sentirá contenida e identificada con otras personas. Bien podría tener un entrenamiento particular en su casa pero deberá contratar diferentes especialistas que se adecúen a ella, en cambio aquí todos están en el mismo lugar y podrá sentir esa seguridad y confianza.

Hubo un breve silencio, en parte un poco pensativo por parte de mis acompañantes así que decidí preguntar.

—¿Como sería el alojamiento? —froté un poco mis manos con nervisismo.

—Con respecto a eso, es como lo deseen. Pueden venir cada día para tomar el entrenamiento o alojarse aquí mismo. En principio tu madre se quedará contigo para que no te sientas incomoda o abrumada pero con el pasar de los días deberá alejarse de forma gradual —asintió para que comprendieran. —así tendrás confianza en ti y no serás dependiente a alguien más. Llegado ese momento compartirás habitación con alguien más y te sentirás más segura, te lo aseguro. Si bien, llegaron algunos con el mismo padecimiento que se sentían totalmente superados pero unos meses fueron suficientes para que regresaran a su vida habitual.

—¿Ahora mismo hay alguien más aquí? —preguntó Alexia.

—No, la señorita Rogers sería la única por el momento pero otras personas tienes cuestiones de memoria con las que podrá interactuar y así ayudarse mutuamente. Ese también es un objetivo a realizar. Pero usted decide. —miró a mi madre.

No nos miró a ninguna sólo se sumió en sus pensamientos porque la responsabilidad recaía en ella, porque era su hija pero no quería que fuera así. Aquella decisión sería solo mía.


Y hasta Aquí, podrán notar que son un poco más extensos que lo normal. Me disculpo por la tardía actualización pero en mi defensa diré qué he tenido bloqueos y realmente necesito expresar lo mejor posibles algunos temas complejos.
Complejidad que yo misma me impuse para probar mi creatividad y visibilizar ciertas cosas.

Por otro lado, he entrado a escribir la recta final de la historia así que les pido paciencia ya que los que me conocen saben que soy impredecible. Puedo publicar un capítulo por día, varios en uno o todos. Como dije, soy impredecible.

Sin más que decir, me retiro lentamente. Gracias por leer, votar, comentar y nos estaremos leyendo en cualquier momento.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro