3 meses antes...

Hoy era el día, mamá sería liberada, iría a buscarla a la prisión y al fin podría volver a casa.

Aún no sabía como haríamos a la hora de vivir todos juntos en la casa de Nick, aunque ya tenía pensado algo.

-Sabes que puedo acompañarte, no me molesta.- Le sonreí y negué levemente.

-No creo que sea una buena idea, además, ya haces mucho teniendonos a todas aquí.- Hice una pequeña mueca.- Pienso comprar un apartamento en las residencias del centro, no quiero cargarte más.- Amalia que hasta el momento estaba dandole frutas a Kattia giró su cabeza y me miró con incredulidad.

-¿Nos mudaremos?.- Asentí levemente  fijando mi mirada en mi hija.-Addy, pero estamos bien aquí.-Su tono suplicante no pasó desapercibido para mí.

-Addy, sabes que no me molestan, y después de tantos años la casa se sentirá vacía sin ustedes, además Amy aún es menor de edad y yo soy su tutor legal.-Tragué saliva y lo miré.- Entiendo que quieras tu espacio, si quieres irte puedes hacerlo pero Amalia se quedará conmigo.-Mi respiración se agitó y sentí mi corazón bombear más rápido, Amalia y yo nunca hemos estado separadas, le prometí a mamá que siempre la cuidaría.

-Iré a buscar a mamá, hablaremos de esto luego.-Hice una pequeña mueca sabiendo que sería complicado decirles que ya el apartamento estaba comprado.

-¡Mamá!-Alzé la mano y sonreí cuando ella me vió y empezó a acercarse, caminé hacia ella y la abrazé.- No sabes cuánto te he extrañado.-Susurré con la voz un poco entrecortada.

-Hija.- Ella rompió el abrazo y puso sus manos en mis mejillas, pude ver como las suyas estaban llenas de lágrimas.- ¿Cuánto has crecido?, ¿y Amalia?.-Preguntó mirando detrás de mí.

-No la traje, pero iremos a casa para que la veas y conozcas a Kattia.-Le sonreí y acaricié su rostro, las arrugas estaban más presentes al igual que el cansancio.

Comenzamos a caminar juntas hasta el auto y yo no podía parar de sonreír, ambas nos montamos y emprendimos el camino de vuelta a la casa de Nick.

-Compré un apartamento en el centro, es bastante movido pero está cerca de mi trabajo y hay buenas guarderías en caso de necesitar una- Ella me miró con asombro.- De seguro te va a a gustar, tiene una hermosa vista a la ciudad, pensé que ahora que estamos juntas ya es hora de independizarme un poco de Nick.- Ella me miró y negó levemente.

-No lo hagas por mi, yo tengo donde quedarme.- Frunci el entrecejo y la miré de reojo.- No debes preocuparte por mi Adara, tu responsabilidad es Kattia.- Iba a decir algo pero ella siguió hablando.

>>Conocí a alguien, ha estado ahí siempre y me pidió que viviera con él.-Frené  el auto frente a la casa y la miré.- Cariño, ya no necesitas de mí, te amo a tí y a Amalia más que a nada, pero ya son unas mujeres.- Su voz fue disminuyendo y entendí que le dolía el no haber estado durante estos años.

-¿Cómo se llama?.- Ella sonrío y me miró.

-David Fitcher.- La miré con asombro.

-¡Mamá!, es tú abogado.- Reí sin poder evitarlo.- Aunque me alegra que seas feliz con alguien, sabes que siempre te voy a necesitar y ahora que está Kattia me gustaría que estuvieras presente en su vida.- Tomó mi mano y la besó.

-Nada me haría más feliz que consentir a mi nieta, te aseguro que estaré en la vida de las tres, Addy.- Fue lo último que se dijo antes de que salieramos del auto.

Abrí la puerta de la casa y sonreí al sentir el aroma de la lasaña y oír la risa de Ekaterina seguida de la voz de Nick.

-¡Ya estoy aquí!.-

El reencuentro entre Amalia y mamá fue bastante sentimental, ella era más pequeña y aún era dependiente de mamá cuando nos separaron, las tres lloramos y nos abrazamos como nunca, al fin todo se empezaba a acomodar.

Almorzamos juntos y hablamos sobre todo lo que había pasado en estos años, me ahorré algunos detalles y decidí no contarle sobre Aleksey.

-Me has hablado de muchas cosas, pero no me has contado sobre el papá de Kattia.- Levanté la mirada tan rápido que sentir un leve dolor en el cuello, luego de tanto tiempo sin que lo nombraran lo sentí casi extraño.

-No quiero hablar de eso mamá, es complicado.- Tragué saliva y miré mi plato casi vacío.- Lo único que deben saber es que él no tiene nada que ver con Ekaterina y preferiría que no hablaran sobre él.- El ambiente se puso tenso hasta que Amalia empezó a contar como terminó llena de pintura y en la sala del director junto a Ethan Johnson, su compañero de clases que le ha sacado más de una crisis.

Cuando el reloj marcó las ocho de la noche se escuchó la bocina de un auto, mamá se despidió entre lágrimas y abrazos y con la promesa de que volvería al día siguiente.

Me senté en el sofá luego de lograr que Kattia dejara de mamar y al fin se durmiera. Allí estaban Nick y Amy conversando de como ella se había sentido con el reencuentro.

-Tengo que hablar con ustedes.- Ambos se giraron hacia mí.- Entiendo que Amalia aún le faltan poco menos de dos años para ser mayor de edad y que legalmente está bajo la tutoría de Nick.- Suspiré con nerviosismo y los miré a ambos.- Compré un apartamento en Upper West Side hace un mes, terminé el papeleo hace unos días y en verdad es hermoso, tiene vista al Central Park y al río Hudson, está cerca de mi trabajo y hay buenas guarderías.- Sonreí levemente.- Sé que es algo muy apresurado pero creo que ya es hora de que empiece a valerme por mí misma.- Miré los ojos aguados de mi hermanita y me encogí con desanimo.

- Adara, ¿estas segura de esto?, Kattia aún es pequeña y Amy nunca se ha separado de tí.- Sonreí tristemente.

-Amara, después de a Kattia no hay nadie a quien ame más que a tí, pero yo necesito empezar a ser independiente y tú debes quedarte con Nick.- Ví la primera lágrima rodar por su mejilla y rápidamente me senté junto a ella y con mi mano la sequé.- Hay una tercera habitación para tí, puedes visitarme cuando quieras, estaremos a veinte minutos en tren.- Le sonreí para luego abrazarla.

-Pero no te veré todos los días y Kattia ya no estará.- Me miró con leve puchero que me enterneció.

-Seguimos en el mismo estado y casi en la misma zona, nos pondremos al día en una de esas fabulosas tiendas de ropa y podrás pasear con Kattia por el Central Park.- Sus ojos oscuros brillaron con ilusión.

-Te amo hermana.

A la semana siguiente ya todo había sido mudado, sólo me quedaba ordenar algunos cuadros y terminar de comprar algunos artículos de cocina y comida.

-¡Amy, saldré al supermercado!.- Luego de recibir un "okey" tomé las llaves, el monedero y mi teléfono para salir

Iría caminando ya que quedaba a dos cuadras y era bastante temprano, al llegar saludé al vigilante y tomé un carrito.

Luego de poner dos paquetes de pasta sentí un escalofrío recorrerme, me giré un poco y sólo había una señora con tres niños, negué levemente con la cabeza y seguí tomando varias cosas que necesitaba.

Al llegar al pasillo donde compraba las cosas de Kattia sentí que alguien  me seguía, giré con el corazón latiendo a mil pero estaba sola.

Rápidamente tomé varias compotas, jugos, un paquete de pastina y una lata de su alimento sabor a chocolate.

Seguí caminando pero miraba hacia atrás cada cierto tiempo. Terminé de tomar los vegetales y frutas para luego dirigirme al área donde solo vendían artículos de cocina, tomé un set de cubiertos y uno de cuchillos para cocinar, ya el resto lo tenía en casa.

Cuando me dirigía a pagar me recordé que no pasé por los dulces, me devolví y estaba vacío, raro.

Tomé dos cajas de cereal, algunos snacks, chocolates y galletas, estaba por irme cuando ví en el más alto estante el pote de mermelada y mantequilla de maní, me estiré lo más que pude pero no llegaba.

-Yo la ayudo.- La persona me tomé de sorpresa y casi me caigo por el susto, pero él me tomó del brazo antes de que sucediera. Alargó su brazo y tome el frasco sin ningún problema, lo miré por unos segundos y luego tomé el frasco.

-Gracias.- Le sonreí, sus ojos azules se achinaron cuando imitó mi gesto.

-No hay problema, pero si me permite, le recomiendo que compre también nutella,  hacen una buena combinación.- Señaló el frasco que acaba de poner en el carrito.

-Gracias por el consejo.- Caminé un poco y tomé un frasco mediano que luego puse junto con la mermelada.

-Soy Sergey Popov.- Estiró su mano hacia mi y yo la estreché con la mía.

-Adara Zabat.- Le sonreí.- ¿Eres ruso?.- El río.

-Mi padre lo es, pero yo nací y crecí aquí.- Asentí levemente.

-Ya debo irme, mi hermana está en casa hoy y llevo sus dulces favoritos.- Me encongí de hombros.

-Son bastantes cosas, puedo ayudarte a llevarlas a casa.- Sonrío amablemente.

-No, no vivo muy lejos, tú debes tener cosas que hacer.-  Tomé el carrito y fuí hasta la caja, él venía junto a mí.

-No tengo nada que hacer, solo darle de comer a mi perro, pero normalmente lo hago en media hora.- Sonrío con orgullo.

-Vivo en Coney Island.- Su sonrisa se borró de golpe y yo reí a carcajadas.

-Es broma, vivo a unas cuadras de aquí.- Su sonrisa regresó.

-Te ayudaré y punto.- Me reí y le pagué  a la chica, antes de tomar mis bolsas, él ya las había tomado junto a las suyas y me obligó a caminar.

-¿Vives aqui?.- Asentí suavemente.- Yo vivo a una cuadra antes.- Lo miré con el entrecejo fruncido.

-Lo acabamos de pasar, ahora tendrás que caminar de vuelta, no tenías que hacerlo.- El negó.

-Tranquila, es sólo una cuadra no moriré por eso, ahora, ¿a qué piso?.- Lo miré con asombro.

-No, Philip me ayuda desde aquí.- Señalé al portero más jóven.- Fue un placer conocerte Sergey y muchas gracias por todo.- Le sonreí una última vez antes de entrar al edificio con la ayuda del amable portero.

Luego de que la chica entrara el ruso tomó su teléfono y llamó a su jefe mientras caminaba a su casa temporal.

(Lo que está escrito en cursiva es que ellos estan hablando en ruso)

-¿La conseguiste?-Habló el hombre al otro lado.

-Sí, hice contacto.- Dijo orgulloso.- Vive en la torre 101 West End Avenue, creo que sola me falta confirmar eso.

-Buen trabajo, Sergey, mantenme informado de todo.- Este asintió  aunque su jefe no pudiera verlo.- Ah, casi se me olvida, que ningún hombre se le acerque.- Fue lo último que dijo antes de colgar.

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Volví con un capítulo, no había escrito porque andaba triste por el bajo apoyo que está teniendo la historia, pero decidí seguirla porque la gran cantidad de ideas que tengo no es normal y porque amo escribir, quizás nadie lea esto pero yo estaré contenta de esto que estoy creando.

xx