Estaba sentada en su mullido sillón leyendo una vez más su libro preferido. Pero notó algo extraño...
Alguien había arrancado las páginas que hablaban de su vida. Sumida en la tristeza se quedó silenciosa en aquel sillón. Tejiendo en la memoria la trama que ya en el libro no existía.
Y allí la hallaron, inerte con aquel libro viejo en su regazo.