[004] parte I
Después de descartar inmediatamente que la señora Mary estaba siendo poseída por fantasma, por el hecho de que la señora Alcott aún estaba viva, habían decidido que un bar era el mejor lugar para ir a debatir el caso. Anna sintió que no había comido todo el día, a pesar de los dos desayunos que había obtenido.
Garth terminó su plato y le agradeció a la camarera que traía otra ración de comida, antes de mirarla a ella y a Dean con una sonrisa de intuición. —Entonces... ustedes dos ¿hace cuánto tiempo ha estado pasando?
—¿Qué? —preguntó Dean.
Garth se burló. —Oh por favor. He visto los ojos amorosos que se hacen el uno al otro. Y no creas que no vi esa mano en su trasero en la escena del crimen. Que, por cierto, era inapropiado. Pero estoy feliz por ustedes.
El mayor de los Winchester le dio a su hermano una sonrisa presumida que Garth se perdió pero no Anna. Ella sintió que la furia volvía a arder en su estómago. Garth los miró expectante, Dean la miró, como pidiendo permiso. Ella asintió con la cabeza y él contestó.
—Hemos estado juntos desde hace un año.
Garth se dio a los dos una mirada de asombro. —¿Quieres decir que han estado saliendo todo este tiempo? —se rió.
Anna y Dean le dieron una sonrisa simpática y de repente la pelirroja ya no sentía hambre. Estaba pensando en la mirada que Dean le dio a Sam.
—¿Sabes? —habló Garth con la boca llena de pollo—. Siempre pensé que tú y Sam terminarían juntos —hizo un gesto entre Sam y Anna con una pierna de pollo en su mano, casi tirándoles encima un poco de salsa que salía volando mientras movía sus manos. Se encogió de hombros antes de volver a hablar—. No lo sé. Yo siempre tengo ese tipo de vibras.
Ahora era Sam el que le daba a Dean una mirada altanera y su irritación aumentó de nuevo. Garth tomó otro mordisco de pollo y le hizo un gesto a ella y Dean—. De todos modos, pásame el pequeño. ¿Dónde has estado este año? ¿En la suite de luna de miel? —solamente él se rió de su propia broma.
Dean la miró de nuevo y no era estúpido, sabía que estaba irritada. Pero él interpretó erróneamente, pensó que estaba enojada a Garth. Así que le sonrió amablemente antes de contestarle. —¿Por qué no dejamos lo que hice en mis vacaciones de verano para otro momento?
—Vamos.
El mayor de los Winchester la volvió a mirar y ella se encogió de hombros, haciendo todo lo posible por no parecer la típica novia que se enoja por cualquier cosa. Dean se encogió de hombros y se arriesgó. —De acuerdo. Estábamos en el Purgatorio.
Garth les dio a los dos una sonrisa perpleja. —¿En el Purgatorio Purgatorio?
—No, en el de Miami —bromeó Anna.
Garth se rió entre dientes y se limpió la boca con una servilleta. —Qué huevos.
La pelirroja alzó una ceja mientras lo miraba y no pudo evitar soltar una sonrisa. Dean por el contrario no parecía tan feliz. —No es así como dices "huevos".
Garth ignoró la corrección. —Entonces, ¿cómo saliste?
Anna se limito a rodar los ojos y tomar un trago de agua. No porque Garth la molestara, sino porque sabía que Dean iba a esquivar la pregunta a toda costa. Ni siquiera Sam sabía cómo ambos habían salido. Todavía le estaba omitiendo la parte en la que Benny tuvo que ver con su salida.
Dean suspiró ante la atenta mirada de su hermano. Asintió con la cabeza hacia la bandera confederada que colgaba en la pared. —¿Qué pasa con todos esos pañuelos de paleto? ¿Esa gente sabe que la guerra civil acabó, verdad?
Garth asintió con la cabeza, no se molesto por la evasión de Dean. —Ese es un tema sensible por esta zona. Verás, Missouri era un estado frontera. Así que la mitad de los hombres eran Confederados y la otra mitad eran de la Unión.
—¿Cómo sabes todo esto? —preguntó incrédulo Sam.
—Fui a la universidad.
—¿Fuiste a la universidad?
Garth metió otro bocado de comida en la boca. —Sí. La universidad y a la facultad de odontología.
Anna se burló. —¿Qué, tú eras dentista?
—Sí, por un tiempo. ¿Dónde crees que tuve mi primer caso?
Dean se rió entre dientes. —Déjame adivinar... el hada de los dientes.
El cazador se puso serio de repente, dejando su tenedor sobre la mesa. Anna pateó a Dean por debajo de la mesa, mientras le reprochaba con la mirada. Garth asintió mientras miraba la mesa. —Sí. Amigo, me sentí fatal cuando me cargué a esa H.D.P.
—¿Mataste al hada de los dientes? —preguntó Sam. Ahora él fue el que se ganó una patada de la pelirroja.
—Sí. Quiero decir, no fue mi momento más orgulloso, pero pasó —se recuperó rápidamente y el brillo volvió a sus ojos cuando empezó a comer de nuevo, dejando a Anna perpleja. Nunca había conocido a nadie tan ciclotímico, a excepción de Castiel. Pero él era un ángel—. Chicos, esto es bueno.
Los tres compartieron una mirada antes de sonreír. Toda esa ira que estaba sintió en su cuerpo desapareció por completo, siendo reemplazada por un estado de felicidad.
****
Anna rió mientras la mano de Sam le hacía cosquillas a lo largo de las costillas debajo de su remera. Estaban sentados frente a la mesa del motel examinando la investigación que habían recopilado mientras Dean y Garth estaban fuera siguiendo algunas pistas.
En el momento en que los dos se quedaron solos, Sam había hecho todo lo posible para distraerla de la investigación. La pelirroja había logrado resistirse a él durante un tiempo, pero cada vez comenzó a ser más difícil. Nadie en su sano juicio se resistiría a los Winchester.
Sam rió entre dientes y mientras dejaba una línea de besos en su cuello antes de atrapar el lóbulo de su oreja entre los dientes. Estaba a punto de empujarlo juguetonamente por decima vez cuando de repente una de sus manos estaba tomando su muslo y la otra su cadera para subirla encima suyo.
Toda la contención que estaba teniendo Anna la tiró por la ventana, junto con los papeles que estaba sosteniendo. Garth estaba cazando con ellos, así que su habitual vestuario de camisas de Sam o Dean y bragas ya no eran una opción viable. Sin embargo la barrera de ropa que estaba usando en ese momento no parecía preocupar al menor de los Winchester.
La palma de Sam frotándose contra su núcleo, por encima de su pantalón de jean la hacían retorcerse sobre él. Sus dedos hábiles abrieron el botón y la cremallera de su pantalón y antes de que pudiera protestar, empujó su mano por debajo de la tela. Gruño cuando hizo contacto con la tela húmeda de sus bragas.
—Sam —su nombre salió de sus labios con un gemido y media sonrisa—. Tenemos trabajo que hacer.
—Puede esperar —dijo dandole un beso mojado en la oreja.
Anna jadeó y tiró del pelo de Sam cuando su mano comenzó a frotarse por encima de la delgada tela. Empezó a un paso constante. Cuando tenían tiempo, a Dean le gustaba el juego previo y no le prohibía nada, sin embargo Sam iba directo a la acción, llevándola al borde del abismo y manteniéndola allí.
Al final, tanto Dean como Sam la dejaban contenta, saciada y hecha un desastre.
Gimió el nombre de Sam sobre su boca cuando sintió como su masculinidad crecía debajo de ella. Su mano pasó la última barrera de ropa y su respiración se hizo más dura. Tuvo como acto reflejo el de cerrar sus piernas, pero la otra gran mano de Sam la mantuvo en su lugar.
—Sammy —Anna se quejo y rogó casi al mismo tiempo. Necesitaba sentirlo.
Sam tomó un puñado de su pelo, tirando suavemente su cabeza hacia atrás y observó su rostro mientras sentía la urgencia en su cuerpo. Dejó escapar un leve gemido y la soltó, dejando que apoyara la cabeza en su cuello mientras su otra mano se aferraba a su hombro.
—Mírame —la voz de Sam era más grave que de costumbre y ella no podía amarlo más.
Anna hizo lo que dijo y soltó un gemido mientras su mano se detenía. Su tacto se hizo más suave y sus caricias más lentas. Él sabía que ella estaba en el borde.
—Sam —ella gimió. Su labio inferior era mordido por sus propios dientes. Trató de besarla, pero terminó riéndose cuando estaba demasiado ocupada haciendo ruidos adorables como para besarlo.
Sam la levantó con facilidad de su regazo y la apoyo sobre la mesa, entre besos cada uno aprovecho para sacarse su propia ropa. Anna lo ayudo desabrochando su pantalón mientras sentía sus besos en el cuello haciendo suaves cosquillas.
Con un gemido y alabanzas, él tomó su cara y la besó como si su vida dependiera de ello. Sam ya se había liberado de su pantalón y su ropa interior, listo para estar en su interior cuando oyeron la puerta del motel abrirse y Garth entrando. Se quedó mirando a los dos en estado de shock, Anna se puso de pie para esconderse detrás de Sam.
Él había subido sus pantalones con la velocidad de un rayo en el momento en que había oído abrirse la puerta. Ahora estaba de espaldas a Garth mientras ayudaba a la pelirroja a ponerse su camisa. Una vez que estuvo seguro de que estaba lo suficientemente cubierta, se giró hacia Garth con una sonrisa nerviosa.
—Garth. ¿Qué estás haciendo tan pronto?
Garth pareció sacudir la cabeza antes de mirar a los dos de nuevo. Seguro que no parecía feliz. Se burló de la pregunta de Sam. —Estoy seguro de que eso es un inconveniente para ti ¿no, Sam? Anna, Dean te quiere. ¿Cómo pudieron hacerle esto a él?
Anna y Sam exhalaron un suspiro de alivio y compartieron una mirada divertida. Ella dio un paso adelante. —Garth, no es lo que piensas...
—¡El infierno no lo es! Mamá siempre decía que "si huele a pollo, parece pollo y sabe a pollo... es pollo" —Garth se pasó una mano por el pelo y suspiró—. Lo siento, pero tienes que decírselo a Dean. Si no quieres, entonces yo lo haré.
—Decirle a Dean ¿que? —preguntó Dean mientras entraba por la puerta que permanecía abierta. Echó un vistazo al estado de ella, Sam y los documentos de investigación arrugados y supo lo que había sucedido. O estaba a punto de suceder
Garth le dio unas palmaditas a Dean en el hombro con una mirada triste. —Lo siento mucho, Dean. Pero tengo que decirte, Sam y Anna... estaban haciéndolo.
—¿Haciéndolo? ¿Cuántos años tiene? ¿15? —Anna susurró por debajo provocando una risa de Sam.
La mandíbula de Dean cayó y puso una mano sobre su corazón mientras le daba a ella y a Sam una mirada devastada. —¿Cómo pudiste?
Sin mirarlo, Anna podía saber que Sam le estaba dando a su hermano una cara de desaprobación. Y lo sabía porque ella le estaba dando la misma mirada.
—Dean —le advirtió Sam.
Dean rodó los ojos. —Oh, vamos, Sam. Podríamos al menos tener un poco de diversión con él. Además, es tu culpa. ¿No te dije que no hicieras el amor con mi bebé si sabias que volvería a casa temprano?
—No se suponía que volverías pronto —Anna lo defendió.
Dean se encogió de hombros. —Nos quedamos cortos —se giró para mirar a Garth, que parecía completamente confundido—. Gracias por cuidarme, amigo —Dean le dio unas palmaditas en el hombro—. Pero yo ya sé que están "haciéndolo".
Dean pasó junto a ella y Sam para recoger los papeles que habían caído al suelo. También recogió la ropa de la pelirroja y la arrojó a la cama más cercana.
Garth se quejó. —Dean, eso es horrible. Sé que la amas, pero no deberías pasar por eso —él señalo a Anna y Sam con el dedo—. Vergüenza debería darle a los dos.
—Oye —la pelirroja gruño, frunciendo el ceño enojada. Se giró para observar a Dean expectante.
El mayor de los hermanos suspiró frustrado antes de hablar. —Garth, no es así. Tenemos un arreglo. Anna está saliendo con los dos.
Anna se dio vuelta hacia Garth de nuevo y sonrió triunfante ante su expresión. Prácticamente podía oír su mandíbula golpeando el suelo. —¿Tu mamá tiene algún aforismo para eso?
—¡Vamos! —gruñó Dean antes de que Garth pudiera decir algo. Levantó un archivo arrugado. —Nueva regla. No hay sexo en los archivos policiales.
—Ni siquiera tuvimos sexo —se quejó Anna—. Solo... comenzábamos.
—Lamento que hayas tenido que ver eso, Garth —dijo Sam—. Pero pensamos que ya lo sabías. No tratamos de esconderlo.
Garth no pudo hacer otra cosa que asentir cuando el móvil de Sam sonó. Otro cuerpo había aparecido.
****
Anna estaba de nuevo vestida con una falda y camisa interpretando un agente del FBI, había necesitado más de una ducha de agua fría para calmar todo lo que Sam inicio pero no terminó. Los tres se pararon en medio de un pasillo en una tienda de comestibles local, mirando el cuerpo de un pobre tipo llamado Jeff que estaba tendido en el suelo. La sangre se acumuló a su alrededor y empapó la sábana celeste que lo cubría.
—Así que, ¿primero la madre se vuelve una "Asesina Nata" y ahora el hijo? —habló Dean—. Bien, ¿qué tenemos? ¿Un fantasma con complejo de edipo? —ella le dio una mirada de asombro y se encogió de hombros—. No sé lo que significa eso.
Sam señaló el refrigerador justo detrás del cuerpo. En la puerta de vidrio, cerca de la parte inferior, estaba escrita la palabra "Sussex".
—"Sussex". ¿Qué es, otro nombre? —preguntó Anna.
—No lo sé.
Justo en ese momento, Garth caminó por el pasillo después de hablar con el oficial de policía a cargo del caso. Estaba de nuevo con su chaqueta de Ranger, pero en lugar del sombrero de vaquero, tenía una gorra de béisbol vieja y sucia. Anna la reconocía, era de Bobby.
—¿Qué dijeron los policías? —preguntó la pelirroja.
Garth le lanzó una mirada extraña pero se distrajo cuando encontró en la misma mancha verde que se había encontrado en la última escena del crimen. Ella sabía que le resultaba difícil comprender la relación que tenía con los hermanos, a cualquier persona le costaría comprender, pero esperaba que lo superara rápidamente.
—Ah, vamos —murmuró mientras trataba de limpiar ese cosa pegajoso verde. Suspiró y volvió a mirarla, esta vez no le estaba dando una mirada extraña—. No mucho. Scott insistió en que no tenía control sobre sí mismo. Dice que lo único que recuerda es roja y violenta ira.
—Entonces, ¿qué es, algún tipo de maldición familiar?
Abrió la boca para responder, pero Dean lo interrumpió. —¿Es ese el gorro de Bobby?
Garth sonrió y se ajustó el sombrero en la cabeza. —Sí, lo es. Trabajamos en un caso de un rugaru juntos hace unos años. Lo dejó olvidado en mi coche así que lo guardé como un... —Dean le arrebató el sombrero a Garth antes de que pudiera terminar—. Recuerdo. ¿Qué estás haciendo?
—Así no es como se lleva —contestó enojado.
Anna lo pellizco en la espalda. Se sentía extraño ver las cosas de Bobby en otra persona y también le molestaba ver a Garth con esa gorra, pero Dean estaba actuando como un niño.
Garth cruzó los brazos y frunció el ceño justo cuando el policía apareció. —Señores, señorita, la vigilancia está encendida pero algo se ha vuelto loco —Dean se metió la gorra de Bobby en su chaqueta sin mirar a Garth mientras seguía al policía a la pantalla de televisión con las imágenes de vigilancia.
La cámara de seguridad había estado en el ángulo perfecto para capturar a Scott asesinando Jeff con una pala, pero la cabeza de Scott estaba tapada por una luz blanca.
—Debe ser la cámara —insistió el policía.
—Sí, gracias ayudante —dijo Garth.
El hombre asintió y los dejó a los tres solos.
—¿Ustedes ven la cabeza? —preguntó Anna—. ¿Alguno de ustedes ha visto algo así antes?
Garth sacudió la cabeza. —¿Cómo eso? No.
—¿Entonces? —habló Sam.
—Entonces... —continuó Dean.
—Entonces —lo interrumpió Garth—. Estoy pensando que tenemos que hablar con Sara Alcott. Le he encontrado... aunque ahora se llama Sara Brown.
Sam asintió con la cabeza. —¿Qué les parece esto? Anna y yo la revisaremos y ustedes dos verán lo que pueden averiguar sobre Sussex.
—Hecho —dijo Garth.
Dean miró fijamente a Sam. —Genial.
Sam le dio una sonrisa ganadora a cambio y guió a la pelirroja fuera de la tienda con las manos en sus caderas.
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La señora Alcott estaba limpia. Aparte de algún coqueteo torpe e insinuaciones sexuales con Sam, era tan inocente como ellos. Anna suspiró mientras se apoyaba contra el impala al final del camino. Sam se detuvo frente a ella sonriéndole.
—¿Cómo estas? —la pelirroja alzó una ceja sin entender su pregunta—. Quiero decir, estuvimos a punto de... ya sabes. Es lo más íntimo que hemos tenido desde que...
—¿Me fui al purgatorio durante un año y volví mientras tú estabas intentando una vida doméstica, con perro incluido, junto a Amelia? —ella sonrió luego de finalizar su pregunta.
Sam resopló. —Anna, lo siento. Fui un idiota, lo sé. Pero tampoco sé cómo hacer para que me perdones.
Se encogió de hombros. —Te he perdonado Sam, solo estoy bromeando. Quiero decir... no te he perdonado a un 100% y no volveremos a ser como antes de un día para el otro, pero estoy bien. Estamos bien. Y realmente lamento que Garth nos haya interrumpido, si eso es lo que quieres oír.
Sam asintió con la cabeza. —Sí, lo entiendo. Estamos mejorando, juntos y eso es bueno. Y si era lo que quería oír —agachó su cabeza, mirando sus zapatos mientras meditaba sus palabras—. Siento estar peleando constantemente con Dean.
Anna resopló, feliz de que sacara el tema. —Si, es realmente molesto. Parecen niños —Sam presiono sus labios mirándola con unos ojos similares a los de un cachorro herido y ella se sintió culpable—. Volviendo a lo anterior, ¿podemos retomarlo cuando el caso termine?
Sam sonrió y tomó su brazo tirando de ella para abrazarla. Apoyó la barbilla en la superficie de su cabeza, inhalando su aroma. Estaba tratando de recuperar todo el tiempo que perdió durante un año. —Por supuesto.
Anna respiró hondo y dejó escapar el aire antes de hablar. —De acuerdo. Deberíamos llamar a Dean y hacerle saber lo que pasó con Alcott.
Sam la soltó y se apoyó contra el coche a su lado, llamó a Dean, poniéndolo en altavoz cuando contestó para que los dos pudieran hablar con él.
—Sara Alcott está limpia —dijo Anna—. Si ignoras el hecho de que ella y Chester se pusieron las botas la noche del baile hace un montón de tiempo.
—De acuerdo —dijo Dean—. Así que... Mary le guarda rencor a Sara y Scott le guarda rencor a Jeff. Aparte de que esto está haciendo que me duela la cabeza, ¿cómo juntando todo esto resulta que tenemos un fantasma?
De repente, la voz de Garth se escuchó por el teléfono. —¡Chicos! Bobby tenía razón. El moco verde indica un espectro —Anna supo que estaba leyendo el diario de Bobby.
—Lo que implica un fantasma, ¿verdad? —dijo Dean.
—Sí, algo así. Un espectro es un fantasma vengativo. Te posee, encuentra cualquier traición o molestia que sientas y te fuerza a actuar.
—¿Dice Bobby algo sobre cómo cazar esas cosas? —preguntó Sam.
—El último espectro que se encontró surgió después de que alguien violara una tumba cercana —se quedó en silencio por un momento y pudieron oír el teclado de la computadora—. Había una tumba profanada en la zona hace tres días. Aquí dice... esto podría ser delicado.
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No se pierdan el próximo capítulo el lunes. Las cosas se ponen... intensas. Gracias por leer y comentar. Las opiniones siempre son bien recibidas 😘
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