[004] - De acuerdo, Garth
Estaba oscuro y Anna estaba cansada, el ruido constante del motor del auto junto la temperatura cálida del interior era suficiente para hacerla dormir. Sin embargo las luces de la ruta iluminaban su cara manteniéndola despierta. Sin mencionar la voz ronca de Dean mientras hablaba o mejor dicho, discutía por teléfono con Meg.
No era una aficionada a los demonios, los odiaba pero Meg había demostrado preocuparse por Castiel, después de todo se quedó con cuidándolo. Y la forma en que Dean la trataba no le gustaba ni un poco.
Así que a regañadientes tuvo que permanecer despierta, colgando sus brazos entre medio de los asientos de adelante, cabeceando cuando sus parpados pesaban y se cerraban.
Hacía ya bastante tiempo que estaba en la ruta con los hermanos, todavía no entendía cómo había llegado a ese punto. Ella, una cazadora solitaria, acostumbrada a no compartir nada con nadie se encontraba en un viaje con los Winchester.
Bobby le había hablado más de una vez de los hermanos, eran sus "muchachos". Se preguntó internamente si él les habló alguna vez de ella. Si la veía como una hija así como lo veía como un padre. Y aunque el viejo cazador había querido presentarlos en más de una ocasión, Anna no podía.
No podía enfrentarse a los hermanos que abrieron las puertas del infierno y a causa de eso su padre había sido poseído. Así que no podía entender cómo se encontraba en ese auto. No podía entender cómo desde el primer momento que vio a Sam, tan destruido física y emocionalmente, lo único que quería hacer era abrazarlo.
Dejar de lado todos sus rencores.
Estaba en ese auto por Sam, ella lo sabía. Dean la odiaba, eso también lo sabía. Así que cuando pararon a cargar gasolina dejaron en claro que toda esa situación era solamente hasta terminar con los leviatanes.
No pensaba en vivir toda una vida de caza junto a Dean. Tal vez él era bueno y lindo pero su personalidad no era algo con lo que Anna estaba dispuesta a lidiar por mucho tiempo. Todo lo contrario a Sam.
—Está bien, bueno, llámanos si se despierta o ya sabes, lo que sea —la voz de Dean volvió a despertar a Anna de ese sueño tan preciado al que estaba llegando, apoyada sobre el hombro de Sam—. Si, bien. Gracias por tu ayuda Meg.
Colgó el teléfono mientras llamaba al demonio "perra" por lo bajo.
—Entonces, ¿el ángel sigue igual? —preguntó Anna.
—Se llama Castiel —la corrigió Dean—. Sí, cayéndose la baba. Por cierto, ¿qué tal tu puré cerebral?—se giró hacia Sam.
Se encogió de hombros mientras movía ligeramente la cabeza de Anna que estaba recostada sobre él. —Está bien. Está mejorando. Solo espero que no sea como la maldita cinta de "The Ring". Quiero decir, me siento bien porque he pasado la locura.
—No, no lo has hecho —refutó Dean—. Has oído lo que dijo Cas.
—Chicos, por favor, no —Anna elevó la voz para ser escuchada.
No habían pasado ni 24 horas y ambos habían peleado más de lo que ella podía soportar. No entendía cómo dos personas que se querían discutieran tanto.
Dean estaba a punto de descargar su furia contra ella, poco le importaba a Anna, simplemente lo ignoraba. Pero el teléfono salvó la situación, Sam rodó los ojos cuando su hermano atendió, mientras que ella se dejó caer en el asiento posterior del auto suspirando feliz de evitar otra pelea.
Ambos oyeron como el mayor de los Winchester hablaba como un tipo llamado Garth.
****
Anna alisó las arrugas invisibles de su chaqueta negra mientras caminaba por el forense junto a los hermanos. El único sonido del lugar era las pisadas de ellos y el sonido de sus zapatos de tacón negros contra el mármol.
Dean no pudo evitar gruñir. —Increíble.
—¿Qué sucede? —Sam preguntó mirándolo con el ceño fruncido.
—¿Por qué demonios estás usando tacones?
—¿Perdón? —Anna arqueó una de sus perfectas cejas mirándolo sorprendida.
—Estamos en una cacería y tú juegas a ser Dana Scully.
—Que sea cazadora no significa que deje de ser mujer. ¿Y te cuento un secreto? —ambos hermanos la miraron—. También puedo maquillarme —susurró con una sonrisa.
Sam ahogó una sonrisa mientras su hermano movía con la cabeza con disgusto. —¿Qué pasa si tienes que perseguir a un sospechoso? —Dean sonaba exasperado.
Anna negó con una sonrisa. —Tranquilo Mulder. Te aseguro que te gustaría saber todo lo que soy capaz de hacer con tacones —le dedicó una sonrisa provocativa antes de acelerar su paso y caminar delante de los hermanos.
—Cierra la boca —Dean se dirigió a su hermano antes de que pudiera decir algo ingenioso.
****
—Bien, eso es todo —el médico forense habló cuando estaban entrando a la sala—. Agentes, este es el Cabo Brown.
Anna quedó sorprendida cuando vio al supuesto Cabo Brown, mejor conocido como Garth. Había oído que era cazador, por lo que esperaba algo un poco más fornido, pero lo que encontró fue todo lo contrario.
El hombre era flaco, su cara era huesuda y parecía que apenas había cumplido la mayoría de edad, todavía no entendía cómo alguien podía llegar a creer el cuento de que era un Cabo del ejército.
—Cabo James Brown —aclaró—. Zarpo mañana por la mañana. Estoy aquí para presentar mis respetos a mi primo, ya que no me será posible asistir al funeral.
—Eso debe ser terrible para su familia. Perder dos hermanos tan rápido —se lamentó el forense.
Garth pareció sorprendido por lo que dijo, busco algún tipo de ayuda mirando a Sam y Dean. Anna no pudo evitar una risa cuando vio su cara
—Sí. Sí. Mi tía... ella es... ella está realmente destrozada por esto —Garth trató de salvar la situación sin éxito.
Sam interrumpió al cazador antes de que pudiera empeorar todo. —Doctor ¿podemos ver ambos expedientes, por favor?
El forense buscó los papeles y se los entregó a Sam mientras su teléfono sonaba. —Mi mujer, estaré en mi despacho.
Todos asintieron y sonrieron con cortesía antes de mirar a Garth una vez que el hombre salió de la habitación.
—No dijiste que eran hermanos —se quejó Sam.
—Amigo, me acabo de enterar sobre el otro cadáver y todo pasó tan rápido. Estoy absorbiendo información mientras voy —susurró.
La actitud de tipo duro del ejército decayó ante la mirada de reprobación de los Winchester.
—¿Qué? ¿Eres alérgico a un traje? —preguntó Dean.
Garth se pasó las manos por el uniforme mientras se miraba a sí mismo. —No. Sólo... me veo bien con un uniforme —Anna soltó una risa, le caía bien el muchacho—. Soy Garth.
—Anna Miller.
—¡De ninguna manera! —gritó, los tres lo observaron sorprendidos—. ¿Tú eres Anna Miller? ¿Anna, la muchacha de Bobby?
—Y ahí es justo cuando esa frase suena mal —no pudo evitar rodar los ojos—. Doy por sentado que Bobby te habló de mí.
Garth asintió vigorosamente. — Me ha contado increíbles historias sobre ti. Es un placer.
Sam levantó la vista del archivo que estaba leyendo. —Sí. La misma causa de muerte.
Ella se dirigió a una computadora que había en la habitación mientras Garth hablaba. —Es cierto, destrozado por la noche en los bosques, donde la leyenda dice que el fantasma de Jenny Greentree deambula.
Sam se acercó hacía la computadora, parándose detrás de la pelirroja para observar el monitor.
—Ya busque EMF —informó Garth mientras miraba a Dean con el aparato en la mano escaneando el cuerpo—. Supongo que el mío debe estar roto de nuevo —comentó cuando el medidor empezó a sonar.
—De acuerdo. Estoy leyendo tu correo. ¿Fantasma de Jenny... lo que sea? —dijo Dean.
—Greentree —respondió Garth—. Solo es eso. Yo quemé sus huesos.
Anna volvió su atención a lo que estaba investigando, mientras que Dean levantaba la sabana que cubría el cuerpo y decía que tal vez había otra cosa que uniera a la víctima y Jenny.
Sam estaba inclinado, una mano ubicada en el respaldo de su silla y la otra sobre el pequeño escritorio, su respiración era constante sobre su cuello mientras ella escribía en el buscador "Junction City, Ray, Trevor McAnn".
Una vez que apareció una lista de resultados, Sam se acercó un poco más y señaló una página web, era una compañía que elaboraba cerveza. Trató de mantener la cordura, pero tener a Sam tan cerca la ponía nerviosa, algo que le resultaba estúpido, nunca se había puesto así por un hombre.
Sin embargo desde que habían abandonado el hospital psiquiátrico comenzó a sentir que su cuerpo ardía cada vez que la tocaba. Solo Sam la observó con confusión mientras ella se ponía de pie y se acercaba a Dean, como si estuviera huyendo.
Garth explicó algo sobre que no había pertenencias porque la niña no tenía hogar y que los cuerpos parecían más un monstruo que un espíritu maligno, pero ella estaba más ocupada mirando el agujero en el pecho del cadáver que escuchando lo que decía.
—¿Hombre lobo? —sugirió Dean.
Anna podía sentir como Sam la miraba constantemente cada poco segundos, poniéndola nerviosa. Trató de concentrarse en lo que decía Garth mientras se acercaba al otro hermano, tratando de evitar la mirada.
Dean la observó cuando se acercó pero no dijo nada, al contrario, hizo chocar suavemente su brazo contra el suyo.
—Excepto que el testigo dijo que lo que fuera que estaba persiguiendo a la víctima número uno era invisible.
Anna soltó una carcajada y chocó su hombro contra Dean mientras lo miraba. —¿Hombre lobo fantasma invisible?
Él se rió de su broma e incluso le ofreció su mano para chocar los cinco, un momento raro en el que los dos se unieron por el humor infantil. La primera vez desde que se conocieron, de hecho.
—¿Por qué crees que llamé por respaldo? —Garth le restó importancia a la broma.
—Oigan —Sam habló fuerte para que lo oyeran—. ¿Alguno de ustedes ha oído hablar de Thighslapper Ale?
—¿Eso es una bebida? —cuestionó Garth.
—Tiene nombre de stripper, sin embargo —Anna bromeó ganándose otra sonrisa de los hermanos.
Dean también bromeó diciendo que era una "cerveza para idiotas".
Sam miró de nuevo hacia la computadora. —Destilería número uno en el Pacífico Noroeste
—Pero estamos en Kansas.
—Sí, no entiendo —respondió Dean—. ¿Cuál es tu punto? —preguntó mirando a Sam.
—El dueño es el padre de los hermanos muertos.
Garth adoptó una mirada decidida. —De acuerdo. Voy a cambiarme el uniforme, iré de Federal. Nos vemos en la fábrica de cerveza en 40 minutos —informó saliendo de la morgue.
Anna miró a los hermanos por el cambio de actitud del hombre, Dean simplemente se encogió de hombros con una sonrisa forzada. —Aprendes a quererlo.
****
Una mujer de pelo castaño abrió la puerta de la cervecería para dejar entrar a los cazadores. —Agentes, soy Marie. Soy una gerente.
—Gracias por venir un domingo —agradeció Dean, la mujer observó a los cuatro y Anna le dedicó una sonrisa.
—Queremos ayudar. Cualquier cosa que podamos hacer —respondió.
Mientras Marie los llevaba a través de la fábrica de cerveza, Sam le dio un ligero empujón a Anna, para que lo observe. Hizo un gesto hacia la mujer y se dio cuenta de que quería que tomara la iniciativa, ella no pudo evitar hacer una mueca de fastidio antes de hablar.
—Entonces, ¿todo esto es de tu padre? —cuestionó pensando lo difícil que debe ser para ella haber perdido a dos hermanos aunque parecía llevarlo bastante bien.
Se giró hacia ellos cuando entraron en un área de recepción —Y su amigo... Randy Baxter. Dirigen el lugar juntos ahora.
—¿Ahora?
—Bueno, desde que Dale murió.
La conversación fue interrumpida cuando una discusión llamó la atención del grupo. Un hombre mayor de pelo gris estaba regañando a un muchacho porque al parecer había llegado tarde. La mujer se inclinó hacia Anna susurrando.
—El "encantador" Randy Baxter —asintió mientras observaba como el supuesto Randy amenazaba al joven con despedirlo si volvía a llegar tarde—. Realmente es un buen chico. No es fácil ser el que despide —Marie trató de defenderlo.
—Mis compañeros están contigo, así que si me disculpas —Anna sonrió mientras se dirigía en dirección de Randy.
—Sí, iré contigo —dijo Sam, tomándola por sorpresa.
Tan pronto como entraron en la oficina, Sam dirigió su atención al señor McAnn. Un hombre similar al señor Baxter. —¿Señor McAnn? Seremos breves. Lo prometo.
—Señor McAnn, ¿hay alguna razón para creer que sus hijos pudieran tener enemigos? —cuestionó Anna.
Se encogió de hombros y le dio un ceño confuso. —Nos dijeron que eran ataques de animales.
Sam rápidamente trató de explicarse. —Solo tenemos que explorar cada posibilidad.
—Tienen muchos amigos. No —McAnn, afirmó con convicción.
—Bien, ¿ellos trabajan aquí con usted? Como lo hace Marie. ¿Podría alguien haber estado celoso? —Sam preguntó.
Empezó a decir que Marie era la única, pero entonces su mano se dirigió a su cara comenzando a ponerse pálido y tartamudear.
—Jim. Está bien —dijo Randy. Se giró hacia Anna y Sam diciendo que el continuaría contestando sus preguntas.
—Por supuesto —dijo Sam con una sonrisa comprensiva mientras le permitían al señor McAnn salir de la oficina.
Ambos se sentaron frente al escritorio escuchando como Randy elogiaba a los muchachos muertos. Él mencionó que era su padrino. —¿Usted no tiene hijos? —preguntó Anna.
—Solo los de Jim —él respondió—. Tomaban mi coche, usaban mi refrigerador.
Sam comenzó a preguntar sobre el otro socio, Dale que había muerto unos meses antes. —¿Pasó en el bosque? ¿O...?
Randy suspiró y se dirigió detrás del escritorio para sentarse en su propia silla.
—Se quitó la vida —manifestó—. Tuvo problemas durante mucho tiempo. Mira, esto es solo una pesadilla. Primero Dale, ahora esto. Este iba a ser nuestro gran año, estábamos vendiendo Thighslapper a uno de los más grandes distribuidores en Estados Unidos. Ha estado en el trabajo durante meses. La noticia se va a hacer pública muy pronto.
—Bueno, ese es el anillo de bronce, ¿eh? —Anna dijo un poco distraída cuando notó que Sam observaba una caja de madera de color negra apoyada en el estante detrás de Randy.
Parecía vieja pero estaba cuidada tenía letras japonesas a lo largo en la parte delantera y estaba junto a una bandeja con bebidas.
—Dadas otras circunstancias, sí, estaríamos celebrando en este momento —Randy, atrajo de nuevo la atención hacia a él.
Anna le dio una sonrisa comprensiva mientras compartió una mirada con Sam. No hacía falta decir que ambos pensaban que esa caja tenía algo que ver con lo que estaba pasando.
****
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro