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Capítulo 13



Algunos disturbios inesperados



Mientras Sasuke parecía no inmutarse ante los gritos de Peter, vi a mi amiga ponerse de pie y gesticular en dirección a él.

—¡Podrías dejarnos en paz, Peter!. ¡No sé cuál es tu problema! —La oí decir casi a gritos. Creo que no éramos pocos los que no entendíamos a que se debía la agresividad de Peter. El chico salió al patio seguido de sus dos amigos y fue directo hacía donde se encontraba Rosario con los demás. No hubo un aviso o algo que diera indicios de lo que se avecinaba.

—¡Mi problema es que tu amiguito nos acuso con la dirección de algo que no hicimos!—grito el chico manoteando al aire mientras daba algunos pasos más cerca del asiático que permanecía sentado, mostrando su perfil, sin siquiera mirar de frente a Peter.

Sus inseparables amigos hicieron sendos gestos afirmativos con sus cabezas, secundando las alegaciones de Peter, pero a mi entender esto se debía a que el ego de Peter había quedado afectado después de la fiesta de Halloween, cuando se dio cuenta de que el beso entre él y mi amiga no significo nada para ella. Y si los rumores eran ciertos Peter sentía celos de Sasuke al siempre verlo en compañía de Rosario.

Además de que mi compañero de clases siempre había mostrado cierto gusto por burlarse y crearle problemas a los estudiantes nuevos y Sasuke desde el principio fue uno de sus objetivos.

—No sabes ni lo que dices —Le dijo Rosario haciendo ademanes que expresan la poca importancia que les prestaba a sus palabras. Me di cuenta de que aquellos gestos avivaron el enojo de Peter.

—Tu eres la que no sabe con quien se está juntando —alego con rabia y celos, no sé si los demás escucharon lo mismo pero yo definitivamente me di cuenta del retintín de la envidia en sus palabras.

Y mientras tanto, en mi interior fue creciendo otro tipo de emoción, una igual de dañina que los celos, la ira. Con la mirada puesta sobre Peter y sus amigos pasé por encima del banco y fui acercándome al grupo.

—Alejandro...

—¡Y defiendes a gente que recién conoces por encima de los que hemos crecido contigo!...¡ese chino es un lengua suelta, que niegue que fue con Miss Smith a hablarle mierdas sobre nosotros!...

Miss Smith era la trabajadora social de la escuela. Rosario le echó un vistazo a Sasuke, que continuaba sin alterarse.

Un vistazo alrededor fue suficiente para darme cuenta de la cantidad de personas que nos rodeaban, casi todos a la expectativa de lo que sucedería en adelante, muchos esperando una pelea entre Sasuke y Peter.

Yo me moví dos pasos más, bastante cerca de Daniel que me miró de reojo, pero no me presto mayor atención.

Allí de pie estaba dispuesto a intervenir en favor de Sasuke si era necesario. No me importaban los alegatos de Peter, seguramente todo lo que dijo el japones sobre nuestros compañeros de clases era cierto, aunque no estaba claro a que se refería.

—Eres un engreido, te crees el príncipe asiático que pasa de todos, y no conforme a eso vas y hablas sobre tus compañeros a nuestras espaldas —Ya para ese momento Peter había elevado muchísimo la voz.

—¡Enséñale a mantener la boca cerrada, Peter! —manifestó Daniel con malicia en su tono de voz.

—¡Rómpele la cara a la nenita para que aprenda a respetar! —voceo el otro, Austin Blossom creo que se llamaba.

No sé si fueron aquellas palabras las que le hicieron reaccionar, pero fue allí cuando Sasuke se puso de pie, seguido de su hermana. Rosario agarró a Suzume de una mano y la halo con ella, apartándola.

Sasuke miró hacía Peter y sus amigos, su expresión siempre aparentemente sosegada.

—No es justo que muchos de nosotros nos esforcemos muchísimo para tener buenas calificaciones en los exámenes finales, cuando tú y un grupito se reparte papelitos con las contestaciones de las preguntas —Sentí como si mi alma se fuera a los pies porque no esperaba prácticamente una confesión por parte de Sasuke, para mi hubiese sido mejor mantenerse callado e irse con Chari y su hermana. Peter no necesitaba oírlo aceptar algo que él ya sabía y lamentablemente a los ojos de la mayoría de nuestros compañeros Sasuke quedaría como un soplón, alguien en quien no se podía confiar.

Yo no pensaba así, y quizás muchos otros tampoco pero con lo que dijo el japones se había buscado que no solo Peter y sus amigos desconfiaran de él. Yo entendía su punto, luchar contra la injusticia de todo aquello, pero como en casi todo le acaecería consecuencias.

Un coro de aplausos, silbidos, gritos y exclamaciones siguieron las palabras del nipón y fue allí la primera vez que lo vi algo confundido.

Peter se giro hacia Rosario y hizo un gesto con sus brazos a modo de presentación hacía Sasuke, todo con muecas de burla.

—Aquí lo tienes, un soplón, un prepotente principito que se cree mejor que todos aquí —Peter se acercó a Sasuke muy rápido para empujarlo, quien pierde el balance y trastabilla hacía atrás, pero no cae.

Caminé los pasos que me separaban de Peter y con mi mano derecha sobre su hombro lo obligue a darme la cara. Peter no se lo esperaba y aunque logré mi objetivo, no quería que él se atreviera a más con Sasuke, no deseaba que lo golpeara, me convertí en su nueva finalidad.

El muchacho se sacudió con violencia y me enfrento. Daniel y Austin se separaron un poco mientras Sasuke, contrario a lo que yo quería, no se movió.

De un momento a otro tuve a Gwendy pegada a mi costado, con una de sus manos sobre mi brazo.

—Por favor Alejandro...

Su voz dejaba ver lo nerviosa que estaba. Peter y yo nos miramos unos segundos a los ojos.

—¿Por qué siempre te crees el salvador del mundo, Morell? —preguntó él con rabia y frustración. Peter y yo crecimos juntos y aunque no éramos amigos tampoco enemigos, en ocasiones hasta bromeábamos y nos reíamos juntos.

—¡Es que el principito no puede defenderse solito! —exclamó alguien de los que observaban, eché un rápido vistazo sin embargo volví a mirar a Peter y de paso a sus amigos porque no podía descuidarme, si no quería un ojo morado.

Me di cuenta de que mientras Peter y yo mediamos carácter o lo que fuera que estuviésemos haciendo, Sasuke, Suzume y Rosario se alejaban hacía el interior del edificio.

Sentí alivio y a la misma vez me sentí idiota, porque en ese momento había sido yo el que se quedó con el problema y nadie sacaría cara por mí, solo Gwendy se mantuvo a mi lado.

—Deja las cosas así Peter. Alejandro y tú se conocen desde niños y no vale la pena que se peleen por culpa de otros —Peter hizo una mueca de disgusto mientras Gwendy se las arreglo para meterse entre nosotros y mirarnos a la expectativa.

Ella tenía algo de razón, además pelearse en el último año de escuela superior nunca fue buena idea.

—Dile a tu amiguito que no se meta en lo que no le importa —dijo Peter antes de darse la vuelta y alejarse con Daniel y Austin.


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Dejé a Gwendy en el pasillo, con una de sus amigas y me metí al primer cuarto de aseo que encontré. Necesitaba echarme agua en la cara pues sentía como si tuviese una hornilla encendida sobre ella.

Cuando entré al aseo empujé la puerta más fuerte de lo necesario y caminé al interior desplazándome hasta los lavabos, me detuve frente a uno, abrí el grifo y procedí a echarme agua en el rostro, sin  parar, usando las manos.

Luego extendí el brazo hacía la maquina expendedora de papel secante y me hice con varias hojas para secarme la cara. Había terminado muy enojado de todo aquel incidente con Peter, y no solo con él, sino conmigo mismo.

Arruge las hojas de papel y las fui a tirar, del primer cubículo salió Sasuke y casi tropezamos. El japones y yo nos miramos de frente por unos segundos antes de que él se apartara a un lado, lancé el papel arrugado al cesto de basura y en vez de salir, me di la vuelta en dirección al muchacho.

Sasuke se entretuvo lavándose las manos y como yo, antes, sacando papel del dispensador, todo al parecer ignorando mi presencia, lo cual no era nuevo.

—¿Por qué no reaccionaste al empujón de Peter? —Inquirí aunque quizás realmente ya no importaba. Yo no hubiese podido, lo mínimo que hubiese hecho era empujarlo en cambio. No me consideraba una persona agresiva pero tampoco reaccionaba a un golpe colocando la otra mejilla.

—No iba a caer en sus provocaciones y buscarme problemas por pelear —Lo oí decir, indiferente —. No me volverá a suceder —añadió.

—¿A qué te refieres? —Su referencia me pareció todo un misterio.

—¡Olvídalo! —exclamó tomándome por sorpresa, no esperaba esa reacción sin embargo me di cuenta de que lo que sucedió en el receso y nuestro intercambio de palabras comenzaba a perturbarlo— .La próxima vez no te metas en lo que no te importa, no necesito de tu ayuda —añadió antes de pasar a mi lado y abandonar el baño.

Aquel encuentro incrementó mi mal humor pues me di cuenta de que mi intervención no fue apreciada, murmurando lo mal agradecido que era mi vecino, me fui a clases.


**********************


Aquel día me fui a casa prometiéndome a mi mismo que jamás volvería a meterme en los problemas de nadie, no sabía en esos momentos cuan rápido me olvidaría de esa promesa.

Al día siguiente recuerdo que vi señales de lo que podría suceder luego, me fijé en Peter y sus amigos, ellos no dejaban de mirar hacía Sasuke, pero las clases y posterior almuerzo transcurrieron en armonía, aunque he de decir que sentí que en un ambiente que no dejaba de ser pesado.

Las miraditas no eran en mi dirección, tampoco los señalamientos así que, recordando mi promesa del día anterior me dedique a fingir que no pasaba nada, o que no iba a pasar nada.

Ya para la última clase, educación física, eché de menos la presencia de Sasuke sin embargo, uno de mis compañeros comentó que los integrantes del equipo de baloncesto, al que aparentemente se había unido el japones, se encontraban con uno de los maestros en un taller especial, en la misma escuela, que duraría un poco más del final del día escolar.

Aunque me hizo falta la presencia de Sasuke, a la misma vez sentí alivio al no tener que evitar mirarlo constantemente, en ocasiones era estresante fingir que no me importaba, que no deseaba contemplar todos sus movimientos, ya fuera jugando baloncesto o simplemente sentado escuchando al maestro.

Dejé el gimnasio otra vez de mal humor, últimamente era el estado de ánimo más común en mí. Esa tarde no tenía ánimos de ver a Gwendy así que esperé a que la mayoría de los estudiantes, incluida ella, se fuera para salir del plantel, alcancé ver a mi hermana Brenda Lee en compañía de Rosario alejándose y doblando la esquina hacia la casa.

Al enfilar la acera en dirección a mi hogar vi a Suzume, sentada en el banco de una parada abandonada de autobús y se me ocurrió que probablemente estaría esperando a su hermano. Ralentice mi avance pues no supe que sería apropiado, continuar caminando y pasar de ella o hacerle compañía hasta que llegara Sasuke.

Aquello último me pareció tentador, pero a la misma vez tuve temor de encontrarme con la hostil mirada del japones, y su actitud casi de desprecio cuando se uniera con su hermana.

Me detuve, dubitativo y me puse en cuclillas para fingir atarme los cordones de uno de los tenis que calzaba, en esos segundos que me mantuve con la cabeza inclinada alguien más se acercó a Suzume, y no iba solo, Peter y sus inseparables amigos prácticamente rodearon a la chiquilla.

Admito que en esos momentos olvidé por completo mi promesa, y eché a un lado el temor a sentirme menospreciado por el hermano de Suzume.

Acelere los pasos y antes de darle cara a Peter y sus amigos me desprendí de la mochila que llevaba al hombro dejándola a un lado. Suzume miraba a Peter frunciendo las cejas mientras apretaba su carpeta llena de papeles contra su pecho, sus labios lucían una fina y tensa línea en su redondo rostro.

—Es una lástima que seas la hermanita de un tipo tan despreciable como tu hermano —Peter enredo un mechón oscuro del cabello de Suzume y halo hacía abajo con fuerza, la chica se encogió hacia un lado, alejándose de él, formando con su boca una mueca de dolor.

Me llevé a Peter de lado, empujándolo con todas mis fuerzas. Él no se lo esperaba y trastabillo perdiendo el equilibrio por completo. Siempre fui de estatura alta y complexión robusta así que se me hizo fácil lograr que Peter mordiera el piso al lado del banco de cemento. Suzume soltó un grito y aprovecho para moverse lejos de nosotros, aunque no se fue.

—¡Levántate y jálame el pelo a mí, Peter Logan! —Le grite. Los abusos nunca me gustaron o divirtieron, mucho menos si se trataba de un varón a una chica.

Me moví de manera que podía ver a los demás, Daniel y Austin hicieron amago de echárseme encima pero no lo hicieron, mientras Peter se levantaba y fijaba su iracunda mirada en mi.

—¿Qué carajos te pasa Alejandro?

—¿Qué carajos te pasa a ti, Peter Logan? ¿Por qué te metes con personas que no pueden defenderse? —

—¡Porque me da la gana! ¿Y sabes qué ?, ¡estoy harto de ti y tus ínfulas de héroe de las películas! —Está vez no estaba Gwendy para intervenir entre nosotros, además de que los dos queríamos este enfrentamiento y no medíamos las consecuencias.

Fue la primera vez que participé en una pelea callejera, frente a la escuela donde estudiaba, con un compañero de clases. Y recuerdo que fue Peter el primero que dejó a un lado las palabras en favor de los golpes, conectándome uno de sus puños sobre mi mejilla derecha.

Sentí un ardor recorrerme el cuello y el sabor de la sangre dentro de mi boca en tanto daba dos o tres pasos atrás, Daniel o Austin me dieron un fuerte empujón por la espalda haciéndome adelantar los pasos que había retrocedido.

Sin pensarlo le devolví el puñetazo a Peter, pero me estuvo claro que fue sin la debida fuerza pues él permaneció de pie y volvió a tirarme un golpe que me pegó de lleno en la nariz, me incliné sobre mi mismo sintiendo que se me iba la conciencia por el dolor tan fuerte que experimenté, de inmediato la viscosa y tibia sangre abandono mi nariz para ir a parar sobre mi camiseta y jeans.

—¡Ya lo tienes Peter! —oí que alguien grito.

Supe que Peter se preparaba para volver a golpearme, que su furia hacia mí no lo haría parar hasta que no me viera sobre la acera, también supe que al recibir ese golpe en la nariz estaba incapacitado para defenderme pues apenas veía y me sentía desorientado.

Entre algunos bocinazos y exclamaciones sueltas, alcance a oír pasos apresurados que se acercaban, mientras yo me semi sentaba sobre el banco, con la cabeza inclinada, usando la tela de la camiseta para tratar de detener la sangre que continuaba manando de mis fosas nasales. El ardor y lagrimeo en mis ojos se acrecentaron.

Cerré los ojos y coloque una de mis manos sobre la frente pues ya tenía el comienzo de una fuerte jaqueca.


**********************


—¡No lo puedo creer, es la primera vez que te sucede algo así, suspendido por tres días, deja que llegue tu padre, Alejandro! —Mamá estaba muy molesta y desilusionada, no podía entender el porque de mi pelea con Peter, tampoco fue que yo me esforcé mucho en explicarle la situación, había optado por guardar silencio y escuchar todos sus reclamos.

Uno de los conserjes de la escuela fue el que dio la voz de aviso, y él junto al maestro de educación física y varios alunnos rezagados, algunos de los que estaban en el taller especial, fueron los que se interpusieron entre Peter y yo, aunque yo para ese instante estaba casi en el suelo, soportando un dolor como nunca antes.

De la parada de autobuses pasamos al interior de la oficina de Mrs. White la directora, recuerdo que la secretaria me alcanzo varias hojas de papel secante para colocarme bajo la nariz que aun continuaba sangrando, pero menos. De inmediato se encargaron de llamar a nuestros padres y mientras se hacían todas las gestiones, allí estábamos todos nosotros, sentados demasiado juntos en una pequeña oficina, echándonos miraditas retadoras y de desprecio.

No recuerdo mucho más que eso de esa tarde pérdida entre reclamos y justificaciones que terminó con la suspensión el resto de la semana de todos los implicados, creo que nadie mencionó el motivo de la pelea, nadie mencionó a la chiquilla de cabellos negros que desapareció antes de que saliera la primera persona del plantel. Me pregunté si su hermano había presenciado lo sucedido, como siempre dándole demasiada importancia a quién no se la merecía.

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