Epílogo parte 2
2 años después.
Irme de la casa de los señores Min había sido la tarea más difícil después de dejar que el amor de mi vida se fuera de mi lado. Quedarme ahí tendría muchas más ventajas que vivir aislado en donde vivía ahora, pero no podía seguir allí sin él. Por eso opté por reconstruir la vieja cabaña en donde vivía tiempo atrás mi abuela. Lugar en donde tantas cosas sucedieron, tantos recuerdos amargos que duelen en lo más profundo de mi alma yacían allí, estaban en el pasado ya, y gracias a eso estoy en la posición que estoy ahora, después de la tormenta viene el arcoíris ¿No es así?.
Yo ahora era feliz y vivía una vida plena junto a mi pequeña luz, Min Gyeong. Ella ignorante a todo el mal que alguna vez nació desde las penumbras en el bosque, entre las paredes de esta cabaña, había crecido de una manera pacífica, ella era la niña más maravillosa y feliz que pudiese pisar la faz de la tierra, eso me regocijaba de amor y orgullo, amaba verla contenta.
Seque mi frente sudorosa con mi antebrazo y seguí cortando las verduras para el almuerzo. Mi vista de vez en cuando recaía sobre la pequeña que se encontraba jugando afuera con sus tíos favoritos, sonreía cada vez que escuchaba la armonía de su carcajada tan dulce. Me encantaba ver la relación que tenía con mis hermanos, ellos ya eran todos unos niños grandes ahora, que cuidaban de una manera sobreprotectora a su sobrina.
Eran tan adorables.
—¡Ya es hora de entrar!—les llame a los tres. Ellos compartieron unas carcajadas y luego corrieron de la mano con Gyeong. Las pisadas comenzaron a escucharse más fuerte cuando ya estuvieron dentro.
—¡Ya! ¡Hyung!—llamo Suk con cara de fastidio—Kwan me esta diciendo que estoy más gordito—puchereo. Le mire totalmente enternecido, mi pequeña corrió hasta mi con la intención de que la cargará en mis brazos, en simples palabras aquél hermoso ser era una niña muy consentida, que se le puede hacer.
—Kwanie no le digas gordito a tu hermano—dije mientras me dirigía hacia la silla de Gyeong y la dejaba allí—Ambos lo están..
Reí ante su reacción.
—¡Hyung!—reclamaron los dos.
—Ya, si ambos se ven realmente adorables así—dije y me agache a su altura para poder apretar las mejillas de ambos—No se preocupen por esas cosas.
Con un suspiro ambos se fueron a sentar a esperar que sirviera cada porción de sopa de verduras en sus platos. Este podría decirse que era mi plato estrella, fue lo primero que aprendí a hacer cuando me mudé a esta modesta cabaña, fue a las seis semanas después que Gyeong nació, sabía que era agotador para ellos, y me refiero a los señores Min, tener que cuidar de mí y además de un bebé, por lo que hacer esto me hizo sentir bien. No quería seguir causándoles más molestias.
Ellos venían cada semana a pasar tiempo con su nieta. Seokjin y su Alfa venían por las noches ya que por el turno de ambos en el hospital no les permitía venir antes.
Mientras que Bursin y Namjoon pasaban por aquí solamente los fines de semana, o cuando les surgiera la oportunidad, ahora se mantenían ocupados con la pronta llegada de su primer bebé, era una noticia increíble para la pequeña familia Kim-Acacias.
Taehyung y Hoseok prácticamente vivían aquí. Eran los únicos que no hacían gran cosa en el pueblo, ayudar en los negocios locales y pequeños no les quitaba mucho tiempo en sus días, aunque no se que les habrá sucedido ahora, estaban tardando.
Fui repartiendo las porciones en cada plato y las dejé en sus puestos. La primera reacción sobre mi plato estrella fue de Suk, quien miraba ceñudo la sopa.
—¿Le echaste espinacas Hyung?—puso una cara de asco. Suspire, sabia que ser regodeones era parte de crecer, por eso se lo dejaba pasar, relativamente.
—Sí, ¿Tienes algún problema con eso Suk-ssi?—le miré de manera seria—Mira a Kwan, a él si le gustan y a Gyeong igual, no veo porque tú no quieres comer algo que sabes que le hará bien a tu salud..ni siquiera sabes si de verdad no te gustan..
—No me gustan..de verdad..
—Entonces no habrá postre para ti, le diré a papá que no probaste bocado—él suspiro, rendido tomó la cuchara y dio el primer bocado. Esperé su reacción y fue la mejor de todas—¿Y bien? Ahora parece que no luce tan asqueroso ¿No?—con una sonrisa negó y siguió comiendo. Ahora me tocaba darle de comer a Gyeong. Y era la que menos problema daba a esta hora.
Ella siempre aceptó todo tipo de alimento cuando llegó el momento de darle alimento y no sus leches en mamadera.
—sonreí—¿Quién es mi princesita hermosa? Sí.. tú lo eres corazón, y ahora vas a comerte todo lo que hay en tu plato, tus abuelos vendrán a verte más tardé y debo bañarte temprano antes que el sol caiga en el horizonte.. después el viento se pone más fresco y no quiero que enfermes—decía mientras le daba una cucharada de sopa—¿Qué helado querrán después de almorzar pequeños?.
—Yo quiero de Frambuesa—habló Kwan.
—Y yo de chocolate—reí al escucharlo hablar con la boca llena.
—Bien, iremos al negocio de la señora Hye—desde que los helados llegaron al pueblo desde la capital que compramos por montones, éramos fans número uno. Los menores festejaron por la noticia, pocos minutos después, antes que terminará de darle el último poco de comida a Gyeong, la puerta de la cabaña fue tocada.
Hasta acá podía sentir la felicidad de las personas que esperaban afuera. La sonrisa resplandeciente de mi amigo fue de lo más confortable, era sin duda alguna la mejor sensación que se podía brindar.
—¡Tae me pidió matrimonio!—exclamaba con felicidad, mostrando su dedo anular, en el brillando una hermosa sortija. Detrás venía igual de feliz y campante el Alfa responsable de la felicidad de Hoseokie.
—¡Felicidades Hobi!—le abracé fuerte—No sabes lo feliz que me puso esta noticia—le sonreí a ambos—Ya te estabas tardando..
Taehyung río levemente.
—Solo quería que la propuesta fuera perfecta, buscar la oportunidad me tomó días—se acercó y abrazó por detrás a su Omega, quién ya hace más de un año traía la marca de su Alfa en el cuello. Fue casi inevitable que mis ojos no recayeran en la marca fresca en el cuello de mi amigo.
Me ponía nostálgico esto.
Mi marca había cicatrizado hace bastante tiempo, ahora no era más que una costra seca en la hendidura de mi cuello, a veces solía picar, sentía mi cuello tirante pero no pasaba de eso, una molestia y nada más.
Aunque aún mantenía la esperanza de que algún día despertará con la sensación, una señal de que él estaba ahí, conmigo. Pero muy dentro de mí sabia que aquel lazo se había roto hace mucho tiempo ya.
—Tío Hobi..—llamó Suk. Dejando su plato vacío a un lado y acercándose a nosotros—¿Yo puedo pedirle matrimonio a Taeoh?—la cara de desconcierto del mayor fue de lo más divertido. Hoseok siempre se vio como el típico hermano sobreprotector, y desde que mi hermano Suk comenzó a mostrar interés en él que se volvió peor.
Todos sabían que Suk aspiraba a ser Alfa. Tenía todas las características comunes y claro, Taeoh sería definitivamente Omega, o quizá Alfa, no había problema con eso.
—Quizá cuando vuelva de Gwangju puedas hacerle esa pregunta Suk-ah—respondió Taehyung con diversión, acariciando los cabellos oscuros de mi hermano menor.
—Tae..—le regaño Hoseok—Aún son muy pequeños, pero pueden esperar a crecer y guardar esa pregunta como una promesa para su futuro ¿No suena mejor eso?—le pregunto a Suk, él ya estaba en edad de entender más o menos todo lo que se le hablaba, había cumplido doce años el mes pasado, y Kwan cumplía siete en dos días más—Aguarden un tiempo y verán que si valió la pena y la espera claramente —mi hermano sonrió y entonces asintió.
—¡Gyeong se manchó con el jugo!—todos nos giramos ante el grito de Kwan.
Y efectivamente, Gyeong estaba toda bañada de jugo de fresas. Con sus brazos en alto y con cara de susto, me miró a los ojos y comenzó a llorar terriblemente.
—Eso es manipularte de una manera increíble—habló Taehyung cuando me vio que rápidamente corrí hasta mi hija. Pase de él y le ignore olímpicamente—Míralo..—le decía a Hoseok, totalmente pasmado.
¿Estaba demás decir que Kim Taehyung era un completo exagerado?. Tomé a Gyeong en brazos y lo primero que hice fue intentar de calmar sus llantos, no me gustaba para nada verla llorar, aunque se tratará por algo completamente inocente.
—Ya mi vida..—le dije suavemente—No hiciste nada malo, no sigas llorando..
—Papá no me comprará un helado..—murmuró con pena. Mis amigos veían con una sonrisa la escena tan adorable.
—Papá Jimin es malo, ¿No corazón?—preguntó Taehyung acercándose a la bebé, poniendo un puchero al igual que ella. Mi pequeña asintió lentamente.
—¡Hey! Yo no he dicho nada—excuse—Claro que voy a comprar un helado para ti mi princesita hermosa..—le dije, besando su mejilla carmesí—Todos tendrán su helado ¿De acuerdo?—hablé más fuerte.
—¡Yeh!—festejó Taehyung.
Hoy sería un día más de alegría para mí, aunque aún siguiera con ese vacío en el pecho, pasando inadvertido en mi alma.
La noche caía sobre nosotros, la luz de la Luna nos iluminaba maravillándome. Los chicos se habían ido hace un par de horas, Taehyung y Hoseok tenían la ilusión de darles las noticias a sus familiares más cercanos y por supuesto esparcir la tan hermosa noticia de su compromiso con nuestros demás amigos faltantes. Gyeong corría detrás de una mariposa azul, pocas veces se veían de ese tipo por estos lados del bosque, por lo que mi bebé siempre salía al pasto para poder verlas mejor.
Sonreía por inercia al verla correr, a veces tropezaba pero volvía a ponerse de pie.
—Bebé ten cuidado—le dije observándola. Gyeong se giró a verme y me entregó una de las sonrisas más hermosas del mundo.
—Gyeong es fuerte, como papá—aquellas palabras me llenaron el corazón de amor y de orgullo. No era difícil deducir que ella se refería al único padre que ha conocido toda su vida, nunca pude mostrarle alguna fotografía de Yoongi, nunca tuve cámaras para poder guardar alguna imagen de él, algún recuerdo preciado de nosotros, no había nada para enseñarle a Gyeong quien era su otro padre, solamente tenía a mis palabras y lo que podría transmitirle en ellas a mi pequeña hija—Seré tú, papá..
Le sonreí.
Giré a ver por un segundo la majestuosidad de la Luna esta noche. Era más hermosa que otras noches, esta vez brillaba de una manera maravillosa, con una luz blanca que abarcaba todo lo que era el bosque y el pueblo completamente.
Volví mi mirada hacía donde estaría mi hija, pero extrañamente ya no estaba allí.
—¿Gyeong?—le llamé en voz alta—¿Estamos jugando a las escondidas bebé?—fruncí mi entrecejo cuando no oí alguna respuesta de su parte—Gyeong sabes que no se debe jugar a las escondidas en la noche, menos si estamos fuera de casa..
Mi preocupación incrementó.
Comencé a caminar más rápido, saliendo del perímetro de la cabaña para ir más al interior del bosque, oscuro, silencioso.
—¡Gyeong! ¡Deja que papá te encuentre!—le gritaba. No quería desesperarme, solo quería mantener mi mente fría y no pensar en situaciones más graves—¡Es hora de salir princesa, papá ya quiere encontrarte!
Mi corazón latía desembocado en mí pecho. Un nudo se había formado en mi garganta, y es que no entendía que había pasado ahora, ¿Cómo desapareció tan rápido y sin hacer mayor ruido? Era raro.
Iba a aclamar nuevamente su nombre en la entrada al bosque pero fue innecesario.
Quedé atónito. Me detuve.
Ella estaba bien, mi luz estaba a salvo.
Pero alguien la acompañaba, más bien un gigantesco lobo de pelaje blanco. Parecía que nada más Gyeong le admiraba, sus ojitos no se apartaron en ningún momento de esa majestuosidad, ni siquiera había notado mi presencia cerca suyo, pero aquel animal si lo había hecho, me veía.
—Gyeong..—le llamé temeroso, mi pequeña giró y me sonrió. Con emoción se acercó hasta a mí y me envolvió con sus pequeños bracitos—¿Por qué hiciste esto princesa? Por un momento temí que algo malo te había pasado, no lo hagas..
—Papá.. ese lobo—titubeó, su dedo índice llevándolo hasta sus labios entreabiertos—Ese lobo se esta metiendo a mi cabeza..
Le miré extrañado.
—¿Ese animal te dijo que vinieras a él?—ella asintió. Sentía familiar la situación.
—Quería ver a Gyeong..y yo obedecí—habló con un puchero en sus labios. Llevé mis manos a sus cabellos y los acaricie—Papá..—me llamó mi pequeña cachorrita.
Un sentimiento abrumador me llenó por dentro. Mi pecho apretaba, mis manos sudaban y no podía apartar mis ojos de aquel lobo que imitaba mis acciones. Sus ojos negros conectando con los míos, y entonces las lágrimas se acumularon en mis ojos, fue inevitable no sentirme triste.
Una ola de emociones atacándome.
—Papá quiero ir a casa..—murmuraba mi hija abrazada a mi cuello.
—E-en un momento princesa..—le dije, me puse de pie con ella en mis brazos, Gyeong dándole la espalda al animal, mientras que yo no podía hacer nada más que mirarlo a los ojos, intentado descifrar lo que estos luceros querían decirme—¿Min Y-yoongi?—me anime a preguntar.
Sentía que en cualquier momento estallaría y no podría permanecer de pie.
—¿E-eres tú verdad?—cada palabra dolía más que la anterior, esta intriga me estaba matando por dentro—Eres tú..
Quería llorar.
Quería exigirle a quien sea que estuviera detrás de ese hermoso pelaje blanco que se mostrará ante mí. Dolía imaginar que tal vez solo se trataba de un animal y ya.
Tristemente existía esa posibilidad, por más minúscula que sea, estaba allí.
—¿Papá..?
—Por favor.. dime de alguna manera que eres tú, por favor lo necesito..—insistía—D-dime que al fin has vuelto a mí lado..
Mi agarre en mi hija incrementó.
Y entonces fue cuando sucedió.. en cuestión de minutos aquel magnífico animal había dejado esas capas de piel peluda para dar paso a una piel tan blanca como la nieve, rostro angelical y ojos tan oscuros como las mismas penumbras del bosque, y de pronto la realidad misma se había congelado a mi alrededor. Era él.
Después de dos años, por fin lo tenía en frente, y me parecía tan irreal, fantástico.
—Hola mi amor..
Y su sonrisa lo empeoró todo.
Ay..esa sonrisa que tanto había extrañado.
—Yoongi..—lloré y corrí hacia él con mi hija aún en brazos. Sus brazos cálidos nos envolvieron a ambos y fue tan confortable para mí corazón—Gracias..gracias..—decía una y otra vez cerca de su oído—No sabes cuanto quise ir por ti, no sabes cuanto pensé que abandonar toda mi vida e ir por tí a donde sea que estuvieras.. nunca pude.
Acarició mis cabellos.
—También te extrañé mi vida, me estaba volviendo loco cada minuto sin tenerte a mi lado—dijo besando mi coronilla—Pero no podía regresar antes a tu lado, no si no podía controlar a mi Alfa aún, debía aprender a protegerlos de mi antes de siquiera pensar en volver..pero la espera a acabado, he regresado contigo y nuestra hija..—lloré aún más. Nuestra hija..
—Ella..esta tan grande Yoongi..
—Lo veo..es igual de hermosa que tú—sonreí sobre su pecho ahora húmedo por mis lágrimas—Es maravillosa Jiminie..
El tiempo separados el uno del otro había llegado a su fin, la espera acabó. Por fin podríamos ser felices al lado de nuestra hermosa y pequeña cachorrita. Habíamos cumplido nuestra promesa y esperamos el tiempo necesario para reencontrarnos.
—¿Dejará de verme así?.
Reí levemente.
Ambos nos encontramos sentados frente al sofá en donde se encontraba Gyeong.
—Tiene dos años Yoongi, esta asustada por ver que un gigantesco lobo se convirtió en una persona que ahora se encuentra sentada en el living de nuestra casa—dije tomando su mano por inercia—Aparte que ella..no sabe quién eres.
Pude ver como su rostro recaía.
—No te sientas mal..—le dije bajo—Las circunstancias nos obligaron a tomar esta decisión—él asintió lentamente—Ella sabe de la existencia de un papá que no soy yo, sabe que existes pero no te reconocerá de esta manera, nunca vio tu rostro..pero eso cambiará mi vida, ella te amará tanto una vez que sepa que tú eres su otro padre..
Una hermosa y casi inexistente sonrisa apareció en su rostro, curvando sus finos labios rosados. Había cambiado tanto.
No era el mismo Yoongi que se fue hace dos años atrás, estaba distinto, un adulto.
—De verdad que deseó mucho que ella me llame papá..—mi corazón se apretujo ante esa frase cargada de anhelo—Que corra a mis brazos cuando me vea y me diga lo mucho que me ama, tal y como lo hago yo—sus ojos brillaban a decir eso. Su rostro se giró hacia mi y entonces nos miramos—Quiero convertirnos en la familia que siempre deseaste mi amor, una hermosa..
Le sonreí bonito.
—El primer paso esta frente a ti Yoongi..—nuestra pequeña nos observaba mientras mordía su dedo pulgar, sus ojitos tan abiertos como estos mismos se lo permitían—Habla con Gyeong, y dile que eres su padre, comencemos por eso..
Su aroma exudaba nerviosismo.
Cerré mis ojos por un efímero momento, hace tanto tiempo que no había podido oler su aroma, sentirlo cerca de mi. Sus movimientos fueron lentos y algo torpes, era la primera vez que hablaría con su hija después de dos años sin estar presente.
Los ojitos de Gyeong brillaban ante nosotros, sus luceros yendo de mi hasta la silueta del Alfa que se encontraba frente a ella. Estaba confundida, lo sabía.
—Hola Gyeongnie..—saludó el Alfa—Sé que..no sabes quien soy ni porque estoy en tu hogar..—sus palabras eran lentas.
—¿Eres un superhéroe de verdad?—sus balbuceos fueron difíciles de entender al principio pero logramos entender al final—¿De esos que salen en los cuentos?.
Yoongi sonrió.
—Puedo ser tu superhéroe si así lo deseas princesa..—su mano temblante se acercó hasta los cabellos castaños de su hija—Ahora me verás más seguido en casa, de hecho todos los días de tu vida, seremos una familia de tres..—la cara de mi bebé fue de total desconcierto, apenas y tenía dos años, sería difícil tratar de hacerle entender un poco toda la situación que nos embarca ahora—Ahora tendrás a tus dos padres presentes princesita hermosa.
Me acerqué hasta Yoongi y tomé su mano, entrelazando nuestros dedos.
—Cariño..—le hablé a Gyeong—Siempre te hablé de un hombre increíble asi como en tus cuentos, que paso sus días amándote desde el primer momento que supo que tu vendrías a bendecir nuestras vidas. Ese hombre es él, Min Yoongi es tu padre..
—¿Papito?—pronunció dulcemente, recargando su acentuación en el "To".
Yoongi derramaba lágrimas sin cesar.
—Así es mi princesita hermosa..soy tu padre—el Alfa se arrastró hasta el sofá en donde se encontraba nuestra hija y acarició con timidez sus finos cabellos, para eventualmente besar con lentitud su frente. Mi pecho se inflaba de orgullo.
Más tarde me uní a esa burbuja de emociones hermosas, brindándoles un cálido abrazo a las personas que más amaba en este mundo tan imperfecto.
—Seremos una familia ahora..—musito Yoongi—Cumplí mi promesa, regresé y nunca más volveré a alejarme de ustedes.
—Siempre confié en ti mi amor, siempre..—dije y abracé aún más fuerte a mi luz, Gyeong se encontraba entre nosotros, sus manitas tímidamente agarradas de la camisa que llevaba su padre, mientras que su rostro se escondía entre la hendidura de mi cuello—No hay que temer ahora..no hay que seguir esperando..todo esta bien, podremos ser felices los tres..
Los tres..
Días después.
La brisa cálida de la tardé me abrazaba por completo, estaban por ser las siete de la tardé, y sol comenzaba a ocultarse, el hermoso firmamento sobre nosotros se teñía de suaves colores rosados pasteles, reflejando aquella majestuosidad en las cristalinas aguas del lago frente a mí.
Alce la mirada y observe a mi alrededor, maravillado por todo lo que veía. Hace tan solo algunos años fue que mi Alfa me lo enseñó por primera vez, y se sentía de una manera tan cercana ese momento, como si tan solo ayer ambos camináramos por estos mismos prados, sintiendo la misma suave brisa acariciar nuestros rostros. Aquél siendo el mismo momento en que se desató el caos y las plagas del mismo infierno subieran al pueblo de Yang-dong.
Un vacío incrementó en mí pecho.
Nunca olvidaría lo que sucedió. No podría.
Aunque quisiera, el pasado siempre me alcanzaría y no me dejaría olvidar ese día.
El comienzo de una vida entre lobos.
Aunque ya pasaron dos años de eso, el miedo y la incertidumbre de que vuelva a suceder algo como eso, nunca se irían.
—¡Papá ven!
Dejé de divagar en mis pensamientos y presté completa atención a esa vocecita.
Sonreí inmediatamente al captar a mi Gyeong agitando su pequeño brazo en el aire, saludándome desde la lejanía. Su pequeño cuerpo yacía sobre los hombros de su padre, sus piernas a cada lado, la sonrisa que me entregaba el amor de mi vida sin duda había sido carga de energía para mi alma, verlos a ellos juntos, hacia que mi vida estuviera completa por fin. Ya nada me podía hacer más feliz que ver a mi Gyeong compartiendo con Yoongi.
—¡Cariño ven con nosotros!—llamó Yoongi—¡Gyeong quiere probar el agua!
Me puse de pie.
—¡No, no, no! ¡Ya es tardé para jugar en el agua!—caminé apresuradamente hacia ellos, escuchando sus risitas, de pronto ambos desaparecieron de mi campo de visión—¡Donde están! ¡No me gusta jugar a las escondidas!—busqué alrededor.
Disminuí la velocidad cuando llegué a la orilla del lago. Ninguno se encontraba allí.
—bufé—Tendré que encontrarlos..—comencé a acercarme aún más a la orilla y observe entre unos pequeños arbustos que habían cerca, alce la mirada y vi hacia el otro lado del lago, tampoco vi nada.
Sonreí con mis ojos entre cerrados.
Habían sido astutos para esconderse tan rápido de mí en este corto tiempo. Y justo cuando pretendía girarme para buscar en otro lugar, las dos personas más amadas de mi vida se encontraban frente a mi. Las manos de mi Alfa sostenían un hermoso y delicioso pastel con crema blanca y flores de mazapán rodeando la superficie.
—¿Q-que es todo esto?..—pregunté con esa emoción en mis palabras.
—Feliz cumpleaños mi amor..—acercó el pastel hacia mí. Le miraba perplejo, sin poder creer lo que estaba pasando—¿Creíste que olvidaría que hoy cumple años el amor de mi existencia? Obvio no..
Llevé una de mis manos a mis labios. Viendo con cariño y admiración aquel pastel y hermoso gesto de mi amado. Mi pequeña hija dejó la cajita sobre el césped y se acercó hasta mí, abrazándome.
—Papá, feliz cumpleaños, un regalo bonito para ti..—me agache a su altura, antes que se girará para recoger el regalo me beso la mejilla y siguió, luego de un tiempo ella volvió a girarse hacia mí, acercándome esa caja con un moño en su tapa superior.
—Gyeong, ve con papá—habló Yoongi, viendo con una linda sonrisa a su hija—Y tú, el regalo lo abrirás más tardé, es una sorpresa que Gyeong y yo quisimos darte.
Asentí con mis ojos ardiendo.
Tragué saliva con pesadez, inhale y exhale con calma, esto me estaba emocionando.
—Bien..—mi Alfa había encendido las velas. El número veinte se iluminaba en el pastel—Uno, dos, tres.. Cumpleaños felíz, felíz felíz—cantó Gyeong—Que lo cumplas Park Jimin, que los cumplas feliz—Yoongi se había detenido en su canto, dando paso al canto de mi hermosísima bebé.
—Feliz feliz..—y aplaudió—¡Papá se hace más viejo!—gritó con emoción. Sonreí entre lágrimas, encantado con todo esto.
Bajé a Gyeong y la dejé con cuidado sobre el césped. Con cuidado me acerqué a las velas, miré a Yoongi quien me miraba con adoración, incitándome a pedir mi deseó.
Cerré mis ojos y pensé en algo.
Lo que más deseaba justo ahora.
Sonreí cuando capture mi deseo, sople.
—Felicidades veinteañero..—sonrió con diversión. Le seguí, imitando su acción.
—Había olvidado que ya era trece de octubre..de verdad me tomo por sorpresa, muchas gracias Yoongi, fue lindo..—él me sonrió y me dio señal de que le siguiera.
Nos alejamos de la orilla del lago y caminamos hasta nuestro sitió. En donde teníamos una pequeña manta y otras cosas para entretenernos durante la tarde. Dejó el pastel sobre la mantita y se acercó hasta mí. Cerré mis ojos ante la caricia de sus manos suaves, apoyé mi mejilla sobre su palma, amando la sensación que me propinaba, hace mucho que no la sentía.
—¿Qué fue lo que deseaste? ¿Se cumplió o es algo para un futuro lejano?—indagó con voz suave. Su dedo pulgar acariciaba mis pómulos, tan delicadamente.
—Esperó que se cumpla. No es mucho, pero me haría inmensamente feliz ahora—me alejé del tacto de mi amado Alfa y me giré, viendo como el atardecer se reflejaba en el agua cristalina, los brazos de mi Alfa me rodearon la cintura, su mentón sobre mi hombro, su respiración acariciando mi mejilla, ambos soltamos un suspiro largo.
Nuestros ojos se posicionaron en nuestra pequeña luz, Gyeong se encontraba detrás de una mariposa, riendo y saltando por doquier con sus pies descalzos, se veía tan hermosa, se me llenaba el pecho de orgullo al verla crecer tan felíz y dichosa.
—¿Puedo saberlo?.
—Ansío poder detener el tiempo, justo en este instante, siendo feliz, contigo a mi lado y viendo a nuestra hija crecer feliz..—dije con lágrimas en los ojos—No quiero volver a sufrir en mi vida, no quiero saber más de dolores, de agonías, quiero que todos esos sentimientos nunca logren un día alcanzarme, ni menos a mi bebé o a ti, quiero ser esa familia que siempre quise..
—Y la tienes mi amor.. ¿Acaso no lo ves?—afiance aún más su abrazo a mi alrededor—La familia que siempre deseaste esta justo frente a ti, nuestra pequeña hija corre despreocupadamente por el prado, crece de la manera más feliz posible, porque tú te has encargado de que sea así, tú solo has comenzado a crear a tu familia y yo regresé para hacer ese sueño más real..
—Si lo sé, y amo que estés con nosotros de vuelta, que nuestra hija sea feliz, pero..—titubee—¿Será siempre así?..no quiero que vuelvas a apartarte de mi lado Yoongi, no podría soportarlo una segunda vez..
—Nadie tiene manejo del futuro Jimin, pero lo único que sé, es que nunca me iré otra vez, no los abandonaré, porque así lo decidí, así lo quiero y nada ni nadie podrá cambiar eso esta vez ¿De acuerdo?..
Me giré y le miré a los ojos.
Ladee la cabeza y le sonreí enternecido, entre un sin fin de lágrimas en mi rostro. Acerqué mi mano hasta su rostro y pose una en su mejilla, moldeándose perfecta.
—¿Lo prometes?..
—Por supuesto que sí amor..lo prometo.
Nos sonreímos.
—¡Papás! ¡Capturé a una mariposa!
Ambos nos giramos ante la exclamación de nuestra cachorra. Quién traía una sonrisa inmensa en su rostro, mientras que sus manos se hallaban pegadas una a la otra, impidiendo dejar salir al bichito.
—Cariño que te he dicho sobre esto..—me agache hasta quedar a su altura—No debes apresar a las mariposas, les haces daño bebé..les quitas su oxígeno—dije y con cuidado abrí sus manos, noté como intercambiaba sonrisas con Yoongi, lo que me pareció de lo más adorable. Una vez abiertas completamente sus manos, pude ver una hermosa sortija entre ellas.
Rápidamente me giré a ver a Yoongi.
Él sacó la sortija de las manos de Gyeong y se acuclillo frente a mí.
—No se me ocurrió una manera más original que está, Park Jimin..¿Aceptarías casarte conmigo?—Gyeong aplaudía sin parar.
—Por supuesto que sí Min Yoongi—asentía una y otra vez—¡Q-quiero casarme contigo!
—¡Si! ¡Te dije que le pediría matrimonio!—ambos giramos nuestros rostros y vimos que aquella voz pertenecía a una de nuestros amigos, Bursin Acacias. Sonreí.
Su abrazo fue de lo más reconfortante.
Aunque su vientre de siete meses, ya se hacía notar entre nosotros. Yoongi saludaba a Namjoon con real afectó. Ellos se habían extrañado increíblemente. Bursin acarició mis cabellos antes de separarse del abrazo, nos sonreímos.
—Feliz cumpleaños Jiminie y felicidades por tu compromiso, estoy feliz por ti, de verdad que me pone demasiado contenta ver como tus sueños se hacen realidad..—mi cabeza decayó levemente, sonreí cuando la volví a levantar—Y pensar que hace algunos años seríamos nosotros con quienes nos casaríamos ¿Qué loco no?.
Reí en armonía.
—Hubiera sido demasiado extraño que tú fueras mi esposa—su cara fue de total disconformidad, eventualmente carcajeo—Siempre te vi como una buena amiga, me diste apoyo cuando nadie más lo hizo, aparte de Yoongi claramente, eso nunca lo voy a olvidar—tome sus manos y les di un leve apretón—Muchas gracias Bursin..
—No agradezcas, eres una persona maravillosa Jimin, también tengo muchas cosas que agradecerte a ti—sonreí.
—Bueno cariño, déjame felicitar al novio—habló Namjoon. Bursin le miró con amor y luego se alejó de mi para ir con Yoongi. Namjoon alzó sus brazos y me envolvió en ellos—Felicidades por el compromiso Jiminie y feliz cumpleaños, te mereces toda esta felicidad en tu vida, que siempre te lluevan las buenas noticias, siempre podrás contar conmigo y con Bursin ¿De acuerdo? Ambos siempre contarán con nuestro apoyo y fidelidad para todo..
—De eso no tengo dudas Namjoon Hyung, espero lo mismo de mis demás amigos..
Acarició mis mejillas abultadas.
Otra cosa que había cambiado en estos años, era que había aumentado de peso.
Algo que le ponía demasiado contento a mi Alfa, y a todos en verdad, tuve un lapso de tiempo en donde estaba muy delgado.
Me sobresalte ante aquel fuerte ruido.
Kim Taehyung y Hoseok se encontraban frente a nosotros, mientras miles de papeles de confeti caían sobre nosotros.
—Nos asustaste Tae..—se quejo Yoongi de buena manera. El Alfa pelirrojo se limitó a reír sin parar, tan despreocupadamente.
—¡Feliz cumpleaños Jimin! ¡Mira esta belleza! ¡Acaban de llegar miles y miles de cajas al negocio de la señora Hye!—comentó con emoción Tae. Hoseok solo rodó sus ojos y se acercó a nosotros—Miren todo lo que hace, vaya...
—No me lo digan..—habló Hoseok refiriéndose a Bursin y a mí. Reímos.
—Parece un pequeño cachorro—hablamos Bursin y yo al unísono. Los tres cruzamos nuestros brazos al ver como los tres Alfas se ponían a jugar con los demás cañones de confeti que había traído Taehyung.
—Ni Gyeong se comporta así..—dije con diversión. Pareciéndome de lo más tierno como los Alfas jugaban entre ellos.
Nos giramos en dirección al lago, entre cerré mis ojos ante la luz del atardecer. Ya estaba por oscurecer en el pueblo. Mi lobo se regocijaba de amor ante nuestro Alfa, su comportamiento nos hacia querer correr detrás de él y apretarle sus mejillas, se veían tan adorable corriendo con ellos.
Gyeong se había acercado a mí, requería de su dosis de abrazos, por lo que pase mis brazos por sus hombros y la acerqué a mi lado, veía a su padre con atención.
Pasos se acercaban a nosotros.
Me giré para ver quién era, sonreí al ver a Seokjin acercarse, venía sólo al parecer. No había señales de su sombra, o como todos lo conocían, Jeon Jungkook.
—Hola Hyung..—saludé.
—Hola Seokjin..—saludaron los demás.
Jadeo de cansancio.
—¡Tío Seokjinie!—Gyeong saltó a sus brazos con emoción y rapidez. Aquella sonrisa tan espléndida apareciendo en el momento justo que su sobrina trepó por su cuerpo para subirse a sus brazos.
—¡Gyeongnie! ¿Cómo estas preciosa?—preguntó con voz dulce.
—¡Bien! ¡Me estoy divirtiendo mucho!—contestó eufórica—¡Mira mira! ¡Papá y los tíos están jugando por allá con papeles de colores!—Seokjin se giró para ver a los Alfas. Riendo al igual que nosotros.
—¿Dónde dejaste a tu Alfa?—pregunté con diversión—Se me hace raro no verlo a tu lado, siempre te acompaña a todas partes—el Omega suspiro.
—¿Dónde crees que esta?.
Los cuatros nos giramos ante la exclamación que escuchamos recién. Eso respondiendo a nuestras dudas.
—¡Traje nieve en spray chicos!—el Alfa Jeon parecía más emocionado que todos los demás, y era el mayor de ellos—¡Miren chicos! ¡Traje para todos!—los corazones en los ojos de Seokjin se hacían notar.
—Esto es increíble..—comentó Bursin.
—Quién diría que aún guardaban una pizca de su cachorro interior—agregó Hoseok.
Seokjin bajo a Gyeong y se acercó a nosotros, sus brazos cruzándose sobre su pecho. Un suspiro largo salió de su boca.
—¿Será este un buen momento para decirle que estoy encinta?—todos nos giramos a verle con evidente asombro.
—¿Que?—respondimos a coro lo tres.
—Eso, en la mañana me sentía mal, me daba vueltas el estómago y comencé a sospechar de que podría tratarse, contando que desde hace una semana mi apetito cambió drásticamente, de hecho hasta creo que subí un par de kilos más, me hice un test en la mañana, es positivo..—todos guardamos silencio. Seokjin se giró a vernos con una leve sonrisa—¿Es buen momento para decirle que seremos padres?—una emoción gigantesca se albergó en mi pecho, siendo inevitable no abrazarle con todas mis fuerzas a Hyung.
—Felicidades Hyung—le dije—Serán unos grandiosos padres.. cualquier momento será perfecto para darle esa noticia..
—Ahora tendrás que cuidar de dos cachorros Seokjinie—comentó Bursin con notable diversión en sus palabras.
—No me lo recuerdes..—río levemente Seokjin, recibiendo el cálido abrazo de la Alfa—Sé que le encantará la noticia..
—Por supuesto que será así Seokjin—le abrazó esta vez Hoseok. Miré con cariño a mis amigos, me encantaba verlos felices, di un suspiro y me giré a ver a Gyeong. La sonrisa que había nacido en mis labios se esfumó cuando no la vi cerca de mí.
—¿Vieron a donde se fue Gyeong?.
Todos negaron.
Comenzando a buscarla conmigo.
—¡Papá, papá! ¡Tío Seokjinie tiene un cachorro en el estómago! ¡Hay que decirle al tío Kook!—se escuchó la voz de mi luz a lo lejos. Los ojos de Seokjin se abrieron en sorpresa, su rostro tornándose de un color carmesí, y los Alfas deteniéndose justo en ese instante que Gyeong gritó.
Jungkook había caído al pasto, enredandose con sus pies, su rostro evidenció el asombro que le causó.
—Jimin..—llamó Seokjin.
Le miré apenado.
—Lo siento Seokjin Hyung..—mordí mi labio inferior avergonzado—¡Min Gyeong ven en este instante!—la pequeña comenzó a correr lejos de nosotros—¡Yoongi trae a nuestra hija ahora mismo!
Bursin y Hoseok no hacían más que reír.
Y en lo que Yoongi y yo reprendíamos a nuestra cachorrita, los futuros padres se abrazaban con afectó, emocionados por la reciente noticia del embarazo del Omega.
Tomé a Gyeong entre mis brazos, Yoongi se posicionó detrás de mí, abrazándonos a ambos, nuestros ojos fijos en la pareja.
—Es maravilloso ¿No lo crees?—indagó el amor de mi existencia. Sonreí.
—Lo es.
—Entiendo la emoción de Jungkook..saber que el amor de tu vida está encinta es una de las noticias más importantes para nuestras vidas..es lo más maravilloso que nos puede pasar—asentí, entrelace mis dedos con los suyos—Aún recuerdo como fue esta noticia para nosotros, no fue en nuestro mejor momento, pero sin duda saberlo nos dio esa luz que nos faltaba..
—Iluminó nuestro camino..—agregué.
Hubo silencio por unos minutos.
—Me gustaría volver a experimentarlo..
Fruncí mi ceño.
Me giré levemente y le hablé.
—¿Qué específicamente, cariño?.
—Ser padre, me gustaría poder acompañarte en todo el proceso, ir a los ultrasonidos, saber el sexo del cachorro, contar los días para darle la bienvenida, poder estar en el parto y cargar a mi bebé por primera vez..—un nudo se formó en mi garganta—Con Gyeong no lo pude hacer..
—Te dije que no fue tu culpa, las circunstancias nos obligaron a tomar esa decisión, se que si hubieras tenido la opción de quedarte lo hubieras hecho, pero era necesario que te fueras y entiendo eso, me costó, pero lo entendí..—me giré completamente y le miré a los ojos, esos ojos tan oscuros y brillantes.
—Nunca tuve que haberte dejado solo, debíamos pasar ese hermoso proceso juntos—su mirada viró hacia otro lado.
—Hey..estas aquí ¿No? Estas con nosotros, acompañándome en este proceso de criar a nuestra pequeña juntos—acaricie su rostro mientras le sonreía.
—Dos años tardé..
—Podemos volver a intentarlo..—sus ojos conectaron con los míos—Tu madre estaría fascinada con la noticia de otro nieto en la familia, a mi padre también le haría bastante ilusión volver a ser abuelo..
—¿H-hablas en serio?.
Asentí.
—Por supuesto mi vida—delinee su perfil—Me encantaría volver a cargar un hijo tuyo, poder experimentar de nuevo ese amor..—me abrazo fuertemente, con cuidado de no aplastar a nuestra bebé—Ya Yoongi..
—Te amo demasiado..
—Yo también, desde siempre lo hago..
—¿A mi también me aman?—de pronto la voz de Gyeong se hizo presente en la conversación—Yo también amo a papá..
—Y nosotros a ti lucecita.. desde siempre te hemos amado—respondimos mientras le atacamos con besos en sus abultadas mejillas blanquecinas—Eres lo mejor que nos ha pasado en la vida. ¿Cierto Yoongi?
—Cierto, eres el amor de nuestras vidas..—sonreí enternecido. Ambos seguimos con el maravilloso ataque de besos a Gyeong.
Tuve que esperar demasiado para poder ser plenamente feliz. Poder experimentar el verdadero amor de una familia real, ser ese alguien libre que soñaba cada noche a la hora de dormir. Lamentablemente gente importante había dejado atrás en el camino, las cosas habían salido diferente, pero era feliz, y puede que suene egoísta, pero por fin era feliz, y a un costo grande.
La Diosa Luna le había brindado esa alegría y dicha a mi vida. Me ayudó a traer al mundo al ser más puro y hermoso, me trajo de vuelta a mi Alfa y me ha regalado una nueva familia a quienes amar, una fiel y cariñosa. Y no podía pedirle más a ella.
A nuestra Diosa Luna.
Ella hizo posible todo esto.
Hoy era feliz, al lado de mi familia, gracias a mis súplicas y noches de llanto a ella. El tiempo y la espera en el pasado valió la pena, me hizo quien soy ahora, y no cambiaría nada de eso para haber llegado hasta este punto, todo tiene un porque, y aunque haber vivido entre lobos no tenga una respuesta en concreto, nunca dudaría del porque nuestra Luna nos impuso aquel tormentoso desafío. Me hizo más fuerte.
Nos habíamos vuelto inquebrantables.
Y eso nadie jamás podría cambiarlo.
Fin.
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