Epílogo parte 1
Jimin.
Un mes había pasado desde lo ocurrido.
El pueblo, o lo que había quedado de el, pasó a pasó volvía a la normalidad, a ser lo que solía ser en un principio, antes que todo este infierno ya acabado, comenzará.
Las cosas han sido diferentes desde entonces, muchas cosas habían pasado que nunca me imaginé que pasarían, las pocas personas que lograron sobrevivir, vivían atemorizadas, aquél temor que ese lobo había plantado en cada alma persistía en cada habitante. La gente comenzaba a huir a sus hogares apenas la última luz del día desaparecía entre las copas de los frondosos árboles de Yang-dong y apagaban cada pizca de luz en sus casas con el miedo de que algún día esa bestia volviera a atacarnos.
Habían sido días difíciles sin duda. El inicio de una nueva vida para todos fue de lo más complicado, dejar atrás personas, recuerdos, sensaciones, emociones, sería un trabajo muy doloroso. La mayoría de aquí perdió familias completas, amigos, padres y madres, hermanos menores..no había quedado nadie en quien apoyarte.
Mi madre había muerto frente a mis ojos.
Sus últimas palabras, su último aliento, lo había ocupado para retractarse y pedir el perdón que después de todo se merecía. Supe con ello que ella nunca dejó de estar para mí, que siempre me amo tanto como yo la amé. Yo la hubiera perdonado, era lo que siempre esperé que sucediera. Madre e hijo volviendo a ser una linda familia. Pero lamentablemente las cosas nunca funcionarán como una quisiera, y de eso se trata el destino, de cosas inciertas, un juego de adivinanzas en donde faltaban siempre piezas, un juego de la fortuna en donde apostabas todo sin saber nada...
Yo había apostado demasiado, con la esperanza de que mi rota familia de seis volviera a ser la de antes. Quería que mi hermano volviera a la casa y se olvidará de su venganza, que dejará esa sed por acabar con las personas de este pueblo, y que fuera mi hermano otra vez y no un Alfa al cual debía temer, no quería eso, y entonces en un abrir y cerrar de ojos lo había perdido todo, mi madre y hermano, los había perdido a ambos para siempre.
Y nunca llegué a imaginar siquiera pasar por un dolor tan horrible como este, porque yo deseaba otro final para ellos.
—¿Jimin puedo pasar?—llamaron a la puerta. Gire mi rostro y sonreí a la persona que se encontraba en el umbral.
—Hola Seokjin Hyung..—saludé. Bostece en medio del saludo, apenas eran las ocho de la mañana y ya todos estábamos despiertos—¿Qué me traes el día de hoy?.
Río levemente.
Terminó por entrar a la habitación, con cuidado de no derramar nada de lo que venía en la bandeja de madera.
—Mamá quiso que probaras algo liviano hoy—comentó, salí de la ventana y a paso lento camine hacia la cama. Arrastrando aquél sostenedor para el suero y demás cosas que Seokjin cree necesarias para mi mejoramiento—Aquí hay un rico jugo de piña, unas tostadas con mermelada y un postre de cerezas por si tienes hambre aún..—sonreí, viendo maravillado aquella apetitosa variedad de platillos—Pruébalo.
—Muchas gracias Hyung..esto, de verdad se ve delicioso—dije con sinceridad. Tomé los cubiertos y probé primero las cerezas, aquel exquisito sabor estallando en mis papilas gustativas—Vaya, esta riquísimo..
—Lo cocinó mi madre por supuesto—dijo con orgullo—Bueno, ahora debo partir. Tengo que cubrir horas extras en el hospital por la baja excesiva de personal y porque hubieron unos pocos heridos..
Cierto.. podía ser un alivio que pocas personas hubieran salido lastimadas, pero el resto estaba muerto, entonces la perspectiva de aquella frase cambiaba.
A veces me costaba entender esto. Estando siempre aquí dentro, me daba la sensación de que todo seguía normal. No dije nada al respecto, Seokjin Hyung había besado mi frente y ordenado un poco el leve desorden que mantenía en el cuarto.
—Recuerda comer todo lo que está en esa bandeja—dijo seriamente—Recuerda que debes recuperar fuerzas.. alguien muy especial necesita que estés saludable..—sonrió dulcemente—¿De acuerdo Jimin?.
Asentí levemente.
—Hyung..¿Tú.. has sabido algo de él?—mordí inconscientemente mi labio inferior.
—Él está bien Jiminie, no te preocupes..—fue su simple respuesta.
—¿Cuándo vas a dejar de mentirme?..—me anime a preguntar. Su rostro tornándose serio y sin expresiones—Dime la verdad..
Un suspiro salió de sus labios.
—Es la verdad Jimin, él se encuentra bien—dijo acercándose nuevamente y tomando asiento a un lado mío—Debes dejar de preocuparte, no te hará bien para nada el que estés todos los días tensó, sabes lo complicado que ha sido salir adelante este mes.. tu embarazo es de alto riesgo ¿Puedes entenderlo Jimin?—asentí.
—Lo sé.. pero si él está bien.. ¿Por qué no ha regresado a casa? ¿Por qué se sigue aislando Hyung?—me sentía confundido—Desde lo que pasó esa noche que Yoongi dejó de venir a casa, no se lo que pasa...
Tomó mis manos.
—Tú sabes porque está haciendo esto..—dije con tristeza.
—Es..algo complicado de decir Jimin..—su agarré en mis manos se afianzó—Pero sé que mi hermano encontrará el momento perfecto para explicártelo todo ¿Bien? Por el momento solo debes preocuparte de tu cachorro, es el que más te necesita ahora.
Mi hermano está bien, sabe cuidarse solo.
—¿C-cuándo podré verlo?—musite.
—No lo sé, pero me encargaré de que sea pronto—me sonrió y acarició mi mejilla—Ahora encárgate de alimentarte bien, mi sobrinito necesita todas las energías para crecer sano—ambos sonreímos con la emoción pintada en nuestros rostros.
—Adiós Hyung..
—Te veo más tarde pequeño.
Y salió de la habitación..
Dejándome nuevamente sólo, amarrado a las cadenas que me obligaban a estar en esta habitación hasta que llegará el tiempo oportuno para poder salir afuera.
El maravilloso lienzo en el firmamento era pincelado por hermosos colores pastel. La brisa cálida se hacia notar en el ambiente y por primera vez, se podía respirar paz y tranquilidad en el pueblo. Se veía poco movimiento por las calles, solo los albañiles y Alfas hombres circulaban por los alrededores con el único fin de ayudar y volver a recuperar nuestro hogar.
De volver a resurgir de las brasas del infierno y los escombros del suelo.
Giré mi rostro y miré por un momento aquel porta suero. Había pedido un poco la noción del tiempo de cuanto he traído esto a mi lado, acompañándome cada día. Siendo mi más fiel amigo actualmente. Como había dicho, las cosas habían cambiado demasiado este último mes, las personas que yo creía que estarían a mi lado siempre, ya no estaban, por lo menos no de una manera frecuente, había dejado de verlos más a menudo desde ese día.
Quería entender porque eran así conmigo, cada día me esmeró por encontrar una respuesta al porque de esa actitud tan mierda que habían adoptado de un día a otro, pero nunca hallaba una respuesta. Y era una de las razones porque no lograba salir de esta habitación, de alguna manera aquí me sentía más seguro que afuera, no quería encontrármelos, porque sabía que algo me escondían y temía lo que pudiera ser, no quería salir más lastimado, quería ser feliz con la familia que tenía ahora.
Aún así, siempre los recibiría con los brazos abiertos, porque eran parte de mí.
El ruido de una leves risillas llamaron mi atención, venían de afuera del cuarto. Y era imposible no adivinar de quiénes eran esas hermosas carcajadas, hace días no las había escuchado y sin duda hacerlo era de lo más reconfortante para mi alma.
Mi lobo adoraba escuchar.
Esperé con una sonrisa en el rostro. Hasta que finalmente la puerta fue tocada pero abierta inmediatamente por dos niños que corrieron rápidamente y con emoción a mi lado, los recibí con un cálido abrazo.
—¡Jiminie Hyung!—gritaron a coro—Papá no quería traernos porque decía que estabas muy enfermo y que necesitabas descansar mucho, mucho tiempo..—habló ahora Kwan. Un puchero se formó en sus labios—¿Eso es verdad Hyung?..
Le sonreí dulcemente.
—Es verdad, pero ya estoy mucho mejor..—les aseguré.
—Papá nos dijo que hay un bebé en tu estómago—reí ante el comentario de Suk—Pero con Kwan no entendemos, ¿Puedes tener un bebé en el estómago cuando son así de grandes?—separo sus manos al frente de mi y señaló una distancia, reí.
—El bebé aún no es tan grande, corazón—dije apretando sus abultadas mejillas—Apenas tengo casi dos meses, cuando tenga cinco meses, el bebé estará mucho más grande, ahí lo podrán ver mejor en una fotografía que hacen los doctores..
Ambos asintieron sin más.
Era claro que ninguno había entendido, pero aún eran muy pequeños para hacerlo. Papá después de esa plática se acercó hasta mí y me abrazó. Lo había extrañado y decir demasiado se hacia muy poco a como en verdad lo extrañaba.
Le necesitaba.
—Te ves bien hijo—susurró en mi oído.
Papá se había tomado realmente bien la noticia de un futuro nieto en la familia Park. Pero eso no dejaba de ser una preocupación para él, después de tantas complicaciones, él temía más por mi vida que por la del cachorro, y era entendible.
—Aquí me cuidan muy bien padre—dije aún en el abrazo—Seokjin Hyung se encarga de darme todo lo necesario para que el cachorro crezca bien y sanito..
Nos separamos.
Él me sonrió cálidamente.
—Estoy muy orgulloso de tí..—acarició mi rostro—Has pasado por tanto y aún sigues de pie..aún sonríes maravillosamente como si nada hubiera pasado y eso hijo, es de lo más admirable, eres admirable..
Sonreí apenado.
Mi cabeza decayó y entonces sentía como las lágrimas se aproximaban. Papá lo había previsto porque rápidamente alzó mi rostro y me obligó a mirarle a los ojos.
—No llores mi vida..—secó mis lágrimas. Me encargué de ver que mis hermanos no estuvieran mirando, me calme cuando los vi mirando por la ventana, volviendo mi vista hacia donde estaba mi padre—Hey..
—No soy admirable papá.. una persona admirable no hace esto—dije señalándome, las lágrimas caían por mis mejillas—Lloró todas las noches cuando la luces se apagan, me lamentó cada día la muerte de mi madre y de Chanyeol, quería otra vida para ellos, un final feliz.. lloró en las noches porque me hubiera gustado salvarlos a ambos, darles oportunidad de comenzar otra vez, con nosotros.. ser la familia que solíamos ser..—suspire, mis labios temblaban al hablar—Lloró todas las noches porque mi Alfa no está aquí, lloró porque sé que todos me mienten..—me detuve por un momento, intentando regular mi respiración—Una persona admirable siempre se mantiene firme, yo nunca lo hice padre.. nunca fui admirable..
Los brazos de mi padre me envolvieron rápidamente. Me dieron esa contención que tanto me hacía falta, y que nunca me atreví a pedirle otra persona que no fuera mi Alfa, el cual no estaba en este instante.
—Y eres admirable por eso mismo hijo—acarició mi espalda—Por lo mismo que has pasado te hace ser alguien admirable, alguien completamente fuerte, porque no cualquiera sería capaz de soportar tanto y entregar todo de si mismo para los demás—sus palabras rondaban por mi cabeza—Eres un ser excepcional Jimin, maravilloso en toda la extensión de la palabra, nunca olvides quien eres, como eres y los valores que te componen ¿De acuerdo?.
—Necesito que todo vuelva a estar bien..—murmure contra su pecho.
—Se paciente, la Diosa Luna te está preparando un futuro próspero hijo mío..—me separo de su lado y me miró al rostro—Dejaras de sufrir en silencio, serás feliz..
Sonreí después de un rato.
Haber hablado de esto con papá sin duda alguna me había servido demasiado.
—Gracias.. por escucharme padre..
—No agradezcas, para eso estoy Jimin..—me sonrío. Me reincorpore y seque las lágrimas de mi rostro, no quería que mis hermanos ni nadie más me viera así. Se supone que debería estar tranquilo, sin preocupaciones por el bien del cachorro.
—¡Yoongi Hyung!—mi corazón dejó de latir por un momento. Todo sucedió como en cámara lenta, mis hermanos corriendo a la puerta, abrazándose a las piernas de aquel Alfa pelinegro, él mirándome a mí.
Mi padre me vio preocupado.
No podía quitar mis ojos de él, ¿Por qué mierda lucia tan diferente? ¿Qué había pasado realmente en este horrible mes?.
—Padre.. ¿Podrías salir un momento con mis hermanos?—dije sin quitarle los ojos de encima—Necesito hablar con Yoongi.
Él sólo asintió, tomó a mis hermanos de las manos y salió en silencio del cuarto. Entonces fue cuando todo se volvió aún más tenso desde que el había pisado el umbral de la puerta. Recién caí en cuenta de las maletas que traía consigo, luego las dejo en el suelo de madera y se quedó de pie, a metros de mi, observándome.
—¿Estás.. bien?.
Quise reír en ese momento.
¿Qué clase de pregunta para iniciar una conversación después de un mes sin vernos era esta?. Me limité a guardar silencio, desviando la mirada de su lado.
—Nuestro hijo.. ¿Cómo ha evolucionado?—tragué saliva con incomodidad, le escuché suspirar—Jimin por favor háblame..
Y entonces le miré.
—¿Quién te crees que eres Min Yoongi?—le pregunté. Su ceño se frunció—¿Cómo se te ocurre aparecer de esta manera tan casual cuando no nos hemos visto en un maldito mes entero?—guardo silencio—¿No tienes nada que decirme Yoongi?.
—Perdóname..—mi corazón dolió—Fui un completo imbécil, un egoísta.. tuve que decirte porque estaba haciendo todo esto—su voz tembló—Solo pensé en mi y no en lo que tú sentirías al no tenerme contigo..
—Me has hecho demasiada falta—dije—¿Por qué te fuiste? ¿Qué fue lo que pasó?.
—Es algo difícil de explicar mi amor.. pero-
—¡Por qué todos me dicen lo mismo! ¡Ya basta!—exclame con tristeza—¡Nadie es capaz de decirme lo que está pasando!
Yoongi rápidamente se acercó hasta mí y me abrazó. Fue tan de repente, tan rápido, se sentía demasiado bien estar por fin en sus brazos, ese calor que emanaban me hacia sentir nuevamente a salvo, salvando todo en mi de no caer a la deriva. Pero no todo podía estar bien, había algo más en este abrazo, de alguna manera sentía que este sería el último que podríamos tener.
Mi novio se separó de mi lado y me llevo hasta la cama en donde tomamos asiento.
—Estoy aquí porque vine a decirte lo que esta sucediendo—habló—No quiero que sigas en la incertidumbre, sufriendo por mi culpa al no saber porque todos nos estamos comportando de esta manera—entrelazo sus dedos con los míos, tan suaves y cálidos, era reconfortante tenerlo así de cerca—La noche que atacamos a Chanyeol, pocos minutos antes que tú y mi hermano aparecieran, algo sucedió, no lo había notado al principio, creía que se trataba de un simple dolor, algo pasajero que muy pronto se iría y entonces todo estaría bien..—me asusté—Pero no fue así, yo intenté no preocuparme por eso, pero sabía que no podría hacer como si no hubiera visto lo que verdaderamente se encontraba martirizándome de dolor..
—Me estas asustando..
—Esa noche, después que cayeras dormido en mis brazos, te cargué hasta la casa de mis padres y dormiste aquí..—su agarré en mis manos se afianzó—Al día siguiente tuve que hablar con Seokjin, no podía seguir guardándome eso para mi solo y entonces fue cuando toda una nueva pesadilla había comenzado..Seokjin leyó muchos libros, estudió lo que pasaba y de verdad intentó buscar alguna salida a lo que me estaba pasando.. pero no había nada que pudiera ayudarme.. yo..lo siento tanto Jimin, juré que siempre estaría a tu lado, que siempre te protegería, pero no podré cumplirlo, no ahora, que debo irme—mi corazón martillaba como loco dentro de mí pecho. Las lágrimas salían de los ojos de mi amado. No entendía nada.
—¿D-de que me estas hablando? ¿Irte? ¿A dónde? ¿Por qué tienes que irte? ¿Qué es lo que pasa para que tengas que irte?—mi respiración era irregular, Yoongi sujeto mi rostro entre sus manos, viéndome con total tristeza, el dolor en sus ojos, en cada facción de su hermoso rostro era terrible—No permitiré que te vayas de mi lado..
—Tengo que irme..no puedo quedarme a tu lado en estos momentos—dijo, se alejó de mí, no sin antes besarme lentamente, luego de unos minutos se separó, se puso de pie y se paró frente a mí—No quiero hacerles daño, no puedo controlar como me siento, como actúo inconscientemente —subió sus manos hasta su camisa negra y comenzó a desabrochar los botones..—He mutado más de cuatros veces en una sola semana, no puedo controlarlo..
—N-no sigas..no quiero escucharte..
—Tengo que irme y aprender a protegerte de mi mismo Jimin—y entonces lo vi. Mis ojos captaron aquella horrible y fea marca en sus costillas, era una mordida, grande—Chanyeol nunca tuvo la intención de asesinarme, su verdadero propósito era hacerme igual a él, por eso esperó hasta la Luna de sangre, porque sin su poder, antes, esta sería una mordida ordinaria, él solo quería separarme de tu lado para que sintiera lo mismo que él sintió cuando yo hice lo mismo..—las lagrimas resbalaban por mis mejillas—Él sabía que yo no podría estar a tu lado siendo de esta forma, él sabía que me alejaría de ti voluntariamente y eso lo hace peor aún, porque es una decisión que yo estoy eligiendo—negué frenéticamente, llevando mis dedos a mis oídos y tapándolos.
—No te estoy escuchando, no se de que me estas hablando Yoongi..—cerré mis ojos, evitando ver la verdad que por este tiempo se me estuvo ocultando, ahora me hubiera gustado nunca saber esto. Lloré aún más cuando las manos de Yoongi me detuvieron, me vi en la obligación de verle a los ojos y Diosa Luna, era tan doloroso.
—Tengo que hacerlo mi amor.. por ti y por nuestro cachorro..—se inclinó y beso mi frente, luego mis mejillas, la punta de mi nariz y luego mis labios, tan dedicado a solamente eso, era simplemente hermoso—Volveré cuando sepa que no podré hacerles daño, a ninguno de ustedes, no me lo perdonaría nunca, necesito saber como protegerlos de mi mismo—no quería hacerlo, pero termine asintiendo.
—Te.. ¿Veré otra vez? ¿Me prometes que este no será el final de todo?—una boba sonrisa de bordo en sus labios delgados.
—Volveré por ustedes, es una promesa..—cerré mis ojos nuevamente, disfrutando su aroma, su calidez y la cercanía que nos brindaba, quería marcarme con todo de él, quería grabarme sus besos en mi piel, no quería olvidar todo lo que me hace sentir—En cualquier parte que estén, siempre los voy a encontrar, cueste lo que cueste..
Y ya lo había prometido.
Viviría aferrado a esa promesa el tiempo que le tomará al amor de mi vida regresar.
—Te voy a esperar..—susurre contra sus labios.
—Sabía que lo dirías—sonrió tan hermoso y junto nuestros labios, ambos saboreando la sal en nuestra lágrimas, el dulce néctar de los labios contrarios. Ambos tallándonos en la piel el recuerdo y la increíble sensación que nos brindaba el estar juntos, el amarnos con locura y añorarnos como la primera vez, porque ninguno sabía por cuánto tiempo desde ahora estaríamos separados.
Sería capaz de esperarlo una eternidad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro