Capítulo 8
Aún no podía creerlo, años fueron los que no había tenido noticias del que alguna vez fue un gran amigo y el hermano que nunca tuve para mí. Kim Seokjin había dejado el pueblo de Yangdong hace ya más de cinco años, para cumplir sus sueños y obtener las oportunidades que este pueblo no le brindaba, y con ello me dejó también a mí, llevándose con él, todo el amor y amistad que le había regalado, el era como mí hermano, y llevarme la sorpresa de que el había regresado sin duda fue una de las mejores noticias.
—Hyung...—y me quebré. Y no me importaba que él me viera llorando, sólo quería demostrarle lo mucho que lo había extrañado y lo mal que me sentía al no haber recibido noticia alguna de él.
—Me asfixias Yoongi...—habló con dificultad, le miré apenado, no había medido la fuerza en mi abrazo.
—Eres un ingrato, ¿Acaso ya te olvidaste de mi? ¿De Jimin?—o Jimin, lo había olvidado por completo, ese cachorro se pondrá muy feliz cuando vea a su Hyung de regreso, el lo amaba tanto como yo.
—Oh Jiminie, ansió verlo pronto. Debe estar todo hecho un hombre, digno de un Park—suspiro enternecido—¿Es así?.
—Lo es Hyung, se ha convertido en todo un hombrecillo—suspire—Es un gran chico, y un gran mejor amigo...
—¿Aún te guardas eso?—me tomó por sorpresa, no esperaba que aun se acordara de ese tema—Sí que eres lento, y pensé que yo era el despistado—habló sarcástico, reí ante su comentario.
—No es tiempo aún Seokjin Hyung, debo pensar bien antes de decirle esto...—y era así. Este tema era tan importante para mí, que no quería arruinarlo con él, Park Jimin era el chico más maravilloso que pisaba la tierra, y quería hacerlo bien.
—Vamos Yoongi-ah, debes aprovechar tus dotes de Alfa, eres atractivo, tienes buen porte...y tienes un carácter particular—comentó el mayor—Tienes a todas las chicas detrás de ti mocoso..
—¡Hyung! No me digas mocoso. Y si quizás tengas algo de razón..—hable con vanidad, él sólo río y paso uno de sus brazos por mis hombros.
—Ja, tú no cambias hermano, mejor entremos y déjame saludar a los papás, de seguro estarán felices de ver a su hijo favorito—ellos de seguro pondrían el grito en el cielo cuando vieran al niño del que una vez se hicieron cargo, de regreso.
—No dudó de eso Hyung..
La tardé se había armado de risas y un cálido momento en familia, mamá efectivamente se había convertido en un mar de lágrimas cuando vio al niño que crio y vio crecer hasta los diecinueve años, y no era para menos, de cierta forma entendía todos esos sentimientos de por medio en éste nuevo reencuentro.
Había querido traer a mi Jiminie, pero su madre me hecho con viento fresco, disputando que era mal visto salir con alguien comprometido, vamos, que no estábamos en la edad Media como para que me responda con tal semejante respuesta, de todas formas eso no me impediría ver a mi dulce cachorro.
—¿Qué tal la capital Seokjinie?—preguntó mi padre palmeando su hombro, Hyung sólo sonrió pequeño, guardando silencio.
Después de un rato, habló.
—Estupendo, logré entrar a una buena Universidad, hice algunos amigos, y estoy en mí último año de medicina—comentó con total orgullo de sus logros. Estaba tan feliz de que por lo menos el haya logrado salir de éste apestoso pueblo, lugar que no te ofrecía nada más que ser un leñador o un mecánico.
—Y dinos, ¿Hay alguien especial en tu vida hijo?—pude sentir como aquella pregunta lo había tomado por sorpresa, y entonces el ambiente se volvió tensó—No me digas que no conociste a nadie, tu madre te conoce lo suficiente como para asegurar de que tuviste algo que ver con una persona tesoro, eres guapísimo hijo, debe haber alguien que vió el hermoso corazón que tienes..—de pronto los ojos de Seokjin comenzaron a aguarse, nos preocupó.
—Pero madre..
Ella sonrió y le miro con una ceja alzada.
—Te conozco Seokjin.
—B-bueno, si hubo alguien, pero fui sólo una aventura, algo de una sola noche, nada especial para él..—mamá y papá se miraron entre ellos y eventualmente viraron sus ojos apenados al Omega que comenzaba a derramar lágrimas, estas descendiendo lentamente por su rostro.
—Cariño....—se acercó mi madre al cuerpo inerte de Seokjin, yo sólo me quedé ahí, quieto mirando la escena—Eres una grandiosa persona cielo, un gran Omega, y ni un Alfa de pacotilla vendrá a humillarte ni menospreciarte como tal, no mientras este tu madre presente, ¿Me escuchaste?—mamá a veces solía ser un poco ruda y sobre protectora con sus hijos—Vales mucho hijo, eso siempre debes recordarlo.
Aunque Seokjin no fuera de su sangre, ella y papá lo habían criado como ninguna otra persona lo hubiera hecho, dándole valores y educándolo para hacer de él un buen chico y también un omega como debía. Nos entregaron amor y cariño por igual a ambos, nunca sobrevaloraron más a uno o al otro, siempre fueron equitativos con nosotros, los hijos que ellos han amado, aman y amaran por el resto de la vida.
—Madre...eres grandiosa...—musito entre sollozos ahogados. Ella sólo sonrió y le beso cálidamente la coronilla, ella me vió y con su mano me señalaba, invitándome a unirme a ese dulce abrazó, papá también quiso ser participé, convirtiéndose así en un gran abrazo familiar.
Jimin.
Esto ya se había sobrepasado. Era el colmó que mamá se haya dado el lujo de correr a la calle a mi Yoonie, nada de lo que había hecho estaba bien, nada.
—¡No tenías porque echarlo a la calle madre! Aunque te pese, él es muy importante para mí, y no permitiré...no tolerare una más de tus burlas hacia él.
—Soy tu madre y debes respetar mis órdenes jovencito, estas a un mes de casarte, ¡Debes respetar esa condición!
—¡No! Estoy harto de tener que soportar que decidas por mi mamá, ¿Acaso por un momento te haz puesto a pensar en como me afectará a mí o a Bursin todo esto? Estoy sufriendo mamá, y tú aún así no te detienes, déjame disfrutar de mí juventud y por favor no me amarres a un matrimonio que no deseo—pedí casi al borde del llanto, deseaba que mamá recapacitara y anulara esa unión, por un momento creí que en verdad cambiaría, pero no fue así, ella no lo haría.
—No Jimin, no haré las cosas como tu quieres, aún eres un niño que no sabe lo que quiere en la vida, que me vas a hablar tu de sufrimientos jovencito, ni siquiera llevas ni la mitad de todo lo que he vivido yo, debes obedecerme si no quieres que las cosas se pongan feas para ti cariño..
—P-para mamá, ya es suficiente..—seque con brusquedad mi mejilla húmeda—Sólo me queda pedir que por lo menos con Kwan y Suk seas diferente y sepas criarlos de una manera menos..dura.
—¡No me vengas a decir como criar a tus hermanos ni a tí! ¡Eres un mal agradecido!..—no me detuve, ya no permitiría que ella volviera a decidir por mí, deseaba poder cumplir esa promesa.
Muchas veces anhelaba que ella algún día abriera sus ojos y se diera cuenta de las cosas que estaba obrando, muy a pesar de todo, yo la amaba y sí seguía a su lado era nada más porque era mi madre y no me atrevía a dejarla sola con mis hermanos, papá pasaba gran parte del día en el taller, sólo esperaba un cambio, a pesar de que sea pequeño, lo quería y aún no perdía las esperanzas.
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