Yoongi.

Corrí como nunca antes había corrido en mi vida. Las piernas comenzaban a dolerme y mis ojos ardían debido a las incesantes ganas que tenía de llorar. No sabía si alguien más había venido junto a mi, ni tampoco sabía cómo reaccionar a todo lo que había pasado en pocos minutos.

Cuándo mi destino se hacía visible ante mis ojos, disminuí la velocidad. Mi respiración era rápida, mi pecho subía y bajaba sin cesar. Mi boca entreabierta y labios resecos, mi mano tembló un poco cuando toque repetidas veces la puerta de aquél Omega. Y que para ser Omega, era más temible que cualquiera dentro de su género, y la jerarquía de lobos en general. 

—¡Abra la puerta! ¡Abra la puerta o entraré a la fuerza señor Acacias!—dije con euforia. Mis labios temblaban.

Escuché pasos a mi alrededor.
Mis amigos estaban aquí para apoyarme, y aún así se quedaron al margen, pero atentos a cualquier cosa.

—¡Hijo de puta! ¡Se que fuiste tú quién se llevó a mi Omega! ¡Baek Acacias!—seguía golpeando la puerta con insistencia, hundiéndome en las aguas de la desesperación—¡Abra ya!—solloce.

—Yoongi, vamos a casa—ese fue mi hermano Seokjin. Su voz se oía tan en calma, pero a la vez tan desanimada.

—gruñí—No me moveré de aquí hasta que el hijo de puta que se llevó a mi Omega y a mi hijo salga por esta puerta—y en verdad me quedaría aquí.

—No hay nadie Yoongi—jadeaba Taehyung, me gire a verlo. Sus manos reposaban en sus muslos, agachado—El viejo no está, p-pero tiene que volver porque no se llevó n-nada de ropa, sus co-cosas están intactas—dijo con la voz entrecortada. Se reincorporó otra vez y saco de su pantalón unos planos, letras y frases que no eran más que garabatos para mi y para todos. Al parecer estaba en otra lengua—Esto estaba en la sala, sobre una mesa de madera.

Me extendió aquellos papeles.
Y como dije anteriormente, no había comprendido nada de lo que decían. Lo que si me llamó la atención era que el nombre de mi Omega se encontraba enmarcado en mayúsculas en una parte.

¿Qué era todo esto?.

—Hijo de puta—solté con los dientes rechinando—Al parecer estuvo detrás de Jimin más tiempo del que imagine. En muchas partes de estos papales sale su nombre enmarcado..—llevé mis manos a mi cabello, tirando de ellos en señal de exasperación—Diosa Luna...—suspire.

—Tenemos que calmarnos y buscar a Jimin antes de que suceda algo más—interfirió Bursin. Quién había llegado junto a su novio, Kim Namjoon—Hay que guardar la calma, así de alterados no vamos a conseguir nada de nada, y nuestro Jimin nos necesita cuerdos y lo digo más por ti Yoongi, debes estar bien para lograr encontrar a tu Omega e hijo.

Quise llorar en ese momento. ¿Cómo es que permití que algo así pasara?.
Mis piernas me fallaron y fue inevitable que cayera al suelo de repente. Mis manos fueron las que se llevaron todo el impacto ya que me había sostenido de ellas. Eventualmente ardieron un poco.

—S-si les pasa algo, y-yo me muero...—dije suspirando repetidas veces. Gire mi cabeza hacia otra parte, evitando mirar a mis amigos a los ojos—Son mi vida y no supe como protegerlos de la maldad que nos acecha, soy un Alfa inútil...

—Hey, hey—llamó mi hermano—No te estés echando la culpa ahora. Tú no tienes la culpa de nada Yoongi, eres la persona que más se ha preocupado por Jimin y la que más lo ha cuidado y amado durante todos estos meses—acarició mis brazos delgados—Las cosas estaban fuera de tu alcancé, nadie pensaría que este desquiciado..—se detuvo a mirar a Bursin—Discúlpame.

—No, no hay problema Seokjin—sonrió.

—Bueno, nadie esperaba que ese Omega hiciera algo en contra de Jimin, y más si él estaba dentro de la casa, conmigo—y en la última palabra que dijo había sonado un poco desanimado—Quizá si hubiera ido con él, nada de esto hubiera pasado, pero no es momento de que nadie comience a echarse la culpa—se puso de pie y me extendió su mano—Ponte de pie hermano, debemos actuar, antes de que suceda una desgracia. Jimin espera por nosotros.

Tome su mano y me puse de pie.

—Voy a matar a ese hijo de perra—masculle con mis ojos negros ante la ira apoderándose de mi cuerpo. La sed de venganza por secuestrar a mi Omega e hijo pudiendo más que otra cosa.

Chanyeol.

No había logrado desviar mi atención de ese pequeño y menudo cuerpo que yacía acostado en una inconsciencia desde que llegó en brazos de ese Omega, parado en el umbral de mi puerta, la cabeza de mi hermano colgaba al igual que sus brazos.

Y aún no podía creer que lo había logrado. Desde un principio supe que no sería fácil traerme a mi hermano hasta acá sabiendo quién era el Alfa que lo resguardaba, que lo protegería desde siempre.
Pero aún así lo había burlado en frente de sus narices y había logrado mi cometido. Dentro de tres días se completaría la Luna de sangre, y todo por lo que había luchado desde las sombras se llevaría a cabo. Por fin podría cobrar y terminar la venganza que tanto me pide mi lobo, mi corazón tan lastimado y lleno de viejas cicatrices. Y con la ayuda y presencia de mi hermano todo seria aún mejor, Jimin tiene un gran potencial, y estoy segurísimo de que seria igual a mí, ambos compartimos ese afán por querer ver este pueblo arder en las llamas infernales del infierno, a ambos nos habían lastimado demasiado aquí y nos habían hecho tocar fondo en la vida.

—¿Qué es lo que procede Chanyeol?—preguntó el Omega perturbando el silencio de la cabaña.

—Procede que te calles y te largues de aquí y me dejes pensar—le dije en protesta. Mi atención centrada totalmente en Jimin, su respiración siendo pausada—Tu parte del trabajo ya está hecha, desde ahora yo haré el resto, puedes retirarte.

—¿Es una broma? ¿Qué pasa con todo lo que me prometiste que harías? Hemos trabajado juntos desde que llegaste aquí, recurriste a mi los primeros meses y te ayudé en todo, en todo Chanyeol, fuimos un equipo, permití que asesinaras a mi esposa para llegar hasta aquí, porque me prometiste que me darías a Park Jimin..

—¿Creíste que confiaría en alguien como tú? Por favor Baek—dije en un leve tono burlón—Fuiste uno más del montón, tú y toda la gente que formo parte de una vida miserable en el pasado. Fuiste uno más de todos lo que corrompieron mi alma, ¿Creíste que el asesinato de Sana Acacias fue por hacerte un favor a ti, Omega?—reí—Por favor no me hagas reír, no seas iluso. 

—T-tú lo prometiste Park, ¡Confíe en ti con un demonio!—exclamó en protesta. Sus pasos fueron retrocediendo cada vez más en el estrecho espacio que era la cabaña, llegando un momento en el que su campo fue acortado repentinamente, estancado entre viejas cajas y demás utensilios—S-sabías desde un principio mis requisitos para poder ayudarte, sabías que solo quería a Park Jimin porque necesitaba su sangre, porque sabes que la sangre que corre en Park Jimin es la más fuerte en todos los Omegas en este pueblo, teniendo la sangre de un Omega como lo es tu hermano, simplemente lo tendría todo, Jimin comparte tu misma capacidad  y también quise tenerla.. ¡Pero tú, infeliz, me vendiste una historia falsa y ahora no harás nada de lo que me prometiste!

—¡Si mate a tu esposa fue por la misma desgraciada razón que asesine a todos los demás! ¡Todos comparten una sola cosa, todos formaron parte de una razón que arruinó mi vida por completo, y se, por la Diosa Luna, que tú lo sabes muy bien!—lancé una vieja jarra, soltándose de mis manos y estrellándose contra el suelo de madera—Todos ustedes forman parte de una lista que tengo guardada desde hace años para llevar a cabo la venganza que tanto quiero que se cumpla, quiero que me devuelvan la felicidad que se me fue arrebatada, por su culpa perdí el amor de mi madre, la confianza de mi hermano, lo perdí todo porque ustedes simplemente no podían comprender a un inofensivo adolescente de diecisiete años, y todo porque ustedes compartían la misma neurona de idiotez, la misma de la plena ignorancia humana—mi corazón latía desembocando dentro de mí, mis pasos fueron más cercanos a los de Baek—Tú solo fuiste una mera pieza en el juego de ajedrez, Baek Acacias, solo te quería para esto, traer a mi hermano, y te agradezco el que lo hayas logrado con éxito, solo no lo hubiera logrado, pero lamentablemente no puedo dejarte con vida por dos razones..

Mis ojos se incendiaban en tonos rojos..

—C-Chanyeol por favor..—suplicaba el Omega inofensivo frente a mí.

—Uno, porque te he confesado mucha información..—me acerque otros centímetros más, saboreando la fileza de mis colmillos—Y segundo..—y fue cuando me detuve, su respiración sintiéndola en mi barbilla—Porque eres un hijo de puta más en esta amarga y trágica historia, por lo menos para ti será trágica, porque para mi desde la Luna de sangre en adelante, será la más brillante de todas..—gruñí—Fue un placer usarte para mis propios beneficios Baek Acacias, que tengas un feliz camino al mismísimo infierno, querido..—le sonreí bonito.

—¡Chanyeol por favor!

Y fue cuando la sangre saltó por todos lados, y como la sangre renaciendo de más entrañas del Omega, eventualmente los gritos y llantos del Omega fueron cesando, para ser enterrados en lo más profundo de esta cabaña y del pueblo completo. Una sonrisa de satisfacción se bordó en mis labios ensuciados por la sangre del Omega, solo faltaba uno más en mi lista negra, y entonces mi verdadera venganza estaría completa.