Capítulo 5
Había transcurrido una hora desde que la cena había dado inició. Yo no había pronunciado palabra alguna, aparte de dar gracias por la comida y cosas por ese estilo, la chica morena no dejaba de mirarme, en ningún momento me había quitado sus ojos de encima, y no sabía si era porque le desagradaba la idea de tener que verme la cara o es por el simple hecho de que ya le gustaba.
Definitivamente optaba por la situación número uno, no quería que ella se hiciera ilusiones con este matrimonio.
—Señores Park..—habló la chica, inconscientemente levante la cabeza al llamado de la chica a mis padres—¿Puedo robarles unos minutos a su hijo?—mis ojos se abrieron a tope, mis padres y los de ella se veían ansiosos.
—¡Claro! Ya era hora de que comenzarán a hablar a solas..—dijo mi madre con una sonrisa. La chica se puso de pie en su puesto y me extendió la mano para seguirla, algo incómodo me puse de pie, negándome a tomar su mano.
—En un rato volvemos...—dijo y me guio hasta la la entrada de la casa.
—¿Saldrán? ¿A esta hora?—preguntó la señora acacias un tanto preocupada.
—Sólo estaremos por los alrededores mamá, no te preocupes—dijo con voz tosca y se dirigió a mí—¿Te quedarás quieto o estas esperando una invitación, chico?—preguntó con su voz de mando, si que le quedaba a la perfección su rol de chica alfa, me había intimidado.
—C-claro, vamos.
Y con una mueca en mis labios, ambos salimos de la casa y comenzamos a caminar, sin decirnos nada. La ventisca era fresca, y el ambiente completamente incómodo. No sabía que trataba de conseguir con haberme sacado de la casa, para hacer prácticamente nada, solo nos dedicábamos a caminar por la ruta hacia el centro del pequeño pueblo.
—Park Jimin, ¿verdad?—le mire, ella esperaba una respuesta, asentí—Uhm, me gustaría que comenzáramos de nuevo...hace unas horas partimos con el pie izquierdo, y bueno. Sería buena idea llevarnos bien por todo lo que nos depara en un futuro no muy lejano...—dijo con evidente molestia. Podía sentir a kilómetros lo disgustada que estaba con la situación, todo era tan injusto—Seremos marido y mujer frente a saber a cuantas personas.—bufo.
—Sería bueno..—me límite a decir. La verdad todo esto me parecía sacado de un circo, nuestros padres nos estaban usando a su antojó para sus propios beneficios, y lo peor es que no se detenían a pensar en como nos afectaría a nosotros, sus propios hijos.
Y como era de esperarse, ella en un primer paso se detuvo a mi lado y me extendió su mano para estrecharla con la mía, un poco tímido acepte aquel acto de amabilidad. Vaya diferencia de tamaño, su mano me ganaba por tres.
—Me llamó Bursin por cierto..—dijo con una sonrisa.
—Lo sé, mis padres se han asegurado de que no se me olvidará—ambos reímos—¿Estas de acuerdo con todo esto?..—solté de repente, me auto-regañe por abrir mi bocotá y preguntarle eso.
Río con amargura.
—¿Tengo cara de estar de acuerdo?—claramente eso era un no—Por supuesto que no lo estoy, pero ¿Qué puedo hacer?—me miro con su rostro decaído-Sólo me queda obedecer Jimin, estoy con las manos atadas, mí madre necesita verme casada cuanto antes..—suspiro—Antes de que todo el mundo se de cuenta de que estoy enamorada de un bastardo y su única hija manche el apellido de la familia más importante del pueblo..
—¿Bastardo?.
—Hijo de campesinos, no tiene nada que ofrecerme, según mamá me dejara en la completa miseria e infelicidad..—dijo mirando hacia el suelo—Pero lo amo Jimin, no sabes cuánto, me cautivo su forma de ser, la manera tan dulce de tratarme, amo cada una de sus perfectas imperfecciones, no me importa si no tiene una millonada de dinero, lo único que me gustaría es poder ser feliz, ser feliz a su lado Jimin..
—Debes hacerlo si tanto lo amas, deja de prestar atención un momento a lo que podrían decir los demás, ¿Acaso importaría manchar tu apellido por algo que te hace inmensamente feliz?—me atreví a preguntar—Debes tomar un poquito de valentía y arriesgarte por amor Bursin..hazlo por el amor que le tienes a ese muchacho, lucha por tus deseos..
—No es tan fácil Jimin, prefiero dejar las cosas como están y que a cambio mi madre no enloquezca por no complacerla, es triste el que sea así..—dijo con su voz temblorosa. No conocía para nada la situación que tenían entre madre e hija, pero ha de ser horrible.
Ella suspiro y paso con frustración sus manos por su moreno rostro.
—Discúlpame, no quería que esto se tornará algo melancólico—sonrió apenada—Cuéntame, ¿Cómo te lo estas tomando tú? Digo, a todo lo que nuestros padres nos han amarrado..
En cierto modo, quería tomarme esto con todo el humor del mundo. Y se que ella pensaba igual que yo.
—Haber...¿Qué puedo decirte?—reí mientras jugueteaba con mis manos—Me tomó por sorpresa. Justo cuando creía que estaba en la mejor época de mi vida, mi madre me sale con esto..la verdad no se como tomarme está situación, tengo cosas en que pensar todavía, cabos sueltos que unir, son muchas cosas, a las cuáles debo encontrarle solución lo antes posible...
Y era cierto.
Debía pensar muchas cosas y entre esas cosas, estaba mí mejor amigo.
La cena había transcurrido de lo mejor, nuestros padres se habían entendido muy bien. Poco tiempo después de que Bursin y yo volviéramos a la casa, nos comentaron sobre las posibles fechas que tenían en mente para la boda, todas eran casi para dentro de dos meses.
Ahora me encontraba descansando entre las suaves sábanas que componían parte de mi cómoda cama compartida. Mis hermanos yacían durmiendo hace ya unos minutos, mientras que yo aún no podía gracias a los miles de pensamientos que atormentaban mi sensible cabezota.
Eran cerca de las once y media cuando un gruñido se escuchó a las afueras de la casa, mí piel se erizo al instante. Pisadas y una respiración pesada hacían que todo mi cuerpo temblará, mí mente comenzó a hacerme una mala jugada, creando las peores escenas en mi cabeza tan imaginaria. Hubo silencio por varios minutos, minutos en los cuales no moví ni articule ninguna palabra o movimiento para poner toda mi atención a lo que podría estar afuera. Cuando me rendí por conseguir escuchar algo, un potente aullido llegó a mis agudos oídos, alarmándome. Con el mayor silencio posible me levante de la cama y camine con sigilo hacía la ventana. Por un momento sentí que mi corazón dejó de bombear sangre, cuando vi a la imponente figura de aquella criatura, ese lobo estaba ahí, entre las sombras, con sus oscuros ojos puestos en la ventana en donde me encontraba yo, él estaba mirándome.
Mí pecho dolía y mis ojos comenzaban a aguarse, esto tenía que ser un jodido mal sueño, una jodida pesadilla.
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