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Capítulo 46

No tenía la fuerza de voluntad suficiente como para detener. Mi mente decía que no fuera hasta allí, pero mí corazón decía completamente lo contrario, los dos en una situación contradictoria. Habían pasado unos días desde que descifre toda la verdad, de que el sentimiento de culpa, de decepción me había inundado. Culpa por no haberlo detenido antes, de alguna manera me sentía comprometido al ser él mi hermano mayor. Y decepción al saber que él había asesinado a tantas personas.

Ya la tarde comenzaba a caer.
Los trabajadores volvían a sus casas, mientras que yo solo seguía adentrándome a las penumbras del denso bosque frente a mis ojos. Me sentía tan aturdido, me negaba a creer que mi hermano, a quién siempre vi como mí héroe, una persona incapaz de tocar a otra violentamente, sería capaz de asesinar a tantas personas. Mi lobo me decía que quizás no todo es como parece, tal vez él solo es una víctima más en todo esto, ¿Pero quién me lo aclararía? Quizás el sólo está cumpliendo órdenes de alguien con un status mayor al suyo y al de todos.

Mi rostro bañado en lágrimas, mis manos temblaban y mi corazón latía a mil cada segundo, sentía que en cualquier momento me desvanecería en medio de los parajes oscuros del bosque. Pero tenía ese impulso de seguir, esas ganas de querer escuchar la verdad, y ver si en realidad mi hermano se había convertido en un asesino.

Mis pies de arrastraron por última vez hasta detenerme afuera de la casa apartada del campo, la cual le perteneció en un principio a mi difunta abuela materna. Las luces se veían levemente encendidas, quizás eran velas las que veía, pero eso no era de mayor relevancia, solo me importaba que Park Chanyeol estuviera dentro de la casa.

Trague saliva antes de subir las pocas escaleras que habían hasta la puerta, la vieja madera crujiendo bajos mis talones, haciendo un eco enorme en el silencio del lugar, seguramente ya me había notado desde adentro. La puerta de entrada se abrió lentamente, dejando a la vista la alta figura de aquél Alfa.

—Te estabas tardando Jiminie..—esa sonrisa llegó hasta lo más profundo de mi ser, estremeciéndome. Le mire completamente pasmado.

—T-tú, ¿Cómo sabrías que vendría aquí?—pregunte con el poco autocontrol que me quedaba. Él sólo sonrió.

—Tengo mis trucos, hermanito. Pero pasa, no te quedes allí parado, esta helando aquí afuera, me extraña que pase en plena primavera—carcajeo.

Y con algo de inseguridad me adentro dentro de la casa, estaba cálido, un clima completamente diferente a como estaba afuera; este año había tocado una primavera algo fría, muy extraño. La puerta se cerró detrás de mí, analice todo el lugar mientras estuve dándole la espalda a Chanyeol, podía sentir su fría y tétrica sonrisa detrás de mí.

—¿Eres tú no es así?—me anime a preguntar, mientras veía con detenimiento todas las cosas que yacían en este lugar. Gazas llenas de lo que fácilmente se podría deducir que era sangre pura. Habían cartas y hojas por todas partes, nombres escritos en las paredes del techo, a navaja. Eran ellos.

Todos los nombres estaban ahí.
Sin faltar ninguno en la lista negra.

—T-tú.. ¿Hiciste todo esto?—pregunté consternado, asustado, no sabía que demonios estaba pasando por su cabeza en este preciso momento, pero aquella sonrisa me demostraba que nada estaba ni estaría bien—¡Dime!

Carcajeo.

—Cálmate Jiminie..estas muy alterado ¿No lo crees?—dijo tomando una de las navajas que había visto antes, y comenzó a jugar con ella, girándola un millón de veces, me estaba mareando—¿Quieres algo de beber? Tengo Soju..

—N-no.. Contéstame la pregunta Chanyeol, ¿Tú fuiste quién asesinó a todas esas personas? ¿Tú lo hiciste?—pregunte tragándome esas ganas de llorar que tenía desde que lo vi parado en la puerta—¡Dime maldita sea!

—¡Si! Yo los mate ¿Y qué?—le mire confundido—¿Qué harás ahora hermanito? Ahora que sabes toda la verdad y has visto todo lo que he hecho en estas cuatro paredes, ¿Qué harás? ¿Iras corriendo a tu Alfa y le contaras las atrocidades que ha cometido tu hermano mayor? ¿Mmh? ¿Eso harás? .

La primera lágrima cayó.

—¿Por qué lo hiciste?—trague saliva—¿Por qué mataste a toda esa gente Hyung?—le mire completamente dolido.

—Ellos me hicieron mucho daño Jiminie, ellos destrozaron el alma pura de un niño de diecisiete años, ellos me mataron ese día en que todo el mundo se puso en mi contra, hasta nuestra madre no quiso saber nada más de mí ¿Acaso no son esas suficientes razones para no querer vengarme de todos ellos? —sus ojos irritados por las lágrimas me miraron fijamente—Ellos mataron al dulce niño que alguna vez fui, me quitaron el cariño de mí madre, y me apartaron de ti Jiminie,  por culpa de esos desgraciados tuve que irme lejos y abandonarte en este lugar. 

—No era manera de reaccionar Chan, no tenías porque matarlos..

—¡Debía hacerlo! ¡Ellos debían sufrir por todo el daño que me hicieron! ¿¡Es que no lo ves!? ¡Ellos tienen la culpa de quién soy ahora! ¡Ellos me crearon así! ¡Tengo el alma podrida y llena de rencor!—me asuste cuando lanzó lejos la pequeña mesa que nos separaba—¡Ello tenían que pagar por todo el daño cometido!

—¿Qué te pasó hermano? No te reconozco definitivamente..—tenía todos mis sentimientos, muchas sensaciones mezcladas a flor de piel.

—¿No me entiendes verdad?..—extrañamente había sonado dolido—Claro, alguien como tú nunca podría entender como me siento. Eres tan puro e inocente, siempre sacando lo mejor de las personas aún cuando han sido una mierda contigo, no aprenderás nunca..

—¿Qué quieres decirme?.

—Mamá siempre te ha basureado, eres un mero error en su vida y se ha encargado de refregártelo en la cara cada vez que tiene oportunidad de hacerlo—mí corazón había dolido ante esas duras palabras—Ella te dio la espalda cuándo más necesitabas el calor de un abrazo materno.. ¿O me equívoco hermanito? ¡Ella te ha hecho daño todos estos años y tú sigues amándola y respetándola como si nada hubiera pasado!

—¡Es mí madre! ¡No puedo odiarla!—lloré.

—¡Ella merece el castigo de las peores bestias que pisan la tierra! Ella nos hizo mucho daño Jimin, ella está repitiendo lo mismo que hizo conmigo, contigo..—no quería admitirlo en voz alta, pero desgraciadamente Chanyeol tenía razón—¿Alguna vez no has deseado que ella sufra tanto como nosotros? ¿Nunca has pensando en darle en donde más le duele? ¿Qué es lo que más ama en este mundo Jimin? Se que tú lo sabes..

—A sus hijos. Kwan y Suk siempre han sido la luz de sus ojos..—parpadee rápidamente, tratando de despejar mi vista—Espera.. Tú fuiste ¿No es así? ¿Te atreviste a ponerle un dedo encima a Kwan ese día?—quería saber la verdad.

Por más dura y difícil que fuera de procesar, no quería más mentiras.

—Es su punto débil Jiminie, quiero verla destrozada en el suelo, y sabía que esa era la manera más rápida de matarla lentamente, a ese niño lo ama mas que a nadie—le mire horrorizado.

—¡Eres un monstruo! ¡¿Por qué tenías que ir en contra de él?! ¡Solo es un niño! ¡Tiene cinco años Chanyeol!—mí corazón palpitaba con frenesí—¡Es tu hermano también por amor a la Luna!

—Él no es mi hermano, por que Park Jinri no es mí madre y Park Siwon nunca fué mi padre tampoco, mi única familia eres tú hermanito—hizo amagó de acercarse pero lo aleje bruscamente de mi lado.

—¡Ellos son tu sangre maldita sea! ¡Como pudiste hacerle daño! ¡Casi lo matas ese día!—la rabia e impotencia corría por cada célula de mi cuerpo, la sangre me hervía y en cualquier momento explotaría—¡Estas loco! ¡La sangre de nuestra progenitora corre por tus venas, la de esos niños igual! ¡Son tus hermanos! ¡Como pudiste hacerle eso al niño, Chanyeol!

Mi respiración era irregular.
Mis manos temblaban y la venas se marcaban a lo largo de mi mano, extendiéndose por todo mi brazo, por la fuerza descomunal que estaba ejerciendo. De pronto no era yo quién estaba parado frente a mi hermano, si no que era mi lobo, mi Omega.

—¡Le hice un favor! ¡Si lo mataba podría sacarlo de las garras de esa mujer!—un golpe limpió se estrelló contra la mejilla del Alfa—¡Jimin!

—¡Tú no tienes el poder de decidir la suerte de otros! ¡No eres un Dios, eres un simple mortal!—me abalance sobre él, dando otro golpe seco en su rostro—¡Vuelve a poner otra mano sobre mis niños porque te mató desgraciado!

Un gruñido fuerte y seguro salió de mis labios. Estaba enfadado.

—¡J-Jimin tus ojos!—dijo con dificultad.

Mi pecho subía y bajaba constantemente. Me vi en el reflejo de la ventana, mis ojos brillando en un potente dorado resplandeciente, casi era lo único que se podía apreciar en mí.

Me volví a poner de pie, saliéndome de encima de mi hermano. Viendo con horror las manos que casi asesinan a mi propia sangre, al Alfa mayor de familia.
¿Qué me estaba pasando?, caí en seco a la fría madera del suelo. Mi vista era borrosa y un cansancio terrible me inundó por completo de repente.

—¿Q-que mierda estoy haciendo?.

Chanyeol sólo tocia con brusquedad.
Sobando la piel de su cuello con sus manos, viéndome confundido.

—T-tú.. estas reaccionando, tu Omega quiere salir a la luz Jimin..podremos ir juntos en batalla, dentro de unos días será la Luna de sangre y-

—¡No! ¡Cállate y escúchame ahora! Yo..—trague saliva en seco al tener la garganta reseca, dolía un poco—¡Yo no soy igual a ti y no te ayudaré en esto! ¡Tampoco permitiré que sigas haciendo daño y esparciendo tu maldad!

Camine a paso rápido a la puerta y salí dando un fuerte portazo detrás de mí. La Luna brillaba en todo su esplendor, era simplemente preciosa. Ya todo estaba a oscuras, la luz no llegaba hasta estos lares del bosque, por lo que tendría que ocupar mis instintos para poder llegar .

Me encontraba aturdido. Mareado, había tenido tanta información que entender, tantos datos de los cuáles no tenía idea, todo en un tiempo tan efímero. En menos de veinte minutos me había enterado de toda la verdad, de la verdadera identidad de mi hermano, y todos los secretos que escondía.

No hay peor ciego, que el que no quiere ver; había sido tan ingenuo en creerle cada estúpida palabra a Park Chanyeol.
No supe ver sus verdaderas intenciones.

Los faros comenzaban a aparecer. Eso quería decir que ya estaba cerca del pueblo, me sentía muy cansado, la cabeza me palpitaba como si miles de navajas la hubieran atravesado. Mis pasos eran vagos, lentos y pausados.

Cualquiera me confundiría como un alma en pena. Y quizás no estaba tan lejos de serlo, quizás no literalmente pero mi alma y corazón lloraban en estos momentos por todo lo sucedido.

Me negaba a creer que la persona en la cuál siempre me inspire, la cual amo con muchas ganas, sea una persona tan repugnante y sádica. Un insensible. ¿Sera que estoy teniendo una pesadilla?.

Los caminos del pueblo ya estaban frente a mí. La casa de los Min solo estaba a unos metros más allá de distancia, lo único que quería era irme a dormir y mañana despertar pensando en que todo fue solo un mal sueño. Que mi hermano nunca volvió, que mi madre nunca me hecho de casa y que aún seguía manteniendo esa linda relación.

A veces sólo quería regresar en el tiempo. En dónde todo estaba bien. La voz de mi amado llegó hasta mis oídos.

¿Ese era Yoongi?.

«¡Son más de las nueve de la noche y mi Omega aún no está aquí! ¡Lo siento aquí Seokjin, él esta angustiado, esta sufriendo! ¡Me necesita con él y no puedo porque no se en donde está!»

Al parecer había un alboroto por mi culpa en la residencia de los Min. Entre en la zona, y camine a paso lento a la puerta de entrada, deteniéndome frente a ella para poder respirar mejor. Sentía que en cualquier momento caería. Toque repetidas veces la puerta, y fue cuándo sentí todo lejano, después de eso solo podía sentir mi respirar lento en mis oídos, la voz preocupada de mi novio por un momento se coló por mi oído, pasos acelerados a mi alrededor solo hacían me que mareara aún más.

Hasta que finalmente mis ojos se cerraron, cansados.

—¡Jimin!



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