Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 2

La noche fue una de las más largas que tuve en mí vida. Aún seguía metido entre las sábanas de mi cama compartida, por mi "condición" como le llamaba mi madre, no había podido poner un pie fuera la casa, me sentía preso, en esta cárcel de injusticias y vacío. Quería salir, correr y sentir la cálida brida otoñal rozar mi rostro, quería sentirme libre.

—Jiminie Hyung, el almuerzo esta listo—dijo uno de mis hermanos, aparte mi vista de mis manos, y le mire.

—En un momento voy Kwan—le sonreí. Él sólo asintió y volvió a bajar. Aún seguía un poco indispuesto, y algo incómodo por lo que hice a escondidas en el baño. Mí madre se encontraba repartiendo los platos, mientras que mis dos hermanos corrían de aquí para allá persiguiéndose entre ellos, amaba verlos así de felices.

—¡Les dije que no corrieran dentro de la casa par de desobedientes!—grito mí madre exasperada, pero ellos ni siquiera le prestaron atención, avivando más la poca paciencia que le iba quedando—¡Kwan! ¡Suk!, no sigan corriendo o se quedarán sin su comida—entonces fue cuando ambos niños se miraron entre sí, y caminaron apenados a la mesa.

—Lo sentimos mamá—se disculparon ambos con evidente arrepentimiento. Ella sólo asintió y desvío su mirada a mi persona, una vez que tome asiento.

—¿Qué hacías en el baño a las 4 de la madrugada Jimin?..—casi me atragante con mi propia comida—Te escuché bajar. Sabes que debes cuidar tus horas de sueño, sabes que no me gusta tener vagos en mi casa, si no duermes bien al otro día sólo querrás dormir y dormir...

Ya sé, ya sé.

—N-no hacía nada mamá, sólo tuve ganas de ir al baño..

—Ajá, ¿te tomaste tus supresores?—asentí sin quitar mi vista del platillo—Y quiero que te comas todo, y eso va para ustedes dos también, no cocino para que me dejen todo lo que les hice y lo tenga que tirar a la basura..—mis hermanos le miraron apenados, le tomé la mano al niño más cercano y le sonreí.

—Como tu digas madre—ella me sonrió satisfecha. Sabía que la complacía escuchar que siempre le demos la razón en todo a lo que ella nos propusiera.

—Bueno, provecho hijos—y todos los presentes nos dispusimos a comer.

Habían pasado tal vez, ¿Quince minutos?, y no había podido seguir comiendo, no tenía apetito, no tenía ganas de nada más que de salir y poder ir a observar a Yoonie un par de horas. Disfrutaba mucho verlo trabajando, él era siempre tan autónomo para rehacer su vida, cada acción, en cada situación solo obrando lo que su corazón y lobo le dictaban sin importarle nada.

—¿Piensas quedarte allí toda la tarde?—pregunto en un tono desaprobatorio, mí madre parada en el marco que separaba la sala de estar con la mini cocina.

—No tengo apetito..—dije y me atreví a ponerme de pie para volver a la cama, pero su mano me detuvo, cuando tomó de manera un poco brusca mi muñeca.

—Bien, no pienso obligarte..—suspiro—Necesito que te arregles, te quiero presentable en treinta minutos—sentenció. Le mire confundido, ¿Qué estaría tramando ahora está mujer?.

—¿Alguna ocasión especial, madre?—ella aflojó un poco su agarre en mi muñeca y me miro a los ojos. 

—Hoy conocerás a tu prometida, y dejaremos fijada la fecha de su boda.

¿Q-qué?...un cosquilleo floreció en mí estómago, ¿Por qué tenía que ser todo tan pronto? Cuándo pensaba darle una respuesta, ella ya se había ido de la sala, dejándome con la palabra a medio salir.

Lo que más me preocupaba era la reacción de mí mejor amigo, de mí Yoonie. Sabía que él estaba en total desacuerdo con que éste matrimonio se llevará a cabo, y lo entendía, pero no sabía cómo arreglar todo esto y no salir lastimado cuando todo esto se acabe.

Sin más que hacer, subí a mi habitación, saldría un rato de la casa, me quedaban algunos minutos antes de que la gran reunión de ambas familias se llevará a cabo, antes quería estar un rato con mí mejor amigo, y ponerlo al tanto. Con sigilo me zafe de la vigilancia de mamá y cruce la puerta de la casa. Ya no estaba tan preocupado por mí celo, éste se había calmado, relativamente, por lo que podría salir sin molestar a los Alfas ni que ellos me molestaran a mí.

El camino a la entrada del bosque se hacía visible ante mis ojos, Yoongi no se adentraba mucho a trabajar con los leñadores, por lo que hacia más fácil mí búsqueda de él. Algo cansado, me apoyé en uno de los árboles que había allí, pero toda paz y tranquilidad se había esfumado cuando un griterío llamó mí atención, algo malo estaba pasando.

—¡Corran!—y como si a mi me lo estuvieran gritando en la cara, salí disparado de ese lugar, olvidándome por completo que mi Yoonie seguía allí. Entonces me detuve, ¿Qué pasa si algo malo le estuviera pasando?. Y yo aquí corriendo como un cobarde, no podía irme simplemente así, necesitaba verlo y cerciorarme de que estaba bien.

Corrí en dirección contraria.
Toda la gente que trabajaba con el padre de Yoongi corría hacía el lado contrario, viéndome con confusión, otros me gritaban que era estúpido y que corriera al pueblo a refugiarme del mal. Pero no escuche, primero lo primero, debía saber del Alfa antes de volver a mi hogar.

—¡Yoongi-ah!—grite entre jadeos de cansancio, para cuando quise gritar de nuevo su nombre, sentí como mi cuerpo se estampaba en algo, gruñí. Había dolido como un demonio.

—¡Jimin! santo dios..Jimin, que...¿q-que haces aquí?—su cara era todo un desastre, su mejilla estaba levemente de un color rojizo mientras que de su labio corría una minúscula gota de sangre—Dime que estas bien mí niño, d-dímelo—dijo con evidente preocupación y comenzando a  verme rápidamente por todos lados, asegurándose que estaba en perfecto estado, estaba comenzando a asustarme por la conducta de Yoongi.

—¿Qué esta pasando? ¿Por qué estas así Yoonie?—dije con total preocupación, pasando mis manos por su rostro con delicadeza, temía a que le hiciera daño. Él sólo se dedicaba a mirar nervioso a sus alrededores, buscando algo.

—D-debemos irnos de aquí—y sin previó aviso tiro de mi mano y ambos corrimos en dirección al pueblo. La adrenalina corría por cada parte de mí, cada centímetro de mi cuerpo, tenía miedo, debo admitirlo, pero aún no sabía a que debíamos temerle, ni porque Yoongi había regresado en éste estado.

El caos y el miedo reinaban el pueblo, todos corrían de un lado a otro, refugiándose en la seguridad de sus casas. Yoongi había entrelazado sus dedos con los míos, apegándome a su lado, como si temiera perderme.

—¿Qué ha sucedido?...—mis ojos comenzaban a arder. Viendo con absoluta angustia todo el desastre que era el pueblo—¿Quién ha provocado todo esto?..

—El lobo....había uno—comenzó diciendo mí mejor amigo. Yo lo mire anonadado, ¿De que me estaba hablando?.

—¿Qué lobo Yoonie? Sabes que nadie tiene permitido pasar a su parte lobo, por cosas de seguridad es imposible hacerlo Hyung...esta estrictamente prohibido..

—Pero alguien tuvo los suficientes huevos para hacerlo Jiminie, y sea quién sea, no le teme a lo que puedan hacerle en este pueblo—suspiro—Esto es grave, ¿Lo sabes no?—asentí, cabizbajo. Por supuesto que lo sabía, y mucho.

—Por supuesto que lo se Yoonie, tal vez sólo lo hizo sin intención, aún no debemos sacar nuestras propias conclusiones, ¿Comprendes?—asintió.

—Lo hago...ahora debes irte a tu casa, tus padres deben estar preocupados, si es que ya se enteraron del alboroto—demonios, los había olvidado. No quería irme, pero muy a mi pesar debía hacerlo.

Él se limitó a darme un casto beso en la frente, mientras que yo comencé a rodear su torso blanquecino con mis brazos. Hundiendo mi cara en el, aspirando su rico aroma a canela, era tan placentero estar cerca de él, poder sentir sus manos en mi cuerpo, poder saber que el sentía lo mismo que yo al tenernos cerca, era lo máximo sin duda alguna. Con cuidado el se alejó escasos centímetros de mí y me sonrió con sinceridad. Podría haber jurado que este sería el momento más romántico que podría pasarme a mis tan sólo diecisiete años, pero un grito desgarrador interrumpió nuestro momento de amor.

—¡Esa bestia a matado!—mí corazón comenzaba a martillar. Y entonces temí lo peor del mundo.

Y sin darnos cuenta, el pueblo tan tranquilo en el cual habíamos crecido, se había quedado atrás. En ese momento, éramos espectadores de un final que se convertiría en una masacre. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro