Seokjin.

No podían pedirme que superará a alguien con quien me olvidaba de todo. Heridas que creía sanadas, volvieron a abrirse en el momento exacto, el momento justo en cuando mis ojos se posaron en aquél chico que creía por superado, pero no era así. No podía, era casi imposible olvidarme de él, cuando ni siquiera ha pasado un mes desde que nos separamos, muchos me dijeron que era estúpido que siguiera dolido con alguien que sólo estuve una sola noche.

Pero no fue sólo una noche.
Fueron meses, años antes de que tomara la decisión de entregarme a él, quería que todo fuera especial, debo recalcar que no era virgen en el momento que me "enrede" con él, porque así se refería él al acto de amor que cometimos, para mí no fue sólo un buen polvo y ya. Para mí esa tardé, nosotros hicimos el amor, en donde mí lobo y yo nos entregamos a él sin miedo a ser heridos, porque confiábamos plenamente en esos ojitos y esa sonrisa que alguna vez me derretían por completo el corazón, corazón que le había entregado entero, llenito de amor y corazón qué él me devolvió roto y vacío.

Me encontraba envuelto entre las sábanas de mí cama mientras ahogaba mis llantos dolidos en la almohada. No quería que Yoongi, o mamá y papá me vieran así, tan demacrado, tan dolido. La música estaba a topé, quería olvidarme de él, sacarlo de una puta vez de mi corazón. ¿Por qué tenía que volver ahora? ¿Qué conseguía haciéndolo?, si nunca le importe, nunca le interesó como me hizo sentir con todo lo que me hizo. Era absurdo que viniera ahora pidiendo el perdón que no se merecía.

—¿Seokjin?..—era Yoongi—Tenemos que hablar sobre lo que acabas de hacer hace un rato.. te espere para ver alguna pelicula pero jamas regresaste, ¿Acaso fue por ese chico?..

—No te quiero aquí hermano, necesito estar sólo..—baje un poco el volumen de la radio y puse atención—Por favor, ahora no quiero dar explicaciones al respecto..

—¿Podemos hablar solo un momento?..—pregunto, sonaba realmente ansioso y preocupado—Llevas encerrado dos horas, eso no es normal y menos viniendo de ti Hyung, ¿Qué fue lo que paso allá afuera? ¿Ese chico te dijo algo que no te agrado? ¿Se atrevió a tocarte hermano..?

—No, n-no hizo nada de eso, por favor no insistas..

—Mamá tarde o temprano se dará cuenta que te has encerrado, y será peor evitarla, sabes que si ella te ve así, escondiéndote, no te dejara en paz hasta que le abras la puerta..es eso, o me dejas pasar y hablar contigo Hyung..

Tenía razón.
Mamá insistiría más que Yoongi en hablar conmigo y en verdad no quería hablar de esto con ella, por lo menos no ahora. Me levanté de la cama y apague la radio, me mire de pies a cabeza en el espejo que tenía en una esquina, lucia fatal, mis ojos estaban  hinchados y rojos, señal de que había llorado como magdalena por ese chico en la puerta.

—Wow..t-tus ojos..—musito incómodo—Ay Hyung..ven aquí..—y me aferre al delgado cuerpo de mi hermano menor.

Yoongi me abrazaba y reconfortaba como si de un niño se tratará, me sentía tan bien, me sentía protegido, amado. Podía asegurar que mí hermanito menor daba los abrazos más cálidos y reconfortantes del mundo mundial. A pesar de llevarnos por siete años de diferencia, en momentos así el siempre aparentaba ser el mayor de los dos.

—¿Estas mejor? ¿Quieres hablar ahora?..—sabía que Yoongi sentía curiosidad por saber a fondo lo que había pasado hace un rato. Lo sabía.

—Vamos a la cama, quiero que nos sentemos..

Ambos caminamos mientras el me sujetaba desde la espalda para no caer. Despeje un poco la zona, ya que anteriormente había estado comiendo chatarras, y kilos de helado, ¿cliché?.

—La crisis existencial te pego duro.. ¿No es así hermano?—dijo mirando el desorden, mientras en sus manos examinaba uno de los discos que había estado escuchando, 1975 era una banda bastante depresiva, a mi parecer.

—No fue una crisis existencial Yoongi..fueron recuerdos del pasado los que me dejaron en este estado..no deberías verme de esta manera—me miro confundido, suspire—Tú no lo entenderías. Nunca te haz enamorado de alguien, ni has sido defraudado por la misma persona..

—Claro que me he enamorado, no te hagas el que no sabes. Siempre supiste que Jimin es y será el Omega de mis sueños—me dijo emocionado, podía ver el amor brotar por cada parte de su cuerpo—Aunque si, tienes razón, él nunca me ha defraudado ni tampoco lo hará, pero adivina que..—sonaba emocionado, de pronto sentí la felicidad que exudaba su cuerpo, su aroma en la habitación delatando su armonía por lo que estaba por decirme.  

—No me digas que..

—Jimin aceptó ser mí novio, Hyung..—habló chillando con emoción, estaba feliz por él, por fin sería feliz como siempre deseo y con la persona que siempre quiso para él. Era encantador poder ver como un hermoso amor como lo era el de mi hermano y Jimin florecía de la forma mas pura, mas amorosa e inocente que podría haber visto jamás, era hermoso poder ser testigo de lo que seria el vivo ejemplo de un amor real, de un amor valiente y perseverante. 

—Te felicitó Yoongi..por fin atinaste a decirle, si no te apurabas yo mismo le diría que estabas enamorado de él..—me miro divertido y contestó.

—Te creo capaz de eso, por eso mismo preferí decirle yo y hacer la propuesta un poco más especial para mi y para él..—me sonrió—Pero bueno, no vine aquí para hablar sobre mí, quiero saber cómo estas, ¿Qué fue lo que pasó allí abajo?..

Suspire.

—Bueno, esto paso hace unos años, específicamente unos meses después que comencé mi carrera en medicina. Aún puedo recordar lo feliz que me sentía por ver como marchaban las cosas para mí, todo estaba iba de maravilla, mis horarios eran perfectos y los profesores muy amables. Hubo una tardé que llegue atrasado unos minutos a mi primera clase, el profesor me dejó pasar con la condición de que no se volviera a repetir en el semestre, cuando quise ir a mi puesto, note que un invasor lo había robado, y bueno sabes como soy con mis cosas y me sentí un poco enojado al ver que ese chico se había instalado sin más en mi sitio, a paso decidido camine al puesto para reclamarle que ese era mi lugar, pero sabes lo que hizo..—tome una pausa. Recordando perfectamente aquel día, y como me hizo sentir tenerlo a él en frente.  

~Disculpa, no sabía que era tuyo, pero podemos compartir, yo tomaré el de al lado y tú puedes quedarte con éste, ¿Lo ves? no hay problema~

—Él solo dijo eso y yá..me sentí tan extraño, lo había dicho con tanta tranquilidad, con tanta simpleza mientras que yo poco menos quería armar una pelea contra él por un absurdo puesto...ese mismo día él se ofreció en invitarme un café y después ir a dejarme al departamento en donde me estaba hospedando. Fue un lindo día. Y con un giro inesperado, la verdad nunca me imagine que el se portaría tan amable y educado conmigo..

Mis ojos comenzaban a picar y un nudo se formaba en mi garganta. 

—Resumiendo todo un poco, desde ese día nos fuimos conociendo más y más, cada día eran más la cosas que hacíamos juntos, los trabajos los hacíamos juntos, nos íbamos juntos, salíamos juntos. Prácticamente todo lo que hacía, lo hacía con él a mí lado y viceversa—los recuerdos iban cada vez con más claridad—Pasaron los meses y él me pidió ser su novio, acepté, el también me venía gustando de hace rato y con gusto acepte ser su Omega y el mí Alfa. Pasaron los años y con ello la necesidad de pasar al siguiente nivel, ese acto tan intimo entre humanos.  Él quería que por favor no evitará algo que era natural, y que toda pareja debía experimentar, por lo que una tardé, sin avisarle a él sobre lo que tenía planeado, prepare una linda y rica cena a la luz de las velas, él había quedado fascinado, por fin sería el día en que me entregaría en cuerpo y alma al chico del cual me había enamorado. Pero todo no podía ser color rosa, nunca quise ver las sospechas que estaban frente a mis ojos, nunca quise creer en esos rumores que corrían por la Universidad, nunca quise ver las pruebas porque me rehusaba a creer en que ese dulce chico era como lo describían los demás, me negaba rotundamente a la idea de que el Alfa que amaba fuera.. un canalla. Esa misma tarde, cuándo todo había acabado y yo descansaba plenamente en la cama, sintiéndome el Omega mas dichoso, él solo me dijo que ya todo había acabado, que por fin había hecho lo que tanto había querido, usarme para poder contarle a sus amigos la gran hazaña de cogerse al chico más sensual e inteligente de toda la rama en medicina..—mis palabras eran interrumpidas por los continuos hipidos de llanto—Y que había sido el primer hombre en ganarse la confianza del Omega, que a todo el mundo rechazo, menos a él, me refregó en la cara que esa había sido su mayor victoria. Tuvo el descaro de dar las gracias..—deje escapar un sollozo, me sentía roto, había vuelto a caer, y las piezas que había estado recuperando, nuevamente se perdieron en el camino. Estaba perdido. 

—Ese hijo de puta...entonces él chico que te buscaba afuera, ¿Es el idiota que te hizo sufrir?—asentí apenado.. destrozado—Debo encontrarlo, debo ir tras él antes de que se vaya, dime su nombre.. Hyung—no quise mirarlo a los ojos. Me avergonzaba por haber sido un estúpido. 

—Vas a hacer una estupidez Yoongi.. no te lo diré. No vale la pena a estas alturas recriminarle nada a ese estúpido Alfa.

—Quiero saber su nombre, nada mas.. te prometo que no voy a intentar nada en su contra—me observo con el ceño fruncido, sus brazos sobre se cruzaron bajo su torso—Seokjin por favor, dime su nombre ya, no guardes mas silencio..—mis labios temblaron antes de hablar. 

—Jeon Jungkook..—asintió, el pelinegro sin decirme nada camino a su clóset y tomó su casaca de cuero negro—¿A donde vas?..—me alarme—Yoongi me acabas de prometer que no harías nada, ¿Qué haces tomando tu casaca de cuero entonces?. 

—No haré nada, solo quiero ir a ver a mi novio, hoy salía del hospital, me gustaría ver como sigue..—le sonreí poco, sintiéndome mas aliviado ahora que sabia a donde iba. Aunque nadie me aseguraba que me decía la verdad, solo me quedaba confiar en sus palabras. 

—Mándale mis saludos a Jiminie..

—En tu nombre Hyung, nos vemos.

Y se fue.
Miré cada esquina de la habitación, sí le dijera de esto alguien me catalogarían como un demente, pero era como si todos los recuerdos siguieran aquí, vivos en cada pared de mi cabeza, cerré mis ojos y aún podía escuchar la carcajada dulce de aquél Alfa de cabellos negros.

Aún podía sentir sus manos sobre mí cuerpo, susurrándome al oído cuanto me amaba y lo muy importante que era para él, que era el Omega de sus sueños y que conmigo quería rehacer su vida. Prometiéndome las estrellas y el universo, si así lo deseaba, pero nada de eso fue real. 

Aún con mis ojos cerrados deje escapar una lágrima de dolor, de arrepentimiento, me sentía usado, destrozado. Aquél Alfa había roto mí corazón en mil pedazos pero sólo 999 pedazos habían cuando fui y los recogí cada uno de ellos. Era imposible sacármelo de la cabeza, y creía que tarde o temprano terminaría por perder la cabeza gracias a él, que pesar de no estar aquí, aún seguía ocasionándome daño.

—T- todo fue una...u-una mentira..—tomé un cojín y lo estrelle en mí cara. Lo único que pedía era olvidar y seguir.