El camino a casa había llegado a su fin, y con ello la tan esperada noche se asomaba por el bosque. Era una noche fresca, pero agradable, ninguno quiso pronunciar palabra alguna, simplemente no queríamos que este día se acabará.

—Bueno, creo que ya debes irte, ya es noche, tus padres deben estar esperándote—gruño, y sin más remedio se despidió de mí. Con un beso dulce y casto en la mejilla, sin dejar de ser una de mis cosas favoritas viniendo del único Alfa al que apreciaba sincera e inmensamente. 

Alargando esos segundos tan sagrados que nos eran para nosotros.

—Buenas noches Jiminie..

—Buenas noches Yoonie.

Y se fue.
Su casa no quedaba muy lejos de la mía, por lo que no me preocupaba tanto el que este caminando sólo a esta hora. Y con los pocos ánimos que tenía, gire la perilla y me adentre a la pequeña casa.

Todo estaba a oscuras, y en un silencio absoluto y tétrico. No había rastro de mi padre, por lo que deduje que aún seguía en el taller que compartía con los padres de esa tal Bursin Acacias, ellos mantenían una buena relación desde que supieron que mis padres iban a tener a su primer varón y ellos a su primera niñita. Por lo que ya desde ese momento tenían planeado todo mi futuro al lado de esa mujer que apenas y conocía sólo a simple vista.

Dejé mi suéter en una de las sillas, y camine a las escaleras, no tenía nada que hacer más que solamente irme a dormir y esperar a ver que pasaba con mi celo, pero toda esa paz se me fue arrebatada cuando la voz de mi madre me llamaba desde una esquina de la cama que compartía con mis hermanos.

—¿Estas son horas de llegar?—habló con evidente enfadó. Bufé, aquí íbamos de nuevo—Sabes que no puedes salir, y menos cuando estas entrando en celo, ¿acaso eres idiota? ¿Qué pensabas al salir en estas condiciones? ¿Mmh?. Mírate estas hecho una pena, ¿Quién te trajo a casa?. 

Ignore su pregunta. 

—Mamá, por favor, habla más bajo, los niños están dormidos—me despoje de mis zapatos y camine a mi cómoda—No querrás ser el motivo de su mal humor si se despiertan ahora, ¿o si?.

—No cambies el tema, ¿En donde estuviste?, la señora Euntak me dijo que te vio con ese amiguito tuyo, ¿Yoonyil?—rodee mis ojos, sabía que sólo lo hacía para fastidiarme, ella lo conocía, y sabía perfectamente como era su nombre. 

—Yoongi mamá, Yoongi—dije fastidiado. Ella sólo bufo y se puso de pie—Por favor no sigas cambiando su nombre, es de lo mas sencillo para memorizar, no lo conoces de ahora, hace bastantes años que la familia Min llego a vivir a este pueblo, ¿Acaso lo olvidaste?. 

—No quiero que vuelvas a poner un pie fuera del pueblo, ¿Me oíste?—declaró, siguiéndome el paso—Tampoco te quiero cerca de ese Alfa desdichado, Park Jimin te estoy hablando. 

—Claro. Como tu digas madre, buenas noches—ella sólo me dio una corta mirada y salió de la habitación, llenando de nuevo con ese silencio frío y tétrico.

Odiaba tener que llevar una relación así con ella, en donde sólo habían diferencias y discusiones, me encantaría  que ella pudiera entender lo que sentía, me gustaría que ella se de cuenta de que todo de lo que ella me protege, me hace inmensamente feliz, pero sabía que nunca se resignaría a la idea de verme feliz con un leñador, según porque llevaría una vida terrible y miserable.

Terrible y miserable será mi vida el día en que tenga que dar el sí para unirme en santo matrimonio con Bursin, no la amaba y tampoco la llegare a amar algún día, eso sería así por siempre. Independiente de todo lo que intentara mi madre para hacerme cambiar de parecer, ella nunca llegará a gustarme.

Ahogue un sollozo con pesadez y me dispuse a dormir a un lado de mis pequeños hermanos. Esperaba con muchas ansias el que ellos, en un par de años más, puedan ser felices y tener la suerte de poder elegir a la persona con la que pasarían el resto de sus días, a su verdadero amor, no como yo.

Podía asegurar que aún seguía siendo de madrugada, mi ropa estaba empapada en sudor frío y una leve humedad se encontraba entre mis piernas acompañada de una notoria erección, contando que todo mi cuerpo temblaba involuntariamente, eso quería decir que estaba en pleno celo. Me alarme y quise salir lo antes posible de la habitación, lugar en el que también estaban mis dos hermanos menores, ellos aún eran muy pequeños para verme en este tipo de situaciones. Como pude y con las pocas fuerzas que tenía, me salí de la cama y caminé hacía el único baño familiar, de la primera planta.

Me sentía desesperado, el dolor era insoportable, y lo único que quería era poder saciarme de estas ganas endemoniadas de que mí mejor amigo estuviera aquí conmigo, me dolía como un demonio la espalda baja y no sabía a qué recurrir a estas horas. Cada minuto que pasaba sudaba más y más, eran minutos convertidos en horas, ya casi ni podía acallar los gemidos que llenaban cada parte de la habitación, cada parte de mí cuerpo, mí rostro se había bañado en lágrimas, lágrimas de puro placer.

Alce lo que más pude mi brazo y alcancé a duras penas la caja con los supresores que guardaba para estos días. Ansioso me tome una y respire, tratando de calmarme y dejar de llorar. Quise, anhele con todas mis fuerzas que esta bendita pastilla hiciera su efecto, pero muy dentro de mi, mí corazón anhelaba otra cosa, de alguna u otra manera sentía la necesidad de que mí yoonie estuviera aquí, mí lobo pedía que el me ayudará a sentirme bien.

Pero sólo eran absurdas fantasías. Min Yoongi estaba fuera de mí alcancé, él era un chico tan bueno, tan atractivo, tan dedicado a su familia y amigos, yo no me podía comparar a todas esas chicas, altas, piel perfecta, y cabellos nutridos.

Pero ni modo.
Soñar y vivir con algo para anhelar en la vida me motivaba a seguir.

Podría jurar que habían pasado ya más de quince minutos, y ya no podía aguantar más , ya comenzaba a soltar gemidos involuntarios por lo que tuve que recurrir a darme placer por mí propia mano. Con algo de vergüenza acerqué mí mano a mi parte baja, mientras me deslizaba por las cerámicas del lugar. Metí lentamente mí mano por debajo de la pijama y tome mí miembro entre ellas, estimulándolo y dando leves apretones, mí mente era todo un dilema, no tenía capacidad para pensar con racionalidad, mis ojos estaban cerrados, disfrutando de el placer que me provocaba hacer esto.

Nunca antes había tenido que recurrir a masturbarme, ya que los supresores siempre me ayudaban a tranquilizar mi calor, pero esta vez fue muy extraño, todo. Desde que conozco a mi Yoonie y desde la primera vez que me dio mí primer celo, nunca antes me había pasado esto con él, admito que es un chico precioso, es el ser más maravilloso que puede haber en mi vida y en la faz de la tierra, pero eso no quería decir que él fue el culpable de que mí calor se haya adelantado, no podía ser.

Con mi mano libre fui tapando y ahogando los sucesivos gemidos que soltaba gracias a leves caricias que me daba para satisfacer mi propio placer. Cada vez eran más continuos, de arriba hacia abajo sin parar, ya no podía pensar con claridad, mis ojos de bañaron de lágrimas por la satisfacción del momento, provocando mi vista borrosa, estaba a punto de venirme, sólo un poco más y ya estaría bañado de mí propia esencia.

—Y-Yoonie...A-ahah..—suspire entre gemidos. Y fue entonces cuando un líquido viscoso cayó sobre mi estómago. Por supuesto que había ayudado un poco, pero no sería lo suficiente, por lo que opte por tomarme una ducha de agua fría, para por lo menos así, pasar una mejor noche y calmar mis alborotadas hormonas.

Holaaaa bbys

Ignoren mi intento fallido de un momento +18 jijiji

No soy muy buena escribiendo ese tipo de partes en las historias, comúnmente sólo hago una introducción al momento pero no narró los detalles 🙃

Ojalá alguien les esto para seguir escribiendo, sería absurdo hacerlo si nadie lee 😩

Si leen y me dan su opinión subiré el segundo capítulo jijiji
Espero que les guste 💜