Se despertó al rededor de la medianoche con el brazo dormido por el peso de la cabeza de Bakugo, su cara presionada contra el pecho de Izuku. El libro debajo de ellos siendo aplastado por sus cuerpos. Midoriya lo liberaba de su brazo mientras que con el otro lo empujaba lejos de él, sin despertarlo en el intento.

Miró al rubio dormir tan tranquilo viendo como su boca se abre y cierra mientras duerme, la caída de su cabello en su frente. Era muy lindo.

Sí, súper lindo despertar al lado del novio de otra persona. Tan lindo sentirse así respecto a eso.

El peliverde sacó una manta de su cama, intentando jalar ésta antes que Bakugo quiera quitársela para dormir arriba de ella. Le dolía el brazo y sentía su pecho presionado. Escuchaba al rubio respirar silenciosamente aunque fueran muy fuertes sus suspiros, aún así. Tocaba su sudadera y se sintió caliente debido al cuerpo contrario, la apretó fuertemente.

Hizo una mueca de dolor, sintió como su corazón se aceleró el doble y eso le causa repulsión. Le dio asco saber que su amor jamás sería correspondido y el saber que estaba aún enamorado le hizo llorar con amargura.

Iba a ser más difícil de lo que esperaba.

...

En la mañana siguiente, Izuku permitió que el ajetreo y prisa de la mañana sacara a Katsuki de su habitación antes de que todo se tornara algo extraño e incómodo. Fue a clases, llegó y se sentó tranquilamente viendo la espalda ancha de su amigo. Entre las interminables bromas de sus compañeros y varias instrucciones dadas por su profesor, el peliverde asintió rápidamente para irse de inmediato a su habitación, se despidió de Katsuki con la mano y así mismo, huyó. Izuku había tomado una decisión.

Era suficiente por hoy.

Sucedió que un dolor  muy molesto le mordía sus entrañas, tirando desde la parte de atrás de sus costillas cada que su explosivo amigo se le acercaba demasiado, sintiendo que se rompería debido a lo grande que era aquel sentimiento agridulce.

Pasó casi todo lo que quedaba de día en su cuarto, terminando de hacer algunas tareas pendientes que tiene atrasadas, para luego irse a preparar para un arduo calentamiento y abdominales. Después de un rato, teniendo terminado aquel ejercicio, dejándolo totalmente sudado, tembloroso y jadeante, no pudo simplemente apagar la molesta voz que su cabeza tenia al pensar en que debía hablar con Bakugo, comentarle que pudo terminar la tarea y que luego había ido a hacer un poco de ejercicio. No sé lo permitiría, daba asco.

...

Resultó casi inevitable ignorar a su amigo. Ni en su propia mente, ni en la jodida realidad. ¿Y es qué cómo?. Teniendo esa mirada rojiza clavada encima de él, ignorarla simplemente dolía como la mierda. Incluso, la excusas convincente que establecía era totalmente absurda.

"Pasa tiempo con tu novio, lo merece".

Sabía bien que Katsuki no debería de tomarse las clases de tutoría como responsabilidad, el peliverde podía hacerlas sólo a estas alturas. Aún así, siempre respondía con la misma frase, referencia a una excusa nueva que el rubio le pondría a diario y cada vez que quería negarse a estar en el maldito cuarto de alguno de los dos.

Decidió salir de su habitación, pero unos comentarios le hicieron hacer saber con anticipación que la tarde no estaría tan tranquila. Monoma gritando altivo hacía Bakugo, quién también respondía aún más alto y decidido. Pensó para sí mismo que estaría de ojo en su rubio, vigilandolo de cerca durante la tarde. Y no, no tenía miedo. Al menos no de combatir.

YA TENGO EL FINAL DE LA HISTORIA 😔👍🏻