2
Ian estaba absortó en sus propios pensamientos, estuvo toda la tarde encerrado en la oficina, no había salido a almorzar e ignoraba las llamadas de su padre. Se encontraba fumando un cigarrillo al tiempo que su vista estaba plegada al techo, las persianas estaban entrecerradas y la luz atravesaba ligeramente algunas partes de la ventana, fuera de la oficina se escuchaban los teléfonos sonar. Parecía un día normal en la oficina, al menos para los trabajadores, pero no para él.
En la mente de él figuraba Tania marchándose de su apartamento. La amaba, pero no sabía cómo afrontar la situación en la que se encontraba. Sus aventuras no eran justificables, era un deseo inevitable para él. Le hizo pensar en lo bajo que había caído y al sentirse culpable por descuidar su matrimonio. ¿Cómo podría el arreglar las cosas ahora? por más que repasaba las cosas no veía una solución.
—¡Maldita sea! —Ian empujó con el pie una mesa pequeña que se encontraba frente a él.
Sin pesarlo más, se levantó del sillón dejando a un lado la corbata que llevaba puesta, luego tomó rápidamente la gabardina negra del perchero, uso el elevador para llegar a toda prisa al sótano, como si fuera una misión a muerte arrancó el automóvil a toda velocidad. Minutos más tarde entró al apartamento. Se encontró con un silencio absoluto. La oscuridad era lo que reinaba en el apartamento, encendió las luces luego entró a la habitación para averiguar si Tania se había marchado con sus pertenencias, sin embargo, solo encontró una toalla húmeda en una silla, estaba sorprendido porque no había ropa tirada u objetos rotos dispersos en el suelo como lo había imaginado, revisó el guardarropa de ella, estaba intacto. Se quedó parado ahí varios minutos, luego sacó su teléfono e hizo una llamada.
—¡Hola Ian! ¿Cómo están? —respondió alegremente la madre de Tania.
—¡Estamos bien! —Ian había contestado entrecortado, estaba inseguro en preguntarle si Tania estaba con ella, pero debía de asegurarse que estuviera bien—, ¿Renata de casualidad Tania esta con usted?
—No Ian. Ayer hable con ella, no mencionó nada de venir a visitarme. ¿Ha pasado algo? hoy la llamé, pero su teléfono sonaba apagado.
—¡Todo está bien suegra! Ella dijo que saldría a visitarla estos días. Quizá este con algunas amigas.
—Llámame en cuanto sepas si está bien.
—¡Por supuesto! ¡Que descanse!
Después de colgar el teléfono Ian se quedó parado en la habitación, luego hizo otra llamada esta vez llamó a Susan la mejor amiga de Tania. Susan respondió, sin embargo, Ian no obtuvo respuesta alguna, Tania no estaba con ella. En sus adentros él se preguntaba dónde podría haber ido Tania sin decir absolutamente nada a su madre, eran muy unidas.
El teléfono sonó, Ian se sobresaltó con un aliento esperanzador. Deseó que fuera la llamada de Tania, observó la pantalla del teléfono al darse cuenta de que era su padre hizo caso omiso a la llamada. Trató de llamar al móvil de Tania este lo enviaba al buzón, dejó varios mensajes durante el transcurso de la noche.
Al día siguiente Ian despertó por el despertador, se había quedado dormido, aun llevaba puesta la ropa del día anterior, se levantó y lo primero que hizo fue revisar el teléfono, tenía varias llamadas perdidas de su padre y de Octavio su mejor amigo.
Echo un suspiro de preocupación, era su culpa, nada de ello habría pasado de no ser tan desprevenido, batallaba consigo mismo maldiciéndose por haberle hecho algo así, deseaba tranquilizarse pensó que al tomar un baño le ayudaría a aligerar las cosas, después de la ducha, se alisto para ir a la oficina; estaba vez se había vestido algo informal usó una camisa celeste y un jersey azul junto con su chaqueta favorita de color negro. Había renunciado a la idea de que Tania diera una señal.
Revisó la hora en su móvil era las ocho y media de la mañana, así que hoy llegaría tarde a la oficina. Tenía una junta con varios socios de la localidad, pero no le importó llevarla a cabo, todo eso había pasado a segunda plana. Guardó el móvil en el bolsillo de su chaqueta, antes de que saliera de la habitación el teléfono sonó.
Pensó que era su padre, por lo que el no respondería la llamada, luego volvió a sonar. Sacó el teléfono y sus ojos eran de sorpresa no sabía cómo enfrentaría la situación, pero deseaba hablar con ella, era Tania quien llamaba en ese momento.
—¡Tania! ¿Dónde estás? ¿Estás bien? ¡Tenemos que hablar, por favor! —Ian deseaba arreglar las cosas, solo esperó a que ella dijera que estaba bien—. ¡Tania! ¿Me escuchas? ¡Responde por favor!
La llamada se cortó. Ian marcó al número de ella, el móvil comenzó a sonar, de pronto un teléfono comenzó a sonar en el apartamento. No estaba seguro de eso, volvió a marcar, estaba sonando de nuevo en alguna parte de la casa, Ian salió rápidamente de la habitación siguiendo el sonido del teléfono, eso lo condujo a la cocina.
El teléfono se encontraba tirado en el suelo, eso le hizo pensar que Tania había estado en el apartamento, pero ¿cómo podría? si este había enviado todas sus llamas al buzón, pensó que Tania había regresado. Recogió e teléfono luego lo dejó en la encimera.
—¡Tania estas aquí!
Ian salió de la cocina luego se dirigió a la sala, cuando se percató de la oscuridad que reinaba ahí, las persianas de las ventanas ocultaban toda la luz, se acercó a las ventanas para que la luz del día alumbrara el apartamento, dio la vuelta topándose con el peor de los escenarios. Sintió que estaba siendo arrojado a una llamarada de fuego capaz de consumir su cuerpo lentamente, estaba horrorizado.
El alma se le hizo añicos, su mirada era de desasosiego, el móvil se le cayó de las manos, comenzó a dar unos pasos rígidos como si su cuerpo pesará a cada paso. La impotencia le recorrió cada fibra de su ser. Entrecerró los ojos con la idea de que estuviese soñando, pero no. Todo eran real. En ese momento quiso vomitar, el cuerpo de Tania estaba acomodada en el sillón como si alguien se hubiese tomado el tiempo para hacerlo. El rostro de Ian se aterró al ver que solo era el cuerpo, su cabeza no estaba donde debía de estar.
—¡Ah, ah ah, ah! —Ian estaba en shock al ver su cuerpo observó que las manos de ella estaban atadas, su vertido estaba empapado de sangre.
Ian retrocedió varios pasos tropezando torpemente con una mesita, cayó al suelo como tonto, trataba de asimilar el panorama siniestro que se planteaba ante él, su rostro horrorizado expresaba la impotencia que sentía en sus adentros, luego elevó la vista para ver su móvil, se levantó para ir por él. Realizó una llamada a emergencias.
—¡Diga! ¿Cuál es su emergencia? —preguntó una de las operadoras
—Yo, yo, yo... —Ian tartamudeaba asimilando si esto era real o era solo una pesadilla.
—¿Se encuentra bien? ¿Su dirección cuál es?
—Condominio tres, las gardenias, número veintidós. ¡hay un cadáver¡ —dijo Ian abatido.
—En unos minutos llegará la ayuda, mantenga la calma, no se mueva de allí, respire profundamente, estaré en línea con usted, en estos momentos transferí la solicitud, pronto llegarán a ayudarlo, todo estará bien.
Ian cortó la llamada, se quedó ahí sin moverse, ¿estar tranquilo? Como si eso fuera posible, ella no sabía que es lo que presenciaba Ian. Minutos más tarde se escucharon las sirenas acercarse al condominio, momento después alguien tocaba la puerta.
Él se puso de pie para ir a atender, su vista estaba centrada hacia las manecillas de la puerta. Hasta que sus pies tropezaron con algo. Bajó la mirada, Ian quedó petrificado, no pudo evitar lanzar un grito de horror, se desplomó al suelo deseando con todas sus fuerzas morir en ese preciso instante. Era la cabeza de Tanía, su rostro estaba pálido y sus ojos abiertos en dirección a él.
—¡Ayúdenme por favor! —gritó desesperado.
Los policías empujaron la puerta llevándose la sorpresa de hallar una cabeza en el suelo. Observaron perplejos a Ian quien estaba en el suelo con las manos en el rostro.
Uno de los policías llamo a refuerzos y a la CIC (Centro de Investigación Criminal) para que realizarán el peritaje correspondiente. Se llevaron a Ian fuera de la escena del crimen se aseguraron de brindarle atención medica de inmediato. Todos estaban inspeccionando el lugar cuando el Fiscal Leon llegó.
—¡Jefe! —Dijo uno de los policías—, No va a creer de quien es el cadáver.
El Fiscal ingresó al apartamento repleto de policías e investigadores que se encontraban revisando minuciosamente los detalles del crimen.
—Lo dice de una forma muy despectiva oficial. Esto es un crimen no un juego en el que las palabras suenen como canciones.
El oficial se limitó a decir si asentía o no. dio media vuelta para seguir con otros a recoger algunas evidencias.
—¡Leon! —una voz familiar pronunciaba su nombre, dio la vuelta para reconocer quien era—, esto es atroz, nunca habíamos visto nada igual.
—Ya lo creo, no esperaba encontrarte aquí Elián.
—Estaba de visita, hoy mismo iba a regresar, pero me dijeron que asignará a una nueva chica que formará parte del equipo de investigación de esta región.
—Tiene mucho trabajo por hacer, llegó en el momento oportuno ¿quién es?
—Ya comenzó Leon ella está encargándose del levantamiento del cadáver para hacerle la necropsia. ¡Oh! Ahí viene.
—¡Lauren! ven un momento por favor.
—Es muy joven, hoy en día los jóvenes tienen mucho potencial.
—Leon nos estas menospreciando, el hecho de que los años dejen su huella en nuestro rostro no significa que ya no podamos hacer nuestro trabajo. —Elián sonrió ampliamente como si hubiese dicho algo muy impresionante.
La chica se acercó a ellos con una mirada curiosa.
—Lauren, te presento a Fiscal Leon. Jefe de la unidad policiaca de investigaciones criminales de esta región.
—¡Mucho gusto Fiscal! —Lauren extendió la mano para saludarlo.
—Igualmente Lauren, no es el momento adecuado para presentarnos, pero le doy la bienvenida, Elián me ha comentado que está haciéndose cargo de esta investigación.
—Así es, estamos haciendo las averiguaciones, ya iniciamos con los interrogatorios, principalmente con el marido de la víctima.
—¿Cuál es el Nombre de la víctima?
—Tania Álvarez de treinta años de edad recién casada.
—¡No puede ser! —dijo el Fiscal acercándose al cuerpo que aún seguía en el sillón.
—¡Dios mío! ¿Qué es esto? ¿Quién le hizo esto? —El rostro del Fiscal denotaba todas las emociones posibles, Tania y el eran muy buenos amigos.
—Es espeluznante Leon todos en el condominio están asustados.
—No puedo creerlo. ¿Sus padres ya lo saben?
—Nos hemos comunicado con ellos, están en camino. ¡Es hora! —Ordenó Lauren a dos muchos que se acercaron envolviendo el cadáver en una bolsa negra, luego prosiguieron a sacarlo de allí.
—Fiscal debo irme ahora a realizar los estudios correspondientes, lo veo en dos horas para darle los resultados preliminares. Se quedarán otros forenses a inspeccionar el lugar, por ahora todos debemos de irnos para evitar contaminar las evidencias. —Varios policías se retiraron dejando trabajar a los demás.
Los padres de Tania se encontraban sentados en la oficina del Fiscal cuando él ingresó. Observó a Gustavo desecho, no supo que decirle en ese momento no habría forma de hacerle sentir mejor, el silencio se volvió insípido.
—Gustavo ¡lo lamento mucho! —Expresó Leon con un tono de lamento mientras disipaba el silencio entre ellos.
La madre de Tania abrazó a Gustavo, estaban decaídos. Era su única hija, el padre de Tania no podía creerlo, su expresión era de confusión total, quizás muy en el fondo tenía la esperanza de que esto fuese un mal sueño.
—Haré todo lo que este en mis manos Gustavo, haré justicia, esto no quedará impune te lo aseguro. Ahora mismo están realizando los estudios para encontrar alguna pista, solo que terminen de hacer la necropsia el cuerpo será entregado.
—Ailin debemos hacer los preparativos para el funeral —la voz de Gustavo sonó resignado.
Horas más tarde el inspector recibió una llamada de la oficina central de la CIC notificándolo que algunos resultados previos ya estaban listos. Quince minutos más tarde Lauren ingresó a su oficina.
—Tome asiento por favor, ¿gusta un poco de café?
—¡No gracias! Agua si fuera posible.
—Dígame cuales los resultados —dijo el fiscal al tiempo que le entregaba el vaso con agua.
—Fiscal, ha sido brutal para ella, sus manos para empezar fueron atravesadas por un arma blanca punzocortante, ella presenta signos de violación, los resultados del arma blanca estarán listos en diez días o más. Su cuerpo fue apuñalado treinta veces por lo que creo que murió por las múltiples hemorragias internas provocadas en su cuerpo, lo más atroz de todo esto es que la cabeza se la han arrancado de manera inhumano se usó una fuerza asombrosa para ello, aunque la necropsia no ha dado los resultados para escatimar el arma homicida con que arrancaron su cabeza.
—¿Cómo es posible? ella era bastante amigable, no puedo siquiera imaginar el sufrimiento que vivió antes de morir.
—En el apartamento se encontró el arma blanca que provocó las múltiples heridas, —continuo Lauren explicando los hechos—, las únicas huellas que se han encontrado son las de Tanía en el arma blanca ¿no le parece irónico inspector? ¿Acaso se están burlando de nosotros? Es evidente que dejaron todas las evidencias a propósito; en el cuerpo de Tania aparecen las huellas dactilares de su esposo, eso nos hace pensar en el como el principal sospechoso.
—El interrogatorio no podrá efectuarse hasta que el sea ligado a proceso, o en este caso se lleve a cabo la audiencia de primera declaración, si él se manifestara en esa audiencia podríamos suponer una declaración previa y la imputación de delito. Pero él no ha dicho mayor cosa, tiene una cuartada si es que el fuera el asesino. —Leon estaba muy pensativo por todo lo acontecido.
—Mañana a primera hora estarán todos los informes periciales concernientes a la planimetría del lugar y el informe socio-económico, la única excepción es el examen endovaginal y el informe final de la necropsia, lo más curioso es que se encontraron varias huellas en la casa de los Viteri que no coinciden, lo espero mañana a las ocho inspector.
El día continuó con un ritmo pesado y agrio, aunque los delitos no paraban, ninguno se asemejaba a asesinato de Tania Álvarez. Leon estaba concentrado en su totalidad en aquel delito, que no vio pasar la noche. Al día siguiente el Fiscal se levantó temprano, para ir a ver a Lauren, estaba ansioso por conocer si había alguien ya identificado.
—Leon por aquí —Lauren levantó la mano en señal de que lo siguiera.
—Disculpe el desorden, estoy terminando de acomodar mis cosas. —La oficina estaba repleta de libros y documentos.
Alguien tocó la puerta.
—Doctora el informe de rastreo de GPS al móvil de caso Trece ha llegado.
—¡Gracias Rayan!
Lauren comenzó a sacar un archivo amarillo, donde estaban varios documentos adjuntos.
—Inspector, la última llamada que realizó fue al número de Santiago Torres.
—No solo es eso, alguien ha confirmado que él fue la última persona que estuvo con ella, los vieron en Montano a medio día. Aunque los resultados del dictamen médico legal han confirmado la violación preliminarmente y se encontraron restos se sémenes pertenecientes a su esposo. He acelerado el proceso para que me entreguen los resultados en el menor tiempo posible. Todos los informes arrojan la participación activa del señor Ian Viteri en este asesinato hay suficientes pruebas en su contra, la cuestión es, ¿qué razones tendría para matar a su propia esposa?
—No puedo creerlo, él niega haberlo hecho. En la empresa han declarado que Ian estuvo todo el día en su oficina.
—Ese es el punto inspector, ellos nos mostraron las grabaciones de la empresa confirmando que él estuvo allí. Lo único que falta ahora son las grabaciones del condominio y el interrogatorio al guardia. Eso debe de arrojar otras pistas.
—Por el momento el señor Viteri quedará detenido y sometido a juicio.
Leon se marchó para iniciar la aprehensión.
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