XXII - Tocando el piano
La balanza de mi alma está rota
iguala una piedra a una pluma
mientras se desangra gota a gota
y en la catástrofe, plácida duerme
Extraño tu indiferencia,
y tus ganas de no volver a verme
se me hace eterna tu ausencia
no podrías imaginar cuánto
Y maldigo mi impaciencia
sin haber caído, me levanto
riéndome de la creencia
que me controla de tanto en tanto
Esa que te compartía entre susurros
cuando asomaba, incierto, tu llanto
Como asoma ahora el minutero
con un mañana sin danza o canto
Mi cómplice en promesas de acero
pactadas bajo la mezcla
de sangre, lágrimas y aguacero
¿Temíamos a la soledad?
Pero todo clima es pasajero
y esa lluvia no es tal tempestad
lo que para ti no es más que un cero
para mí sugiere infinidad
Perdón, sé que crees que exagero
pero es lo que siento de verdad
es mi escribir mediocre, sincero
y salpicado de ingenuidad
El pesar en mi pecho
resulta ahora más bien liviano
y quizá ayude el hecho
de que lo supe desde temprano
Tras bellos, pero escasos momentos
nos soltamos de la mano
y pregunto para mis adentros
si es que todo esto fue en vano
Quienes no se marcharán jamás
Son las sombras de aspecto inhumano
¿Puedes oírlas? Están acá
Danzando, alegres, tocando el piano
Qué melodía tan curiosa
han elegido para esta noche...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro