A veces un suspiro me agota
y triste verme es,
soy tan frágil y tan tonta, 
me engañan y me engaño sin más.

Algunos días creo en los sueños,
en que hay algo más allá,
pero mi imaginación se acaba
y regreso a la realidad.

Ayuda quiero pedir,
quiero marchar de acá,
la daga puede degollar mi cuello
y no volveré a respirar.

A respirar digo,
pero ahogada ya estoy, 
solo es cosa de mirarme,
tan malditamente sola estoy.

Ahogué todos los recuerdos,
las memorias y mi sentir,
era demasiado dolor
al menos para lo que llaman vivir.

Aquello que llaman vivir...
¿Cómo se sentirá?
Siempre he estado encerrada aquí,
no sé si en verdad hay un más allá.