Capítulo 5.
Mire una vez más a mi alrededor, presionándome la sien, esto debe ser una jodida broma, ¿Qué clase de anciana demente y esquizofrénica es esa señora?
Mire una vez más el maldito papel que me dejo donde tenía escrito "Salma, selery, sumor"
Me costó encontrarles el sentido a las jodidas palabras, sino fuera por Jace no me hubiese sabido nunca que Selery y Sumor eran los nombres de una calle, al buscarlas me di cuenta que...eran las de una intersección, donde...donde justo en toda una esquina había una casa, solo una que abarcaba un terreno enorme que colindaba con un parque, el más grande y frondoso de la zona.
¿Qué coño se supone que tengo que hacer?
Mire a mi alrededor viendo las calles completamente vacías, no había nadie como para preguntarle si existía una calle "Salma" por algún lado.
Mire la casa frente a mí, sintiendo un frío correr desde mis piernas y recorrerme todo el jodido cuerpo, sentí la misma sensación que cuando abrí las cajas en el sótano de casa.
Mi cuerpo tembló en frío, miraba y miraba aquella casa, que con cada pestañaba que daba la veía más brillante, envolvente, más...más cerca y...
¿Qué...¿En qué momento empecé a...caminar?
No me había dado cuenta de que mis pies habían comenzado a moverse, solo lo note cuando...cuando choque con un peldaño del pórtico y ya...ya era muy tarde para detenerse, porque...mis pies se movían solos joder, mi cuerpo por inercia se tiraba hacía atrás con la necesidad de darme media vuelta y largarme...pero...pero mis pies no me hacían un jodido caso.
No.
No.
¡No maldición!
Me puse a negar mordiéndome los labios para poder detener mis jodidos brazos que...que se fueron involuntariamente hasta...la puerta...donde la golpeé.
¡Ya maldita sea!
Solté una respiración aireada, dándome un manotazo en la mano que golpeaba la puerta, retrocediendo por inercia, sintiendo que...que volvía a tener el control de mi maldito cuerpo.
Me gire, casi tirando mis extremidades para poder echarme a correr, cuando...cuando la puerta fue abierta.
—¿Quién es? —la voz de una señora retumbo a mis espaldas y mi sangre se heló, me gire a mitad de los escalones del pórtico y choque con el rostro de una señora...quien...me miraba con su rostro amable, pero...algo en ella me hizo retroceder un paso, su alrededor era tan brillante, tan puro, como si no hubiese oscuridad a su alrededor, incluso cuando la casa a sus espaldas no tenía mucha luz, ella abrió un poco más la puerta dando un paso hacía mí, ladeando su cabeza, dejando caer su larga melena...melena que...que acabo de notar es...de un rojo...similar al de mi cabello.
Di otro paso hacia atrás, con toda la jodida intensión de girarme y salir corriendo de aquí, pero mis malditos pies no me servían
—¿Tú...Tayra...? —trague con dificultad sin decir una mierda, mire a mi alrededor y ella avanzo hacia mí—¿Eres...eres Tayra?, ¿En verdad eres...eres tú?
—¿Usted...quien...quien es?
—Eres idéntica a Amelia...—el nombre de mi madre salió de su boca y mi cuerpo termino por estremecerse, esa mujer avanzo hacía mí y sin darme cuenta mi visión comenzó a nublarse, y una humedad comenzó a crecer en mis mejillas.
—Yo no...
—Mamá me dijo que te había visto, pero...no creí que...
—¿Ma...mamá? —mi voz tembló, y solo cuando sentí mis piernas perder fuerza, ella dejo de caminar hacia mí, limpiándose las lágrimas que también le caían por las mejillas.
—Fuiste...fuiste a verla al asilo, ella...
—¿El...el asilo?, ¿Quién...
—Tayra...yo...soy tu tía...
—¿Mi que...
La respiración me fallo, y sentí como si el peso del mundo estuviera cayendo sobre mis hombros, abuela...tía...ahora...¿Se supone que tengo más familia?, ¿Y que pasa con lo que mis padres dijeron?, ¿Cómo ella...sabía el nombre de mi mamá?, su...su color de pelo, su...no entiendo, no entiendo nada de...
—¿Te...te sientes bien?—una presión extra se acentuó en mi mejilla y al centrar la mirada...mi corazón se fue a la mierda...los ojos de esa mujer...el color...eran...del mismo color que los míos...de esos castaños rojizos que en el único rostro que los había visto además del mío...era en el de mi madre—¿Tay...Tayra estás...?
Mire su rostro...y por un segundo el rostro de mi mamá se paseó por mi cabeza, el parecido él...
"Bienvenida a casa cielo"
La voz de mamá choco con mi rostro como si fuera traído por el viento y...y mi mundo se sacudió por completo, la realidad comenzaba a distorsionarse frente a mí, y sin siquiera darme cuenta... mi mundo se fue a negro.
[...]
Un aire tibio hizo picar mi nariz, el aire venía envuelto con aroma a hiervas, unas hiervas tan...tan potentes que...que calentaron mis pulmones.
Es extraño, esto...esto se siente igual a la primera vez que probe la marihuana, esa sensaciones de desconexión con mi cuerpo y...sentir todo multiplicado al mil, los sonidos, los aromas, las texturas, podía sentir algo húmedo y tibio golpearme la cara, eso era vapor, el vapor venía con el aroma a hiervas, y podía oír y sentir el sonido de los pasos a mi alrededor y los balbuceos que no llegaban a convertirse en palabras claras.
Mi cabeza se movió dentro de toda esta oscuridad y la sentí sobre...sobre algo acolchado, algo que desprendía un aroma a hiervas, a pasto, a tierra húmeda.
"Bienvenida a casa cielo"
La voz de mamá hizo estremecer mi cuerpo. Mis ojos se abrieron al sentir una caricia en mi rostro y lo primero que vi...fue...oscuridad...una cortina nublo mi vista y tras pestañar, la vista comenzó a cambiar.
Es...mi entorno se veía cada vez más claro, podía oír mejor, y sentir mejor, no me equivocaba el aroma de las hiervas si era aquel vapor y ese vapor si chocaba en mi nariz.
Pestañeé en reiteradas ocasiones, hasta que...hasta que pude ver mejor, vi todo completamente bien y esa caricia que por un segundo pensé que eran las manos de mi madre...no eran nada más que...las manos de la mujer que me abrió la puerta y dice que es mi...
—¿Tayra? —mi cabeza se despejo, junto a mi razón, me senté de golpe dándole un empujón a la mano que cuidadosamente me sacaba el cabello del rostro, y me alejé, alejándome de ella, mirando mi entorno con la respiración a mil, sentía los latidos de mi corazón golpeándome los oídos. —Tayra tranquila, está...
—¡No me toque! —intente ponerme de pie, pero las jodidas piernas me temblaban, así que solo me aleje, arrastrándome por el sofá.
—Tranquila—movió las manos alejándose de mí, hablándome con una calma que claramente no sentía—te desmayaste en el patio, solo te traje para...
—¿Quién...quién es? ...porque...usted...conoce a...a mi mamá...
—Yo...me llamo Salma, Amelia...era mi hermana, ella...ella ¿Nunca te...—ladeo su rostro y yo solo pude mirarla, Salma, hermana de mi madre, la detalle, vi su rostro, el color de sus ojos, su cabello, la melena larga, rojiza...sintiendo que por primera vez, no era la única extraña en la habitación.
—Claro que Amelia nunca le hablo de ti—desvié el rostro, hacía la entrada de la sala...viendo a esa jodida anciana aparecer en mi campo visual...su voz...ya no era esa débil y temblorosa voz de la primera vez que la vi en el asilo...
—Mamá, ahora...
—¿Mamá...?
—Así es—asintió la señora, adentrándose en la sala, acomodándose el chaleco que traía puesto, caminando con una facilidad y su cuerpo tan erguido que me hizo jadear sorprendida—madre de Salma y Amelia—señaló—y por obvias razones, tu abuela...
—¿Abuela...
—¿Por qué...por qué...yo no sabía de...de ustedes?
—Tayra—hablo la tal Salma a mi costado, tomándome de la mano—para tu madre no fue fácil alejarse de nosotros, ella...
—Claro que fue fácil para ella—desvié la mira, viendo la espalda de la anciana, ya que se ganó mirando hacía el ventanal, hablando con tal soltura que me molesto...—cometió el peor error en enamorarse de tu padre...
—¿Qué?—solté por pura inercia, aún no lograba procesar toda está mierda.
—Madre, eso no...
—Es la verdad—la detuvo la anciana girándose a mí dirección—cuando Amelia se casó con tu padre, tomó la decisión de irse y alejarse de todos nosotros, olvidando sus raíces, por Henrry.
—¿De qué...de que está...hablando?, ¿Qué...
—Ellos querían una mejor vida para ti, Tayra, querían que tuvieras una vida normal...
—¿Vida...vida normal?—jadee, viendo como Salma callaba sus palabras, desviando la mirada a esa anciana, quien no dejaba de mirarme, de detallarme—¿Por qué...mi vida no seria normal?
—¿Por qué...
—Mamá ya basta—la detuvo, frunciendo su ceño con molestia, dándole una mirada de reproche, que poco y nada le intereso a la anciana.
—¿Por qué?, estoy respondiendo las preguntas qué...
—¿Por qué mamá nunca me hablo de...
—Ya te lo dije—soltó la anciana—no te lo dijo por tu padre.
—¡Pero por qué! —grite, poniéndose de pie por fin, mandando a la mierda todo lo que estaba a mi alrededor—¡¿Qué tiene que ver mi padre con todo esto?!, ¿Quién coño son ustedes?, ¡¿Qué demonios...?!
—Ella quería protegerte, solo...
—¡¿Pero de qué?! —grite girándome hacía la Salma, quien seguía sentada, balbuceando con calma, y con esa jodida cara de parsimonia.
—De nosotros—soltó la anciana, captando mi atención y mi silencio—de lo que somos—suspiro avanzando hacia mí, para sentarse en el sofá a centímetros de mí—ella sabía que tarde o temprano ibas a llegar a nosotros y Amelia solo quería protegerte de lo que nuestra sangre porta, algo...
—¡Hable claro de una jodida vez!—me exaspere—¿De que cojones me quería proteger mi madre?, ¿Por qué de ustedes?, ¿Qué tiene que ver mi padre?, ¿Qué demonios son ustedes que mi madre quería...
—De lo que somos—me corrigió la anciana ladeándose a mí dirección—de lo que Amelia te quería proteger, era de nuestra sangre, de la sangre que corre por tus venas. Sé que hay muchas cosas que no logras entender, tienes muchas dudas, pero...no es el momento—negué retrocediendo, viendo su rostro, chocando con las malditas cosas a mi alrededor—tienes que calmar tu mente, no estás lista para saber sobre el linaje de tu madre, sobre tu linaje—me miro—cuando te sientas lista, te estaremos esperando.—mi espalda choco con la pared, y solo al sentir el impacto, note que...que mis piernas por fin estaban jugando a mi favor, y nos estaba sacando de este jodido lugar—Bienvenida a casa, Tayra—el pulso de me fue a la mierda y al ver una sonrisa sincera curvarse en el rostro de aquella anciana me gire y...Sali corriendo del maldito lugar.
Corrí, por los pasillos hasta que abrí la jodida puerta y pude correr lejos de esa casa, el aire puro me golpeo el rostro y sentí que una presión subía por mi cuerpo, me apretaba el abdomen y...salió convertido en jodido vomito, me apoye en el tronco de un árbol y solté todo, en un llanto que me estaba asfixiando, me golpee el pecho, y jadee, respirando por fin, sintiendo mi mente trabajar a mil.
"De tu linaje"
"De lo que eres"
"De nuestra sangre"
"Bienvenida a casa cielo"
"Bienvenida a casa, Tayra"
—¡¿Qué cojones pasa?! —grité, golpeando el pecho, mirando a mi alrededor, desordenándome el jodido cabello, colapsando, mirando a lo lejos la casa, retrocedí viéndola desde la vereda, sintiendo que mientras más me alejaba...más podía respirar y...
Me gire, callando mi grito al ver a un jodido tipo en la vereda de al frente, mirándome a brazos cruzados, no lograba ver su rostro, ya que andaba con una capucha negra, pero podía apostar que me estaba mirando, y eso...joder me lleno de maldita ira.
—¡¿Qué?! —le grite—¡¿Por qué cojones me miras?! —descruzo sus brazos y dio un paso hacia atrás mirando a su alrededor, preguntándose si era el jodido receptor de mis malditos gritos y...—¡A ti te estoy hablando hijo de puta! —lo señale—¡¿Por qué cojones me miras?!, ¡¿Qué demonios quieres?! —se señaló y me dieron ganas de lanzarle una maldita piedra.
¡No puede ser joder!, lo que me faltaba, un jodido psicópata mirándome.
Me presione las sienes y me gire, alejándome de toda está jodida mierda, necesito aire, necesito centrarme en toda está mierda, pensar que cojones pasa...porque mierda tantas mentiras, tantos secretos, ¿A quién coño le tengo que creer?, ¿A esa aparecida que dice ser mi abuela y a su hija que dice ser mi maldita tía que se parece a mi madre o le tengo que creer a mi padre, que...que dice que solo lo tengo a él y que...que mamá no tenía más familia?
No...no sé...no sé que...
—¡¿Por qué cojones estás siguiéndome?! —solté en un grito histérico al ver que ese imbécil me...me venía siguiendo.
Estoy...estoy llena de colera, tengo la maldita mierda hirviendo y este hijo de puta viene a joderme.
—¡¿Me conoces de algún lado o que cojones?!, ¡Soy cinta negra hijo de puta no te tengo miedo!—le grite caminando en su dirección viéndolo retroceder, mirando a su alrededor, como si la maldita psicópata fuera yo—¡Tú...! —cruce a su avenida y siguió retrocediendo, mirándome con pasmo y solo...solo cuando lo pude ver de cerca...note que...que yo ya había visto está figura antes...afuera del cementerio y...y en el...—¡Tú que demonios...yo ya te había visto antes...!—su cuerpo se tensó y antes de que pudiera darme cuenta, ya se había echado a correr, y lo peor es...es que yo lo seguí—¡Deja de correr, maldición!—le grite, acelerando el paso—¡Me has estado siguiendo como un jodido pervertido y ahora arrancas como un cobarde!—giro por una intersección provocando que la capucha de su chaqueta se resbalará dejando a la luz una jodida cabellera blanca—¡Maldito pedófilo pervertido!—le grite por inercia—¡¿Cómo cojones un viejo corre más rápido que yo?!—grite perdiendo la maldita respiración.
Papá lo hubiese reducido en un jodido movimiento, me arrepiento de no correr más.
—¡Oye donde mierda...! —giro en una avenida y...y lo perdí. —¿Qué demonios...—mire a mi alrededor y la jodida avenida era larguisima—¡Paso lo mismo en el cementerio, ¿Cómo...!
—Tienes...! —solté un grito lanzando manotazos al sentir un maldito susurro golpearme la espalda, me giré y retrocedí tragándome el corazón al ver esa jodida cabellera a centímetros de mí.
—¡¿Quién...?!
—Tienes que entrar a esa casa—me sostuvo por los hombros y esa ira que tenía, esas ganas que me corrompían de querer romperle la jodida cara...se esfumaran...apenas sus ojos dieron con los míos, ignore por completo la suplica, la desesperación en ellos...lo único que podía ver...era que el color de sus ojos...era...de un gris con matices...violetas...sus ojos eran jodidamente...—¡Tienes que entrar ahora, Tayra!—grito sacudiéndome los hombros, señalando la casa a mi derecha y apenas mire en aquella dirección y volví mi mirada...ese hombre...ya no estaba.
Gire a mi alrededor, buscándolo, y no...no estaba por ningún lado.
—¿Qué...qué mierda...
—¡Ahora Tayra! —sentí un empujón en mis hombros y sin darme cuenta, me encontraba corriendo en dirección a esa casa, como si...como si alguien me estuviera jalando del jodido brazo. Subí a zancadas el portico de la casa y...y al intentar abrir la jodida puerta, esta estaba cerrada y...
—¡Está cerrado maldito sea, como...!
—¡Debajo del tapete, debajo del tapete! —el grito...se me hizo tan real...tan directo que sentí el jodido aliento golpearme el rostro, me incline lanzando el tapete a la mierda tomando las llaves—¡Date prisa Tayra! —las jodidas manos me temblaban, sentía una ansiedad corriendo por el jodido cuerpo, mis manos temblaban y no sabía por qué, sentía...que estaba...estaba apunto de perder algo que ni siquiera sabía que tenía...la puerta se abrió y oyendo sus ¡Segundo piso, sube ahora!, corri por los pasillos yendo directo a las escaleras, como...como si conociera la jodida casa, llegue al segundo piso y...gire corriendo hasta el final del pasillo empujando de un golpe la puerta de la última habitación, donde...—¡Tienes que detenerlo Tayra! —ese grito retumbo a mi alrededor secundado del cese de mi respiración, al ver...al ver como una silla caía a mis pies y...y las piernas de un cuerpo...aparecían frente a mí...escuche jadeos por la falta de respiración y me paraliza.
Vi todo como si fueran fotos pasando por mi cabeza...la silla cayendo, la soga...las piernas del hombre colgando frente a mí y...
—¡Tienes que salvarlo Tayra! —mi cuerpo se sacudió y mirando mi alrededor, tome la silla la volví a colocar bajo sus pies y todo paso excesivamente rápido frente a mí, corrí a mi alrededor siguiendo los gritos y...y tome una cortapluma del mueble, subiéndome encima de la silla, haciendo jodidos malabares con el pulso a mil...para cortar la maldita soga y ver el...el cuerpo caer.
Solté un jadeo, presionándome el pecho, y me lance al piso, sacándole la soga del cuello, viendo las quemaduras por la soga, lo jale de los hombros, sentándome en el piso, elevando su cabeza dándole aire.
—Por favor—le pedí—respira—susurre tocando su rostro, viendo como jadeaba intentando respirar, sus pies se arrastraban...y...y yo lloraba por la jodida respiración de verlo...colgado frente a mí—por favor respira—balbucee tirando mi cabeza hacía atrás mirando mi entorno.
Todo...todo esto...es jodidamente extraño...no entiendo...no entiendo que mierda está pasando...
—¿Po...por...por qué?—baje la mirada al sentir su voz salir en un hilo y...y un jadeo salió de mi garganta al ver...al ver como...abría sus ojos...como respiraba.
—Estás bien...todo...
—No—negó—¿Por...por qué...me...me salvaste?
Lagrimas rodaron por sus mejillas...y su expresión se contrajo soltando un llanto que...que erizo mi piel...comenzó a negar...a llorar con un dolor...que rompió mi corazón...lo...lo abrace...sintiendo como sus manos se enredaban en mi ropa y me jalaba hacía él con una necesidad que me llamaba a sostenerlo, a contenerlo.
—Perdón—balbucee dejando que se amarrara a mi cuerpo—pero no te dejaré morir, no...no sé qué te llevo a esto...pero...pero ya no estás solo...me tienes...me tienes a mí... y yo...yo no dejaré que mueras.
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Holaaa chiquitines 💜
Perdón por andar tan desaparecida últimamente, pero ¡Ya volví mis bebes!
Espero disfruten el capítulo 💜
Les cuento que nos veremos todos los miércoles en una nueva actualización de esta historia.
Mis chiquitines recuerden seguirme en mis redes sociales Ig: _Jaaviipb_ donde estaré subiendo dinámicas y post de mis historias.
E igualmente les recuerdo que mi historia "En la mira" (disponible en mi perfil) se encuentra finalizada y su segunda parte "Detrás de la mira" que ya está en emisión.
Esoooo, nos vemos en la próxima actualización :)
Besos,
Javi ☁
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