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Capítulo 4

Capítulo 4.

Murieron.

Agatha y Patrick murieron.

Murieron antes de que nos casáramos.

Te conocí cuando tenías apenas unos meses.

Me saque un pedazo de uña con los dientes tragándome el jadeo, sin poder salir de mi cabeza, sin poder salir de mis malditos pensamientos, alguien está mintiendo, pero ¿Quién?

¿Papá?, ¿La señora loca del asilo?, ¡LA señora está loca, ¿Por qué cojones dudo de mi papá si ella está loca?!

¡¿Cómo conocía el nombre de mi madre?!, ¡¿De mi padre?, ¡Dijo que era idéntica a mamá!, ¡¿Cómo podía saberlo ella si en mi vida la había visto!

No he podido dormir maldita sea por pensar en esta mierda, algo está mal, algo esta jodidamente mal y no logró entender...que esta sucediendo.

Es...

——¿Me estas escuchando? ——di un brinco al sentir un tirón en mi mano, un tirón que me hizo jalarme un cuerito con los dientes y mi dedo termino sangrando y yo jadeando por el dolor—Esto es principio de canibalismo—eleve el rostro llegando a la expresión entre preocupada y asqueada de Jace, se saque un pedazo de papel del bolsillo y lo envolvió alrededor de mi dedo que había comenzado a sangrar—¿Qué te pasa?

—Creó que me moriré—balbucee tirando mi cabeza hacía atrás recargándome en los casilleros permitiendo que manipulara mi mano a su antojo, haciendo una especie de torniquete exagerado a mi dedo.

—No te mueras sin decirme donde te fuiste el otro día—lo divise y ya me detallaba con las cejas en alto.

—¿El otro...

—Te deje en el pasillo cerca de los comedores para ir por mi palo santo y desapareciste.

—Me salieron asuntos urgentes qué...

—¿Quiénes eran? —me cortó soltándome la mano, para pararse recto frente a mí a brazos cruzados.

—¿Quién era de...

—El que te salió persiguiendo. —enarco una ceja y mi pulso se disparó débilmente, pero seguí haciéndome la imbécil, tantos años de practica jodiendo a papá tienen que darme resultados.

—¿De que estás...

—Esté pueblo es pequeño Tayra, rara vez llega alguien nuevo o pasa algo novedoso que dé de hablar, y precisamente tú eres nueva y novedosa en el pueblo, no paso mucho rato desde que desapareciste para que me llegará el rumor de que la chica nueva linda y pelirroja huyó siendo perseguida por uno de último año, así que dime, ¿Quién...

—Creó que era mi primo—jadee presionándome las sienes cortando sus palabras y de paso mi respiración—espera, ¿Dicen que soy linda y pelirroja?

—Morena no eres...

—Eso es obvio pero...

—Lo otro también es obvio—rodó los ojos detallándome desde arriba—eres...un... ¿Dijiste primo?, ¿No que no tenías...—ladeé el rostro forzando una sonrisa y detuvo su hablar, sus cejas se elevaron con sorpresa y su boca se entreabrió soltando un "oh" sorprendido—¿La vieja rara del...—asentí.

—Vi al que me persiguió en el asilo, el otro no...

—¿Son dos...? —asentí nuevamente y jadeo rascándose la quijada—joder—balbuceo—esto está más bueno que los libros que leo, ¿Y que paso?, cuenta, cuenta. —me incito y rodandole los ojos tome mi bolso del piso apenas sonó la campana que anunciaba el fin del receso y nos encaminamos a nuestra próxima clase.

—Paso qué, quería saber que estaba haciendo con su abuela y si la conocía de algo, claramente no supe como responderle que a la señora le falto leerme mi carta astral y que no...—eleve la mirada ladeando un poco el cuerpo al ver chicos corriendo pasar por mi costado, tratando de esquivarlos cuando frene en seco mis pasos y movimientos.

—¿Y qué?, ¿Qué más paso? —Jace me jaló del brazo para sacarme del medio del pasillo y de los animales salvajes que fingen ser personas, pero mi mirada dio directo en un punto fijo, donde había una...una persona mirándome...fijamente—Tay...¿Estás bien?, Te vez pálida, no...

—O...oye...—me gire hacía él, tratando de darle la espalda a esa mirada penetrante, lo peor de todo es que no era capaz de verle los ojos, porque estaba con esa jodida capucha que ha llevado puesta en cada oportunidad que lo he visto, pero sé, demonios puedo asegurar que me está mirando—es él—balbucee—el tipo con el que choque fuera del cementerio el otro día—le detalle el rostro y paso a palidecer unos segundos para abrir sus ojos de par en par y mirar por encima de mi cabeza.

—¿Dónde? —disimula como la mierda, por poco y se sube sobre los casilleros para buscarlo.

—Al fondo a la derecha, chico alto, con chaqueta y capucha negra, está...

—Tay...no hay nadie, a menos que sea miembro del club de lucha no...—me gire para verlo y allí estaba en esa misma jodida posición con la diferencia de que ahora estaba de brazos cruzados, recostado en la pared, ladeo el rostro y termine por desviar la mirada tirando la mano de Jace para que siguiéramos caminando.

—¿Se...seguro...seguro no...no lo ves?, Jace sigue allí...mirando a brazos cruzados...es...

—Dos cosas, te estás volviendo esquizofrénica o de verdad se te anclo un muerto y el palo santo ya no hará efecto...—me abrace a su brazo subiendo la mirada a su rostro, notando que me miraba con algo de preocupación—Tayra quizás te falta descansar, todo esto, lo del cambió de casa, lo de tu supuesta abuela no te tiene bien—su mano toco mi mejilla y un suspiro involuntario se escapó de mis labios.

—Me falta dormir—le di la razón—quizás...estoy siendo paranoica.

—Tay casi me cago—espeto haciéndome reír—paranoia y una mierda te llevaré donde la vieja Telma, esa señora te hará una limpieza que hasta tus ancestros quedaran purificados. —di una negativa mirando por última vez donde estaba el tipo para doblar por el pasillo hacía nuestra sala, dándome cuenta...que él...ya no estaba.

—Ya no está—balbucee mirando de reojo a Jace y aquel lugar—él...

—Bien...haremos lo siguiente, trataré de pasar lo más desapercibido posible en clases y te cubriré mientras duermes, ¿De acuerdo? —entramos al salón y tirándome del brazo me llevo directo a la hilera del rincón y nos sentamos en el último puesto, yo a la ventana—te faltan horas de sueño y una terapia con flores de Bach.

—Oye pero...

—Shh —me hizo callar, prácticamente me sentó e hizo que me recostara sobre mi mesón, cubriéndome con su chaqueta la cabeza y se inclinó hacía mí susurrándome con complicidad—cualquier cosa digo que te sientes mal, tú te pones a llorar y nos vamos los dos, ¿De acuerdo?, somos socios en esto no lo olvides—nos señaló y guiñándome un ojo volvió a cubrirme por completo para volver a su típica posición, se empezó a columpiar en su silla, pero está vez con más sutileza y de paso comenzó a hacerme cariño en la espalda, de una forma tan sutil y suave que irónicamente me relajo y termino por hacerme dormir.

[...]

—Tay...—mi cuerpo se sacudió y mi ceño por inercia se frunció al saber que me estaba comenzando a despertar y con lo rico que resulto mi sueño—¡Taay ya es hora de irnos! —oí el movimiento a mi alrededor junto con las cosas siendo revueltas y tras unos cuantos golpes y el movimiento brusco de mi mese termine por erguirme, mirando mi alrededor desorientada a morir.

—¿Qué...qué es lo qué...

—¡Venga levanta el culo que nos vamos! —Jace se puso de pie, tomando mi bolso metiendo mis cosas dentro de forma apresurada y sin dejarme procesar me jalo del brazo obligándome a ponerme de pie para hacerme caminar a tropezones rápidos, en un parpadeo de ojos ya estábamos fuera del instituto.

—Pero...tenemos una clase aún...

—Nos la saltaremos...

—Ah...bien...—solté un bostezo restregándome los ojos sin detener mi caminar ya que no me lo permitía, me seguía jalando del brazo por los estacionamientos hasta que nos detuvimos frente a su auto y yo medio espabilé—¿Y la clase que nos...

—¡Nos la saltaremos, sube rápido al coche! —me abrió la puerta y de un empujón hizo que me subiera y sin saberlo, permití que me secuestraran así de sencillo, no puse ni un poco de resistencia.

Nunca pensé que sería tan fácil Dios bendito.

—Oye...—bostece—Jace... ¿Qué crees que...

—¿Tanto te cuesta despertar?, toma una gaseosa—me estiro un refresco sin la tapa y ni dude en beberlo, confiando cien por ciento en mi secuestrador. —hable con Telma, libero su agenda para nosotros por hoy, ya que mañana se va de viaje, así que iremos ahora mismo para...

—¿Elmo...

—¡Telma! —recalcó encendiendo el auto, para salir lo más rápido que pudo del estacionamiento del instituto bajándome el vidrio—venga, espabila, toma airecito—me empujo del hombro hacia la ventana para que el viento me golpeara—Telma es la vieja bruja que te sacará sea lo que seas que tengas encima.

—¿Es una tarotista?

—Su slogan es, leo las cartas, hago amarres, purificaciones y maldiciones, así que más que tarotista diría que una bruja loca.

—¿Y me llevas con ella porqué...

—Porque ella una vez me limpió de un intento de amarre que intentaron hacerme—eso termino por despertarme, lo mire y me asintió forzando una sonrisa—la gente con la serotonina aumentada puede ser muy enferma—balbuceo—no sé qué demonios fue lo que me hizo esa loca, pero no dejaba de pensar en ella y no de una forma romántica o los típicos síntomas del amor, sino que la soñaba incluso despierto, veía su rostro en la cara de todos a mi alrededor, y su perfume—puso cara de asco—podía olerlo en todos lados, incluso en un maldito alcantarillado, fueron los meses más escalofriantes de mí vida, hasta que un amigo me recomendó a Telma, llegue donde ella, me hizo unas mierdas extrañas y santo remedio.

—¿Y la loca? —pregunte inmersa en su historia, elevo los hombros doblando en una intersección.

—No tengo idea, Telma me dijo que ella jugo con magia negra al intentar hacerme un amarre y que la magia en especial la negra tiene su precio.

—¿Es del instituto o...

—Era—corrigió y mis cejas se dispararon—después de que Telma me limpió la vi dos veces más por los pasillos y desapareció, ni siquiera he visto a sus padres por el pueblo y sinceramente no quiero ni preguntar que paso con ella.

—Qué... ¿En qué clase de pueblo me vine a meter? —balbucee apanicada y me miro irónico.

—Lo dice la que choca con espíritus frente al cementerio.

—Ni siquiera sabes si es un...

—Ahora lo sabremos—me cortó centrando su mirada en el camino.

—Oye, ¿Y qué amigo te recomendó a Telma?, no te he visto juntarte con mucha gente, aparte de saludar a todo el mundo...

—Oh él es...—se cortó frunciendo el ceño quedando en silencio un par de segundo llamando mi atención.

—¿Jace?

—Él se fue—termino por decir sacudiendo la cabeza sin borrar la expresión confundida—hace...hace tiempo no pensaba en él...es...raro...

—¿Se fue?, ¿Y...

—Llegamos—bajo la velocidad estacionándose frente a una casa que era todo lo contrario a lo que espere ver, sinceramente me esperaba una carpa negra, con telas de colores oscuros, que se yo, algo más de bruja de película, pero no, era una casa bastante linda y colorida.

Nos bajamos del auto y al instante Jace llego a mi lado tomándome de la mano, lo miré casi apanicada al ver como entrelazaba nuestras manos, pero no dije nada, no al ver la expresión más pura de miedo e incomodidad.

—¿Todo...

—Nunca...nunca me ha gustado venir aquí.

—¿Y aun así vinimos?

—No permitiré que se te suba un muerto—me miro ofendido por la pregunta y recorriéndome el rostro tomo una respiración profunda armándose de valor—venga vamos, pero te advierto que a la más mínima muestra de actividad paranormal te quedas sola.

—Mi héroe. —ironice divertida, encaminándome junto a él a aquella casa que...bajo mi punto de vista con cada paso que nos acercábamos se veía más y más grande e incluso más...aterradora y oscura...lo note apenas subí los peldaños, ningún árbol rodea la casa, el sol pega directo y aún así pareciera que está cubierta por sombras. —Ja...Jace...

—Lo sentiste—balbuceo apretándome la mano y tragué grueso deteniendo nuestro caminar frente a la puerta, pensé en frenarlo al ver su mano dirigiéndose al timbre, pero no pude moverme ni reaccionar, lo apretó y a los segundos la puerta se abrió apenas unos milímetros, donde una ola de frío me golpeo, Jace retrocedió medio paso, pero yo no pude moverme, ya que quedaba justo a la altura de la escasa mirada que pude detallar de esa mujer.

—Hable con usted está...—la puerta se cerró de un golpe cortando las palabras de Jace y ahora sí haciéndome retroceder, como si no mirarla me hubiese dado la autorización de moverme, mire a Jace casi pasmada y apenas estaba abriendo la boca cuando la puerta se abrió.

—Pasen—me tembló hasta el alma, mire en dirección a la puerta abierta donde había una mujer de estatura media, como de mi porte, delgada, con el cabello negro rizado y revuelto, pálida, con su expresión marcada, delineada y unos ojos oscuros que no podía descifrar si eran azul marino o negro azabache, pero...de que demostraban un vació...lo demostraban.

Apenas habíamos dado dos pasos dentro de esa casa cuando la puerta se cerró e increíblemente las sombras que se veían afuera no...no estaban aquí adentro, todo estaba perfectamente iluminado y eso que no había ninguna luz encendida.

—¿Para qué vienes el día de hoy? —Telma paso caminando por un lado de nosotros y Jace dándome una mirada rápida comenzó a seguirla llevándome a arrastras por que claramente no me había soltado la mano aún.

—Yo...yo no soy el que viene a verte hoy, sino que es...

—Por eso no te pregunte a ti—se giró en seco obligándonos a frenar, contuve la respiración cuando dio un paso hacía mí. —¿Qué es lo que me trajiste? —me miro tan fijamente a los ojos que...que sentí como si algo estuviera entrando por mis corneas, algo oscuro, no sé si era mi sugestión o que mierda pero todo mi entorno comenzó a volverse de un color sombrío, mi respiración se empezó a acelerar e inevitablemente mi mente me jugo en contra diciéndome que algo malo estaba sucediendo, un escalofríos subió por mi espina y sin darme cuenta deje de respirar y mi mente se bloqueó, fue como si un muro se instalara reforzando las paredes de mi consciencia.

Telma elevó débilmente sus cejas y dio un paso hacia atrás mirándome de pies a cabeza.

—Interesante—balbuceo y volvió a girarse—me trajiste algo interesante—comenzó a caminar alejándose de nosotros—Jace, Tayra, síganme.

Desvié automáticamente la mirada a Jace con la pregunta explicita en el rostro de si le había dicho mi nombre, pero por la forma en la que respiraba, sudaba y el color en su piel, puedo asegurar a que nunca menciono como me llamo.

—Esto...—me acomode la garganta—¿Cuánta como paranormal? —murmure captando su atención. No respondió, solo trago con dificultad y fue tras Telma junto conmigo, la seguimos por los pasillos de la casa y cuando bajo una escalera comencé a negar pero aun así bajé.

Como me encierre en una jaula en su sótano papá se cagará encima.

Apenas había bajado dos peldaños cuando me detuve al sentir el frío y la sensación que hizo estremecer mi cuerpo no me gusto.

Telma siguió bajando, pero Jace se detuvo unos peldaños más abajo que yo al no poder avanzar porque mi mano lo retenía.

—¿Qué...

—Tengo el tiempo medido. No estoy para perder el tiempo en jueguitos. —Advirtió Telma desde abajo y yo mire a Jace negando.

—Algo...no me gusta...este lugar...

—De que sabe cosas, sabe cosas—balbuceo acercándose a mí—que nos diga si el tipo que te acosa es un espíritu y nos vamos, ¿De acuerdo?

—Jace...—insistió con su mirada y termine tragándome mis dudas y miedos para asentirle y...bajar otro peldaño sintiendo que esa oscuridad que se paso por mis corneas ahora me envolvía los pies y me hacía más difícil bajar, como si me estuviera añadiendo pesos extras...es...una sensación similar a quedarse sin aire...o a estar fatigado.

Llegamos al sótano y estaba todo totalmente oscuro, exceptuando un pequeño punto en el centro del lugar, donde Telma estaba sentada en una mesa redonda, bajo una débil luz, revolviendo unas cartas en sus manos.

—Tomen asiento—señaló los asientos frente a ella y dudando, con mi pulso tan acelerado como mi respiración, nos sentamos frente a ella, siendo la primera vez que Jace me suelta la mano.

—Tenemos una pregunta sola...

—¿Sí? —ladeo una sonrisa dejando las cartas sobre la mesa, mirándome fijamente a mí—¿Qué pregunta?

—Es sobre sí...

—¿Cómo...como supiste mi nombre? —interrumpí a Jace, sin poder evitarlo, la forma en la que me mira, como sus ojos no se desvían de los míos, como siento...un impulso disparándose a través de sus iris, es...escalofriante—Jace no te lo dijo, y en ningún momento te dije como...

—Los cuervos adoran las cosas brillantes—ladeo el rostro y apoyó los codos sobre la mesa—escoge tres cartas.

—No estoy aquí para que me leas las cartas.

—¿Segura que no? —me detallo divertida y por primera vez le sostuve la mirada sin miedo o temor, sino que manteniendo rígidas los muros en mi cabeza.

—Telma...solo...solo vinimos por una pregunta no...

—Tú vienes por uno—le respondió sin mirarlo—ella viene por más. Saca tres cartas—estiro las cartas y sin desviarle la mirada y bajo las advertencias de Jace, saque cada carta dándolas vuelta dejandola boca arriba sobre la mesa, hasta que fueron las tres.

Telma me quito la mirada de encima y pude respirar bajando la mirada...bien las que habían salido, no sé nada sobre esto...pero no tengo que ser una experta para...notar que no era nada bueno.

—Pero que tenemos aquí.

—Tay...

—¿Qué significan? —me acomode mejor, ignorando a Jace, mirando detenidamente a Telma y las cartas—¿Qué significan esas...

—El colgado—señaló la primera carta que saque—habla del autosacrificio y la paciencia, —sonrió—es una carta muy interesante. Sabías que Oddín estuvo nueve días colgado para tener acceso al secreto del alfabeto rúnico—estiro la carta a mi dirección—Oddín nueve días tú dieciocho años, pero el calvario de Oddín inicio y termino en nueve días el tuyo—me diviso—está recién iniciando.

—¿Qué...

—La muerte—me detuvo pasando a la carta de en medio—precedida por el colgado, el final de un calvario es la muerte. Oddín murió por obtener los secretos ocultos y resurgió convertido en alguien más poderoso. Lo interesante de esta carta es que no siempre habla de la muerte física, sino que emocional o espiritual, pero en tú caso es diferente, tú espíritu es diferente, es como está casa, cubierta de sombras en su exterior que protegen la luz del interior, la muerte que te acecha no es espiritual ni emocional.

—¿Física? —balbucee—¿Hablas dé...

—Si quieres respuestas y conocimientos deberás sacrificarte por ello—señaló la carta del colgado—y el sacrificio no queda impune, el conocimiento tiene un costo, las cartas creen que la muerte es el comienzo a la inmortalidad, y la inmortalidad es el inicio de los conocimientos y la verdad y eso es lo que quieres, quieren—se corrigió ladeándome una sonrisa.

—¿A qué te...

—El loco—señaló la última carta, con su sonrisa aún más incrementada—El loco es una criatura que vive perdido, sin rumbo, que parece no vivir en está realidad pero que sí lo hace, es a quien nadie toma en serio, él está vagando, buscando un motivo, una criatura que lo devuelva al rumbo, a está realidad.

—¿Qué...que tiene que ver conmigo y...

—Te dije solo tres cartas Tayra—ladeo el rostro mirando las cartas en la mesa.

—Saque solo...

—No es así—negó deslizando sus dedos con suavidad sobre la carta del loco—el loco arrastro una cuarta—una cuarta carta apareció y la piel se me erizo—los enamorados—señaló—esto...es algo contradictorio—por primera vez no sonreía, sino que se le veía...confundida—tendrás que tomar una decisión difícil, tu sacrificio no es obligatorio—no me miraba, miraba netamente la carta—es opcional, al final del camino tendrás que tomar una decisión y eso iniciará tu sacrificio.

—¿Qué tiene que ver con la carta los enamorados?

—La decisión...

—¿Es por un hombre? —solté sin dejarla terminar y saco la mirada de la carta, detallándome, mirando de reojo al hombre a mi costado.

—Una parte—balbuceo—pero...no es claro, pareciera que es algo más relacionado entre...—barajeo las cartas y sin ver saco una—la vida y la muerte—señaló la que ya estaba en la mesa.

—Eso...

—No tienes nada anclado a ti—dejo las cartas a un lado y me miro detenidamente—ningún ente al menos, nadie a intentado hacerte brujería, solo veo hechizos de protección bien reforzados a tu alrededor—miro mi alrededor y asintió—algo me molesta y es que normalmente la gente es escéptica con estos temas, vienen con la sensación punzante de que esto es una estafa pero irónicamente vienen igual, él fue uno de ellos—señaló a Jace que ya iba en su quinta muerte—pero contigo—me negó—no veo escepticismo, veo dudas, y tus dudas me llevan a un lugar al cual no quiero entrar.

—¿Qué lugar...

—Un asilo—mi pulso se disparó—desde un inicio allí siempre han estado las respuestas a tus preguntas yo solo...—sonrió—generé más preguntas para un próximo encuentro.

—Tay...

—Tú—Telma señaló a Jace y se me murió otra vez—espero el depósito, por la sesión, ahora lárguense y no vuelvan a venir, no quiero tu energía terrenal en mi casa. —me señaló con desdén sin borrar esa sonrisa curva y altiva y con un tirón de Jace me puse de pie.

—Gra...gracias por lo de hoy Telma.

—Sí, sí—le resto importancia a los balbuceos de Jace, sin quitarme los ojos de encima, mientras subíamos las escaleras—ve al asilo.

Salimos de esa casa con la sensación de que por fin podíamos respirar, más Jace que inspiró a boca abierta tragándose cuanto bicho curioso había a nuestro alrededor y jadeo tirándome del brazo para hacerme casi correr hacía el auto, una vez arriba le puso seguro a las puertas se presiono el pecho y me miro.

—Dos cosas, la primera necesito ropa interior nueva porque me cague por segunda vez en el día, segunda cosa no digas lo que creó que estás por decir porqué...

—Tengo que ir al asilo.

—¡Me cago en todo! —maldijo dando un golpe al volante y tras discutir solo un par de minutos asintió.

—Puedo ir sola Jace, no...

—Ni en broma, ya estamos juntos en esto, solo dame un segundo que el cuerpo me tiembla. —pidió mostrándome sus manos y asentí presionándome el pecho.

—Esto fue...

—¡Una jodida locura! —soltó—sentí que te estaba mirando el alma, no despegó el ojo de ti, Tay no sé tú pero yo soy fiel creyente de que ojo de loca no se equivoca y ella está jodidamente loca.

Preferí no decir nada más para dejar que se tranquilizará.

Es algo...extraño yo...no me siento alterada, ni estoy en un momento de histeria como Jace, al contrario, estoy...tranquila.

Al pasar los minutos Jace se tranquilizo y terminó por respirar con profundidad para asentir y encender el auto, poniéndonos en marcha.

—Por lo menos sabemos que no es ningún muertito—balbuceo—Sale del rubro de Telma, ahora si sigue acosándote, iremos a la estación de policías, ¿De acuerdo?

—De acuerdo—murmure recostándome en el asiento, mirándole el perfil, notando que seguía temblando débilmente pero se esforzaba por no demostrarlo. —Gracias—balbucee—apenas nos conocemos pero no me tildaste de loca ni...

—Estas loca—soltó mirándome con una sonrisa—pero del clase de loca que me gusta, yo...no tengo muchos amigos Tay, saludo a todo el mundo, me dejo ver como una persona muy sociable y extrovertida pero es solo una máscara, no...no confió en mucha gente, y son pocas las personas con las que me llevo bien o conecto de verdad y tú...no lo sé, me gusta tu energía y vibra, me da seguridad pese a que te vez como una asesina serial en su mejor momento, pero...—soltó una risa cuando le di un golpe en el brazo—nos volvimos compañeros de crímenes Tay, así que no tienes que agradecerme nada, para eso estamos los amigos—me sonrió y le devolví la sonrisa desviando la mirada al frente, ya estábamos llegando al asilo.

Se estaciono frente al asilo soltando la respiración de forma lenta.

—No tienes que acompañarme sino...

—Planeaba quedarme aquí, pero con el discurso que lance de la amistad y la mierda me vería muy hipócrita, así que andando—suspiro agónico y se bajó del auto conmigo a su siga.

—Jace no tienes qué...

—Socios, recuérdalo—nos señaló y se ganó en pose de superhéroe a mi lado—y entonces, ¿A que vinimos?

—No...no lo tengo claro aún—le confesé—pero supongo que lo sabre sobre la marcha.

—Improvisar—jadeo relajando su postura—vamos a ello. —me dio un débil empujón en el hombro y ambos nos encaminamos al asilo con una extraña presión arremolinándose a nuestro alrededor, han sido muchas emociones para un solo día.

No me detuve, sinceramente he tenido muchas oportunidades para dudar y está no será una de esas veces, subí los peldaños y toqué la puerta, a los segundos la puerta se abrió y una mujer joven apareció.

—Hola, buen día—nos saludó—¿En qué puedo ayudarlos? —por el uniforme asumí al instante que era una enfermera.

—Eh...vine a ver...a la señora...Agatha...es residente de...

—¿La señora Agatha? —balbuceo frunciendo su ceño—ella...se fue está mañana...

—¿Se fue está...

—Lidia, la señora Marta necesita...—estaba tan inmersa en mi mente que no me di cuenta de que otra mujer apareció hasta que me señaló, o más bien hasta que dijo mi nombre—eres Tayra, ¿Verdad? —desvié el rostro, detallándola, notando que era la misma mujer que el otro día—viniste el otro día, ¿Vienes a ver a la señora Agatha? —asentí.

—Me...me dijo que se fue...

—Está mañana—asintió forzando una sonrisa—fue repentino e inesperado, pero...me dejo algo para ti, por si volvías dame un segundo—desapareció y yo le di una mirada rápida a Jace que estaba a tras de mí, mirando todo desde las alturas, a brazos cruzados y con ceño desconfiado. —aquí está—volvió a aparecer con un sobre en sus manos—te dejo esto antes de irse—me lo entrego y fruncí al ceño al ver mi nombre escrito en una caligrafía tan pulcra sobre ella.

—Ya veo—balbucee—gracias.

—No hay de qué, ¿Necesitan algo más o...

—No, no...eso...eso es todo...gracias—balbucee retrocediendo, chocando con el pecho de Jace.

Nos regalaron una sonrisa y cerraron la puerta frente a nosotros, me gire débilmente hacía Jace, quien miro inmediatamente la carta.

—¿Y? —preguntó—¿La abrirás?

—Es...—dude, pero termine abriéndola, frunciendo aún más el ceño al ver que dentro del sobre no había nada más que una hoja de papel mal cortada con...—debe ser una broma—balbucee al ver las tres miseras palabras escritas.

—Salma, selery, sumor —recitó aquellas palabras y mi cabeza se fue hacia atrás.

—Porque coño todo me suena a una adivinanza incompleta.

Esto es un maldito juego que me niego a seguir jugándolo. 

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Holaaa chiquitines, ¿Como están? 💜
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Me disculpo por estar tan desaparecida, estoy salvando el semestre 😪
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Espero disfrutaran el capítulo no olviden comentar y votar si es así 💜
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También les recuerdo que pueden seguirme en mis redes sociales Ig: _Jaaviipb_ donde estoy un poco más activa subiendo cositas de las historias e igualmente les recuerdo que la historia "En la mira" (disponible en mi perfil)  se encuentra finalizada

Y eso chiquitines.

Besitos,

Javi 👻

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