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Capítulo 3.

—¿T...tú...—le asentí y abrió aún más su boca—¿Tú abuela estaba...—volví a asentir y ahora cerró de golpe su casillero, se giró en ciento ochenta hacía mí y se presionó la boca señalándome con su dedo para que le diera un segundo—¿Tú abuela estaba en ese asilo?

——Tu nivel de procesamiento es...

—No te burles de mí—me regaño sin dejar de presionarse la boca—¿No que no tenías familia viva conocida y...

—Dicen...—balbucee soltando un suspiro sonoroso para apoyarme en los casilleros—y eso...no es lo más extraño de todo.

—¡¿No?!—exclamó haciéndome sonreír, es un ser muy expresivo.

—Cuando iba para mi casa—le conté—choque con un chico, iba...muy desorbitada con todo lo que había pasado en el asilo y no me di cuenta de que estaba en el camino, me disculpe, no respondió así que asumí estaba muy indignado como para aceptar mis disculpas, iba a continuar mi camino pero no sabía cómo llegar a mi casa así que le iba a preguntar por una dirección y me voltee para preguntarle y él...ya no estaba, no le tome atención literal por menos de un minuto y ya había desaparecido...

Lo mire y pareció nuevamente querer explotar, porque...su boca estaba a centímetros de tocar el piso.

—¿Se...se evaporó? —balbuceo ladeando el rostro para detallarme con sus ojos entrecerrados.

—No...demonios no lo sé—jadee frustrada—él desapareció, fue como si la tierra se lo hubiese tragado, es...fue lo más extraño...dentro de todo lo extraño que ocurrió ayer...

—¿Y...por...cual calle ibas caminando?, como para no pasar nunca más por...

—Frente al cementerio...

—¡Era un fantasma! —soltó un gritito en chillido que llamo la atención de la mitad del pasillo poniéndome de los nervios, me ladee dándole la espalda a la gente poniéndole mala cara a Jace, que chilla como si estuviéramos solos. —¡Chocaste con un muerto Tayra! —se alteró—tenemos que hacerte una limpieza urgente, no vaya a ser cristo santo que se te anclará un espíritu inmundo o algo peor y ahora me estés vinculando a tu demonios y terminamos los dos siendo poseídos por un demonios mayor y...

—Cierra la boca—lo hice callar con claro hastío para tomar mi bolso del piso y ponerme a caminar para ir a los comederos en busca de algo de comer para no morir en mi próxima clase.

—¡Lo digo en serio Tay! —me siguió—He leído y visto muchas películas que empiezan así, un contacto no intencional con un ente no humano que termina con la víctima en muy, pero muy malas condiciones, créeme Tay, quedan en muy malas condiciones y tengo evidencias. Evidencia uno, el conjuro...

—No me des evidencias en base a películas y...

—Evidencia dos, chucky, evidencia...

—¡Entendí el punto Jace, no...! —soltó un jadeo frenándose en seco para tirarme del brazo agarrarme de los hombros y sacudirme como si estuviera dentro de una juguera—¡¿Qué demo...?!

—¡Quédate justo aquí, tengo palo santo en mi casillero! —me soltó y corrió en retroceso—¡No te muevas Tayra vamos a limpiarte de ese espíritu inmundo! —grito a viva voz y las expresiones de mi alrededor me hicieron morir en vergüenza.

Era más que obvio que no me quedaría aquí, como llegara con su palo santo a purificar mi cuerpo terminaría por correr en círculos hasta desgastar el suelo y así enterrarme viva.

Seguí mi camino arrepintiéndome al instante preciso en el que doble por el pasillo en dirección a los comedores y...vi...al tipo...al hombre del asilo...el que estaba con...con mi supuesta abuela...me vio...lo supe porque su sonrisa se borró apenas miro mi rostro y...porque su dedo...me señaló y...

—¡Tú! —la madre de todas las mierdas, di un paso hacía atrás por inercia y apenas avanzo hacía mí, di medio giro y me heche a correr como si me persiguiera un asesino en serie—¡¿Dónde crees que vas?! —me grito confirmándome que sí, era a mí a quien señalaba y por consecuencia, seguía.

Corrí, corrí y corrí, en dirección contraria a Jace, los casilleros y el palo santo, pensaba huir de él también, doble por un pasillo dándome de lleno en la cara con lo que creí era un jodido poste porque ¡Casi me rompo la puta nariz!

Solté un jadeo, me presione la nariz y lagrimas cayeron por mis ojos debido al dolor del impacto, no alcance ni a ver con quien demonios choque cuando jalaron mi brazo y...

—¡Te estoy hablando! —¡Me cago en todo!, me atrapo—¡¿Por qué corres así?! —soltó un jadeo presionándose el pecho, respirando de forma aireada.

—Y...yo...yo...no...no corría...no...no sé quién eres...no te conozco...no tengo nada que hablar con...

—¿Qué pasa contigo? —una mano salvadora paso por encima de mi hombro empujando el brazo que sostenía el mío, liberándome, mire hacia atrás y tire mi cabeza hacía atrás soltando un "wuo" mental al ver a un tipo altísimo atrás de mí, me doblaba en altura, pero bueno, que se le pedirá a mi escasa altura.

—La vi hablando con la abuela—el tipo que me salió persiguiendo me señaló e instintivamente di un paso hacia atrás buscando refugió en el edificio ambulante.

Los mire de forma intercalada, no se parecen en nada, pero dijo "Con la abuela", ¿Serán hermanos?, los detalle uno a uno, el perseguidor tiene el cabello negro, con rizos y los ojos claros como...de un color azul clarito y piel más bien clara, mientras que el edificio tiene la piel más trigueña, los ojos pardos y el pelo castaño, no....

—¿Quién eres? —me increpó sacándome de mi base de datos trayéndome nuevamente a la realidad—¿Por qué estabas hablando con mi abuela?, ¿Eh?, nunca te había...

—Cory la estás asustando—el edificio interrumpió al perseguidor llamado Cory, dándome miradas cálidas, lo que asumí fue su plena atención de intentar demostrar calma—tú...podría ser, que... ¿conozcas a nuestra abuela de algún lado? —me pregunto de forma educada y pensé en llorar porque nunca me habían preguntado algo así con ese tono tan gentil.

Abrí la boca pero fue Cory quien hablo.

—Ezra la abuela dijo que no sabía quién demonios era—me señaló indignado y toda la gentileza que vi en el edificio con nombre Ezra se fue a la mismísima mierda, porque hasta sus ojos pardos se volvieron oscuros al mirarme desde su panteón como si no fuera más que un insecto al cual pisar,

—¿Eso dijo? —balbuceo con un tono más ronco, menos gentil, demostrándome que ese tono y mirada no era más que una careta. —Entonces, ¿Quién...—la campana sonó y por inercia elevaron la mirada al timbre, dándome la bendita oportunidad de huir.

Nunca en mi vida había corrido tanto.

Tanto y tan rápido padre del cielo.

No me di ni cuenta cuando mis piecitos me llevaron a la salida del instituto y soló allí me frene y tome aire presionándome el pecho respirando a zancadas golpeteándome los bolsillos buscando mi jodido inhalador, que no lo necesitaba, pero la costumbre me exigía inhalar ese pequeño suspiro de alivio que el broncodilatador le daba a mis pulmones.

Dos puf y me erguí respirando el aire puro, soltando jadeos aliviada.

Corriendo por mi vida siendo asmática, si me persigue un asesino serial, me mata el asesino o el asma pero de que muero, muero.

—Bueno...—jadee mirando mi alrededor, vació, las clases ya iniciaron y no me arriesgaré a entrar siendo el centro de atención, ni mucho menos me arriesgaré a encontrarme con Cory y Ezra de nuevo, así qué, ¿Qué procede? —¿Me voy a casa o qué...—me gane de manos en cadera lanzando la idea a un público invisible dándome cuenta qué...tenía...público...en la entrada a los estacionamientos había un chico, de pie, apoyado contra la corteza de un árbol, vestido completamente de negro y vestido con una chaqueta de cuero que se me hacía extrañamente familiar.

Me lo quede mirando, dejando el disimulo de lado, enfoque mis ojos incluso haciéndole zoom para...verlo y notar que miraba en mi dirección fijamente, mire por encima de mis hombros asegurándome que no había nadie atrás de mí y cuando volví a mirarlo esa pose relajada que tenía, estando recostado sobre el árbol cambió, ahora estaba recto, con sus brazos descruzados y con una postura más rígida y algo...hizo eco en mí.

—Un...—la chaqueta, el cuerpo alto, hombros anchos, la capucha tapándole el rostro es...—¡Tú! —lo señalé sin saber de dónde coño vino este golpe de valentía inherente, su cuerpo se soltó y dio un paso hacia atrás de forma torpe apenas lo señalé—¡Tú, el que está en el árbol! —Jace pudo tener razón, un espíritu inmundo me poseyó porque está valentía y golpe de enfrentamiento no es mío.

Avance hacía él y sin siquiera dudarlo comenzó a retroceder presionándose el pecho como si estuviera diciendo "¿Me hablas a mí?"

—¡Sí, tú! —le respondí aunque no hablará a viva voz, miro a sus espaldas, confirmándome que me escuchaba y al no ver a nadie y darse cuenta de que me estaba acercando decidida a él, comenzó a retroceder de la misma forma—¡No te...! —dio media vuelta y se echó a correr conmigo a su siga gritándole que solo quería hablar con él, ¡Me estaba mirando a mí!, ¡Con él choque ayer, estoy segurísima!

<< ¡Oye te estoy hablan...! —cruzó la calle sin detenerse a mirar y tuve que frenar en seco al oír el bocinazo de un auto casi reventándome los tímpanos y posterior ver el auto pasar echo una bala por enfrente mío casi atropellándome los pies, hiperventile por la impresión, quedando en un pasmo absoluto cuando mire la vereda de enfrente y... ¡No había nadie!

—¡¿Pero que carajo?! —grite mirando la larga avenida, ¡Ni metiéndose un cohete por el culo corre tan rápido! —¡¿Acaso me estoy volviendo loca?!

[...]

—Bichito, ¿Me estás poniendo...

—Creó que me estoy volviendo loca—jale del brazo a papá casi hablándole en el rostro con mis ojos bien abiertos, desorbitados y demostrándole la locura innata que corría en ellos.

—¿Recién ahora lo notas? —sonrió detallándome el rostro algo preocupado, para jalar su brazo y alejarse de mí, viendo las salidas por si le tocaba tener que huir de mí.

—No...—negué—no es...me cago en todo...

—Tay...

—¿La gente puede desaparecer? —ignore su tono de regaño y me gire en seco hacía él para mirarlo mordiéndome las uñas—digo—comencé a caminar de un lado a otro—supongamos que tú estás viendo a alguien, estás por hablarle, le quitas la mirada por cinco segundos, cinco—señalé—y de repente él ya no está, desapareció, se esfumo, ¿Eso...eso puede...puede pasar?, ¿Es...

—Si hace eso, es por qué no es el indicado para ti—soltó la respiración de forma pesada recargándose en la barra de la cocina detallándome serio cuando le escupí un "¡¿Eh?!" completamente confundido—que salga contigo y luego te ignore no está bien Bichito, debes alejarte de ese chico, o bien decirme como se llama, donde vive y que calle toma para irse a casa, así yo...—se pasó el dedo por el cuello en señal de muerte haciéndome colapsar.

—¡No habló de hombres papá!

—Bueno yo apoyo la diversidad de generó...

—¡Papá! —jadee cansada, viéndolo colapsar por la confusión.

—¡No entiendo de que me estás hablando Tayra! —exclamó—quien es él, la, elle o como sea con el que estás saliendo y...

—¡No estoy saliendo con nadie y...!

—Oh, fabuloso—sonrió aliviado, corrigiéndose al ver mi expresión—digo, una pena, pronto sucederá esa tragedia, digo, pronto conocerás a alguien.

—Papá—me centré buscando paz—me refiero a que una persona estaba frente a mí y de un segundo a otro desapareció, literalmente fue como si la tierra se lo hubiese tragado. Se desintegró, evaporó, transportó, ¿Entiendes lo que te digo?

—¿Es un libro nuevo que estás...

—¡No puedo creerlo! —solté gritos histéricos y papá soltó a reír aumentando mi histeria.

—Quizás tú mente te traicionó Tay, a veces pensamos tanto en algunas cosas que la mente desarrolla imágenes vividas, como yo en este momento, que estoy pensando en un café en mis manos—respiro profundamente y me miro mientras asentía—con dos de azúcar y uno de crema—le entrecerré los ojos y siguió asintiendo, estirando la mano como si...

Esté hijo de...

Pelándole los dientes me encamine a la barra para hacerle su bendito café, sin azúcar y sin crema, porque no le gusta el café con azúcar y es intolerante a la lactosa, como le de un miligramo de crema tendremos clausurado el baño por semanas.

—Quiero un auto—escupí y soltó una carcajada que se escuchó hasta en el instituto.

—La mente desarrolla imágenes muy vividas bichito—murmuro asintiendo totalmente convencido de la mierda que decía. —¿Qué quieres para la cena?, podríamos pedir...

—Oye—lo detuve con mi mirada perdida en el café—¿Tengo abuela? —solté la pregunta que he tenido retenida en mi garganta desde ayer para mirarlo y ver como su expresión se congelaba, me detallo en silencio y posterior sonrió, tratando de mostrar ironía.

—Claro que los tienes—soltó—también tuve padres en algún momento y...

—¿Los de mamá? —lo corté estirándole el café que recibió al instante para ponerse a beber, sin preocuparse de lo caliente que estaba—¿Están vivos? —si le causo algo mi pregunto no lo demostró, solo siguió bebiendo del café, detallándome el rostro.

—No—espetó haciendo sonar su boca—Patrick y Agatha murieron antes de que...—la mano que tenía apoyada en el barra se me resbalo por el impacto y mi brazo rozo con la cafetera caliente haciéndome jadear por la impresión y el dolor—¡¿Estás bien?! —papá dejo su taza de lado acercándose a mí a zancadas tomando mi brazo viéndolo sonrojado—Dios Tayra eres tan descuidada—me regaño pero estaba lejos de tomarlo en cuenta, mi mente seguía repitiendo las mismas palabras, "Patrick y Agatha murieron", Agatha, la misma Agatha que supuestamente conocí ayer.

—¿Están...están...muertos? —balbucee ida, viendo como metía mi brazo bajo el agua fría.

—¿A que vienen estás preguntas? —balbuceo sin mirarme más que el brazo, no le respondí, solo hice presión mirándole con fijeza el rostro. —Murieron antes de que nos casáramos con tu madre, meses antes.

"Cuando te vi, tenías solo meses"

—Ya...ya...veo—tartamudeo, recogiendo mi brazo, alejándolo de él, teniendo en cuenta que hay alguien que no me está diciendo la verdad, que papá puede estar mintiéndome sobre la verdad mi familia o esa tal Agatha puede...estar fingiendo ser quien no es...es...irónico que él único con expresión culpable es...papá.

—¿Por qué preguntas? —preguntó detallándome el rostro—nunca habías preguntado por tus abuelos, ¿Por qué ahora?, ¿Quieres...quieres hablarme de...

—Solo...tenía curiosidad—le eleve los hombros restando importancia—que nunca preguntará no quiere decir que no tuviera preguntas por hacer.

—¿Y ahora quieres...

—Iré a recostarme un rato—balbucee dando un paso hacia atrás tomando un paño para envolverme el brazo, secándomelo de paso y así salir de la cocina, con una sensación asfixiante envolverme el cuerpo.

Él...Él...tenía...tenía esa...esa expresión...de...de culpa...me mintió...Agatha nunca murió como lo quiere hacer parecer.

Lo conozco lo suficiente para saber que el que miente es él. 

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