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"Izuki, Biblioteca y Deku"

Con pereza la chica comenzó a comer aquel tazón de ramen frente a ella, cualquiera que la observara pensaría que ella había madrugado aquel día, sin embargo, cualquiera que la conociera sabia que eso no era posible, por más que le gustara llegar temprano a la escuela odiaba madrugar. Lo cierto es que no había logrado conciliar el sueño durante la noche, razón por la cual lo único que hizo fue ver animes tristes para disimular el hecho de que realmente lloraba por lo que había pasado con Katsuki y no por la triste historia plasmados en estos, era algo tonto enmascarar su dolor e ignorarlo, sin embargo, ella odiaba mostrarse débil. Odio que fue adquirir tras años observando como su hermano era agredido por ser un Quirkless.

Con pereza la chica apoyó su rostro en el desayunador, observando como por el pasillo caminaba una figura alta con pantalones holgados y sin ninguna prenda que cubriera el resto de su cuerpo, el despeinado peliverde observó a la chica, esta se sorprendió al ver como curiosamente su hermano se veía más sexy de lo normal. Apartando esos pensamientos de su cabeza la chica levantó su rostro y continuó con lo que antes estaba haciendo, por su parte Izuku comenzó a caminar hacia la peliverde, rascando su cabeza para luego revolver su cabello un poco mientras caminaba a paso lento y tranquilo.

— Buenas días, preciosa.— dijo el hombre, su voz era grave y rasposa, cosa que hizo a su hermana estremecerse.

— Buenos días.— dijo ella, metiendo fideos a su boca rápidamente, intentando alejar aquellos pensamientos de su mente.

El hombre recostó su rostro sobre el desayunador, observando a su hermana comer mientras que por su lado la peliverde intentaba calmar los latidos de su corazón, no tenía idea de porqué estaba tan nerviosa:— Puedo oír los latidos de tu corazón, linda.— dijo el villano con una sonrisa burlona, observando a su hermana con una de sus cejas levantadas.

Al escuchar aquello la chica casi se atraganta con los fideos de su ramen:— hijo de tu hermosa madre.— dijo ella por lo bajo, haciendo que al mayor se le escapara una lijera risa.

El pecoso levantó una de sus manos con la intensión de tocar a la menor, sin embargo, una voz hizo que se detuviera:— Buenos días.— la voz usualmente grave y rasposa de Katsuki se escuchó en el lugar.

El rubio, al igual que la hermana de Izuku, no había logrado conciliar el sueño después de haber tenido aquella pequeña pelea con la chica frente a el:— buenos días.— dijo la chica de forma tímida, haciendo que las comisuras de sus labios hicieran una línea.

Ambos se observaron por un rato, sonrojandose ligeramente gracias al interminable contacto visual que se había formado entre ambos, el villano al ser espectador de aquel ambiente no tardó mucho en colocar su mano en la pierna de su hermana, haciendo que la atención de la chica se devolviera hacia su persona. Con vergüenza la chica observo a su hermano, el cual se mantenía recostado su cabeza sobre el desayunador, en silencio, la chica siguió comiendo mientras, a sus adentros, Katsuki maldecía a Izuki gracia a su interrupción.

Con delicadeza el rubio se sentó a un lado de la peliverde, observando a la nada:— Buenos días, es extraño verlos despiertos tan temprano.— dijo Mitsuki, entrando en escena y dirigiéndose al refrigerador para ver si había algo de leche, sin embargo, no había.

Con pereza Izuki levantó su rostro del desayunador, acercándose más a su hermana, cosa que molesto al rubio que se sentaba al otro lado de la peliverde; Mitsuki suspiró, cerrando la puerta del refrigerador y observando a los tres jóvenes frente a ella, observando a quien podría enviar a comprar leche, al observar que Katsuki era el único correctamente vestido para salir sonrió.

— Katsuki, ve a comprar algo de leche.— ordenó la rubia, haciendo que su hijo gruñera.

— ve tú, vieja.— dijo el chico, con su habitual ceño fruncido.

Le peliverde suspiró, no quería que su mañana comenzara así:— yo iré, no te preocupes, Mitsuki.— justo cuando la chica se iba a levantar Katsuki se levantó bruscamente de su asiento.

— Yo iré, no te preocupes por eso.— dijo él por lo bajo, acercándose a su madre la cual ya tenía el billete en sus manos, razón por la cual el rubio lo tomó bruscamente.

La pecosa le dio una lijera sonrisa al chico el cual la imitó, encaminandose a la puerta, luego de dar un par de pasos y girarse para ver a la peliverde, su ceño fruncido se hizo aún más notable al ver como su hermano mayor la abrazaba por la cintura. Descaradamente el villano se giró un poco para observar a Katsuki, sonriendo ampliamente, aquella no era otra que una sonrisa descarada y burlona, acto seguido el hombre guiño uno de sus ojos.

(...)

— Vaya mierda.— susurro Katsuki, observando a la pecosa.

Era de tarde y, por petición de la menor de las dos familias, los más jóvenes del grupo se encontraban en la biblioteca del centro de Osaka, a parte de ser una otaku sin remedio la chica era una amante de la lectura, hábito que también compartia con su mellizo. Con delicadeza la chica pasó sus dedos sobre los lomos de algunos libros, acariciando estos suavemente mientras leia los títulos, Katsuki solo se limitaba a observarla con suma atención, al no estar Izuki el debía ser quien la protegiera y, si se daba la oportunidad, abrazarla por "accidente."

Desde aquella mañana ambos habían vuelto a conversar, no igual que antes pero por lo menos era algo. El intentaba mostrarle lo que sentía, intentando no presionarla y esperando a ver si finalmente decide darle una oportunidad. El rubio no sabía si eso realmente podía pasar, si su esfuerzo termina dando el resultado que esperaba, si conseguía reavivar en ella el mismo sentimiento que ella despertó en él. Sin embargo, el rubio prefería tener fe y confiar en que sucederá. Aunque realmente hay momentos en los que quería dejar de intentarlo, hay momentos en los que el sentia que ella no estaba dispuesta a ceder, aunque, también hay momentos en los que sucede lo contrario.

Al final, si quieres que una relación funcione, debes tomar la decisión todos los días para dar lo mejor de ti, debes elegir a la misma persona todos los días, y eso era lo que el estaba haciendo ahora mismo. Solo el tiempo dirá si la relación que quería con ella se da, o si por el contrario, por mucho dolor que le causara, eso no sucederá. Pero no se rendiría, esperaba poder conseguir el perdón de la chica, si no, su vida realmente estaría caiga. Katsuki todavía tenía la fe intacta.

— Deberias comprarle gomitas.— dijo Izuku, asustando al rubio y haciendo que se sobresaltara, Katsuki no sabía en que momento se habia sentado frente a él.

— ¿Que mierda, Deku?— el peliverde observo al rubio con una ceja levantada.

El pecoso suspiró:— te estoy aconsejando, Kacchan, sigo sin perdonarte, pero, me duele ver a mi hermana tan triste.— dijo el chico, devolviendo la vista a su libro de criminalistica.

— ¿quién mierda te dijo que quería tu puto perdón?— escupió el de ojos color rubi, sin embargo, al observar a la melliza del chico por un milisegundo suspiró.— lo siento, sigue.

Izuku quería reír, si bien sabía que se disculpaba porque intentaba cambiar por su hermana, ver a Katsuki de aquella manera era algo único:— le gustan más las gomitas que los chocolates, las que tienen un sabor salado y dulce a la vez.— dijo el pecoso.

— si le das algunas le va a gustar mucho.— siguió el.— a ella le gustan las cosas sencillas, pero, lindas. Por eso siempre dice que me ama.

Katsuki resopló con molestia:— ¡Eh! ¿Que hay de nuevo? ¿Eh, Midoriya?— se escuchó una voz a lo lejos, razón por la cual ambos muchachos giraron para ver de quién se trataba.

Shindo se encontraba abrazando a la peliverde por los hombros mientras ella lo observaba con el ceño ligeramente fruncido:— Consiguete otra, conmigo no vas a tener una cita, déjame en paz.— dijo ella, sacándose del agarre del más alto.

La pecosa intentó tomar un libro, sin embargo, su mano chocó con la de Shindo, haciéndola fruncir el ceño y sonrojarse ligeramente, al notar como las orejas de la chica estaban rojas el azabache sonrió:— Sabes, no te pediré un cita, ¿qué tal si somos amigos?— la chica tomó el libro rápidamente, abrazandolo.

Dudosa la chica levantó la mirada, cruzándose con los profundos y negros ojos de Shindo, realmente no podía adivinar en qué estaría pensando y, por ética, no planeaba usar su particularidad para averiguarlo. Con cierta vergüenza la chica asintió con la cabeza, sin embargo, luego de un rato comenzó a negar.

— me sigues cayendo mal.— dijo ella, el chico asintió.

— Lo sé, no te preocupes, arbusto. Solo quiero que me conozcas.— dijo él con una sonrisa. Todo lo que había dicho era cierto.

— No me digas arbusto.— ordenó ella, el azabache solo asintió.— tal vez, solo tal vez, podamos ser amigos. ¡sin coqueteos!

Shindo resopló:— ya veremos.— dijo el con una sonrisa.— nos vemos, amiga.

El azabache se fue, haciendo que la chica suspirara y colocara sus manos en sus mejillas para enfriar estas un poco, al ver aquello Katsuki observo a Izuku con decisión:— ¿cuál el el plan?— el peliverde sonrió

Corto, lo se, pero quiero darle intriga al asunto.

Hola hermoses.

Último cap de la semana, para les que leen Enchantress nos vemos este fin de semana por ahí;)

No tengo mucho que decir hoy la verdad.

Déjenme sus opiniones del cap aquí por favor ->

Lxs amo.

Bays

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