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"Castillo de Osaka, chismes y modelos."

― ¿Que dicen? ― preguntó la chica, girando sobre su propio eje mientras sonreía.

Tanto Izuku como Izuki comenzaron a masajear sus barbillas, pensativos, la menor de su familia se encontraba frente a ellos, mostrándoles un hermoso vestido blanco de tirantes, ligeramente escotado, que legaba un poco antes de sus rodillas: ― A mi me gusta todo lo que te pones. ― dijo Izuki, engiendose de hombros.

Izuku chasqueo los dedos, sonriendo: ― ¿y si usas trenzas? ― La melliza del chico sonrió, asintiendo repetidas veces ante la idea de su hermano.

La pecosa se sentó entre sus dos hermanos, soltando su largo y rizado cabello, acto seguido ambos chicos prosiguieron a tomar una mitad del cabello de la chica y comenzar a trenzar su cabello, el cabello desastroso de la peliverde requería de manos expertas que supieran manejarlo y nadie estaba mejor calificado que su familia, Katsuki ya era un asunto aparte. Al terminar la chica acomodó su flequillo, colocando los broches que Katsuki y Kirishima le habían regalado, ambos siendo obsequiados en momentos diferentes.

— Niños, ¿ya están listos?— preguntó Inko desde la sala de estar.

— ¡Ya casi mamá!— gritaron los mellizos al tiempo mientras que por su parte el villano se concentraba en trenzar el cabello de su hermana.

Al terminar ambos colocaron ligas para el cabello para que la trenza no se deshiciera, aquellas ligas que habían sigo obsequiadas por Tomura, mientras que ella, por no dejar de usarla, tomo la hermosa liga para cabello que que había regalado su mejor amigo y la coloco en su muñeca, sonriendo al mirarse en el espejo. El mellizo de la chica la abrazó por los hombros mientras sonreía.

— Te ves hermosa.— dijo él, luego de un rato el peliverde se sonrojo, comenzando a balbucear.— ¡No te equivoques! Siempre te ves hermosa, solo que te ves diferente hoy, no es como si fuera malo. Simplemente te ves más hermosa de lo usual.

La chica soltó una risa, aplastando las mejilla de su hermano:— Eres muy tierno.— dijo ella, plantando un beso en una de las mejillas de su hermano.

Izuki por su parte se encontraba cambiando la camisa que antes tenía, cambiando esta por una camisa manga larga de botones color carmín, combinando esta con un saco y pantalón negro. Dejando el primer botón de su camisa desabrochado el hombre suspiró, su vestimenta no era muy diferente de lo que solía usar todos los días, solía vestirse así por costumbre ya que en su mundo prefería usar ropa elegante. Era un tirano que vestía con aquel estilo que hacía que las mujeres lo desearan a pesar de haber practicado genocidio y asesinato en masas.

Por su parte Izuku solo llevaba una camisa verde de cuello alto pegada al cuerpo que su hermana había elegido para el, junto a esto solo llevaba unos pantalones y unas botas militares que su hermana le había regalado en navidad:— ¿crees que debería cortarme el cabello?— preguntó el inseguro chico.

La peliverde sonrió:— para mi estas perfecto.— dijo la chica, abrazando su brazo.— Vamos, mamá nos espera.

Izuki, quien observaba la escena, extendió su mano hacia la chica, la cual no dudó en tomarla, al hacerlo el hombre se acercó más y entrelazó sus dedos con los de la menor, Izuku por parte también había entrelazado sus dedos con los de su hermana. Ambos fueron arrastrados por la chica hasta la sala común, donde esperaban Inko y toda la familia Bakugo, al ver a los hermanos Mitsuki soltó una risa.

— ¿De qué revista los sacaste, Inko?— preguntó la mujer de cabellos rubios, observando como a su hijo casi se le salía la saliva de la boca mientras observaba a la menor de los Midoriya.

— Se ven hermosos todos.— dijo la mujer de cabellos verdes mientras sonreía.

La chica se soltó de sus hermanos para dirigirse hacia su madre y Mitsuki, con las cuales comenzó a caminar animadamente mientras charlaban, la verdad era que a la chica siempre le había encantado caminar con ellas por una simple razón, las señoras se enteran de todos los chismes, podía ser tonto pero algunos eran realmente interesantes. Ella un recordaba la primera vez que había caminado junto a aquellas dos mujeres, cuando habia ido a la escuela y le habló a los demás sobre aquellas historias comenzó a hacer más amigos de lo normal. Katsuki e Izuku siempre le preguntaban como se enteraba de tantas cosas.

— Y entonces resulta que su hija está embarazada y por eso siempre la sacaban temprano de la escuela, para llevarla a una clínica de aborto.— Inko y su hija colocaron su mano sobre sus labios con sorpresa.— dicen que el padre de ese niño no era el novio de su hija si no un chico con el que ella lo engañaba.

— No.— dijo la pecosa con sorpresa mientras Mitsuki asentía.

— Junabe-san, mi vecina, recientemente había estado metiendo hombre a la casa todos los días a parte de us esposo, es realmente extraño. Todos las noches llega com un vestido de fiesta y un hombre sale de su casa por las mañanas.— comenzó a decir Inko.— me preocupa mucho, el señor Junabe es una muy buena persona, ya intentamos decirle sobre la situación pero no quiere creernos. Creo que instalo cámaras para verificarlo el mismo.

La peliverde de cabellos trenzados soltó un jadeo, ofendida:— ¿Es la misma señora Junabe que siempre me regañaba por llevar faldas cortas y meter a Katsuki a casa cuando no estás?— Inko asintió.

— Ojalá y el señor Junabe se de cuenta rápido de lo que pasa con su esposa.— dijo Mitsuki, tanto Inko como su hija asintieron con la cabeza.

— ¿Saben de qué más me enteré?— dijo Mitsuki con una sonrisa.— ¿recuerdan a Miketsu? La mujer con dos hijos que vive cerca de mi casa, la que se divorció.

Ambas peliverdes asintieron con la cabeza:— nunca creerán lo que hicieron su ex marido y su hijo, los hombres son una cosa seria, resulta que un día llego un abogado diciendo que su ex marido estaba por morir de una enfermedad terminal, en eso momento estaban su hija y la novia de su hijo con ella.— comenzó a hablar la mujer.

— el licenciado le dijo a la familia que tenía una fortuna de siete mil billones de yenes gracias a algunos terrenos que su ex marido había heredado, pero, supuestamente el iba a morir así que eso no lo heredaba el si no su hijo.— siguió Mitsuki.— cuando se enteraron de eso tanto ella como la hija comenzaron a tratar mejor al chico, la novia que siempre le era infiel supuestamente había dejado a los otros hombres con los que se acostaba y había comenzado a darle detalles al chico.

《Resulta que el chico olvidó llevarse su teléfono cuando su padre lo invitó a salir un rato, porque era obvio que no estaba enfermo, entonces en ese momento yo había ido a visitar a Miketsu, bueno, resulta que en ese momento llego un mensaje al teléfono de su hijo, la hija de Miketsu tomó el teléfono para saber si era algo del abogado, pero, el primer mensaje que vieron fue el del padre diciendo que todas las mujeres eran unas interesadas, que el plan había salido exitoso y ahora podrían vivir como reyes. Casi matan a esos dos hombres.

La menor de las tres mujeres comenzó a reír mientras que por su parte Inko hizo un gesto de sorpresa:— Querida, no creo que debas hablar de las cosas de otras personas.— dijo el castaño, acercándose a las tres femeninas.

La rubia miró a su esposo con una ceja levantada:— El chisme es libre, cállate Masaru, está en el artículo cuarenta y tres de la constitución política de Japón.— dijo la rubia, la peliverde soltó una risa mucho más larga mientras que el nervioso castaño sonreía con nerviosismo.— Más bien, ¿cuánto falta para llegar?

— De hecho ya llegamos.— dijo Masaru, señalando el castillo de Osaka frente a ellos.

Mitsuki y la pecosa reian mientras que Inko solo sonreía de manera nerviosa, habían pasado tanto tiempo hablando que no se habían dado cuenta que ya habían llegado. El lugar se encontraba medianamente lleno, no tanto para dificultar el hecho de caminar, sin embargo, habían bastantes personas allí, con una sonrisa la chica comenzó a avanzar, siendo seguida por las dos familias. Realmente estaba emocionada y, la razón, era más que evidente, después de todo, se había mantenido encerrada por un largo tiempo, ya sea por su trauma o porque un maniático quería secuestrarla siempre terminaba aburrida en casa.

Cuando la chica por fin dio un paso decidido para entrar a aquel sitio turístico, sin quererlo, terminó tropezando, razón por la cual sentía como caía en cámara lenta mientras se preguntaba a si misma: ¿por qué soy así?

Sin embargo, un brazo al rededor de su cintura impidió que terminara besando el piso apasionadamente, pensando que era alguno de sus hermanos la chica sonrió, sin embargo al abrir los ojos, los cuales había cerrado mientras esperaba el impacto, se encontró con un par de hermosos ojos color rubi que la observaban, sin embargo, no podía descubrir cuál de las emociones en su mirada eran más intensas, tal vez el arrepentimiento, tal vez la preocupación, tal vez la culpa o, solo tal vez, el amor. Ambos chicos se miraban el uno al otro, era como si el resto del mundo no existiera, era como si nada hubiera pasado, sin embargo, la ilusión cayó y salió la realidad.

Con incomodidad la pecosa se separó del rubio:— gracias.— dijo ella con una media sonrisa, comenzando a caminar rápidamente para alejarse del rubio.

El chico apretó sus manos en puños con fuerza, mordiendo su labio inferior mientras observaba como su amor de la infancia huía de él, el rubio cenizo pasó una de sus manos por su cabello con desesperación y frustración evidentes. Era un estupido, eso era lo que Katsuki pensaba, esa era la opinión popular con respecto a él, realmente se odiaba por todo lo que había dicho, los celos lo habían consumido y, por alguna razón, no pensó mucho antes de hablar, haciendo que aquellas palabras salieran de su boca, aquellas palabras que lastimaron y llamaron prostituta a ma persona que más amaba en el mundo.

Y el hecho de saber que ella estuvo enamorada de él le cayó como balde de agua fría en la cabeza. Queria saber porque aquel sentimiento terminó.

Izuku había ido a buscar a su hermana, Izuki solo observaba al rubio de forma neutra, sus fieros y oscuros ojos desgarraban el cuello del rubio en su mente. El hecho principal fue que el villano torturó al chico de ojos escarlata golpeando todo su cuerpo e imitando lo que posteriormente había echo en su mando, había arrancado la lengua de Katsuki y, usando el poder de overhaul, regeneraba su cuerpo y sue lengua para poder hacerlo una y otra vez hasta cansarse. Después de todo nadie llamaba puta a su hermana.

A pesar de todo Katsuki no generó un trauma de aquello, extrañamente, gracia a su culpa aquello había sido parte del castigo que el creía que merecía, aquella fue la razón por la que callaba al respecto.

Por otra parte, la pecosa de ojos verdosos se encontraba sentada, perdida, después de todo no se había dado cuenta de lo mucho que se había alejado de su familia, con frustración la chica echó su cabeza hacia atrás, cerrando sus ojos. ¿De verdad valía la pena enojarse? No lo sabía, no sabía nada, quería superar aquellas palabras, sin embargo, lo que la enojaba no eran las palabras en sí mismas, era la persona que las había dicho. Su amigo de la infancia y primer amor. El chico que supuestamente estaba enamorado de ella.

— El problema no es lo dijo, el problema es que no termino de hablar. Tal vez había más.— dijo ella en un susurró.— el problema es que me duele que lo haya dicho el.

Katsuki caminaba separado del resto, en busca de la chica de cabellos verdes que anteriormente se había perdido:— no tengo problema con lo que hace, no me importa que vea a otros mientras no elija, pero, siempre olvidó que dejó de ser completamente mía.— susurró el con frustración.

— Mierda ¿Por qué tuviste que entrar a UA? Si hubieras ido a Shiketsu probablemente sería mía, sería mi novia.— siguió susurrando el rubio, deslizando las manos a travez de su cabello.

Al levantar la mirada Katsuki pudo ver como la peliverde se encontraba sentada en un pequeño muro, sus ojos estaban cerrados y su espalda se encontraba apoyada en un muro más grande que en el que estaba sentada, inconscientemente el chico sonrió, sin embargo, su sonrisa se desvaneció al notar que el no podría ir hacia ella sin que esta huyera de él.

Y fue allí cuando el apareció, su cabello era negro y rizado, era bastante parecido al mellizo de la pecosa, el chico se acercó a ella con una gran sonrisa, era una sonrisa de ilusión, por instinto Katsuki se acercó lo suficiente como para poder escuchar cualquier cosa que aquel chico quisiera decirle a la hermana de Izuku.

— Midoriya, esto debe ser el destino.— le peliverde abrió sus ojos lentamente, observando frente a ella al chico de ojos negros que la observaba con euforia.

La chica lo podía adivinar si la expresión en sus ojos era fingida o era real:— Shindo, hola.— dijo ella, desganada.

— Que casualidad que ambos estemos en Osaka.— dijo el con una sonrisa.— Yo vine porque tengo familia aquí ¿y tu?

La chica levantó una ceja:— elegimos este lugar al azar.— respondió ella de manera breve y seca, cosa que hizo a Shindo colocarse nervioso.

— ¿Haz hablado con Nakagame?— preguntó el, después de todo anteriormente le había comentado a la ex compañera de la peliverde sobre el lijero interés que tenía en ella.

La de ojos verdosos levantó una de sus cejas mientras sonreír:— Ella... Tatami cree que quiero tener algo contigo o que podríamos ser una buena pareja.— dijo ella, sabiendo que su amiga rubia intentaba juntarla con Shindo, después de todo no era tan ingenua.

Sin poder callarse lo que quería decir Shindo miro los labios de la chica, tragando saliva, cosa que la peliverde no pasó por alto:— ¿y no quieres? — dijo el pelinegro, chasqueando la lengua.

— No realmente, ya tengo muchos problemas con mi vida amorosa, no quiero añadir otro problema a mi lista.— dijo ella, jugando con su trenza.

Katsuki sonrió al escuchar aquello:— Pues, te puedo hacer cambiar de opinión.— dijo Shindo, haciendo que la sonrisa de Katsuki se borrara.

La pecosa soltó una risa:— que se supone que responda a eso?— dijo ella, sonriendo con el ceño fruncido, gesto que se le hizo tierno tanto a Shindo como a Katsuki.

Shindo aclaró su garganta para luego hacer una pequeña reverencia típica de películas medievales:— Lo esperaré con ansias, joven Shindo.— habló mientras escuchaba como la pecosa soltaba ligeras risas.

— Vaya.— dijo ella, mordiendo su labio inferior para evitar soltar una risa.

Al ver esto el muchacho sonrió:— será un placer cortejarla, mi lady.— confesó el, tomando la mano de la chica y dejando un beso en sus dedos medios y anular.

"No es lo mismo que con Atsu, el si sabe como ponerme nerviosa" pensó ella, recordando al villano que solía usar sombrero de copa.

— lamento mucho informarte que estoy acostumbrada a este tipo de tratos.— confesó ella, recuperando su mano del agarre de Shindo.— Lo siento, pero, conmigo no.

El azabache rascó su mejilla mientras miraba hacia otro lado:— ¿qué debo hacer? Entre más me rechazas mas me gustas.— dijo él con una sonrisa, Bakugo frunció el ceño.

— Lee mis labios.— la chica señaló sus labios a los cuales el azabache había prestado su total atención.— nunca va a pasar.

Shindo mordió su labio inferior mientras que por su parte Katsuki sonreía con satisfacción, el azabache, notando la presencia del rubio sonrió:— Que lastima, pudiste estar conmigo en vez de ese chico rubio con pésimo temperamento.— dijo el chico de ojos negros, haciendo que la pecosa frunciera el ceño.

— ¿Bakugo?— que lo llamara de aquella manera hizo que el corazón del chico rubio doliera.

— ¿así se llamaba? No lo recuerdo.— mintió él mientras sonreía.

— él y yo no somos nada.— dijo ella, clavando cada vez más dagas en el corazón del rubio.— por lo menos ya no.

Shindo colocó su mano en su barbilla, fingiendo estar pensativo mientras sonreía:— Entonces ¿tendrías algún problema en salir contigo?— la chica suspiró, cansada de aquello.

La peliverde se levantó de donde estaba sentada, colocándose frente a Shinso:— mi problema es que no me agradas, entiende, no es no. Consiguete otra, conmigo no conseguirás más que esto.— dijo ella para luego comenzar a caminar lejos de aquel lugar.

— ya veremos.— dijo el azabache mientras observaba a la chica irse de aquel lugar.— ella me encanta.

Katsuki salió de su escondite, confrontando a Shindo, tomando al azabache del cuello de su camisa mientras lo amenazaba:— Alejate de ella, hijo de puta.— dijo el rubio, Shindo se limitó a soltar una carcajada.

— No tienes ningún derecho sobre ella ¿no escuchaste lo que dijo? No son nada.— dijo el azabache con una sonrisa, complacido.

Katsuki se quedó estático en aquel momento:— Ya ríndete, campeón.— el de ojos negros se soltó del agarre del rubio, el cual se encontraba estático.

Shindo se alejó con una sonrisa mientras que por sunparte bakugo agarró su camisa, justo en el lugar en donde se supone que se encontraba su corazón, queriendo gritar en aquel momento, sin embargo, no planeaba rendirse, mucho menos ahora que tenía un plan. Por mucho que le doliera tenia que aceptar que ella no quería nada con el, sin embargo, haría lo que fuera para recuperarla.

Extra:

La peliverde comenzó a pisar la tierra violentamente mientras maldecía:— Malditos hombres, nunca entienden cuando dicen que no.— dijo ella entre maldiciones.

— la próxima vez que vea a ese hijo de puta lo voy matar.— dijo ella, pateando tierra y, sin querer, echando esta sobre la comida de una pareja.

Inmediatamente la chica se echó a correr mientras escuchaba de fondo las maldiciones de la pareja a la que les arruinó su cena romántica.

AGH. Cuanto quiero publicar la disculpa de Katsuki para que Midnight y Ángel aparezcan.

Hola hermoses uwu.

Espero estén bien porque les quiero mucho.

En fin.

Ahí poco a poco iré intentando poner momentos con Katsuki, no tendría sentido poner la disculpa enseguida.

¿Que les pareció el cap? Les gusto? Opiniones del cap here --->

No tengo mucho que decir hoy.

Lxs amo.

Cuídense mucho.

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