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Si no comentan volveré a desaparecer U.U
Alas, resfriado y salón.
La peliverde frotó sus ojos y aclaró su garganta, se sentía algo adolorida y notoriamente cansada, pasando el dorso de su mano por su mejilla retiró los rastros de la saliva que se le había escapado durante su sueño. Al observar a su alrededor pudo notar como Ángel y Kirishima se encontraban regostados en la amilla mientras que Izuki dormía sentado con sus brazos cruzados.
Una pequeña risa se escapó de la boca de la peliverde mientras soltaba su cabello y peinaba este con sus dedos, actualmente no llevaba más que un vestido blanco y unas medias de este mismo color, Ángel había cambiado su traje de héroe por aquella ropa luego de enjuagar su cuerpo, al sentir húmedos sus labios la chica llevó sus dedos hasta ellos, sin embargo, no tardó en retirarlos para pasar sus dedos entre los rojos y desordenados cabellos del pelirrojo recostado en sus piernas. El chico sonrió entre sueños mientras se acomodaba en las piernas de su mejor amiga.
Al separar sus manos del cabello de su mejor amigo la chica delicadamente se levantó de la cama, dando su mejor esfuerzo para no despertar a su maestra y al chico, al levantarse la chica estiró su cuerpo. Por su parte, Izuki había despertado, sin embargo solo se limitaba a observar a su hermana. La pecosa volvió a atar su cabello, dejado algunos cabellos desordenados y rebeldes, aunque se podría decir que sus pensamientos eran peores que su cabello, sin embargo, solo un pequeño pensamiento había logrado distraerla.
Habia recuperado sus alas.
Un sonrisa de emoción se curvo en sus labios, la chica caminó de manera lenta y algo insegura hacia la ventana de la enfermería, al llegar hacia esta, dudosa, abrió la ventana y sentó en el marco de esta, observando hacia abajo y notando la no tan larga caída, era un segundo piso, sin embargo, la emoción y la duda se encontraban en su corazón. La chica dejó salir un suspiro y, con rapidez, se lanzó de la ventana, teniendo que ser salvada por su hermano mayor, después de todo no había logrado abrir sus alas.
El hombre dejó a su hermana en el suelo, acariciando su rostro al hacer esto:— intenta abrirlas primero, te recibiré si caes.— dijo él con una sonrisa.
La pecosa asintió con la cabeza, decidida. Al dejar salir un suspiro la chica abrió un par de grandes y hermosas alas blancas que parecían brillar, las puntas de sus alas se habían tornado a un amarillo Narciso, dando ligeros e indecisos aleteos, elevándose de apoco mientras que su hermano se encontraba lista para atraparla si caía. La chica sonrió con emoción, dando aleteos más decididos, haciendo pequeñas acrobacias, Izuki la observaba con una sonrisa.
— iré a mostrarle a Izuku.— dijo la chica, usando sus alas para buscar al aula de la clase 2-A.
Al llegar a esta y ver cómo sus compañeros se encontraban en clase con present mic la chica dio dos toques en la ventana, haciendo que toda la clase, incluso el héroe, se girarán y la observaran:— ¡Izuku! ¡Mira!— la chica giró sobre su propio eje, haciendo que todos observaran con sorpresa las alas blancas que aleteaban para sostenerla en el aire.
El hermano de la chica, sorprendido y emocionado, salió del aula usando One for all para ir con rapidez y poder observar a su hermana más de cerca, con brillos en sus ojos y una gran sonrisa, la peliverde, al observar como su mejor amigo que se encontraba a unos cuantos metros de su hermano, voló con rapidez hacia este, haciendo a ambos caer cuando se lanzó hasta el pelirrojo.
— ¿morimos? — pregunto el pelirrojo, observando las blancas alas de la chica.— eres igual a un Ángel...
La chica sonrio con un sonrojo:— mis alas salieron por ti, porque quería protegerte.— dijo la ojiverde mientras abrazaba a su mejor amigo.
El sonrojado chico sonrió:— hay algo en tu vestido.— dijo el chico, tocando la espalda de la chica y notando dos bultos en su espalda, justo debajo de donde empezaban sus alas.
La chica ladeó la cabeza en símbolo de confusión, Eijiro no tardo mucho en meter sus manos debajo de la tela del vestido de la chica:— ¿Kiri? — preguntó esta, con su rostro completamente rojo.
— es suave.— dijo el chico, inocente, sin embargo, al notar lo que hacía saco sus manos rápidamente, extendiendolas hacia arriba, sintiendo como la sangre subía a su rostro.— ¡Lo siento!
Ángel se acercó al par mientras Izuki observaba, después de todo no haría ni diría nada mientras su hermana estuviera allí, al llegar hacia la peliverde la albina rompió ligeramente la tela del vestido, revelando dos pequeños pares de alas debajo de donde nacían las grandes alas de la peliverde.
— ¡Hermana!— Izuku se acercó con una gran sonrisa.
— dos pares de alas.— dijo Ángel sorprendida.
La chica preocupada preguntó:— ¿eso es malo?— la mujer negó.
— No, es solo que...no es normal, usualmente cuidamos nuestras alas así que nunca había visto como era cuando otros Essense recuperaba sus alas.— la mujer se masajeo las sienes, intentando buscar la explicaciones a aquel suceso.— las grandes deben ser las nuevas y las pequeñas debieron crearse con el cartílago que quedó unido a tu espalda cuando te arrancaron las alas, por eso no las notaste.
Izuki rascó su mejilla, analizando su alrededor, esperando sentir la presencia del gemelo menos malvado de la familia de Ángel, sin embargo, al verlo sintió algo extraño, algo que no era usual:— ¡Izuki! ¿A dónde vas?—el hombre escuchó decir a su hermana, razón por la cual decidió restarle importancia al hermano de Ángel.
(...)
La peliverde pellizco sus mejillas, haciendo que estas estar enrojecidas gracias al acto, luego de eso no tardó mucho en golpear estas mismas con las palmas de sus manos:— hermana, no te hagas daño.— dijo Izuku, sosteniendo las rojas manos de su hermana.
— Es que no puedo creer que tenga mis alas.— la más baja tomo las manos de su hermano, apretandolas con emoción mientras sonreía.
Izuku sonrió de igual manera, haciendo que Ochako sacara unos lentes de sol de su mochila:— me siento bendecida.— dijo la castaña mientras observaba a los dos hermanos sonreír.
Katsuki y Denki hicieron una mueca en sus rostros, los Midoriya realmente hacían brillar la habitación.
— oh mierda.— dijo la chica sintiendo un escalofrío en su espalda.
Al salir sus alas de Ángel su parte malvada había dejado de funcionar correctamente, desactivando casi por completo su autocuración, razón por la cual ahora la peliverde era víctima de un resfriado. Con pereza la chica se envolvió por completo entre sus sabanas, pensando en porque su hermano tardaba tanto con la medicina, gracias a que Izuki se encontraba en vigilancia su mellizo fue el elegido para buscar su medicina, lo cual era realmente extraño para el porque su hermana raramente se enfermaba, la peliverde colocó un termómetro en su boca para luego colocar un paño frío sobre su frente.
Dos toques en la puerta hicieron que la pecosa se levantara con pesadez a abrir mie tras metia la mano debajo de la camisa que había robado de Shoto, rascando el espacio entre sus pechos:— Izuku, no es necesario que toques.— dijo ella, antes de notar que su visitante no era nadie más que el dueño de aquella camisa que llevaba puesta.
El mitad mitad sonrió, teniendo un lijero sonrojo en sus mejillas, Shoto se apoyó en el marco de la puerta, observando a la chica de pies a cabeza:— te queda mejor que a mi.— dijo el con una sonrisa de enamorado, haciendo sonrojar a la chica.— Yaoyoruzu me dijo que estabas resfriada, no se, pensé que podría estar contigo y darte calor, ya sabes, soy mitad caliente.
Esto último se escuchó más cono un balbuceo, razón por la cual la peliverde no pudo evitar reír ligeramente, abrazando al chico y haciéndolo pasar a su habitación:— eres muy lindo, Shoto.— la chica dejó un corto beso en la mejilla del mitad mitad, haciendo a este tener un lijero sonrojo.
El chico se recostó en la cama, a un lado de la chica, mientras la peliverde se acurrucaba en el lado izquierdo del chico:— tan cálido.— dijo, colocando su rostro en el cuello del chico y haciendo a este sonrojarse.
El tacto de los labios de la chica contra su cuello hizo que el chico se tensara, Shoto no tardó mucho en quedar de lado, teniendo frente a frente a la chica y dejando un corto beso en los labios de esta:— Shoto, te contagiaras.— dijo ella, colocando sus manos en el pecho del chico y desviando la mirada.
— no me importa.— dijo el, juntando sus frentes.— por ti moriría.
La peliverde levantó la mirada, encontrándose con la sonrisa del chico, el cual no tardó en dejar otro casto beso en los labios de la chica, sin embargo, los besos no eran su única intención, después de todo el chico se adentró debajo de las sabanas de la chica, llegando a sus piernas y abriendo estas:— no haré nada, solo, quiero dejarte algo.— el mitad mitad besó la parte interior de la pierna de la chica, subiendo de apoco hasta llegar al punto que más le gustó, al estar allí no tardo en dejar un pequeño beso para, luego, morder esta con fuerza, haciendo a la ojiverde jadear de dolor.
Al terminar Shoto retiró los rastros de saliva, dejando una mordida completamente roja que, en unos minutos, no tardaría en ser color púrpura:— mía.— dijo él, gateando hasta quedar a un lado de la chica, abrazando a la peliverde.
— te amo, mucho, por favor no lo olvides. No me olvides.— dijo el de heterocromia mientras besaba el cabello de la chica.
El sonido de la puerta abriéndose hizo que ambos se sobre saltaran y se sentaran en la cama:— ¡Hermana! Lo siento, había unas personas ancianas que necesitaban comprar su medicina y creí que era mejor ceder mi turno.— dijo el peliverde, entrando a la habitación, sorprendiendose al encontraste con su amigo y su hermana abrazados en la cama de esta.
— ¿Todoroki-kun?— balbuceó el chico.
— Izu, Shoto me estaba calentando.— dijo al chica con una sonrisa y un gran sonrojo, el cual ni ella sabía si era por la fiebre o por la presente situación.— con su lado Izquierdo.
Por alguna razón la peliverde vio necesario aclarar aquel punto:— Oh, entiendo, gracias. Ya puedes irte Todoroki-kun.— dijo el peliverde con una gran sonrisa, no era necesario ser Iida para adivinar que aquella era la sonrisa más hipócrita que Izuku había hecho en su vida.
El mencionado, apenado, se levantó de la cama con una ligera sonrisa que dirigió a la hermana del pecoso, saliendo de la habitación. Izuku calló, tomando dos pastillas en su mano y pasando agua a su hermana para que estas las tomara, al hacer aquello el chico subió a su cama y abrazo a la menor, manteniendo sus silencio. La melliza del pecoso no era tan estupida como para no adivinar qu estaba celoso.
— la próxima vez dime a mi.— susurró el chico con recelo, desviando su mirada y haciendo un lijero puchero en sus labios.
La chica se enternecio, abrazando fuertemente a su hermano:— eres tan lindo Izu.— dijo ella con una sonrisa, terminando por dormirse en los brazos de su hermano.
(...)
La peliverde rió ligeramente, intentando no despertar a sus hermanos los cuales habíamos decidio dormir con ella aquel día, ella se encontraba viendo memes de anime, tranquilamente, sin embargo, el sonido de una llamada entrante hizo que se sobresaltara y el teléfono comenzará a saltar en sus manos hasta terminar cayendo en el suelo del lado de Izuki. Izuku, el cual estaba cansado por su entrenamiento, solo gruñó y siguió durmiendo, por su parte el villano despertó, razón por la cual la chica se fingió estar dormida, razón por la cual este terminó contestando la llamada.
— _____-chan.— dijo Kaminari del otro lado de la línea
— ¿Que quieres?— preguntó el hombre, retirando el cabello de su frente.
El rubio se sorprendió:— Oh, eres el hermano malote, ¡Hola!— dijo el rubio, Izuki solo giró sus ojos con fastidio.— estaba pensando, eres realmente alto ¿cuánto mides? Creo que un metro noventa ¿no? Bueno, me estaba preguntando ¿cómo hacían para dormir las personas altas para dormir? No hacen sabanas para gente tan alta.
— Son las tres de la mañana. — dijo el villano, con toda la paciencia que podía tener.
— si, ¿tienes problemas para dormir? ¿Es por la sábana cierto?— el peliverde colgó la llamada para luego seguir durmiendo.
(No hay separador porque es sorpresa)
La chica sintió un escalofrío subir por su espalda, después de todo aún no se había curado por completo de su resfriado, sin embargo, no pensaba faltar a clases, después todo la última vez que lo hizo tuvo que transcribir muchos apuntes:— ya pueden que a la residencia.— dijo Aizawa con pereza, dando la jornada de clases por finalizada.
— Midoriya dos, quédate un momento.— dijo el azabache, la chica asintió.
— te espero afuera.— dijo Shoto, dejando un pequeño beso en la mejilla de la chica.
— no señorito.— la chica como la mano del mitad mitad, atrayendo a este hacia ella y haciendo que sus cuerpos chocarán.— Enji me llamó, te espera en la salida de la escuela, quiere hablar contigo.
La peliverde acomodó la corbata del chico mientras este solo se limitó a gruñir:— ¿por qué tiene que llamarte a ti?— dijo él con fastidio.
La chica levantó su ceja mientras mantenía una sonrisa:— tu no respondes sus llamadas, a demas, si te llama a ti sabe que no irás.— Shoto sonrió ante aquella idea.
— esta bien, iré.— dijo el chico, molesto.— solo por ti.
Justo cuando el de heterocromia estaba a punto de juntar sus labios con los de la chica una carpeta se interpuso entre ellos:— si vas entonces lárgate.— dijo Shinso, manteniendo un ceño fruncido mientras se encontraba a un lado de Aizawa, el dueño de la carpeta que se interpuso en el beso de los dos adolescentes.
Shoto frunció el ceño, dándole una última mirada a la pecosa se retiró del salón, dejando solos al pelimorado, el pelinegro y a la chica:— te espero afuera, ______, quiero que hablemos.— dijo el pelivioleta mientras salía del salón, por su parte, Aizawa de apoyó en uno de los escritorios mientras mantenía sus brazos cruzados, teniendo una carpeta en sus manos.
— solo te iba a pedir que cerraras el salón, pero tenemos que hablar de lo que acaba de pasar, ahora mismo creo que lo más importante es evitar que te secuestren y ser una heroína. Debes centrarte en eso. — dijo el azabache, acercándose a la chica y tomando su barbilla, haciéndola levantar su mirada.— las relaciones amorosas son algo bastante distractor.
El hombre acarició los labios de la chica, observando estos con curiosidad y cierto deseo prohibido que reprimía, luego de unos segundos, el hombre retiró su mano:— cierra bien el salón.— dijo él, guardando las manos en sus bolsillos y custionandose a si mismo sobre lo que acababa de hacer.
La peliverde quedó estática, sin embargo, movió su cuerpo y despertó de aquel trance al que el hombre la había llevado, colocando las manos en su cuello la chica se estremeció la sentir sus frías manos contra la, ahora, piel caliente de su cuello. La chica sacudió su cabeza, negándose a seguir pensando en aquellas ideas que Aizawa, sin quererlo, había metido en su mente, después de todo el era el maestro y ella una estudiante.
La pecosa bostezo, tomando su mochila junto con las llaves que Eraser head habia dejado en su escritorio sin que ella se diera cuenta, al llegar a la puerta la chica cerró el aula con llave, pensando en las posibles razones por las que Aizawa la había escogido a ella para hacer aquello en vez de a Iida, sin embargo, ninguna llegaba a su mente. Dejando salir un suspiro de su boca la peliverde giró ciento ochenta grados, quedando frente a frente con Shinso, el cual se encontraba apoyado en la pared que se encontraba a un lado de la puerta.
— Shinso.— balbuceo ella.
El chico que se encontraba cruzado de brazos levantó una de sus cejas:— Hitoshi.— dijo él.— sigue llamándome así hasta que decidas con quien estarás.
La chica asintió, avergonzada:— ¿querías hablar?— pregunto ella, desviando la mirada y evitando el contacto visual con el pelimorado.
— me haz estado evitando, quiero saber porque, es algo extraño en ti. Usualmente me coqueteas.— la peliverde aclaró su garganta.— ¿esto es una nueva estrategia tuya?
La chica sonrió de forma gatuna, planeaba aprovecharse de la situación y evitar responder directamente:— ¿Por qué? ¿Esta funcionando?— Hitoshi dejó salir una pequeña risa, acercándose de a poco a la peliverde.
— Tu dime, gatita. me he sentido muy solo en estos días.— dijo el chico, simulando tristeza, para luego sonreír coquetamente.— también he estado celoso, te haz vuelto muy unida a Todoroki y Kirishima, eso no me gusta.
El pelimorado colocó su manos en el rostro de la chica, haciéndola acercarse más a él, mientras observaba los verdosos y brillantes ojos de la chica el ojivioleta se acercó, haciendo que los labios de ambos se rozaran, peinando el cabello de la chica, Shinso, echó el flequillo de la chica hacia atrás, juntando sus frentes:— eso es una lástima.— con la misma mano con la que había peinado el cabello de la chica el pelimorado tomó la cintura de esta e hizo que sus cuerpos se juntaran, haciendo que, por inercia, la hermana de Izuku abrazara la cintura del más alto para no perder equilibrio.
El contacto visual era algo constante entre los dos y entonces, justo cuando estaban a punto de unir sus labios, Shinso soltó su agarre sobre la chica, haciendo que esta cayera sobre su trasero, confundida, la chica observo al pelivioleta:— Bueno, será mejor que vaya a casa.— dijo él, guardando sus manos en los bolsillos de su pantalón y dirigiéndose hacia la salida de UA a paso despacio, después de todo no permitiría que la chica regresara sola a la residencia.
Después de analizarlo todo la chica frunció el ceño:— ¡Tu...! ¡Hijo de tu hermosa madre! ¡No calientes la comida si no te la vas a comer! Estupido y sensual Shinso... ¡Ya verás maldito!— la chica se levantó del suelo, tomando su mochila rápidamente, al hacer aquello la chica prosiguió a correr y lanzarse sobre el chico, sin embargo, este mantuvo el equilibrio.
La chica por su parte tenía una de sus piernas sobre el hombro del pelivioleta mientras que la otra se encontraba con intenciones de apoyarse en la cintura de este, uno de los brazos de la chica se apoyaba en la cabeza del chico mientras que su mano libre se apoyaba en el hombro del chico:— ¡Bajate de encima! Tu... Gremlin.— dijo el chico mientras reía al igual que la chica.
— te enseñaré maldito...— dijo ella mientras reía.
— Este es el último.— dijo la peliverde mientras colocaba un broche en el cabello del rubio cenizo.
El chico gruñó, resignado:— No pienso salir así.— dijo él, desviando su mirada mientras fruncia el ceño.
La chica soltó una pequeña risa mientras terminaba de acomodar el cabello de Katsuki:— para nada.— dijo ella con una sonrisa.
— haremos lo que yo quiera después.— dijo el, tomando la muñeca de la chica y haciendo que esta quedara frente a él, ella soltó una pequeña risa.
— cualquier cosa que no termine en resultados sexuales.— dijo ella, observando como su amigo de la infancia resoplaba.
Al ver aquello la peliverde se lanzó sobre su amigo, haciendo cosquillas en su costillas, sabiendo que aquel era un punto se sensible para el, el rubio por su parte comenzó a reír:— Para.— dijo entre risas.— de verdad te odio, bruja.
El chico seguía riendo, haciendo que gracias a esto la chica riera un poco, al detener su ataque hacia su amigo la chica se acercó a este y sonrió:— me amas, lo sé.— dijo ella, sentada en la cama del chico mientras este respiraba para recomponerse.
Al controlar su respiración, Bakugo se movió hacia la chica y la envolvió en sus brazos, haciendo que la espalda de la chica tocara el pecho del rubio mientras este dejaba besos en su cuello y haciendo a la hermana de Izuku reír gracias a esto:— Katsuki.— dijo ella mientras reía, el mencionado sonrió mientras seguía besando el cuello de la peliverde.
El rubio se detuvo, colocando su barbilla en el hombro:— Dime que me amas, bruja.— dijo el observando a la chica.
— esta bien, te amo.— dijo ella, el rubio sonrió.
Bakugo, manteniendo su agarre en la cintura de la chica, se echó para atrás, quedando acostado sobre su espalda mientras la chica se encontraba sobre el pecho del chico, rápidamente el rubio se giró, quedando de lado mientras abrazaba a la peliverde.
— yo también te amo. — dijo él, con una sonrisa, frotando su mejilla contra la de la chica.
La chica sonrió mientras un lijero sonrojo se posaba en sus mejillas, tomando las manos de Katsuki y jugando con sus dedos: — antes eras más bajo que yo. — dijo ella con una sonrisa.
— y ahora tu eres una enana. — dijo el con su típica sonrisa engreída.
La pecosa sonrió de lado:— una enana que puede patearte el trasero. — dijo, haciendo que Katsuki riera ligeramente.
El rubio retiró los brazos de la cintura de la chica, colocándose sobre ella y tomando sus muñecas para que esta no se resistiera:— pues ahora tu eres la que está abajo.— dijo él, manteniendo su engreída, pero hermosa, sonrisa.
— tengo más fuerza que tú, Suki.— dijo la peliverde con una sonrisa.
El chico puso sus ojos en blanco, haciendo a la chica reír:— Ay, ya cállate.— ordenó el rubio, con el ceño fruncido y un lijero puchero en sus labios mientras abrazaba la cintura de la chica y recostada su cabeza en los pechos de la pecosa.
La peliverde soltó una risa:— tu empezaste.— dijo mientras reía.— eres un tsundere.
— no se que mierda es eso, pero, la tuya por si acaso.— dijo él, levantando la mirada y subiendo un poco por el cuerpo de la chica hasta llegar a su cuello.
— tus pies se salen de la cama.— comentó la peliverde mientras reía.— girafa.
La peliverde no tardó en soltar varias carcajadas al sentir la nariz del rubio en su cuello y, lo que fue peor, sus dientes que le daban pequeñas mordidas que la hacían reír más, luego de un rato el chico se dejó caer sobre el cuerpo de la contraria, ocultando su rostro en el cuello de esta mientras sus brazos aún se encontraban en su cintura. La pecosa abrazó la espalda del chico, la cual era bastante ancha.
— No te alejes de mi.— dijo el rubio.
— nunca me atrevería.— dijo la ojiverde con una sonrisa.
Extra:
— Bakubro, ¿tienes la...? — antes de terminar el pelirrojo se sorprendió al observar la escena frente a el.
Katsuki, apoyaba sus manos en su cama, agachado la cabeza para que le peliverde pudiera retirar los broches y ligas para cabello que antes había colocado en el cabello del rubio:— ¿si me darás mi comida picante?— preguntó el, dócil.
— Si, te lo prometo, Katsukito.— dijo ella, haciendo que el rubio sonriera con un sonrojo mientras la peliverde quitaba lo que antes ella había colocado en el rubio cabello del chico.
Los brillos de felicidad en el aura del rubio no tardaron en desaparecer al notar que Eijiro se encontraba en su habitación:— ¿¡Que haces en mi puta habitación!? Largate, pelo de mierda.— dijo el rubio, moviéndose bruscamente, haciendo que por accidente la peliverde tirara de su cabello.
Los broces de cabello hacían que fuera casi imposible para el pelirrojo tomar a su amigo en serio:— lo siento bro, solo quería preguntarte si tenías la tarea de matemáticas.— dijo el pelirrojo, con una gran sonrisa.
— ¿Por qué mierda crees que te prestaría mi tarea?— preguntó el rubio, con el ceño fruncido, para luego sonreír.
— Yo ya la hice, si quieres te la presto.— dijo la chica, haciendo que la sonrisa del rubio se borrara.
— Siempre me salvas _____-chan.— dijo Eijiro con una sonrisa.
Justo cuando la peliverde iba a levantarse de la cama de Katsuki el rubio tomo y brazo e hizo que la chica se volviera a sentar, acto seguido el rubio se levantó en dirección a su escritorio, tomando una libreta que se encontraba sobre este y lanzandosela a Eijiro al cual no le costó mucho atraparla.
— ahí tienes la puta tarea, lárgate.— dijo Bakugo, azotando la puerta frente a Eijiro.
— ¡gracias!— gritó el pelirrojo.
El chico se sentó frente a la peliverde, manteniendo su ceño fruncido:— maldito pelo de mierda, nunca toca.— dijo él, colocando su cabello frente a la chica para que siguiera con su tarea, lo cierto era que Katsuki adoraba como la ojiverde tocaba su cabello.
Hola carasdebola.
¿Me extrañaron?
Antes de que lancen chanclas tengo una explicación lógica que les daré... en el próximo capítulo.
Yo be like:
Lo bueno es que lo publicaré luego de este :D
Opiniones del cap -->
Lxs amo.
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